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jueves, 14 de julio de 2016

THE POSSESSION OF MICHAEL KING (2014)



Creo que ya os había confesado que me gusta bastante el subgénero de posesiones, especialmente por la transformación que sufre el personaje endemoniado a lo largo de la película. Normalmente, esta mutación suele ser más impactante en niños o adolescentes angelicales pero, precisamente, porque aquí el poseído era un hombre adulto que no creía en este tipo de cosas, me pareció una propuesta atractiva y diferente. Además, hacía tiempo que había visto en diferentes blogs y redes sociales recomendaciones de esta película y de otra similar del mismo año, The Taking of Deborah Logan (2014), donde la víctima de la posesión era una anciana enferma de Alzheimer y, la verdad es que me llamaron la atención precisamente por no ser los protagonistas típicos de este tipo de producciones.

Después de que los consejos de una vidente condujesen a su mujer a la muerte, el escéptico, Michael King, decide grabar un documental que desmienta la existencia de cualquier fuerza o ente sobrenatural. King llevará a cabo entrevistas con varios médiums y espiritistas en las que se practicarán conjuros e invocaciones sobre su persona. Desgraciadamente, las cosas no resultarán como King había imaginado y su vida tomará un rumbo de lo más siniestro.

Primera y única película, hasta la fecha, de David Jung. Jung inició su carrera en el cine como colaborador en el rodaje de seis producciones de Roger Corman y, tras su paso como ejecutivo en Disney y la Paramount Pictures, decidió establecerse por su cuenta. Durante unos años, él y su co-guionista vendieron varios guiones a diferentes productoras pero, llegó un momento en el que Jung quería ser él el que dirigiese sus propias películas y, ¿cuál era la manera más fácil? Pues escribir una película de terror de bajo presupuesto que, en el caso de no encontrar financiación, pudiesen producir ellos mismos y así es como surgió la idea de The Possession of Michael King. 

Estamos frente a otro falso documental en el que la grabación incesante de la vida del protagonista está bastante bien justificada ya que tiene que hacer un seguimiento de su persona para demostrarle al mundo que los conjuros e invocaciones que han hecho sobre él, no han dado su fruto y son una patraña. De hecho, la elaboración del documental se convierte para King en una especie de venganza contra todas aquellas personas que defienden la existencia de seres superiores, ya sean divinos o demoniacos, porque los culpa de la muerte de su esposa.

Pero como siempre pasa, cuando uno juega con fuego acaba quemándose y el bueno de King empieza a experimentar sucesos extraños en su persona y a su alrededor. Esto provoca que, en un primer momento, los espectadores dudemos si verdaderamente está siendo poseído por algún tipo de demonio o si su obsesión por desacreditar cualquier actividad paranormal le está conduciendo a la locura. A partir de este momento, su amigo Jordan que hasta ahora había sido el cámara de documental decide no continuar con el trabajo, la hermana de King que estaba ayudándole con su hija también se marcha con la niña cuando las cosas toman un cariz peligroso…. Y así, nuestro protagonista se quedará solo con sus paranoias, sus diferentes tonos de voz, sus automutilaciones y toda esta parafernalia tan típica de los poseídos.

El mayor mérito de The Possession… está en recrear una atmósfera malsana y siniestra alrededor del protagonista. Es interesante cómo se ha documentado aquí el proceso psíquico y físico que sufre un poseído y cómo un ateo, como el protagonista, experimenta en sus propias carnes que algo maligno ha invadido su cuerpo, controlando sus actos y su voluntad. En este sentido, la película no cae en los convencionalismos habituales de este tipo de producciones: cuerpos contorsionados que escupen insultos mientras el cura o los exorcistas de turno intentan salvar el alma del pobre diablo, nunca mejor dicho, jejeje. Digamos que The Possession consigue un acercamiento más realista y, al mismo tiempo, más aterrador.

También habría que destacar el papel de Shane Johnson como Michael King, ya que prácticamente todo el peso de la película recae sobre él y consigue resultar bastante convincente en todo momento. Al principio, King es bastante arrogante y vemos como siente un gran desprecio por los espiritistas y especialistas que va entrevistando y cómo, en todo momento, pretende desprestigiarlos. Pero, a medida que la posesión se va haciendo patente, veremos ese tormento que le supone no ser totalmente dueño de sus actos y el miedo que le produce el llegar a hacer daño a sus seres queridos. Sin duda, una actuación a la altura de lo que requería este papel.  

La película tiene alguna escena inquietante como por ejemplo la que tiene que ver con el perro de la familia pero, en general, abusa demasiado de los sustos provocados por las subidas de volumen. Este recurso se hace un poco repetitivo y molesto porque me daba rabia que una película con una atmósfera tan sugerente y una historia más o menos original cayese en estos sustos de baratillo, pero se lo perdonaremos porque el conjunto funciona a la perfección. ¡Qué no vuelva a ocurrir Sr. Jung!, la próxima vez no seré tan benevolente, jejeje.
Aunque con elementos propios del cine de terror, The Possession... es más el drama que produce la pérdida del ser querido, el dolor de vivir cada día sin su compañía y soportar su ausencia. Sin duda, una propuesta diferente dentro del género de posesiones y exorcismos que supongo que le gustará a todos aquellos que estuviesen buscando un soplo de aire fresco en un subgénero tan manido como éste. Y, no caigáis en el error de pensar que esta cinta es un mero drama, porque el mundo en el que nos introduce el incauto de Michael King acojona y bastante. Os lo dice alguien que no cree para nada en estas cosas pero que por si acaso, no investiga aquello que no quiero descubrir, jajaja.