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jueves, 4 de marzo de 2021

LAS 101 JOYAS DESCONOCIDAS DEL CINE DE TERROR SEGÚN FANGORIA



No hay nada que me produzca más satisfacción que descubrir listas de películas de terror desconocidas o infravalorados. Para mi son como pequeños tesoros que estoy deseando abrir y descubrir. Como muchos ya sabréis, Fangoria es una de las revistas más longevas y prestigiosas sobre cine de Terror. Desde su fundación en 1979, nos han proporcionado infinidad de artículos, entrevistas, noticias y especiales sobre películas, videojuegos, libros o cualquier aspecto del entretenimiento más terrorífico. 

En 2011 se publicó una guía en la que varios de sus expertos eligieron las 101 mejores películas de Terror desconocidas para el aficionado medio del cine de género. Digo esto porque los auténticos Horror Lovers conocemos la gran mayoría y hemos visto muchas de las películas que nos proponen. Entre ellas podemos encontrar cintas que fueron desechadas por los distribuidores, fracasos iniciales, películas extranjeras (que ya sabemos que eso para los norteamericanos ya es una rara avis en sí misma) o producciones directas a vídeo que esperaban pacientemente ser descubiertas. También encontraremos las películas de directores de renombre que dada su fama, quedaron eclipsadas.

Os he contado todo este rollo porque me ha parecido una gran idea que juntos vayamos descubriendo las películas que Fangoria nos propone y valoremos sí son verdaderas joyas del Cine de Terror. Será un especial que vaya haciendo poco a poco dada su gran envergadura y siempre en artículos de 5 películas, para que no se nos haga muy pesado. 

Dicho esto, empezamos con las primeras 5 películas que nos proponen que casualmente ya había visto, pero he querido revisionar las que tenía más olvidadas para poder hablar de ellas como se merecen.



ALICE SWEET ALICE (1976)


Esta película es toda una joya del cine de Terror sententero y es considerada por muchos críticos como la película más Giallo de producción norteamericana, aunque su director confesara en ese momento, que no había visto nada de Dario Argento.

La película, ambientada en la católica y conservadora Paterson, Nueva Jersey, durante los años 60, nos presenta a Karen, una niña de 9 años que va a celebrar su primera comunión y recibe todo tipo de atenciones y regalos por parte de su madre y el joven párroco de la comunidad. Éste trato privilegiado molesta bastante a su celosa hermana Alice que se divierte fastidiando no sólo a su hermana, si no a quién se le pone a tiro. Por eso, cuando Karen es asesinada, todas las sospechas recaen sobre su celosa hermana. El padre biológico de las niñas que había rehecho su vida con otra mujer, regresa para apoyar a su ex en estos duros momentos y localizar al asesino porque está convencido de que Alice no es la responsable.

El libreto de Alice Sweet Alice corre a cargo de Alfred Sole y de su amiga y vecina en Paterson, Rosemary Ritvo, aunque a los mandos de la dirección sólo estaba Sole. El germen de esta película obedece a dos factores: uno, la influencia que ejerció en el director la película Don't look now (1973), de la que claramente tomo la idea del impermeable amarillo del asesino y la excomulgación de Sole de la diócesis de Paterson, a raíz de los cargos por obscenidad que recibió su anterior película Deep Sleep (1972), de claro contenido erótico. De ahí es de dónde viene todo ese ambiente anticatólico que respira la película y la decisión de no señalar a influencias demoniacas como responsable de los crimenes mundanos, si no al fanatismo y represión católica que tantos disgustos y matanzas han provocado

Una película que funciona como un giallo, en el sentido de que tenemos al padre de las niñas investigando por cuenta propia el asesinato de su hija, desoyendo las acusaciones y diagnósticos de policía y médicos que apuntan a Alice como única culpable. Por otro lado, tenemos a un asesino enmascarado con un careta bastante espeluznante: una especie de recreación de una muñeca, traslucida que da bastante grima.

