Páginas

miércoles, 6 de mayo de 2015

HAPPY BIRTHDAY TO ME (1981)




El domingo era mi cumpleaños y por falta de tiempo, entre celebraciones y demás, me fue imposible subir esta reseña. Quería ofreceros una película que tuviese que ver con este día tan especial y buscando, buscando, encontré, como no podía ser de otra manera, ¡un slasher ochentero! Y es que tenemos slashers para todas las fechas señaladas: Navidad (Silent Night, Deadly Night 1984), Baile de graduación (Prom Night 1980), Halloween (La noche de Halloween 1978), San Valentín (San Valentín sangriento 1981), etc.

Un grupo de amigos pertenecientes a la élite del instituto, que se hacen llamar los “Top Ten”, se convierten en el objetivo de un asesino que empieza a aniquilarlos uno a uno. A medida que sus amigos van desapareciendo y su preocupación va en aumento, nuestra protagonista, Virginia, (Ginny), empezará a recordar un trágico accidente que sufrió en el pasado y que permanecía desde entonces enterrado en su memoria.
Pues sinceramente os digo que Happy Birthday to me (1981) me sorprendió gratamente. No es que sea el gran peliculón de la historia, ni el slasher definitivo, pero me entretuvo durante sus casi dos horas de metraje intentando  averiguar quién era el asesino. Y es que la cinta que nos ocupa no es sólo una película en la que un homicida mata adolescentes a diestro y siniestro, no. Es también un thriller con una trama mucho más compleja, que nos llevará a devanarnos los sesos intentando dar con el culpable de los asesinatos.
Es una película canadiense dirigida por el prolífico J. Lee Thompson, que abordó una gran variedad de géneros en sus films. Puede que no os suene mucho el nombre, como me pasó a mí, pero si os digo que entre sus películas más conocidas se encuentran El cabo del terror (1962), Los cañones de Navarone (1961) o La rebelión de los simios (1972) la cosa cambia, ¿verdad? Os invito a que echéis un vistazo a su filmografía porque no tiene desperdicio. Bueno, a lo mejor la última parte de su carrera en la que se dedicó a hacer películas con Charles Bronson Justicia Salvaje (1984) o Yo soy la Justicia II (1987), podéis obviarla, jejejeje.
Tal y como apuntaba uno de los carteles de la película: “Seis de los asesinatos más raros que jamás hayáis visto”, nos enfrentaremos a unos crímenes de lo más originales y muy bien realizados. Mi favorito, y portada de la cinta, por lo que no os desvelo nada, es el que yo llamo: la brocheta asesina. No creo que hayáis visto nada igual y a partir de este momento las brochetas no os parecerán tan inofensivas como hasta ahora. Pero sin duda, lo que más impresión me causó, fueron las imágenes de la operación de Ginny, que no me extraña que pareciesen tan reales, ya que según he leído fueron realizadas por un auténtico neurocirujano.

El punto fuerte de Happy Birthday to me es su sorprendente final, cargado de giros argumentales, pero que para mí estropean la película. ¿Por qué? Pues porque creo que intentaron hacer un final muy enrevesado, que nadie se esperase y lo que obtuvieron fue algo totalmente inverosímil. De hecho, en la época previa a su estreno se corrió entre la prensa el falso rumor de que, para mantener en secreto ese sorprendente final, se habían grabado varios finales alternativos. El bulo sirvió para ocultar que durante la grabación la película no disponía de un desenlace definitivo. El guión original contemplaba un final que daba sentido a la historia, pero sin giro argumental, así que fueron los productores los que decidieron introducirlo para dejar a los espectadores con la boca abierta.
En cuanto a los actores destaca nuestra protagonista con problemas de memoria interpretada por Melissa Sue Anderson, que puede que os suene por haber interpretado a Mary Ingalls en la empalagosa La casa de la pradera (1974-1983). La verdad es que resulta bastante creíble a pesar de la cara de circunstancias que mantiene en casi toda la película. También aparece el archiconocido Glenn Ford, protagonista de una de las escenas míticas de la historia del cine, la bofetada a Rita Hayworth en Gilda (1946), y que aquí interpreta al doctor David Faraday, que operó a nuestra protagonista tras su accidente y que ahora se ha convertido en su principal apoyo. Según comentan las malas lenguas, Ford abusó del alcohol durante el rodaje y esto le llevó a tener una fuerte disputa con el asistente de dirección.

Otro dato sorprendente, es la gran campaña de promoción con la que contó esta película y para la que, supuestamente, la productora Columbia Pictures se gastó el mismo dinero que le había costado realizarla. Se llevaron a cabo acciones de lo más originales: carteles publicitarios para los cines en los que aparecía una tarta de cumpleaños atravesada por un hacha, se animó a la gente que celebraba su propio cumpleaños a que llevase a sus familiares y amigos a ver la película entregándoles camisetas y gorritos promocionales… En la radio, los disc jockeys hacían preguntas terroríficas a sus radioyentes, como por ejemplo de qué forma reaccionarían si fuesen a una fiesta de cumpleaños y ellos fuesen los únicos asistentes a la cena que permanecían con vida. Me parece una campaña publicitaria de lo más original y echo de menos que las cosas ya no se hagan así.

Os recomiendo Happy Birthday to me porque creo que es un gran slasher de los ochenta injustamente olvidado y con un final tan sorprendente como puede ser el de Campamento sangriento (1983). Además nos introducirá de lleno en la dinámica de descubrir quién es el asesino y, a medida que los posibles culpables empiecen a ser eliminados, nuestra tensión irá en aumento, porque si algo os puedo asegurar es que no podéis ni imaginar el final…