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lunes, 10 de febrero de 2020
UNDERWATER (2020)
La semana pasada fui al estreno de Underwater y aunque en un principio, no tenía pensado traerla al blog porque este mes iba a estar totalmente dedicado al Woman in Horror Month, no quería perder la oportunidad de hablar de una película que contra todo pronóstico, había disfrutado a lo grande. Recabé bastante información sobre ella cuando estuve preparando la crítica para Scanners, el podcast en el que participo habitualmente y las ganas de escribir sobre la cinta dieron alas a mis dedos que escriben estas palabras frenéticamente.
Filmada en 2017, Underwater fue la última cinta bajo el sello de la 20th Century Fox, antes de ser comprada por Disney y de ahí, el retraso en su estreno. Para William Eubank, un treintañero con amplia experiencia como director de fotografía, tanto en cortos como largometrajes, ésta es su tercera película como director y la primera respaldado por unos grandes estudios. Los anteriores trabajos de Eubank en la dirección, siempre han estado relacionados con la ciencia ficción. En su ópera prima, Love (2011), que no sólo dirige, sino que también firma el guión, tenemos un drama espacial en el que un joven astronauta pasa años solo, orbitando alrededor de la Tierra tras perder toda comunicación con ésta. Una ralladura introspectiva sobre la soledad bastante soporífera para mi gusto. En su segundo trabajo, The Signal (2014), dónde coescribe el guion junto a su hermano Carlyle y David Frigerio, tenemos un thriller de ciencia ficción en el que tres estudiantes del MIT son arrastrados hasta una casa solitaria persiguiendo a un hacker y tras perder el conocimiento, despiertan en una instalaciones científicas sin saber por qué. Una película con una premisa muy interesante, pero que a medida que avanza, la historia se va desinflando principalmente porque muchos de los enigmas que nos plantea, no tienen explicación.
Eubank no tiene nada que ver con el guion de Underwater que escribe Brian Duffield, el mismo que el de Babysitter (2017), esa comedia de terror dónde descubrimos a Samara Weaving. Y, ¿de qué va esta película? Pues como su propio título indica, nos vamos bajo el agua, exactamente a 7 millas de profundidad en la fosa de las Marianas, dónde se sitúan unas instalaciones científicas. La paz del complejo se ve afectada por un terremoto que colapsa la mayor parte de la estructura y un pequeño grupo de supervivientes tiene que hallar la manera de salir de allí y llegar a la superficie. Algo que a priori, puede parecer muy sencillo, pero que choca contra las dificultades de estar en el fondo del océano: las instalaciones se vienen abajo por las continuas explosiones que ha provocado el terremoto, la presión, la oscuridad, la falta de oxigeno y han perdido toda comunicación con el exterior. Pero como pasaba en dos de mis películas de terror favoritas, The Descent (2005) y The Ruins (2008), el verse atrapados en lugares en los que la escapatoria es muy complicada, va a ser el menor de sus problemas. En el caso de Underwater, no sabemos si bien el terremoto o bien la perforaciones de los científicos, han liberado algo que nunca debía haber sido despertado.
Una relación muy loca que me vino a la cabeza tras ver la película, es que la premisa del desastre es practicante calcada a The Meg (2018). En ese blockbuster, el Megalodón era liberado también en la Fosa de las Marianas tras unas pruebas nucleares en la zona. Así que hay que tener mucho cuidado porque parece que esa fosa es un portal de todos los monstruos y criaturas de nuestras pesadillas.
Volviendo a la película, ésta bebe claramente de películas como Alien (1979) o Abyss (1989), pero no intenta ocultarlo y nos ofrece una película de terror subacuático muy solvente y con claras reminiscencias a la serie B de los años 80 y 90. El ritmo en Underwater es frenético y no deja un minuto para el respiro en esa ardua tarea de encontrar la forma de escapar de ese "ataúd" de acero. Y sí, uno de los puntos fuertes de esta película es la claustrofobia que sentimos en todo momento, tanto en lo estrechos pasillos y angostos recovecos por los que deben introducirse en busca de una salida, como en la inmensidad y oscuridad del océano.