Brooke Shields hizo su debut cinematográfico en esta película y dada la fama que alcanzó posteriormente con The Blue Lagoon (1980), cuando la película fue reeditada en 1981, se cambió el poster para utilizar su imagen como reclamo, a pesar de que en Alice Sweet Alice, sale apenas 20 minutos. La verdad es que su personaje es de los pocos adorables que tiene la cinta, porque de raros y odiosos anda sobrada. En primer lugar, Alice, a la que da vida una excelente Paula Sheppard que contaba por aquel entonces con 19 años, interpretando a una joven de 12, acaba de perder a su hermana víctima de una asesinato bastante macabro y ella no siente absolutamente nada. Como buena psicópata que es o acabará siendo en un futuro, en vez de llorar las penas, se dedica a hacerle la puñeta a su vecino, el desagradable Sr. Alphonso. Digo desagradable, por no llamarle otra cosa, ya que protagoniza una de las escenas más turbias de la cinta, cuando intenta propasarse con la perturbada, pero todavía niña, Alice.  También la tía de la criatura que ha llegado a la casa para ayudar a su hermana con el duelo, parece odiar a todo el mundo, especialmente a Alice de la que está segura es la asesina de su hermana. Así que salvando a los padres de las niñas que tienen unos momentos de resurgimiento romántico, muy a la italiana y el joven párroco que tiene un claro enamoramiento platónico de la madre, el resto de los personajes de la historias son bastante odiosos, por no decir detestables.

En definitiva, lo que más me atrae de Alice Sweet Alice es su imaginería religiosa tan inquietante, la sordidez del Sr. Alphonso, la frialdad de Alice, los asesinatos tan macabros y su retrato de un cristianismo radical asentado en la represión, las envidias y la hipocresía. 


ALONE IN THE DARK (1982)


Una de esas rareza del cine ochentero que quedó sepultada por el éxito de los slashers de asesinos enmascarados que masacraban adolescentes inmaduros compulsivamente. Aunque se la suele encasillar dentro de este subgénero, lo cierto es que yo la considero más una película de venganza que se acaba transformando en todo un survival. Es cierto que cuando los perturbados escapan de la institución psiquiátrica en la que estaban internos, dejan tras de sí un reguero de muertos y damnificados, pero tan sólo porque es el camino que les separa del objeto de su venganza.

Ópera prima de su director, Jack Sholder que también participó en la elaboración del guión y que años después nos traería otro título de culto para el fantástico, como es Hidden (1987). A grandes rasgos, la película trata sobre un grupo de internos de un psiquiátrico que se escapan de la institución, tras un corte de luz que tira por tierra todo el sistema de seguridad. Obsesionados con la idea de que el nuevo psiquiatra ha asesinado al anterior para ocupar su puesto, este grupo formado por cinco psicópatas bien definidos por las particularidades de su demencia, deciden acudir a la casa del nuevo doctor para vengarse por la supuesta muerte de su anterior psiquiatra.  

Los temas que se tocan en Alone in the Dark son bastante más profundos que los que suelen darse en un slasher prototípico. Aquí se desarrolla la idea de lo fina que es la capa que separa a los cuerdos, de los locos. La institución psiquiátrica en la que va a empezar a trabajar nuestro protagonista se distingue por la indulgencia en las técnicas, hasta con los pacientes más peligrosos que emplea su director. Un espléndido Donald Pleasence que en muchas ocasiones hasta nos hace dudar de que él mismo, sea uno de los los internos. Por otro lado, la familia de este nuevo psiquiatra, perfectamente normal y para nada violenta, tendrá que hacer todo lo posible para sobrevivir cuando estos locos asalten su casa, hasta el punto de  convertirse en asesinos, si fuera necesario. 

Si por algo destaca esta película es por un reparto excepcional. El grupo de pacientes que escapan de la institución está formador por: un ex soldado esquizofrénico y paranoico interpretado por Jack Palance, un párroco con tendencias pirómanas al que da vida Martin Landau, un abusador de menores y The Bleeder, un asesino que oculta su cara tras una máscara de hockey y que sangra por la nariz siempre que quiere cometer un crimen. Aunque estos dos últimos actores no son conocidos, para el papel de nuevo doctor del psiquiátrico, tenemos a Dwight Schulz, más conocido como Murdock del Equipo A (1983-1987), para todo aquel que se criase en los 80.

