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lunes, 18 de enero de 2016

CHICAS MALAS: MAY (2002)


¡¡¡Estrenamos nueva temporada en el blog!!! Y, ¿eso qué significa? Que os tengo preparadas un montón de cosas nuevas: secciones, especiales, monográficos,... Eso no quiere decir que las que ya aparecían: Truños varios o Zombis moments, que tanto gustan, vayan a desaparecer, porque películas de no-muertos y bodrios hay para rato, jejeje.

Así que para inaugurar el nuevo año os he traído una nueva sección porque no todo en el cine de terror van a ser Jasons, Freddys o Hellraisers, ¿verdad? Las chicas también podemos ser malas, pero que muy malas, y acojonar tanto o más que cualquier hombre. Sólo deciros que todas las cintas que os voy a traer son auténticos peliculones que no os deberíais perder por nada del mundo y que algunas de ellas, o mejor todas, deberían estar en el top 10 de cualquier horror lover que se precie. Así que sin más dilación damos paso a la primera de nuestras ilustres invitadas:


MAY (2002)

Estamos frente a una de esas pequeñas joyas que nos proporciona el cine muy de vez en cuando y que se convierte en película de culto casi en el acto. Una cinta rara, que te atrapa desde su primer minuto de metraje gracias a una atmósfera embriagadora y a un personaje principal, May, que te inquieta y enternece al mismo tiempo.

May es una chica solitaria y traumatizada desde pequeña por un pequeño defecto en uno de sus ojos. La joven vive sola con la única compañía de su muñeca y trabaja como asistente de veterinaria en un centro de Los Angeles. May, que ansía tener amigos, conoce a Adam, del que se enamora de manera obsesiva, al mismo tiempo que una compañera de trabajo se hace amiga suya e intenta seducirla. Cuando ambas relaciones fracasan, una May humillada y totalmente desequilibrada se vengará de todos aquellos que han osado apartarse de su lado.

Es la primera película en solitario del ya conocido Lucky McKee tras su opera prima, All cheerleders die (2001), en la que contó con la colaboración, tanto en el guion como en la dirección, de su compañero en la Universidad del Sur de California, Chris Sivertson. A raíz de los premios y del éxito que cosechó esta película en numerosos festivales, McKee alcanzó cierto prestigio. En 2005 dirigió un capítulo de la serie Masters of Horror, Sick Girl, que está protagonizada por la misma actriz de esta película Angela Bettis, con la que por aquella época tenía una estrecha relación. Tanto es así que en el debut de ésta detrás de las cámaras en Roman (2006), el protagonista de la cinta no era otro que nuestro querido Lucky McKee. ¡Qué fructífero es el amor en ocasiones! ¿Verdad? Creo que  lo más interesante que ha hecho McKee tras su opera prima ha sido The Woman (2011), basada en una novela escrita por él mismo y por el siempre sorprendente Jack Ketchum, por lo que más o menos podéis intuir el tono de la cinta: sordidez y depravación en estado puro.

May es una de esas películas que te hace reflexionar sobre lo dura que puede llegar a ser la soledad y el no sentirte aceptado por los demás. Todo el mundo necesita un hombro sobre el que llorar, alguien que le escuche, que comparta sus alegrías y no tenerlo puede conducir a la locura. Además, en una sociedad como la de hoy en día en la que los individuos tienden a aislarse cada vez más detrás de la pantalla de un ordenador o un teléfono y las relaciones cara a cara entre las personas están desapareciendo, el problema de la soledad es más frecuente de lo que pensamos.

En esta película podemos identificar varios subgéneros como el drama, la comedia, el romance o el slasher y todos encajan a la perfección como en un gran puzzle. Pero si hasta aparece una muñeca diabólica que da bastante mal rollo y que tiene cierta relación con el estado psicológico de May, ya que a medida que ésta va enloqueciendo, la urna de cristal que protege a la muñeca, se va resquebrajando.

McKee consigue, desde el primer momento, que el espectador empatice con May a pesar de sus rarezas y de su enfermizo gusto por la sangre. La vemos como un ser frágil al que no queremos que hagan daño, por lo que aunque el desenlace es bastante sorprendente no lo lamentamos en absoluto. Angela Bettis es una auténtica fuera de serie, está soberbia en su interpretación de la retraída y solitaria May. Desde aquí reivindico ese gran papel que le otorgue a esta actriz el reconocimiento que se merece ya que en todas las ocasiones en las que la he visto se come, literalmente, la pantalla.

Con la que no contaba era con la aparición de Anna Faris, a la que me es imposible desligar de su papel cómico en la saga de Scary Movie y la verdad es que me sorprendió para bien en este papel tan sexy y manipulador. Sin duda son las féminas las que destacan en esta película, porque el chico del que May se enamora, interpretado por Jeremy Sisto, me pareció un tanto anodino y robótico aunque, sinceramente, el papel no requería más y al lado de la grandiosa interpretación de la Bettis a ver quién era el que la hacía sombra.

Parece mentira que se consiguiese realizar esta magnífica película con apenas 50.000$. Pero, como siempre digo, el secreto de una buena película no está en grandes sumas de dinero empleadas en efectos especiales o decorados espectaculares, la verdadera esencia del buen cine reside en las grandes ideas, en la pasión, ilusión y el entusiasmo con la que se realizan. Así que animemos a los guionistas a que expriman sus cerebros y nos traigan ideas refrescantes e innovadoras que ya estamos más que aburridos del bombardeo constante de remakes y reboots.
En definitiva, si todavía no habéis tenido la oportunidad de conocer a May, no deberíais dejar pasar más tiempo y visionar esta película que estoy segura que no dejará indiferente a nadie. Además, conoceréis a una mujer que, aunque en un primer momento puede pareceros muy frágil y tímida, cuenta con los mecanismos necesarios para castigar por sí misma a aquéllos que no han querido permanecer a su lado. Así que: ¿estáis seguros de que no queréis ser amigos de May?