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lunes, 30 de abril de 2018

TRUÑOS VARIOS: THE EVIL IN US (2016) Y THE HILLS HAVE EYES 2 (2007)


Después de un par de años sin traeros críticas de truños cinéfilos, vuelvo a la carga con ello porque creo que es igual de importante descubriros películas que merecen mucho la pena, como advertiros de aquellas de las que debéis huir muy fuerte. La mayor parte de las veces, estas películas se quedaban fuera del blog porque no me apetecía alargar mi tormento escribiendo sobre ellas. Sin embargo, teniendo en cuenta que con este formato os hablo de un par de títulos y de forma breve, creo que podré superarlo y cumplir con esta gran labor social para mis queridos horror lovers, jejeje.


THE EVIL IN US (2016)


Mi incursión en Dark, el canal 100% de terror del que disfruto desde hace unas pocas semanas, no está siendo de lo más acertado. Mi primera elección fue la australiana Visitors (2003) y ni me voy a molestar en reseñarla porque no sólo no me gustó, si no que de terror anda un tanto justita. Así que voy a focalizar todos mis esfuerzos en hablaros sobre The Evil in Us (2016), mi nefasta segunda opción. No penséis ahora que he perdido totalmente mi criterio a la hora de elegir películas, sino que Dark tiene una programación semanal y éstas son las que han coincido con mis limitados horarios. Desde luego, la suerte no está conmigo en estos momentos, así que no me aventuraré en ningún juego de azar durante una temporada, jejeje.

Después de unos créditos de presentación muy sugerentes, en los que aparece una mujer contoneándose en una bañera llena de sangre, Evil in us arranca con una escena bastante impactante en la que la policía descubre los cuerpos mutilados y roídos de varias chicas, entre las que hay una única superviviente terriblemente herida. Mientras tanto, un grupo de amigos se dirige a una isla para celebrar el 4 de Julio, en una cabaña aislada de la civilización y montarse la típica fiesta de alcohol, drogas y sexo. El problema surge cuando la droga empieza a provocarles alucinaciones y paranoias, hasta convertirlos en caníbales asesinos de ojos inyectado en sangre, con el único deseo de matar y devorar. Como tercera línea argumental, tenemos los experimentos con drogas que se están realizando en un laboratorio. 

Para empezar, una de las cosas que más me molestó de esta película fue su fuerte mensaje aleccionador en contra de las drogas: los que consumen, se convierten en seres rabiosos que despedazan a todo con lo que se cruza y la heroína angelical que se ha mantenido pura, no sufre trastorno alguno. No es que esté a favor de las drogas, ni muchísimo menos, pero desprendía ese tufillo ochentero de enseñanza para "lerdos", en la que todo se explicaba de manera exagerada, hasta caer en el absurdo. Me recordó mucho al vídeo que nos compartió hace unas semanas Horror Losers, de los Dibujos animados al rescate (1990). Pero, aunque la imagen de la droga convirtiendo a los adolescentes en caníbales rabiosos, parece otra idea absurda de la enésima película de infectados, lo cierto es que The Evil in us se inspira ligeramente en el ataque caníbal que tuvo lugar en Miami en 2012, como consecuencia de la supuesta ingesta de una nueva droga. 

Volviendo a la película, os diré que las actuaciones me resultaron bastante malas y nada creíbles, a excepción de la protagonista y poco más. La caracterización de los caníbales se limita a unos ojos rojos y expresiones agresivas como de perros rabiosos o algo parecido porque daba la sensación que los actores no tenían muy claro qué hacer salvo gruñir y abalanzarse unos sobre otros. La verdad es que hubiese sido de gran ayuda algún elemento como contorsiones o maquillajes más currados para suplir la falta de credibilidad que le otorgaban los actores a sus personajes. Y eso, por no hablar de las sobre actuaciones de todos los actores que intervienen en la trama del laboratorio, que de verdad, eso no había por dónde cogerlo.

El cuanto al ritmo, tenemos la típica primera parte de presentación de personajes que aquí se hace excesivamente larga, ya que toda la acción se concentra en la segunda mitad, con movimientos frenéticos de cámara y caníbales saltando de un lado a otro de la pantalla. Recuerdo grandes dosis de sangre, pero ningún asesinato memorable, a excepción de un carbonizado que debió concentrar todos los esfuerzos de maquillaje. 