Como dato curioso, deciros que para la escena de la pesadilla final contaron con el artesano en efectos especiales, Tom Savini, con el que Sholder había trabajado en la grandiosa, The Burning (1981).

Alone in the Dark fue la primera película producida por la New Line Cinema, que ya había visto el filón del mercado de cine de género cuando se dedicaba exclusivamente a tareas de distribución. A esta productora, hoy en día absorbida por la Warner, le debemos sagas como A Nighmare on Elm street, Critters o The Texas Chainsaw Massacre

Considero que Alone in the Dark es una cinta que merece ser rescatada, no sólo por su reparto espectacular y sus guiños a películas como Halloween (1978) o Friday the 13th (1980), si no porque aborda temas o nos pone en situaciones mucho más complejas de las que se perciben a simple vista: el turbio pasado de la hermana del psiquiatra, la permisividad de instituciones mentales que pretenden que los internos sean más colegas que pacientes, las frágiles medidas de seguridad del centro y cómo en un país desarrollado como EEUU, un corte de luz a nivel municipal, puede acarrear disturbios violentos generalizados....


APT PUPIL (1998)


Apt Pupil o Verano de Corrupción, como se la conoce en España es una película que me perturba y me entristece terriblemente, no sólo por la historia que nos cuenta, si no por el trágico final de su protagonista, Brad Renfro que moriría a la temprana edad de 25 años.

La película está basada en uno de los cuatro relatos que forman parte de la antología de Stephen King, Las Cuatro Estaciones (1982) y que cuenta con otras dos historias adaptadas con éxito al cine como son: The Shawshank Redemption (1994) y Stand by me (1986). La realización de esta película fue un sueño cumplido de su director Brian Singer que desde que leyó el libro en su adolescencia, siempre había querido adaptarlo a la gran pantalla y tras el éxito que obtuvo con su ópera prima, The Usual Suspects (1995), puedo llevarlo a cabo. La trayectoria de Singer continuó es ascenso, en primer lugar con las películas de la saga de X-Men, pero sobre todo, por su trabajo más reciente hasta la fecha, la multipremiada, Bohemian Rhapsody (2018).

Apt Pupil nos muestra de una manera bastante gráfica, cómo el mal puede corromper a la mente más brillante e inocente. Un joven de 14 años, atraído por la ideología nazi, descubre que unos de sus vecinos es uno de los criminales más sanguinarios de la Segunda Guerra Mundial y ahora vive en su vecindario bajo una identidad falsa. El chico chantajea al anciano porque quiere que éste le cuente de primera mano las historias de la guerra que no le cuentan en el colegio, ni aparecen en los libros, a cambio de no denunciarle ante las autoridades. A partir de aquí, se inicia una relación de manipulación en ambos sentidos, bastante enfermiza que tendrá consecuencias terribles. Por un lado, el evocar viejos recuerdos e ideales que habían permanecido enterrados durante años, provocan que el monstruo que albergaba el interior de Arthur Denker/Kurt Dussander vuelva a despertase y al mismo tiempo, estas historias de torturas, vejaciones y asesinatos insensibilizan al chaval que poco a poco se va convirtiendo más que en un nazi, en un psicópata controlador y despiadado.

El guion que fue adaptado por Brandon Boyse, se aleja bastante de la novela en su tramo final. El relato de King concluye de una manera mucho más contundente, con una espiral de violencia a manos del propio chaval ya en su edad adulta que aquí sí que se ha convertido en todo un nazi, no sólo por sus impulsos homicidas, si no por los comentarios racistas que vierte sobre su novia judía. Por el contrario, aunque la adaptación de Boyce termina de una forma menos drástica en la que el chaval se ha vuelto un manipulador, pero parece que su maldad no va a ir a más allá, sigue poniendo los pelos de punta. 

Las actuaciones de ambos, especialmente la de Ian McKellen, son muy convincentes. Es todo un espectáculo ver la transformación que sufre el personaje de McKellen que pasa de ser un anciano decrépito de un apacible barrio residencial americano, a un ser despiadado, cruel y mucho más erguido que no se arrepiente de sus atrocidades del pasado. 

