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martes, 13 de marzo de 2018

MUESTRA SYFY (2018) (PARTE 1)


Después de un fin de semana frenético en la Muestra Syfy, en la que he podido ver 12 películas en tan sólo tres días, estoy aquí para traeros mi valoración de todas ellas. Bueno de todas no, porque el domingo pude asistir a la proyección de Parque Jurásico (1993) por su 25 aniversario y creo que no es necesaria una crítica de la que para mí es una película fuera de serie que marcó mi infancia.

Y qué mejor forma que disfrutar de la Muestra que en la sala Mandaguer (para mi la sala sileciosa no es una opción), que es ese lugar donde se crean los mantras e iconos emblemáticos del Festival. Cómo si no vamos a saber qué hacer cuando aparece una luna en pantalla, qué responder al grito de canino o por qué gritamos A Todd Acosta o Charles Wallace, últimas incorporaciones, al ya de por sí amplio reperterio del buen mandanguer. Este año, tengo que dar la enhorabuena a los publicistas de la Muestra porque las frases que proyectaban durante los descansos fueron muy muy buenas y hasta verbalizaron mi lema de toda la vida:

Pero ya no me lio y más y vamos con lo que verdaderamente nos importa que son las películas, donde tuvimos un poco de todo, pero la valoración general es bastante positiva.


AS BOAS MANEIRAS



La película que se proyecta los Viernes a las 16.00, suele ser una que invita a la siesta más que otra cosa y para prueba tenemos Villmark 2 (2015) y Worry Dolls (2016) de pasadas ediciones, de las que os acosejo que alejéis mucho. En el caso de la propuesta brasileña del Festival no fue así y, aunque es excesivamente larga, mereció bastante la pena. Antes de nada, tengo que adelantaros, que esta Muestra ha supuesto todo un viaje alrededor del mundo a traves del cine, así que detengamonos en la primera parada.

Clara, una enfermera de las afueras de Sao Paulo, es contratada por una misteriosa  y acaudalada mujer para que cuide de su hijo no nato. Entre las dos mujeres surge un fuerte vínculo que una noche cambiará la vida de una de ellas para siempre.

La película cuya frecuencia, como dirían los mandaguers de pro, es el amor, se divide en dos partes, la primera nos muestra el amor entre dos adultos y la segunda entre una madre y su niño. Pero como ya nos enseña el poster, la película va de hombres lobo, pero desde una perpectiva muy humana y tierna. Si los dramas zombis en los que tu hija, Maggie (2005) o tu novia, Burying the Ex (2014), Life after Beth (2014), se infectan y sus seres queridos tienen que lidiar con el problema son más que habituales, aquí tenemos la misma premisa pero desde el punto de vista de la licantropía. 

Pero As Boas Maneiras, no es simplemente una película de hombres lobo, sino que aprovecha esta temática para mostrarnos el tranfondo social de la sociedad brasileña. Las dos protagonistas no pueden ser más opuestas. Por un lado, Clara, vive en una habitación alquilada a un paso de las favelas y busca desesperadamente un trabajo para pagar el alquiler. En contraposición, tenemos a la adinerada y solitaria, Ana, que necesita a alguien que la ayude con su futuro hijo, aunque lo que verdaderamente ansía es compañia, ya que su familia la dio de lado, cuando se quedó embarazada. A pesar de sus diferencias, las dos mujeres entablan una fuerte relación que sobrepasa cualquier barrera. Pero todavía nos quedará por delante una hora, en la que disfrutar de un bebe lobito, echo por CGI, pero que es puro amor y de un niño y una madre que tienen que lidiar con las tentaciones de la luna y la carne.

En definitiva, As Boas Maneiras, sin ser una maravilla, me resultó una película muy interesante, con una fotografia y una banda sonora muy cuidada y una demostración más de que el amor puede con todo. No os quedéis sin conocer a Joel y a su amigo Mauricio, os prometo que sus 2 horas y 15 minutos de metraje merecerán la pena.




A DAY



Pasamos a la película surcoreana de la Muestra y por lo tanto, mis expectativas eran altas, ya que este cine nunca suele defraudarme. En esta ocasión volvíamos a enfrentarnos por segunda vez en poco tiempo, a una nueva versión del día de la Marmota, una premisa que a este paso se va a convertir en todo un subgénero. En esta ocasión, abandonamos el tono de terror adolescente desenfadado que tan bien funcionó en Happy Death Day (2017) y nos adentramos en los thrillers dramáticos, que tanto gustan a los surcoreanos.

