lunes, 2 de mayo de 2016

BATTLE ROYALE (2000)



La exhibición de nuestras vidas a través de las redes sociales es algo que está a la orden del día, todo el mundo ha subido alguna vez fotos de sus vacaciones o fiestas. Pero, a veces, esta sobrexposición alcanza cotas mucho más altas como sucede en los programas de telerrealidad que inundan las parrillas de las cadenas de televisión. A través de la pantalla podemos observar cómo se comportan grupos de extraños que tienen que convivir en una casa o en una isla desierta, cantantes, bailarines, modelos o cocineros que viven juntos para, un día a la semana, competir en la gran gala que decidirá si continúan en la academia e incluso podemos ver citas a ciegas en islas paradisiacas donde los participantes van desnudos. En este contexto, no sería nada extraño que los sucesos que se relatan en Battle Royale se convirtieran en realidad en unos años porque, como ya sabéis, hay que darlo todo por el espectáculo…
En un futuro distópico Japón ha llegado a una situación de tal violencia en las aulas que el gobierno ha llegado a la determinación de celebrar una vez al año la Battle Royale: los miembros de una clase, elegida al azar, se enfrentarán en una isla desierta en una lucha a muerte hasta que sólo quede un superviviente. Sólo tienen tres días para conseguirlo porque pasado este tiempo el collar que todos llevan explotará.

A todo aquel que desconozca la biografía de Kinji Fukasaku, director de Battle Royale, puede resultarle extraño que, tras una dilatada carrera como guionista y director, decidiese rodar esta cinta adolescente tan controvertida a sus 71 años. Sin embargo, es perfectamente comprensible que, una persona que durante su adolescencia en plena Segunda Guerra Mundial fue obligada a trabajar junto a sus compañeros de clase en una fábrica de munición y que cuando la bombardearon tuvo que esconderse bajo los cadáveres para sobrevivir, perdiese toda confianza en el gobierno japonés y en los adultos que les habían conducido a tal exterminio. Así que, cuando leyó el best seller de Koushun Takam, en el que se basa la película, le pareció estar reviviendo su dura adolescencia. Ésta fue su última película ya que falleció cuando estaba trabajando en la secuela, Battle Royale II: Réquiem (2003). No hay que olvidar que Fukasaku es conocido principalmente por haber dirigido las secuencias japonesas de Tora! Tora! Tora! (1970) y por haber realizado una serie de películas sobre la yakuza que revolucionaron este género tan característico del cine japonés. ¿Cómo se os queda el cuerpo después de conocer la vida de Fukasaku? Supongo que hecho polvo, como a mí.
Como muchos sabréis, el argumento de Los Juegos del hambre (2012) es “sospechosamente” similar al de Battle Royale, así que estoy segura que Suzane Collins, autora del libro, leyó o al menos vio esta película japonesa en busca de inspiración, aunque ella lo niegue. Para ir al grano os diré que la cinta de la que hoy os hablo es mucho más dura, cruel y sangrienta que su versión americana. Yo, sin duda, me quedo con la cinta de Fukasaku porque:

A.     Utiliza actores muy jóvenes, de la misma edad que la de los personajes a los que dan vida, frente a la utilización de estrellas ya consolidadas en Hollywood que ya estaban en la veintena y que pretendían hacerse pasar por adolescentes.

B.     No  anda con miramientos a la hora de mostrar los asesinatos, bastante sangrientos por cierto, frente a la cámara. ¡Qué estamos en un juego de lucha a muerte! No se puede ser blando.

El juego tiene una clara estética de videojuego: aparecen videos donde una chica muy jovial explica el reglamento, cada participante lleva un collar explosivo y recibe un arma u objeto que le ayudará o no en su supervivencia, cada cierto tiempo les avisan por megafonía de las bajas que ha habido hasta el momento y de las zonas peligrosas que hay en cada etapa… La verdad es que esto es algo que no entendí muy bien ya que no vi claramente qué es lo que pasaba en estas zonas “calientes”: ¿Les gaseaban?, ¿Les rociaban con napalm?,….
La película se centra en el devenir de unos pocos personajes y cómo estos se enfrentan al juego. Hay quienes se lo toman muy en serio y se ponen a matar a sus compañeros de clase como si tal cosa, otros que deciden suicidarse y los que intentan hallar la manera de escapar de la isla sin dañar a nadie. En esta última situación se encuentra el principal protagonista, Shuya, que intenta huir junto a su amada Noriko y a Kawada, uno de los estudiantes de intercambio introducidos en el grupo, que ya había estado en la isla y que lo que quiere es vengarse de la organización. Hay escenas buenísimas como la del grupo de chicas que entra en locura/masacre o los frikis que están creando un virus informático para poner el sistema patas arriba. Para mí lo mejor de Battle Royale es exactamente esto, que vemos a casi todos estos adolescentes como personas independientes, con miedos y aspiraciones diferentes y no como carnaza que sólo está en la película para morir. No se me podía olvidar el papel del sádico profesor Kitano que está al frente del juego, interpretado por el conocido actor y director, Takeshi Kitano.

Siendo estrictos, Battle Royale no es una película de terror, es más un thriller de acción con altas dosis de violencia y gore. Al igual que la cinta de la semana pasada que también estaba protagonizada por adolescentes, esta película también pretende hacer una dura crítica social contra el sistema político japonés tan autoritario y estricto.
Dado su alto contenido violento, la cinta recibió una calificación R15 (Acceso restringido a menores hasta los 15 años), a la que Fukasaku se opuso desde el primer momento. Le indignaba que una película que estaba dirigida a los  adolescentes no pudiese ser vista por éstos. El principal motivo de la controversia, sobre en todo en su país, fue mostrar a chicos tan jóvenes, de unos 15 años, como asesinos sin escrúpulos. No sé por qué se la tomaron tan en serio porque Battle Royale no es más que un divertimento muy gamberro.

A pesar de que me parece una gran película, hay ciertos aspectos que no la hacen redonda del todo como por ejemplo el actor protagonista que interpreta a Shuya, Tatsuya Fujiwara, conocido por la saga Death Note, me pareció un poco melodramático y exagerado, pero la verdad es que me hizo gracia. Además, su historia de amor con Noriko no me enganchó del todo y me interesaba mucho más el rumbo que tomaban las vidas de los secundarios.
En definitiva, Battle Royale es una buena película que creo que divertirá a todo el mundo porque es bastante loca y salvaje. Considerada por muchos como una película de culto, ha servido de inspiración a otros directores como  Tarantino que escogió a una de las actrices de la película para intervenir en Kill Bill Vol. 1 y 2.

Y vosotros, ¿seríais capaces de matar a vuestros compañeros o amigos para seguir con vida?