Una de las flaquezas de Underwater son sus personajes que pecan cómo en la mayor parte de las películas de acción, en no estar muy desarrollados. Tenemos todo un abanico de personajes prototípicos: la chica fuerte, la miedosa e insoportable, el alivio cómico, el capitán decidido y con un punto de locura, el chico valiente y encantador y el tío listo. Se dejan entrever relaciones entre los personajes o historias secundarias que no se desarrollan lo suficiente y quedan un poco cojas. Kristen Stewart está estupenda en su versión de Ripley y, aunque en un primer momento, no estaba muy convencida con la elección de esta actriz a la que le tengo un poco de manía desde Twilight (2008), tengo que reconocer que se ha dejado la piel en este papel. Una mujer fuerte, luchadora e impasible ante la desolación de la situación que tiene que afrontar. A su lado, el carismático Vincent Cassel que con su imponente presencia, ya sabemos que es el capitán y el encargado de salvar a su tripulación. Pero hubo un personaje que me resultó totalmente insoportable y eso que su función era la de alivio cómico, pero sus chistes y chascarrillos no me hacían ninguna gracia. Os estoy hablando del personaje que interpreta T. J Miller, un cómico estadounidense muy conocido en la época en la que se rodó la película, pero actualmente apartado de la industria por sus continuos escándalos.
Pero sin duda, lo mejor de Underwater es su tramo final, dónde descubrimos el terrible mal que ha sido liberado y nos quedamos mitad maravillados, mitad desolados, al saber cuál es la verdadera amenaza a la que se enfrentan los protagonistas. No temáis con que no se vayan a ver muy bien las criaturas porque a pesar de que hay varias escenas en el fondo marino sumidos en la más sobrecogedora oscuridad, va a haber oportunidad de ver al monstruo o monstruos en su totalidad. Sin embargo, como os he dicho, tendréis que esperar hasta sus últimos minutos porque es toda una sorpresa que nadie espera y con la que deseareis levantaros de la butaca y aplaudir muy fuerte. Los efectos especiales de esta parte me parecieron absolutamente increíbles y el diseño de las criaturas os dejará con la boca abierta al reconocer a un viejo conocido del imaginario de nuestras pesadillas literarias.
En la película encontramos varias escenas a cámara lenta que embellecen el resultado, pero es un recurso que le gusta demasiado a Eubank y debería de intentar no abusar tanto de él. Aunque la angustia y la claustrofobia del entorno se transmite a la perfección tanto en las instalaciones científicas, como en el océano, también tenemos varios jump scares que aunque predecibles, nunca decepcionan.
En definitiva, Underwater es una película de Terror muy entretenida y disfrutable, que desde el primer minuto no nos deja un minuto de descanso y la angustia que nos va generando la terrible situación de los protagonistas, se ve más que recompensada en su tramo final. Con esto no quiero decir que sea un peliculón porque no lo es, pero nos da lo que le pedimos siempre al cine que nos entretenga y nos haga disfrutar a lo grande. Además de animaros a verla, os recomendaría que en la medida de lo posible, lo hicierais en una sala de cine porque esos efectos especiales y esas criaturas bien merecen verse en pantalla grande.
domingo, 14 de julio de 2019
VACACIONES MORTÍFERAS: AMÉRICA DEL SUR
Nos adentramos en la segunda semana de este especial de verano viajero y aterrizamos en Latinoamérica, un destino al que los norteamericanos miran con bastante recelo como nos vienen demostrando en su cine de género. Los innumerables mitos que existen en esta zona, así como el fuerte arraigo de la religión y los violentos conflictos políticos y sociales de las últimas décadas, provocan que sus vecinos yanquis, desconfíen de su seguridad en los países sudamericanos. Es el terror a lo desconocido y cómo no se preocupan de ahondar mucho sobre estas culturas, es habitual que en las películas norteamericanas, retraten a los sudamericanos como fanáticos, viciosos y delincuentes.
