No sé si ya os había confesado mi absoluta devoción
por John Carpenter, es un director que me fascina. Hace poco he
vuelto a revisionar dos de sus mejores películas: The Mist (1980) y The Thing (1982) y han reactivado mis ganas por devorar toda su filmografía. Esto me
condujo a la película que hoy nos ocupa y de la que, sinceramente, no había
oído hablar.
Body Bags (1993) fue el episodio piloto de la serie que la cadena de
televisión Showtime pretendía hacer a
imagen y semejanza del éxito de la HBO,
Tales from the Crypt (1989-1996). Sin
embargo, la serie nunca salió a la luz y decidieron transformar estos tres
relatos, de apenas media hora, en una antología que tuvo bastante éxito cuando
fue lanzada al formato video en 1994.
Carpenter siempre había renegado de la televisión, de hecho
se refería a ella como “el mueble que habla”. Para explicar por qué aceptó este
proyecto hay que remontarse a sus anteriores trabajos: Big Trouble in Little China (1986), hoy película de culto, fue, en su
momento, un fracaso de público y crítica que dejó al director sin ganas de
trabajar con los grandes estudios de Hollywood. Intentó volver a trabajar con
ellos en Memoirs of an Invisible Man (1992) pero no le dejaron mucho margen de maniobra e incluso le apartaron
de la sala de montaje. Así que, en este
contexto, recibió con los brazos abiertos el proyecto para televisión de Body Bags ya que con él
recuperaba la libertad creativa que le había sido negada en el cine.
Para enlazar todos los segmentos contamos con el repugnante
forense de la morgue, El Coronel, como
maestro de ceremonias. Este personaje, por si no lo sabíais, ya que yo me
enteré cuando recabé información sobre la película, es el mismísimo Carpenter maquillado por el gran Rick Baker. Según cuenta el director en
una entrevista, que podéis encontrar en YouTube, el proceso de caracterización
se realizaba bastante temprano y le resultaba horrible tener que estar 3 horas inmóvil
en la sala de maquillaje. En la película, El
Coronel se dedica a abrir y cerrar bolsas de cadáveres buscando aquéllos
que han sido producto de una muerte
violenta y a contarnos su historia. Este personaje tiene un humor bastante negro
relacionado con la muerte e incluso se queja de la cantidad de cadáveres que
hay por causas naturales. Carpenter
tuvo que divertirse de lo lindo interpretando este papel, jejeje.
Vamos con los segmentos. El primero, La estación de gasolina, está dirigido
por Carpenter y trata sobre una joven
estudiante de psicología que tiene un nuevo trabajo en el turno de noche en una
gasolinera cercana a Haddonfield
(guiño del director a Halloween, 1978).
Durante la noche acudirán una serie de clientes de lo más
variopinto: borrachos, mendigos,.. Entre ellos se encuentran el conocido actor
de An American Werewolf in London (1981),
David Naughton y el gran Wes Craven. Poco después la chica será
acosada por un asesino en serie que se ha escapado de un psiquiátrico y quiere acabar
con ella.
La siguiente historia, también dirigida por Carpenter, se titula Pelo y cuenta la historia de Richard, un hombre de mediana edad
angustiado por la pérdida del cabello que decide acudir a una clínica que
anuncia un método milagroso. Allí el doctor y su enfermera, interpretada por la
conocidísima cantante de Blondie, Deborah Harry, le someten a una cirugía
que no tendrá, para nada, los resultados esperados, jejeje.
En el último episodio, dirigido por Tobe Hooper, el conocidísimo director de
The Texas Chainsaw Massacre (1974) y Lifeforce (1985), tenemos a Mark
Hamill, el auténtico Luke Skywalker,
jejeje, interpretando a un jugador de béisbol profesional que pierde un ojo en
un accidente. Mediante un proceso experimental le implantan el ojo de un recién
fallecido, pero al poco tiempo este ojo le mostrará cosas que con el otro no ve
y que pueden acabar con la tranquila vida que lleva junto a su mujer.
Los dos primeros segmentos tienen esa mezcla de
humor/terror que caracterizaba a Creepshow
(1982) pero, sinceramente, aquí no están a la misma altura. Por el
contrario, la historia de Tobe Hooper
es más oscura y seria, mostrando unos asesinatos de lo más escabroso. Si os
habéis dado cuenta, la temática de los dos últimos segmentos es la misma: modificación
corporal por intervención médica, quedando la historia de La estación de gasolina, que para mí es la mejor, algo descolgada.
Parece que John
Carpenter se tomó esta película como puro divertimento, no sólo por su
aparición como anfitrión, sino por los numerosos cameos de amigos con los que
contó, porque además de los que he mencionado anteriormente también
participaron: el director Sam Raimi (Evil Dead 1981) y Tobe Hooper y el actor Tom
Arnold como los ayudantes de la morgue. Sin duda, no es una de sus mejores
películas, pero disfrutó enormemente con la experiencia y eso es algo que Body Bags transmite
perfectamente al espectador.