lunes, 11 de junio de 2018

BABYSITTER WANTED (2008)


Qué duro se esta volviendo el trabajo de niñera, ¿verdad? Una profesión que utilizaban muchas jóvenes para pagarse sus estudios o contribuir con algo de dinero a la familia, se ha convertido en una actividad de riesgo, casi más peligrosa que enrolarte con los marines y ser enviado a alguna zona conflictiva. En lo que respecta al cine de terror, las películas sobre niñeras con serios problemas laborales se ha convertido ya en todo un subgénero y es que debe ser una de las profesiones con mas bajas por defunción, no precisamente para la niñera en sí, si no para todos los que la rodean.  

Por todos es conocido lo mal que lo pasó Laurie Strode cuidando niños en Halloween (1978), cuando su hermano decidió asolar el tranquilo pueblo de Haddonfield, muy de actualidad gracias a la nueva entrega de la saga que podemos ver este octubre y de la que os dejo el trailer. Además de Laurie, muchas han sido las niñeras que ha sufrido las consecuencias de este trabajo tan duro: When a stranger call (1979), Child's Play (1988), The House of the Devil (2009), The Boy (2015) o Better watch out (2017). También se dan casos, en los que la niñera es la perturbada, pero con estos antecedentes, la verdad es que no me extraña. Cintas como: The hand that rocks the Cradle (1992) o Emely (2016), te quitan las ganas de dejar a tu hijos en manos de una desconocida que puede ser la mayor psicópata en 100 kms a la redonda.

Dicho esto, centrémonos en la película que nos presenta a la recatada y religiosa Angie que acaba de empezar en la universidad y busca trabajo para costearse los estudios. La joven responde a un anuncio en el que solicitan a un niñera en una granja alejada de la universidad. El trabajo consiste en cuidar al hijo de los agradables Stanton, durante un fin de semana, pero lo que parecía algo sencillo, se convierte en una pesadilla para nuestra inocente protagonista que tendrá que hacer todo lo posible para proteger al niño y escapar con vida.

Babysitter Wanted fue el debut de la dupla de directores formada por Jonas Barnes y Michael Manasseri, que no han hecho nada más relevante tras ella. No penséis que ésta es la típica película de serie B con una guapa protagonista que va a sufrir el acoso y los ataques homicidas de algún perturbado escapado de una institución psiquiátrica. Lo que aquí tenemos es una cinta muy entretenida con un ritmo que no decae pasados los primeros 20 minutos y que nos tiene reservado algún que otro giro de guión de los que te dejan con el culo torcido.



La primera parte de la película sigue el patrón de clásicos como Black Cristmas (1974) o When a stranger calls (1979), en los que la protagonista se siente observada en todo momento y recibe extrañas llamadas es la que nadie contesta y sólo se oyen ruidos y música. Si a esto le sumamos que el pequeño diablillo al que tiene que cuidar ha decido jugar al escondite por la cosa, la tensión en el ambiente va a aumentando a marchas agigantadas. Sin embargo, cuando en estos clásicos se rebela la identidad del perturbado que acosa a la protagonista y empieza el baño de sangre, aquí se produce un giro de los acontecimientos y pasamos a una segunda parte mucho más oscura y cruda. La mayor parte de las escenas sangrientas tienen lugar fuera de la pantalla, pero están tan bien sugeridas, que el expectador las siente de igual manera que si todo hubiese sido más explicito. Pero no penséis que porque la cosa tome un cariz más cruel, no tenemos a un asesino con un humor negro bastante peculiar y con muchas ganas de contarnos su técnicas de asesinato y descuartizamiento.

Los actores están correctos sin nadie que destaque notablemente ni para bien, ni para mal, pero lo que sí que me pareció un pena, es que no aprovechasen más a un actor de la talla de Bill Mosley y lo relegasen a un pequeño papel sin demasiada importancia. Por su parte, la protagonista, no es especialmente resolutiva y cae en los tópicos habituales de este tipo de cine como: dejarse las llaves del coche en la casa, caerse en lo momentos más inoportunos, verbalizar sus siguientes movimientos y no rematar a la primera a sus agresores para que no le sigan dando problemas. 

Una de las cosas que puede chirriaros un poco al principio, es la continua muestra de religiosidad de la protagonista, pero ya os aviso que todo acabará cobrando sentido porque si creemos en la existencia de Dios, tendremos que creer en todo lo que parece en la Biblia, ¿no? La verdad es que no puedo contaros mucho más para no destrozaros la película, pero confiar en mí, cuando os digo que Babysitter Wanted merece bastante la pena. Es una película que se inspira en los clásicos y les insufla ese punto de crudeza y de explotación más propios del terror moderno. No es ninguna joya, ni la quinta esencia de terror, pero sí un producto diferente y fresco de esos que te dejan con buen sabor de boca.