Aunque la historia que desarrolla la novela y la película son ficticias, esconden su parte de verdad. Durante la caída del Tercer Reich, mucho altos cargos nazis, especialmente científicos, fueron indultados y introducidos en la sociedad estadounidense mediante identidades falsas en la denominada Operación Paperclip. De hecho, tenéis disponible en Netflix, un true crime llamado The Devil next door (2019), sobre un entrañable ancianito estadounidense que fue identificado como Ivan El Terrible, un sanguinario operario de cámara de gas en los campos de exterminio de la Segunda Guerra Mundial. Si por el contrario preferís algo de ficción más gamberra, porque el True Crime es bastante duro, en Prime Video tenéis también la serie Hunters (2020), protagonizada por Al Pacino, sobre cazadores de nazis en suelo norteamericano durante la segunda mitad del s. XX.

En definitiva, Apt Pupil es una película que me fascina por sus similitudes con la realidad y al mismo tiempo me deja un poso de tristeza muy grande en el corazón. El mal nunca muere y puede terminar pudriendo a todo lo que está a su alrededor.



THE ASPHYX (1973)

The Asphyx es toda una rara avis del terror gótico británico que merece ser rescatada por su original visión del Mad Doctor, la inmortalidad y los experimentos para cambiar los designios divinos. 

Un rico científico de la época victoriana, aficionado a la fotografía, descubre una especie de bruma que aparece en las fotos cerca de la personas, cuando éstas están próximas a la muerte. Tras un trágico accidente descubre que este borrón no es alma de la persona abandonando el cuerpo, si no que es el Asphyx, un espíritu de la mitología griega que aparecía para llevarse a la persona al inframundo. Poseído por la idea de burlar a la muerte, nuestro científico fabrica un dispositivo capaz de atrapar a estos espíritus y así convertir a esas personas en inmortales. Sin embargo, el invento no parece funcionar del todo bien y cegado por la ambición y la arrogancia, este ingenuo mad doctor acabará provocando una serie de consecuencias devastadoras para toda su familia.

La película está ambientada en la impresionante mansión de la familia Cunningham dónde vive este prestigioso y respetado científico junto a sus hijos y su futura esposa. El interior de la casa nos trasporta a esa imagen que tenemos de la época victoriana con salas repletas de estanterías atestadas de libros, instrumental científico, retratos en blanco y negro y relojes de pie. Un ambiente científico intelectual que nos recuerda mucho al de la novela de  Frankenstein. Toda la acción se desarrolla en este entorno y le otorga a la película una apariencia bastante teatral.  

En la película no existe ningún villano, ni monstruo como tal, si no un espíritu, el Asphyx, al que ahora identificaríamos como la Muerte que viene a buscar a sus futuras víctimas porque les ha llegado su hora. No existe ninguna maldición, ni ningún oscuro designio, la muerte se limita a perpetuar el orden natural de las cosas. Lo que sí tenemos es un científico que cegado por el dolor y la tragedia realiza experimentos imprudentes que van más allá de su propia capacidad intelectual y cuya ambición lo acabará devorando. 

El diseño del Asphyx es bastante gracioso, una especie de holograma azulado que representa lo que a mi me parece una momia con la boca abierta y aspecto amenazador. La verdad es que me recordó bastante a los fantasmas verdosos de los Cazafantasmas, jejeje.

A pesar del gran trabajo de dirección y cinematografía que desprende The Asphyx está fue la única película que dirigió Peter Newbrook. El cineasta británico dedicó la mayor parte de su carrera a tareas de producción, cinematografía y operador de cámara en clásicos como The Bridge on the river Kwai (1957)Lawrence of Arabia (1962).

Más que una película de terror considero a The Asphyx como un drama de proporciones astronómicas con ciertas dosis de ciencia ficción. Una película interesante, sin villano, de ritmo pausado, con algún giro en la trama, sin demasiados sobresaltos que nos transporta a esa época en la que era plausible pensar en capturar el alma de alguien y convertirla en inmortal o juntar pedacitos de personas y crear un autómata. Una época donde los espíritus, las maldiciones formaban parte de la vida cotidiana y la inocencia ante lo desconocido era entrañable. 


