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viernes, 30 de septiembre de 2016

SHUTTER (2004)


Últimamente, el tailandés se ha convertido en un idioma tan familiar para mí, que creo que hasta podría distinguirlo de otras lenguas orientales ya que si todo lo que hacen son peliculones, ¿cómo me los voy a perder? Cada vez soy más adicta al cine de terror asiático porque considero que además de cuidar mucho la estética y la fotografía de sus producciones, cuentan con unas historias en las que todo está muy bien hilado y te sorprenden con un final apoteósico, que encaja a la perfección con toda la trama. Vamos que, normalmente, me dan ganas de levantarme del sillón y aplaudirle a la pantalla, jejeje.

Tun es un fotógrafo que vive felizmente con su novia, Jane. Después de una cena con un grupo de amigos, sufren un accidente y Tun convence a su novia de que huyan del lugar. Poco tiempo después, se dan cuenta que en todas las fotos de Tun aparecen unos destellos fantasmagóricos y que una presencia estraña, los está acechando.

Shutter fue la opera prima del dúo formado por Banjong Pisanthanakun y Parkpoom Wongpoom. Me gustó tanto esta película que dos días después ya estaba viendo su segunda producción, Alone (2009) que me pareció tan brutal, que no tardaré mucho en hacer la reseña, porque tampoco os la podéis perder. Me han impresionado tanto estos dos directores que pienso devorar lo antes posible todos los trabajos en los que han participado y de los que destacaría: los dos segmentos en las antologías tailandesas Phobia (2008) y Phobia 2 (2009), el cortometraje de la letra N (N is por Numptials), en ABC of Death (2012) y la comedia de terror Pee Mak (2013). Tampoco hay que perder de vista a Sophon Sakdaphisit, que participo en el guion y cuenta con títulos que yo ya tengo preparados para ver como: Coming Soon (2008), Ladda Land (2011) o The Swimmers (2014), que fue una de mis primeras incursiones en el cine de terror tailandés, tras la apertura del blog

Shutter es un thriller psicológico con fantasmas de por medio que se centra en la venganza y en la ley del karma: Si alguien comete una mala acción en el pasado, se volverá contra él en el futuro. No es un argumento para nada novedoso y menos dentro del cine de terror asiático donde estamos acostumbrados a que los fantasmas vuelvan para vengarse de los vivos. En esta ocasión han elegido una cámara fotográfica como el objeto que transmite el terror, pero acordaros que esto ya lo habíamos visto antes con las cintas de video en The Ring (1998) o el teléfono en Phone (2002). También, la estética del fantasma sigue los patrones habituales del cine de terror asiático: mujer de tez muy pálida, con pelo negro y largo que le cubre la cara. En este sentido, Shutter no aporta ningún tipo de innovación al género ya que cuenta con todos los elementos habituales del cine de terror oriental pero entonces, ¿qué es lo que la hace sobresalir sobre las demás? Pues, bajo mi punto de vista, contar con una gran calidad técnica, con unos personajes sólidos, respaldados por unas grandes actuaciones y tener una atmósfera increíblemente tensa y siniestra, además de poseer uno de esos finales que te dejan totalmente satisfecho.

En cuanto a los personajes, por un lado tenemos a Tan, un fotógrafo simpático y cariñoso con su novia y amigos que, durante los primeros minutos de metraje, muestra su lado más oscuro al decidir huir de la zona del accidente. Un personaje que no nos resultará nada simpático desde un principio y del cual nos sorprenderá la supuesta indiferencia con la que se ha tomado el incidente. Todo lo contrario de lo que pasa con Jane, su novia, retratada como una mujer fuerte, a la que le atormenta bastante lo que han hecho y que no cesará en su empeño por descubrirá verdad, una verdad que le hará más daño que el propio fantasma.

La atmósfera que se respira en Shutter es inquietante, con esa ambientación en espacios oscuros donde estás seguro que algo malo va a pasar, pero no sabes por dónde te va sorprender. La tensión que se respira en el ambiente es tal, que puede hasta palparse y alguna de las apariciones del fantasma es escalofriante. Más que producir miedo, lo que esta película consigue es que la inquietud y el desasosiego nos calen hasta los huesos.

Aunque como os he comentado antes, el guion de la película no es muy original, está todo tan bien hilado, con esas pequeñas pistas que nos van mostrando tan sutilmente a lo largo de toda la historia como la de la mantis religiosa o la de la báscula hospital que, sin duda, el resultado es sublime y le hace ganar enteros a esta propuesta.

Como era de suponer, dado el éxito de taquilla de Shutter en Tailandia y otros países, se llevaron a cabo hasta tres remakes: Sivi (2007) en la India, Shutter (2008) en los EEUU, como no, y Click (2010) en Indi. Vamos, que a los espectadores hindúes les debió encantar una película centrada en las fotografías de espíritus.

Y no os puedo contar mucho más sin caer en spoilers que os echarían a perder una de las mejores bazas con las que cuenta esta película: su final. Sin duda, una de las grandes películas del cine tailandés del s. XXI, que nos está aportando innumerables joyas y que con todas las que os he nombrado yo en esta crítica, me temo que tenemos bastante trabajo por delante. Creo que esta cinta le gustará a todo el mundo que no esté buscando una historia totalmente original o con grandes dosis de sangre, porque aquí no lo va a encontrar. Pero de lo que sí vamos a disfrutar es de una atmósfera sobrenatural y escalofriante que resulta muy convincente y de una conclusión sublime que no se os olvidará nunca. Una película que requiere de la inteligencia del espectador para apreciar todos estos pequeños detalles que antes os comentaba y que la convierten en una propuesta especial y altamente disfrutable.