En este especial sobre cine de terror viajero en Sudamérica, he tenido especial cuidado en que cada una de las películas tenga lugar en un país diferente. No todas son de cosecha norteamericana, sino que contamos con una producción chilena sobre la que se dice que es tan extrema como A Serbian Film (2010) y un exploit italiano de los 80, nada más y nada menos que el cierre de la trilogía caníbal de Ruggero Deodato.
Este viaje por playas y selvas paradisíacas promete ser inolvidable, así que untaros bien de protector solar y coger el machete que arrancamos con las PELÍCULAS de VACACIONES MORTíFERAS en SUDAMÉRICA.
AND SOON THE DARKNESS (2010) - ARGENTINA
Remake americano de la cinta británica de 1970 dirigida por el celebre Robert Fuest en la que un par de jóvenes inglesas de tour por la campiña francesas, tienen problemas con los lugareños de la zona. Sin embargo, en la producción norteamericana, el tono más psicológico de Fuest se transforma en una violencia mucho más cruda y cercana al Torture Porn que imperaba en la época gracias a títulos como Hostel (2005) o Saw (2004).
En esta ocasión el director novel, Marcos Efron sitúa la acción en Argentina. Un par de turistas norteamericanas, Stephanie y Ellie están haciendo un tour en bicicleta por el país y se separan del grupo para pasar tiempo por su cuenta. Tras una noche de fiesta en un pueblo de la argentina profunda, Ellie tiene un incidente con un lugareño. La actitud alocada de ésta molesta a Stephanie y tras un a discusión, se separan. Pasadas unas horas, vuelve a buscarla pero Ellie ha desparecido y nuestra protagonista tendrá que buscarse la vida para dar con ella porque las autoridades no se toman la desaparición muy en serio.
Las chicas, interpretadas por dos bellezones como Amber Heard y Odette Yustman, no tardan en llamar la atención en el pueblo y como en toda producción norteamericana de género en las que los turistas yanquis visitan Sudamérica o Europa del este, estos están en constante peligro porque no hay lugareño con buena intenciones, ya sea por acción o omisión. En este sentido, toda la historia en relación a la desaparición de la chica, toma unas dimensiones un poco alocadas que sugieren una trama criminal de gran envergadura, volviendo a caer en los estereotipos de carácter un tanto xenófobo que tienen los yanquis con respecto a los latinoamericanos. Ésta resolución un tanto inverosímil fue la causante de que no disfrutara completamente de este thriller que como mujer, no podía dejar de ponerme en su lugar y sentir el terror de nuestras protagonistas.
Tampoco entendí muy bien la relevancia del papel de Karl Urban que tan sólo está como relleno para cubrir algún minuto más de metraje y distraer durante un tiempo al espectador, pero si se le hubiesen ahorrado, no nos hubiésemos ni enterado.
Destacaría la fotografía de parajes desérticos y un tanto fantasmagóricos que transmiten perfectamente la desolación y soledad de Stephanie en la busca de su amiga, así como el desasosiego al que nos somete siendo espectadores de su angustiosa situación. Yo todo el rato le gritaba a la pantalla: ¡¡No la dejes sola!! Me resultaba tan aterrador que se separaran las dos amigas en un territorio desconocido para ellas y tan hostil, que me ponía bastante nerviosa poniéndome en su lugar.
CONSEJO VACACIONAL: Nunca te separes de un grupo organizado en un país que no conoces y por nada del mundo, dejes a un amigo solo, pueden pasar cosas muy graves.
VALORACIÓN: As soon the darkness es una película entretenida, con una conclusión un tanto insatisfactoria y esto casi es lo peor que se le puede decir a un thriller. Una cinta en la que la angustia y el miedo es palpable, pero la causa de la desaparición de la chica y los personajes tan prototípicos y predecibles, terminan por convertir este remake norteamericano, en un producto meramente aceptable para una noche de verano.
