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jueves, 14 de mayo de 2015

THE PYRAMID (2014)



Tenía muchas ganas de ver esta película desde que me enteré que era la opera prima de Grégory Levasseur, guionista habitual de las películas de mi adorado Alexandre Aja, y que aquí trabaja como productor. Pues siento deciros que ha sido mi primera gran decepción de este 2015, y me ha dado mucha rabia porque la premisa desde la que partía me parecía muy atractiva ya que aúna dos temas que a mí me interesan bastante: la antigua civilización egipcia y el terror.


Me pareció la típica película sin sustancia que echarían en televisión un sábado por la tarde, bueno a lo mejor alguna de las escenas más sangrientas no serían adecuadas para este horario, pero por lo demás la enmarcaría entre este tipo de cintas: argumento mal desarrollado, personajes planos, pésimas actuaciones, efectos especiales de mala calidad…
Un equipo de arqueólogos estadounidenses ha descubierto una pirámide triangular en medio del desierto egipcio, mientras El Cairo se ha convertido en un polvorín de protestas sociales y disturbios. A pesar de que los arqueólogos reciben órdenes de evacuar la excavación, se adentrarán en la pirámide junto a un equipo de documentalistas y descubrirán que el lugar guarda en su interior un intrincado laberinto, con trampas y criaturas que harán todo lo posible para que todo aquél que entre en la pirámide permanezca allí enterrado para toda la eternidad.

El argumento pintaba bien, ¿verdad? Sin embargo, a mí no me gustó la manera en la que está ejecutado. Introduce elementos de found footage, ya que gran parte de la película está grabada cámara en mano, utilizando como excusa al equipo de documentalistas que ha entrado con los arqueólogos  en la pirámide, pero parece que no les pareció suficiente ya que introdujeron partes grabadas de manera tradicional. La mayor parte de la acción tiene lugar dentro de la pirámide entre corredores muy estrechos, paredes que se mueven, suelos que ceden bajo los pies y, aunque con estos elementos intentan transmitir una atmosfera asfixiante y claustrofóbica, a mí sinceramente no me produjo este efecto.

Los personajes no están muy desarrollados, simplemente sabemos que Holden, el arqueólogo veterano, y su hija, Nora, están constantemente en conflicto debido a que ella pretende introducir las nuevas tecnologías en el mundo de la arqueología; que la reportera, Sunni, es extremadamente ambiciosa y pretende conseguir un premio con este documental; que para el técnico, Michael, su única preocupación es recuperar el robot mecánico que introdujeron a modo de avanzadilla en la pirámide y que ahora ha desaparecido, y que el cámara, Fritzie, es totalmente anodino y lo único que aporta es su cámara con la que lo graba todo. Ya está, esto es todo lo que sabemos de unos personajes junto a los que pasamos 90 minutos, que se me hicieron eternos. No empatizas con ninguno de ellos, te da igual lo que les pase, de hecho quieres que les pase algo para acabar con este aburrimiento, jejeje.


Una cosa que me parece muy graciosa en ésta y todas las películas que tratan sobre la antigua civilización egipcia, es cómo leen los jeroglíficos. Basta con pasar la mano por ellos a medida que te van diciendo lo que pone, que perfectamente se lo pueden estar inventando, jejeje. Siempre me llama mucho la atención porque no creo que los verdaderos arqueólogos se pongan a pasar la mano por un material tan valioso y al mismo tiempo tan frágil, que con el más mínimo roce puede deteriorarse. Fin del apunte cultural, jajaja.
Algunas de las explicaciones que dan los personajes sobre varios sucesos que ocurren en la película me parecen penosas. Por ejemplo, cuando Nora descubre por medio de un satélite un túnel de acceso a la pirámide y deciden abrirlo, uno de sus trabajadores morirá víctima de los gases nocivos que albergaba en su interior. Holden, como experto en la materia, les explica que el aire en la tumbas selladas puede estar impregnado de moho o patógenos tóxicos. Y mi pregunta es la siguiente: si esto es algo tan habitual, ¿por qué los obreros no llevaban máscara? Me dejó un poco anonadada ver como el arqueólogo explicaba con tanta tranquilidad lo que había sucedido y no había hecho nada para impedirlo. Pero, sin duda, lo que ya me dejó muerta del todo fue la explicación que los expertos dan a la existencia de los gatos egipcios carnívoros que les atacan y que han permanecido allí desde tiempo inmemorial. Según ellos, han sobrevivido practicando el canibalismo entre ellos durante siglos, generación tras generación. A mí está justificación me pareció la tontería más grande jamás contada, ¿a vosotros os convence?


Pero bueno, la traca final se la guardaba nuestro amigo Levassier para el “monstruo” que alberga el interior de la pirámide y  que está hecho mediante un pésimo CGI y ante el cual sólo pude reírme por la absurdez. Así que, a los que aún tengan interés por acercarse a esta película os advierto que no vais a sentir miedo, ni tensión, ni absolutamente nada, de nada.
Y la verdad es que no tengo más que contaros sobre esta película que me ha resultado aburrida y una autentica pérdida de tiempo. De hecho va a ser la que estrene la gotita única en el blog. Espero que me digáis lo que os ha parecido a vosotros la opera prima del director francés .