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jueves, 14 de diciembre de 2017
MANIAC (2012)
Seguimos con los clásicos de la maratón y, aunque éste no lo es mucho, sí que era una de esas cintas que habían tenído bastante repercusión en los últimos años y yo no me había encontrado motivada para verla. Sí, motivada, jejeje. El problema que tenía con este remake era precisamente la cinta original de William Lustig, que me resultó bastante tediosa y no puede siquiera acabarla. Así que podréis imaginar mis reparos, a la hora de enfrentarme de nuevo a este asesino corta cabelleras pero, como ya he aprendido que la audiencia es sabía, si todo el mundo apuntaba que era un buen remake, tendría que darle una oportunidad.
Frank es un joven que se dedica a restaurar maniquís, mientras que en sus ratos libres, contacta con chicas a través de Internet, a las que luego asesina, arrancándoles la cabellera que se lleva consigo como una especie de trofeo. Un día, entra en su tienda una joven artista, Anna, que se interesa por sus trabajo y quiere utilizar algunas de sus figuras para su exposición. Frank se enamora perdidamente de ella, pero sus instintos psicópatas y su obsesión por la chica, desatarán sus ansias de acosar y asesinar.
Alexandre Aja, uno de los mejores realizadores del panorama actual del terror que, tras su debut con Haute Tension (2003) y dirigir alguno de los remakes mas interesantes de los últimos años: The hills have eyes (2006) y Piranha 3D (2010), volvió a contar con su colaborador habitual, Grégory Levasseur para adaptar el guion de la obra original. En la dirección tenemos a Franck Khalfoun, gran amigo de Aja, al que conocimos hace algún tiempo por la más que solvente Parking 2 (2007) y al que veremos a principios de año por la salas españolas, con la enésima versión de la leyenda de Amytiville, en Amytiville: The Awakening (2018).
La elección del actor que da vida a uno de lo asesinos más perturbados y enfermizos del cine de terror, fue bastante curiosa al elegir a Elijah Wood, el eterno hobbit. Es interesante ver los esfuerzos de dos actores como son el propio Wood y Daniel Radcliffe, recordados eternamente por dos papeles míticos, en desprenderse de ese encasillamiento mediante la elección de papeles totalmente alejados de la imagen dulce e inocente que tenemos de ellos. La mayor parte de la interpretación de Wood se basa en su voz, por lo que tendréis que ver la VOS si queréis disfrutar de ella, ya que las pocas imágenes que tenemos de él, es cuando se refleja en cristales o espejos. Creo que no os lo había contado todavía, pero uno de los principales atractivos de esta versión es que está grabada desde el punto de vista del asesino, es decir, que el propio Wood llevaba una cámara sobre sus hombros que iba grabando todo desde sus perspectiva. Os dejo aquí un documental muy interesante sobre el Making of de la película que, sin duda, implementara vuestra experiencia tras el visionado de Maniac.
Es complicado enfrentarse a un slasher de culto como lo fue el de los 80, con una atmósfera tan sucia y desoladora, un asesino tan inquietante y terrorífico como el que nos brindó Joe Spinell y salir airoso. Pero si en algo en experto Alexandre Aja es en ofrecernos remakes superiores a la película original y, aunque nunca se podrá igualar la escalofriante interpretación de Spinell, sí que ha conseguido crear un producto actualizado y con un ritmo más ágil que el de la obra original. Son interesantes las diferencias del personaje de Wood, ya que a diferencia de Spinell, él el un joven atractivo que no tiene problemas en seducir a la chicas con las que contacta por Internet, pero cuando llega el momento de la verdad, se vuelve violento, al recordar su traumática niñez con una madre que le obligaba a presenciar su encuentros más tórridos. Es un aspecto bastante interesante, ya que sitúa a Frank, muy cerca de algunos de los asesinos más conocidos del cine, también a causa de una infancia difícil, como lo fueron Norman Bates en Psicosis (1960) o el psicokiller de The Silence of the Lambs (1991).
La cinematografía de esta película, obra de Maxime Alexandre, es sencillamente espectacular. La representación de la ciudad de Nueva York, como un lugar desapacible y terrorífico o la belleza que poseen las imágenes de los asesinatos, por muy macabras que sean, son verdaderamente sorprendentes. Además, si a esto le sumamos la brillante escena final en la que el gore y la locura se dan la mano, obtenemos una de las mejores cintas protagonizadas por un asesino de los últimos años. No me atrevería a deciros que es mejor que la original, porque no sería justo ya que no conseguí terminarla, pero lo que sí me que encuentro en posición de afirmar es que ésta versión es mucho mas accesible para el publico en general.
En resumidas cuentas, Maniac es un gran remake que nos pone sobre la palestra a un asesino frio, desalmado y perturbado, en una más que solvente interpretación de Elijah Wood. Teniendo en cuenta que las películas y series sobre asesinos reales están tan de moda, creo que esta cinta podría de ser del agrado de muchos de vosotros y además, poder dormir con la tranquilidad de que nuestro Frank, nunca existió.