INDIGENOUS (2014) - PANAMÁ
No os hacéis una idea de lo duro que es a veces hacer estos especiales y soportar truños como Indigenous. Creo que debería existir una recompensa tal como un par de días libres en el trabajo o un mes de suscripción gratuita a nuestra plataforma de streaming preferida porque esto no está pagado, ni agradecido, jejeje.
La película nos plantea una premisa inicial muy similar a la de mi amada The Ruins (2008): Cinco amigos están en Panamá de vacaciones y en una fiesta escuchan las historias que existen en torno a una cascada mágica que hay en el interior de la selva, a la que las autoridades no recomiendan visitar. Estos jóvenes que no se caracterizan por su inteligencia, hacen oídos sordos de las advertencias, se internan en la selva y descubren para su desgracia que las leyendas sobre el chupacabras quizás no sean cuentos para asustar a los niños.
El primer tercio de la película dónde conocemos a los personajes, sus relaciones y cómo deciden, ellos sólitos, adentrarse en la boca del lobo, me pareció completamente lamentable. No sólo las actuaciones de todos y cada uno de los actores son penosas, si no que sus líneas de diálogo son de lo peor que han escuchado mis oídos en mucho tiempo. Digamos que son un grupo de adolescentes norteamericanos inmaduros que sólo tiene ganas de fiesta, sexo y surf, por los que sus conversaciones y acciones giran en torno a eso y, de repente, se ponen a hablar de temas más profundos como la difícil situación de los jóvenes para encontrar trabajo hoy en día. No es que resulte totalmente antinatural y patético, sino que te hace odiar a todos y cada uno de los personajes y sueñas con que no quede ningún superviviente.
La cosa mejora ligeramente cuando empiezan a morir uno tras otro en la selva a manos de una bestia salvaje y, si antes os decía que la trama inicial era igual que la de The Ruins (2008), el monstruo, más que tener la apariencia que se le atribuye al Chupacabras, parece el hermano latino de las criaturas de The Descent (2005). Escenas en que las que enfoca al personaje y la criatura aparece por detrás, en segundo plano, para atacarle desprevenido, las hay a montones y está calcada de una de las secuencias más míticas de la película de Neil Marshall. Independientemente de esto, el diseño del monstruo está muy bien y casi se podría decir que es lo mejor de la cinta.
Indigenous es la típica película de terror con criatura sanguinaria que cae en los clichés y sustos habituales (retratar a las autoridades locales como incompetentes y que ocultan información), en la que lo único disfrutable son las apariciones esporádicas del monstruo porque por lo demás es un producto bastante prescindible.
CONSEJO VACACIONAL: Si te advierten sobre un sitio al que no debes ir, no seas tan zoquete de ir. Pero si aún así decides obviar las advertencias, grábalo todo en directo en alguna red social, porque puede que eso sea lo único que te salve la vida.
VALORACIÓN: Os aconsejaría que huyeseis muy fuerte de esta película porque salvo el monstruo y alguna que otra muerte más sangrienta, no hay nada que merezca la pena e incluso, todos los personajes son bastante odiosos.
TRAUMA (2018) - CHILE
Trauma arranca con una de las escenas más fuertes y desagradables que recuerdo. Nos sitúa en 1978, en plena dictadura de Pinochet en Chile y vemos como un joven es brutalmente vejado y traumatizado, lo que acarreará terribles consecuencias. En la siguiente escena, pasamos al momento actual, en el que un grupo de cuatro amigas van a pasar el fin de semana a la típica cabaña en el bosque del cine de terror, pero antes paran en un bar rural para preguntar por las indicaciones para llegar a la casa. Como ya os imaginaréis, esto es un error garrafal porque los aldeanos, todos hombres con mirada de pocos amigos, nos las reciben con amabilidad y dulzura precisamente y esa misma noche, un padre y su hijo adulto, asaltaran la cabaña de las mujeres, para abusar de ellas, torturarlas y violarlas.