THE BEYOND (1981)



Me es imposible no amar muy fuerte la trilogía extraoficial de las Puertas del Infierno de Fulci, especialmente su segunda parte. The Beyond o mejor con ese título tan maravillo que los italianos le ponían a sus gialli y películas de terror... E tu vivrai nel terrore! L'Aldilà es una cinta de terror que tiene una ligera coherencia argumental pero que sin embargo, su potencia a la hora de crear una atmósfera de pesadilla infernal, sigue funcionando a día de hoy como un tiro. La intensidad y el efectismo de la violencia y el gore en muchas de las escenas provocaron su censura en varios países y su ascensión a los altares del culto.

La historia gira en torno al hotel Seven Doors en Luisiana. La primera escena nos lleva a 1927, cuando una multitud mal encarada se dirige al hotel con antorchas y cadenas para dar muerte de una forma muy sanguinaria y atroz a Schweick, un artista al que acusan de brujería y haber traído una maldición al hotel y la ciudad. Su muerte abre una de las siete puertas del Infierno que estás esparcidas por el mundo y que permite a los muertos pasar al mundo de los vivos. Acto seguido, la acción nos traslada a la época actua en 1981, dónde Liza Merril, una neoyorquina que no tiene ni idea del pasado del hotel, lo ha heredado y lo ve cómo su última oportunidad para prosperar en la vida. Sin embargo, los trabajos de acondicionamiento del hotel activan el portal maldito y junto al médico del pueblo, su interes romántico, se enfrentarán no sólo a los muertos vivientes, si no a una infinidad de males que podrán contra las cuerdas a la desdichada pareja.

Habré visto The Beyond como tres veces y siempre tarda días en irse de mi memoria porque no paro de darle vueltas a su significado. Aunque la sinopsis de la película es a grandes rasgos la que os he señalado, hay muchas escenas que no aportan contenido a la historia, pero que están ahí por su impacto o para el despliegue de la artesanía gore de la que presume la película. Escenas como aquella en la que a la madre de una niña se le cae un liquido corrosivo encima. ¿Qué provoca que esa mujer esté petrificada en el suelo y que el líquido le caiga sobre la cara? Ni idea porque todo sucede fuera de cámara, pero da igual porque la escena es fantástica e impactante. Otra secuencia que también está insertada por la potencia de su escena gore es en la que la mujer ciega está rodeada por cadáveres que simplemente se quedan mirándola como figuras de cera y en un momento dado, ella le dice a su perro lazarillo que los ataque y se acaba liando muy parda porque el perro se zombifica, fuera de pantalla y la ataca a ella. No le encuento mucho sentido a esta escena en el conjunto de la historia, pero ¿no os parece enigmático que el perro la muerda la yugular y una oreja? Es decir, la víctima es una mujer ciega a la que acabas de dejar sin otros dos sentidos: el habla y el oido. 

La combinación de la belleza, el horror y la música en The Beyond me resulta totalmente hipnótica y nos traslada como en un mal sueño a ese mundo infernal. Tanto aquí como en City of the Living Dead dónde también aparece Catriona MacCall, pero en un papel diferente, abundan los primeros planos de los personajes totamente en sombras, tan sólo iluminados por una banda de luz sobre sus ojos. Los planos en sí son de una belleza expectacular, pero al mismo tiempo esta imagen transmite una sensación de inquietud y temor muy potente. Lo mismo pasa con una de las secuencias más icónicas de toda la cinta, aquella panorámica en la que la protagonista viaja por una carretera totalmente desierta y se detiene al ver a una mujer y su perro en medio de la calzada. Cuando se cierra el plano vemos que la mujer de gran belleza está ciega y su mirada nos pone los pelos de punta.

Sólo se me ocurren palabras de alabanza para esta película en la que encontamos de todo, desde demonios, hordas de zombis, arañas carnivoras o libro maldito hasta la revelación de lo que hay al otro lado de la puerta del infierno. No se ha escatimado en escenas sangrientas con una especial predilección por los rostros derretidos y los ojos que salen de las orbitas. Una joya sin duda del cine de terror, aunque para nada desconocida entre los aficionados al género.