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lunes, 24 de abril de 2017

WRONG TURN (2003)


Después de haberme tomado unas vacaciones casi veraniegas, vuelvo al blog con las pilas recargadas y con más ganas que nunca de traeros un montón de películas y especiales. Como ya os habréis dado cuenta, este es el año en el que me he propuesto acabar con las sagas que tenía inacabadas e incluso con las series de las que tenía alguna temporada pendiente. ¿A qué se debe este afán de completísimo? Pues la verdad es que uno de esos días en los que estaba pensado qué ver, me di cuenta que no había visto las secuelas de películas que me habían gustado mucho como: Evil Dead (1981), Sleepaway Camp (1983), Ginger Snaps (2000), Hatchet (2006) … y, de repente, mi necesidad por saber cómo habían continuado estas historias, se descontroló. 

He terminado alguna de estas sagas y es curioso ver cuál ha sido el devenir de los guionistas para continuar con una trama que en su planteamiento inicial gozó de cierto éxito. Raras son las ocasiones, en las que las secuelas aportan ideas frescas y diferentes, creando todo un universo al rededor de la historia original (Wolf Creek, Dead Snow) ya que, en la mayoría de los casos, los responsables no se arriesgan ni lo más mínimo y se limitan a repetir constatemente la fórmula que les funcionó en la primera ocasión. Esto provoca que haya sagas en las que lo único que cambia son las víctimas y el escenario, y por eso tenemos la sensación de estar viendo lo mismo una y otra vez.

Wrong Turn nos presenta a un joven médico que, tras chocar su coche contra el de un grupo de amigos en una de las carreteras que atraviesan las montañas del Oeste de Virginia, se verá obligado a escapar de un grupo de caníbales deformes que los han elegido como presas de su peculiar cacería.

La película dirigida por Rob Schmidt sigue la estela de títulos como The Texas Chainsaw Massacre (1974) o The Hills Have Eyes (1977), principales exponentes del terror rural. Este subgénero, se caracteriza por representar a un grupo de urbanitas que viajan por la América profunda y que, en un momento dado, se topan con maniacos homicidas deformes, producto de prácticas nucleares del ejército o de una reproducción endogámica. También hay otra vertiente de películas dentro de este subgénero, en la que los dementes que pueblan estas zonas rurales son personas sin ningún tipo de deformidad física, pero con claras inclinaciones psicópatas o nazis. Dentro de este grupo, la pionera sería Deliverance (1972), pero también destacaría otros títulos como Calvaire (2004), Wolf Creek (2005), Frontière(s) (2007) o la más actual, A Lonely Place to Die (2011).

Aunque Wrong Turn no inventa nada, su mérito se base en crear un producto más que aceptable, desarrollando una historia entretenida, que en momentos se torna angustiosa, con unas buenas actuaciones, unos asesinos icónicos y unas muertes de lo más gore, en las que no se escatima en sadismo y vísceras.

El guion, como suele ser habitual, sigue a nuestros jóvenes y atractivos protagonistas encabezados por Eliza Dushku, Jeremy Sisto y Desmond Harrington, a cometer los típicos errores que lo convertirán en la carnaza que ansían estos depredadores. Primera regla: si un lugareño te avisa que no te adentres en los bosques, por muy mala pinta que tenga éste, siempre hay que hacerle caso, es de la zona y sabe lo que se cuece por allí. Regla número dos: las cabañas en los bosques son muy peligrosas, y más si es la morada de un trio de mutantes: Tres dedos, Dientes de Sierra y El Tuerto. Así que, si no es para buscar armas, no hay que entretenerse inspeccionando los trofeos que tienen de sus anteriores víctimas. Y regla número tres: nunca hay que separarse del grupo, ni darse por vencido porque nuestros amigos estén muertos. Si quieres ver un nuevo amanecer, hay que luchar hasta el último aliento. 


Como suele ser habitual en este tipo de películas, la trama se basa esencialmente es que este grupo de jóvenes, ni especialmente entrenados, ni acostumbrados a desenvolverse en un bosque, consigan acabar con el trio de mutantes que llevan asolando la zona durante años. Lo más realista, hubiese sido huir y denunciar este hecho a las autoridades, pero claro, así no hubiesen obtenido la consabida dosis de venganza por la muerte de sus amigos que tanto gusta a la audiencia.

Los mutantes, muy del estilo de salvajismo de los de The Hills Have Eyes, se comportan como críos para los que la caza de estos jóvenes no es más que un juego. No hace falta conocer los motivos por los que estos salvajes cazan seres humanos, ya que sólo adentrarnos en su cabaña y contemplar la colección de relojes, gafas de sol y miembros humanos, hace que se te ponga la carne de gallina. Me gustó bastante la caracterización de estos seres, dotándolos de personalidad y con rasgos diferenciadores entre unos y otros. Las muertes que aparecen en pantalla son espectaculares, pero si tuviese que destacar una, sería la de la persona que muere a causa de un hachazo y su cuerpo se parte en dos. ¡Espectacular! Todos estos efectos especiales tradicionales son obra del Stan Winston Studio.  

Wrong Turn cuenta hasta la fecha con 6 películas, aunque según parece, se podría estar preparando una séptima entrega para este 2017. Así que tendréis que verlas para comprobar sí estas continuaciones se deben a qué alguno de los mutantes escapa con vida o es que tienes más familiares por la zona...  


En resumen, Wrong Turn es el clásico slasher de terror rural con mutante sanguinarios, que no aporta nada nuevo, pero que entretiene y nos sorprende con unas muertes de lo más sangrientas y espectaculares. Una nueva saga que sumar a mi colección,tan larga que es muy difícil que no acabe degenerando en un producto repetitivo y aburrido, pero la esperanza es los último que se pierde, ¿no?