Según su guionista y director, Lucio A. Rojas, para el que Trauma es ya su cuarta película de género, con esta cinta pretendía criticar el pasado de Chile, mostrando las vejaciones y abusos que se produjeron durante el mandato del dictador. No dudo que las atrocidades que se cometieron durante este aciago periodo de la historia Chilena, fueran incluso peores que lo que muestra la película, pero más que una denuncia, me resultó un muestrario de escenas violentas, violaciones y abusos que pretenden incomodar al espectador, hasta el punto de estar tentada de suspender su visionado. Y, si éste es el efecto que produjo en mi, que tengo un estomago duro en lo que a cine de terror se refiere, no creo que Rojas haya conseguido que su denuncia haya llegado a mucha gente.
Trauma es una cinta de terror extremo que gira en torno al sexo es su vertiente más depravada porque no sólo contamos con violaciones de lo más duras e hirientes para el espectador, sino con prácticas incestuosas o pedófilas. La película nos deja claro que los monstruos se crean por las enseñanzas y el entorno en el que viven y no por cuestiones genéticas.
En todo rape & vengeance, el momento de la venganza nos redime, en cierta manera, de las vejaciones cometidas contra la víctima y somos bastante permisivos a la hora de que la agresividad infligida por éstas contras sus agresores sea incluso más dura. El problema en Trauma es que la violencia contra estas cuatro chicas en tan cruel y extrema, que es imposible que posteriormente la venganza pueda superarla, dejándonos en la más absoluta desolación. Además, por si no fueran suficientes las ofensas que se cometen contra las cuatro protagonistas, tenemos constantes flaskbacks que no muestran cómo se creo este asesino cruel y despiadado y las atrocidades que fue obligado a presenciar y cometer.
Por todo lo demás, es una producción de buena calidad, las escenas de gore están hechas con efectos prácticos bastante creíbles y las actuaciones son convincentes.
CONSEJO VACACIONAL: Hay que tener mucho cuidado con el turismo rural porque no sólo hay lugareños chungos en la América profunda y, terminantemente prohibido parar en un bar o supermercado rural. ¿No os habéis dado cuenta de la infinidad de películas de terror en las que todo se tuerce precisamente en ese momento? Ahora mismo se me viene a la cabeza I spit on your grave (2010).
VALORACIÓN: Si os soy sincera, Trauma me ha resultado sumamente desagradable y había momentos en los que me costaba mantener los ojos en la pantalla. No es una película que recomendaría porque no me parece disfrutable para nada y tampoco es que sea una gran aportación al género. Así que os aconsejaría que huyeseis muy fuerte de ella y no como suele ser habitual porque sea una mala película, si no porque es dura e incomoda de ver.
TURISTAS (2006)
Cogemos el avión y ponemos rumbo a Brasil para disfrutar de la película más conocida de este especial. No estaba entre mis primeras candidatas, pero dado que tuve serias dificultades para dar con mis otras opciones, me decanté por una cinta de la que guardaba un buen recuerdo.
Seguimos la pista a un grupo de mochileros americanos y australianos que viajan por el Brasil rural, cuando su autobús sufre un accidente. Para matar el tiempo hasta que venga el siguiente autobús, deciden bajar a una playa cercana, en un entorno paradisíaco, con un gran chiringuito con bebidas y música. Deciden pasar del autobús y pegarse el fiestón de su vida como jóvenes descerebrados que son y al día siguiente, cuando despiertan, descubren que les han robado todas sus pertenecías. Todo esto es el inicio de un maquiavélico plan que atentará contra la vida de nuestros protagonistas y es que el dicho: estar en lugar equivocado, en el peor momento, aquí encaja al dedillo.
Turistas sigue la estela que dejó Hostel (2005), no sólo por compartir una premisa similar, la de turistas americanos inocentes que viajan al extranjero y les pasan cosas malas, si no por representar la violencia de una manera cruda, realista y con altas dosis de gore. Tras este inicio, Turistas desarrolla libremente una de las leyendas urbanas mas conocidas, esa en la que tras una noche de fiesta o sexo con una bella joven, el sujeto se despertaba con una resaca terrible y un riñón de menos. Pues digamos que aquí, la fiesta es el lugar de captación de nuestros protagonistas como donantes potenciales y, a partir de aquí, todo y todos, les conducirán a la boca del lobo en el interior de la jungla.