Ya os aviso que ni os acerquéis a la sinopsis de IMDB porque es un spoiler en toda regla. La historia nos situa en el camino de vuelta a casa de Jun-young, un reconocido cirujano que ha estado mucho tiempo en el extranjero en tareas de ayuda humanitaria. Ilusionado con la idea de volver a estrechar lazos con su hija, a la que hace mucho tiempo que no ve, se encuentra con un accidente de coche en el que ésta está involucrada. A partir de este momento, volverá a revivir una y otra vez el mismo día, es una especie de bucle siniestro, hasta que sea capaz de salvar a la niña o de hallar un sentido a todo esto.

El punto original que introduce A Day a la premisa del día de la Marmota es que el looping de tiempo que se repite en la vida del protagonista, va a interceder con el de otro personaje al que le está pasando lo mismo y que será determinante para descubrir la verdad. Construido como un thriller de misterio en el que trataremos de averiguar por qué se esta produciendo esta repetición de tiempo, lo cierto es que la explicacion, aunque encaja, está un poco traída por los pelos. Me entenderéis mejor cuando veáis la película, pero lo que quiero decir es que nos dan a entender que todo estaba planeado en una especie de plan perfecto y, la verdad, es que es imposible. 

Ésta en una de las causas principales por las que A Day no me funcionó del todo y también por ese último tercio que se transforma en un dramón lacrimógeno, algo que le gusta mucho a los surcoreanos, pero que aquí resulta excesivo. Sin embargo, A Day tiene la calidad de producción de este tipo de cine, una fotografía muy cuidada y un trabajo actoral perfecto. En definitiva, es una película muy entretenida para pasar el rato, con un ritmo frenético y una vuelta de tuerca más a este cuasi subgénero marmotil. Así por lo bajini, os confieso que eché de menos escuchar el tono pegadizo de Happy Death Day, jejeje. 




DOWNRANGE



La película en la que conocimos a uno de los iconos de la Muestra, el gran Todd Acosta, al que tenéis en la imagen y cuyo nombre no paramos de corear una y otra vez durante todo el Festival. Lo cierto es que a pesar de que la película estaba co-escrita y dirigida por Riûhei Kitamura, al que yo conocí en la impresionante The Midnight Meat Train (2008) y posteriormente en No one Lives (2012), no tenía muchas esperanzas en su nuevo trabajo, pricipalmete porque la premisa no me daba para una película de 90 minutos.

En resumidas cuentas, tenemos a un grupo de chicos que comparten coche para hacer un viaje, cuando una de sus ruedas revienta y se quedan tirados en medio de la nada. Intentan cambiar la rueda, pero pronto se darán cuenta que todo esto no ha sido un simple accidente y que un siniestro francotirador les ha elegido como víctimas de su caza macabra.

El problema que yo le veo a Downrange es que tenemos a un grupo de jovenes, a cada cuál más estupido, a excepción de una de las protagonistas experta en armas, que intentan escapar de esta terrible situación de las maneras mas absurdas que os podáis imaginar. Pero sin duda, el que se lleva la palma, es nuestro querido Todd Acosta, que cada vez que una de sus tontas ideas fracasaba o sus compañeras la desestimaban, él se golpeaba la cabeza contra el coche, por lo que si no moría por un disparo, lo haría por una conmoción cerebral. 

Lo que sí podemos resaltar es el excelente trabajo de Kitamura con la cámara, en unos planos aéreos y de 360 grados que le dan espectacularidad a alguna de las escenas. Destacaría una en la que la cámara sale de dentro del agujero que una bala ha hecho en una de las víctimas, hacia afuera. Algunas de las muertes son estupendas porque las heridas que hacen las balas del francotirador dejan sesos esparcidos por la calzada o ojos fuera de sus órbitas y como comprederéis, esto hacía estallar de júbilo a todos los mandaguers. La pena es que no todas las muertas son tan espectaculares como para ocultar un guion pobre y unos personajes anodinos.

Downrange es una de esas películas en las que cuando no hay una muerte espectacular o un climax ante un nuevo plan de escape de las víctimas, el ritmo decae extrepitosamente y caemos en el tedio más absoluto. Creo que la única manera de disfrutar de esta película es en un festival tan descarado como la Muestra Syfy porque de otra manera no se si conseguiréis terminarla. La verdad es que es una pena porque toda la problemática recae en el guion y no en el trabajo de Kitamura que una vez más, vuelve a deleitarnos con su maestría detrás de las cámaras. 



BRAWL IN THE CELL BLOCK 99



Tras su paso por el Festival de Sitges y las buenas críticas que recibió allí, tenía muchas ganas de ver esta nueva faceta de Vince Vaughn en plan mamporrero y ¡madre mia!, me dejó con el culo torcido.

Bradley ha perdido su trabajo y como último recurso empieza a trabajar como mensajero para un traficante de droga. La cosa sale mal y termina con sus huesos en la cárcel, pero este será el menor de su problemas ya que alguien quiere recuperar el dinero perdido y le encargará un trabajito muy especial que debe acometer entre rejas, si quiere salvar a su familia.