Las buenas intenciones de los guionistas por crear una película de infectados con tintes socio-políticos, se queda en un batiburrillo de ideas que no conducen a ningún sitio y termina convirtiendo la experiencia en un tostón importante. Evidentemente, no os recomiendo para nada The Evil in us porque ya habéis visto decenas de películas de infectados en cabañas o espacios reducidos con mejores resultados: Cabin Fever (2002), REC (2007), Splinter (2008), Evil Dead (2013) y será mejor que las revisitéis, antes que intentarlo con ésta. 


THE HILLS HAVE EYES 2 (2007)



Cuando no has oído hablar mucho sobre la secuela de una película de culto y cuyo remake es considerado uno de los mejores en lo que a cine de terror se refiere, la cosa no pinta muy bien, jejeje. Pero en ese momento, no le presté la suficiente atención a ese pequeño pero importantísimo detalle porque estaba entusiasmada buceando por el catálogo de cine de Terror de Movistar, cuando la encontré y me dije: ¿por qué no he visto yo esta secuela con lo que me gustó el remake de Aja de 2006? Así que me lancé a verla y ...¡¡¡error!!!

En esta ocasión, tenemos un grupo de soldados de la Guardia Nacional que hacen un alto en el camino, para entregar un material en un campamento de científicos en Nuevo México. Una vez allí, se percatan de que el campamento ha sido arrasado y deciden inspeccionar la zona para averiguar qué les ha pasado a los científicos desaparecidos (una premisa inicial muy parecida a la de la semana pasada con Nine Miles Down (2009), ¿verdad?). Lo que no saben, es que ésta es la zona en la que la familia Carter (las víctimas de la primera parte ) fueron atacadas por una clan de mutantes caníbales y ahora ellos son sus nuevas presas.

Aunque la premisa de la película es prometedora y tenían suficiente material para haber creado una secuela digna y en la línea del salvajismo con el que nos deleitó Aja, lo cierto es que tanto el guión escrito por Wes Craven, creador de la película original de 1977, y su hijo Jonathan Craven, como la dirección de Martin Weisz, dejan bastante que desear. También hay que decir que la cinta original de Craven no es que sea una buena, por no decir que a mí me resultó tremendamente aburrida en varios momentos. Por esa misma razón y sobre todo después de ver lo que había conseguido Aja y que aquí con más desacierto que otra cosa, se intenta imitar, estaban en posición de crear un producto que consolidase una futura franquicia. Pero, el resultado no pudo ser más desastroso. 

En primer lugar, los que esperasen encontrar una película de acción/terror al más puro estilo de Predator (1987) o Dog Soldiers (2002) se van a dar de bruces contra una pared de hormigón, como hice yo. Aquí lo que tenemos son unos militares que más bien parecen un grupo de boys scouts, asustadizos y torpes, que no tiene ni idea de como enfrentarse a unos enemigo más fuertes, pero a los que superan en número. Los diálogos entre ellos son patéticos, lo que termina provocando que nosotros como espectadores tengamos más ganas de acabar con su vida, que los propios mutantes. Así que, en definitiva, para la único que nos sirven estos militares de pacotilla, es para proporcionarnos un buen numero de víctimas que serán eliminadas una tras otra, de maneras más o menos creativas.

Al igual que en las dos películas anteriores, no se escatima en casquería y gore, pero de una manera menos efectiva. Es decir, no me ha generado en mí ese poso de salvajismo y brutalidad que sí se me quedó con la cinta de 2006. Lo que no hay que desmerecer es la caracterización de los mutantes, que están representados en la misma línea de deformidades y atapuerquismo que sus antecesoras, aunque aquí tienen un ligero componente sobrenatural, al parecer casi invencibles. Hay alguna escena impactante como la inicial o la de la violación, más explicita que en la de Aja, pero por lo demás, no es nada más que una sucesión de amputaciones y muertes insustanciales.

Aunque el bueno de Craven quería incorporar en esta secuela un componente claustrofóbico, introduciendo a los protagonistas y mutantes en la intricada red de túneles de las montañas, al más puro estilo de The Descent (2005), lo cierto es que ni se acerca. The Hills Have Eyes 2 es una película aburrida e irrelevante que no merece la pena visionar, ni aunque sea por puro completismo. En serio, borrar de vuestra memoria su existencia y os aseguro que no perderéis inútilmente una hora y media de vuestra vida.