Sinceramente, ésta ha sido una de las críticas que
más me ha costado escribir, no porque no me gustase la película, sino porque me
enteré de la trágica historia del protagonista y la verdad es que me afectó,
que aunque una sea horror lover,
también es muy sensible con estas cosas. No había oído hablar de Silver Bullet (1985), lo único que sabía
era que, en cierta manera, tenía que ver con Halloween. Pero nada más empezar y ver al niño protagonista
enseguida me recordó The Lost Boys (1987). Me resultaba
una cara tan familiar del cine de los 80 que paré la cinta un momento para
investigar qué otras películas había hecho y fue ahí cuando me saltó la noticia
de su trágica muerte y de su complicada juventud en la meca del cine, muy al
estilo de la vivida por Drew Barrymoore
o River Phoenix. Así que, como podéis
imaginar seguí viendo la película con cierta tristeza pensando que ese niño que
aparecía en pantalla y que acaba de empezar su carrera en el cine, desconocía
en ese momento lo que la fama le iba a deparar.
Quiero que se recuerde a Corey Haim por los grandes papeles que realizó y con los que nos
hizo soñar, así que empiezo ya con el argumento de la película. Estamos en 1976, en Tarker’s Mills, el típico pueblo americano tranquilo donde nunca
pasa nada y todo el mundo se conoce. De
repente, se empiezan a suceder una serie de extraños asesinatos y la gente del
pueblo teme que un psicópata este rondando la zona. Marty, un niño que va en una silla de ruedas muy peculiar, está
convencido de que el asesino es un hombre-lobo y convencerá a su hermana y a su
tío Red para que le ayuden a buscarlo
entre sus vecinos.
La producción de esta película, basada en la novela
de Stephen King, Cycle of the Werewolf (1983), fue un poco accidentada. El
productor de la cinta, Dino De Laurentiis,
que ya era conocido por su difícil carácter, tenía en esta época los derechos
sobre las novelas de King. En un
primer momento eligió como director a Don
Coscarelli, conocido por la saga Phantasm,
pero tras grabar una serie de escenas abandonó el proyecto por las tensiones
con De Laurentiis. Finalmente, tomo
las riendas el director Daniel Attias,
para el que Silver Bullet fue su
primera y única película, ya que ha dedicado, casi exclusivamente, su carrera al
mundo de la televisión.
Esta película, una de las adaptaciones menos
conocidas de la obra de King, es bastante infantil y con notables errores de
guion, pero considero que posee esa magia ochentera de la que siempre os hablo
y está bien para pasar una tarde entretenida o para introducir a un amigo en el
cine de terror. Silver Bullet es una cinta
de hombres-lobo en la que los protagonistas principales son niños, con lo cual
no podemos esperar grandes dosis de terror, aunque sí que hay algún asesinato ligeramente
sangriento y escenas, como la de la persecución en el puente, que me resultaron
muy tensas.
Uno de los principales atractivos de la cinta es
averiguar la identidad del hombre-lobo que no se desvela hasta la segunda mitad
de la película, mediante una escena de lo más ingeniosa en la que los
espectadores nos enteramos antes que los propios protagonistas.
El diseño de la bestia tuvo bastantes problemas. En
primer lugar, Don Coscarelli inició
el rodaje por las escenas en las que no aparecía el licántropo porque De Laurentiis había rechazado la primera
versión del disfraz. Esto demoró la producción y fue una de las principales
razones por las que Coscarelli
abandonó el proyecto. Por otro lado, fue expreso deseo de Stephen King que el hombre-lobo no apareciese mucho en pantalla y
que éste no fuese demasiado monstruoso, ya que pretendía diferenciarlo de los
licántropos que aparecían en otras películas de la época. Yo pienso que, como
al final se tuvo que recurrir al primer diseño del hombre-lobo para no cancelar
la producción, no querían mostrarlo demasiado porque eran conscientes de que no
era ni la mitad de bueno que el de An American Werewolf in London (1981) o The Howling (1981). Pero, por si esto no fuera poco, el bailarín que
se contrató para que llevase el traje de la bestia no era del agrado de De Laurentiis y, al final, el papel
recayó en el actor que interpretaba al licántropo en su forma humana. Menudo
carácter el de este hombre, ¿no?
Prácticamente los únicos papeles que están
desarrollados son los de Marty y su tío
Red, interpretados respectivamente
por Corey Haim y el magnífico Gary Busey. Marty tiene la silla de ruedas más chula que hayamos visto nunca , cuyo
nombre da título a la película original, Silver
Bullet. Cuando vi al niño, que no tendría más de 8 o 9 años, montado en esa
silla de ruedas motorizada, lo primero que pensé es qué clase de madre permitía eso, pero claro,
estamos en los 80, una época en la que no se tendía a la sobreprotección de los
niños que vivimos ahora. Volviendo otra vez al título de la película, en la versión
original se refiere al nombre que Marty
le ha puesto a su moto-silla, pero el título que le pusieron aquí en España, Silver Bullet, no hay por dónde cogerlo.
Os puedo contar mi teoría pero ,claro, hay que hilar muy fino y buscar la correlación
a la fuerza. Yo creo que podría referirse al coche que conduce el hombre-lobo
en su forma humana que, en cierta ocasión, casi atropella al niño y es de color
azul. Como ya os digo, esto es buscándole tres pies al gato, porque el título
no tiene ningún sentido, pero la traducción de los títulos de las películas en
España es sin duda un poltergeist que
ya trataremos en otro momento.
En cuanto a los fallos del guion, que fue escrito
por el propio King, con lo cual no sé
si lo serán también de la novela porque
no la he leído, son abundantes. En primer lugar, Marty es un niño parapléjico, pero tiene un destreza sorprendente
para subirse a árboles o salir a la calle por la ventana de su habitación y yo,
sinceramente, no le vi unos brazos a lo Schwarzenegger.
Por
otro lado, si se supone que hay un asesino o un hombre-lobo acechando la zona,
no me parece muy lógico que el protagonista se vaya a tirar cohetes en medio
del bosque en plena noche, porque luego pasa lo que pasa. Y una cosa con la que
ya me partí de risa fue cuando Marty
y su hermana le dan a su tío sus pequeñas medallas de plata para que las funda
y acuñe una bala con la que matar al hombre-lobo. Menudo tamaño tiene el
proyectil. Me he planteado llevar las pocas cosas que tengo de plata para que
me las fundan porque parece que triplican el tamaño, jejeje.
Ah, y se me olvidaba, os preguntaréis qué tiene que ver todo esto con Halloween, ¿no? Pues la escena final, cuando los protagonistas se van a enfrentar a la bestia porque es noche de luna llena, coincide casualmente con Halloween (uy, por los pelos, jejeje). Resumiendo, Silver Bullet no es una gran película de hombres-lobo pero tiene un encanto especial y con ella podéis pasar un rato entretenido, sobre todo con esos fallos o momentos de la cinta que carecen de sentido.