Estamos ante el nuevo trabajo de S. Craig Zahner, que tan sólo hace una par de años nos sorprendió, también en la Muestra Syfy, con Bone Tomahawk (2015)ese western macabro de con el que se daba a conocer en la meca del cine. Zahner se caracteriza por un estilo bastante directo en el que no escatima en violencia o gore y en el que la acción se va deshilbanando poco a poco, hasta llegar a un último tercio brutal, en que los huesos crujirán por doquier. Digamos que esta película requiere cierta paciencia y no es adecuada para ver cansado, tras una maratón de peliculas porque su ritmo inicial lento puede aburrir a más de uno.

Sorprende el papel de Vince Vaughn, al que estamos acostumbrados a ver en comedias románticas y desenfadadas, a excepción de su interpetación de Norman Bates en el remake de Psycho (1998) o en Domestic Disturbance (2001). Ya en la segunda temporada de True Detective (2015) osbservamos un cambio en su carrera, pero sin duda, el gran salto ha llegado con Brawl in the Cell... donde interpreta a un hombre rudo, de pocas palabras, que apenas se inmuta a la hora de partirle el brazo o la cabeza a sus contricantes. Es como una mezcla entre Charles Bronson y Terminator pero en plan tranquilo e inmutable. Hay una escena al principio de la película en la que se muestra la violencia que puede tener Bradley ante una nimiedad, por lo que deducimos que cuando su personaje sea puesto contra las cuerdas, estallará como una auténtica máquina de matar. No es ningun psicópata pero contra la calaña a la que tiene que enfrentarse, su única forma de comunicación es la violencia. Completando el elenco tenemos a la esquelética Jennifer Carpenter, Udo Kier y a un Don Johnson en plena forma. 

Brawn in the Cell... merece mucho la pena. No es una de esas películas en la que sabes perfectamnete lo que estás a punto de presenciar en pantalla porque es más brutal y demoledera que todo lo que te imaginas. Aunque me gustó bastante, también es cierto que no la disfruté en toda su magnitud debido a que era la tercera película del viernes y por lo tanto, la falta de concentración y el sueño empezaban a hacer mella en mi. Pero considero que es una película muy recomendable y diferente que confirma que Zahner siempre tiene que estar en nuestro radar porque nunca defrauda. 




HAVE A NICE DAY



Y, como por arte de magia, llegamos a la que para mi fue la peor película de toda la muestra y que tenía pensado saltarme por la recomedacion de mi amigo @Danilovich3, que la sufrió en Sitges, pero por culpa de la lluvia que el sábado invadió Madrid, pensé que la mejor opción sería reguardarme en el cine. ¡Qué equivocada estaba!

Ya os adelanto que el título es una tomadura de pelo en toda regla porque creo que la mayor parte de público se fue con la sensación de haber perdido 77 minutos de su vida.

Según la sinopsis que podemos leer en diferentes medios, porque ya os digo que después de haber visto Have a Nice Day, todavía no tengo muy claro de qué iba, Xiao Zhang le roba una importante suma de dinero a su jefe para salvar la cirugía plástica de su prometida, pero al poco tiempor todo el mundo se entera y vas tras Zhang y el dinero. Pues si los expertos lo dicen, así será porque yo sólo recuerdo retazos de esta trama, ya que la historia está contada de una forma bastante incoherente. La trama está dividida en capítulos que no entendí muy bien que pretendían separar porque ya os digo que todo era bastante confuso, pero lo que sí recuerdo fue un número musical que no tenía ningun sentido y que provocó que a todos se nos desencajase la mandíbula.

Tampoco soy gran fan de esta tendencia de la animación para adultos feista que ya pudimos ver con algo más de acierto en Seoul Station (2016). Tenemos dibujos con líneas simples y sencillas, colores apagados y con muy poca animación. Es decir, que los personajes estaban bastante estáticos y apenas había movimiento, a excepción de las pantallas luminosas de los móviles y los coches que cruzaban la pantalla constatemente.

En todo este galimatías de delicuentes, mafiosos y crímenes, su director Jian Liu prentende, en cierta manera, imitar el estilo de Tarantino con esos diálogos filosóficos que se marca el jefe mafioso de Zhang, en lo que supone una crítica contra el capitalismo que ha asolado la cultura china.

El definitiva, una pelicula aburrida, inconexa y con una trama que aunque sencilla, se lia con con un gran número de personajes que no sabes a qué han venido, ni por qué. Yo os aconsejaría que os alejaraís todo lo posible de ella, pero si algún valiente quiere arriesgarse, no seré yo la que se lo impida, jejeje.