Al igual que me pasó con And soon the darkness, la mayor parte de la película, me parecían situaciones perfectamente factibles y que nos podían pasar a cualquiera con un espíritu un poco aventurero. Lo único que me chirriaba un poco es que una vez que ya les habían robado e iban de peregrinación por la selva en busca de una cabaña, todavía les quedasen ganas para divertirse en unas lagunas con cuevas subterráneas. Estoy convencida que yo en ese momento, estaría en tal estado de nervios que sólo tendría humor para hallar la manera de salir de allí lo antes posible. Sin embargo, bien por ellos por entretenerse en estas grutas subacuáticas porque su orientación en ellas será determinante en el final de la película.
Como era de esperar, Turistas no tuvo muy buena recepción en Brasil, ya que no se daba muy buen imagen de sus habitantes y esto podía perjudicar a su turismo. Si esto fuera cierto, nadie visitaría ninguno de los países que estamos viendo a través de este especial y los pobres australianos y ciudadanos de la américa profunda, estarían pidiendo asilo en otros países, alegando peligrosos serial killers y animales vengativos en sus territorios. Además, ya deberíamos estar acostumbrados a que los norteamericanos se representan en las películas como las víctimas inocentes y los extranjeros o extraterrestres son todos malvados y poco fiables.
CONSEJO VACACIONAL: Cuando sufres un accidente en un país que no conoces es mejor que no te separes del grupo y vuelvas a tu hotel, siempre habrá tiempo para irse de farra después.
VALORACIÓN: Turistas da lo que promete. Una cinta entretenida con un terror muy real que te hace pasarlo mal, si logras ponerte en la piel de los protagonistas. La acción no decae en ningún momento y hay escenas angustiosas, sobretodo las persecuciones subacuáticas en las que llega a faltarte el aire. Una película muy refrescante y disfrutable para una calurosa noche de verano.
CUT AND RUN (1985) - VENEZUELA
Y, terminamos nuestra andadura por Sudamérica, con una última parada en Venezuela, en su parte del Amazonas y con un anfitrión de lujo, el gran Ruggero Deodato. Cut and Run cierra la trilogía de lo que se ha llamado, erróneamente para mi, la trilogía del canibalismo, ya que en esta película, a pesar de haber mucha sangre, muertes y gore, no encontramos muestras de canibalismo por ninguna parte. Dedodato quiso desmarcarse un poco de esta temática con un argumento más cercano a las preocupaciones de la época: los cárteles de drogas y el fanatismo religioso.
En esta ocasión, tenemos como protagonistas a una reportera y un camarógrafo que están investigando las disputas de los cárteles de drogas en Miami y durante ellas descubren que el hijo del director de la cadena de noticias que ha desaparecido, se encuentra en el Amazonas, bajo el mando de un superviviente de la masacre de Jonestown. Se dirigen allí, si ningún tipo de protección y se encuentran como un "ejercito" de indígenas se dedica a robarles la droga a varios cárteles. Vamos, lo que viene siendo una masacre detrás de otra.
Cut and Run nos ofrece una película de acción en la selva con una banda de indígenas bastante sanguinarios que mutilan y torturan a sus víctimas, capitaneados por el inconfundible Michael Berryman, que a su vez está dirigido por el secuaz de Jim Jones, interpretado por Richard Lynch. Desconocemos totalmente porque en sus incursiones para robar droga son tan violentos y se recrean en la tortura, porque escudarse simplemente en que son salvajes, es un poco limitado y vuelve a caer en los estereotipos que en esta época se le daban a los indígenas en el cine de género. También contamos con los reporteros más valientes que hayáis visto nunca porque no es que se metan en la boca del lobo, esto es ya un nivel superior de temeridad laboral. Me impactó ver al principio de la película, como nuestros valientes periodistas se colaban en el escenario de una matanza, incluso antes de que llegase la policía y se ponían a grabar como si tal cosa, entre los cadáveres. Desde luego, la prensa sensacionalista de hoy en día, parece un canal de Disney Channel comparado con esto.
Pero si os ha parecido poco, no debéis olvidar que estamos en la selva amazónica y nuestros intrépidos protagonistas tendrán no sólo que escapar de los indígenas mortíferos, si no de los múltiples peligros que esconde la jungla: serpientes, cocodrilos, ... Además, también tenemos el drama familiar del jefe de reporteros que quiere rescatar a su hijo de las garras de la secta. En definitiva, que aquí no hay quién se aburra con tanta trama, aunque en algunos momentos decaiga un poco el ritmo.
Aunque como os he comentado al principio, en Cut and Run no hay canibalismo, los amantes del gore no se van asentir decepcionados porque tenemos cabezas cortadas, hombres partidos por la mitad, vísceras, amputaciones y un amplio catalogo de atrocidades ejecutadas con bastante destreza. También me gustaría destacar la banda sonora de Claudio Simonetti que le otorga algo de empaque a este exploit de serie B.
CONSEJO VACACIONAL: Aunque viajéis a un lugar exótico por trabajo, primero comprobar si es una zona apacible, porque os podéis meter en el territorio en el que operan varios cárteles de drogas, que eso es casi lo de menos o introduciros en la zona dónde un grupo de indígenas sanguinarios matan a todo bicho viviente y han dejado la jungla plagada de trampas mortales.
VALORACIÓN: Típico exploit selvático de los 80 con altas dosis de violencia y un argumento con mil tramas y todas ellas un tanto inverosímiles. Aún así, Cut and Run es un cinta bastante entretenida y con estos calores veraniegos, siempre se agradece ver escenarios paradisíacos con selvas y cataratas, aunque estén un poco manchados de sangre.
MEJORES PELÍCULAS DE TERROR VIAJERO EN SUDAMÉRICA:
- The Ruins (2008)
- Green Inferno (2015)
- Aftershock (2012)

lunes, 10 de diciembre de 2018
FRANKENSTEIN'S ARMY (2013)
Como os confesé el otro día en twitter, me apasionan las películas que combinan acción y terror. Títulos inolvidables como Predator (1987), Alien (1979) o más recientes como Dog Soldiers (2002), The Raid (2014) o I saw the devil (2010), me hacen disfrutar como una autentica enana, mientras la adrenalina corre por mis venas. Tras salir del cine con una sonrisa de satisfacción, tras haber disfrutado con Overlord (2018), os pregunté por otras películas con esta combinación de géneros y la respuesta fue enorme. Hoy os traigo una de las muchas recomendaciones que me hicisteis y en el blog no tardarán en aparecer el resto, porque como ya os he dicho es una mezcla de géneros que me llama mucho la atención y las estoy devorando sin control.
Reconozco que mis expectativas hacia Frankenstein's Army (2013) eran más bien bajas, debido, en gran medida, a su título, que me sugería un producto de esos que han explotado la premisa de la novela de Mary Shelley hasta la saciedad, con criaturas, en este caso soldados, revividas por algún científico loco, con fines oscuros. Aunque ésta es la trama principal de la película que nos ocupa, sí que he encontrado varios aspectos que me han parecido interesantes y que me gustaría destacar, pero primero vamos a conocer de qué trata exactamente Frankenstein's Army. La cinta nos sitúa en la Segunda Guerra Mundial, cuando un grupo de soldados rusos, junto a los que viaja un cámara que pretende grabar un vídeo propagandístico de la guerra, quedan atrapados en territorio del bando enemigo, tras responder a la llamada de auxilio de otro comando aliado. Allí descubren el bizarro laboratorio en el que un científico nazi, nieto del Viktor Frankenstein de Shelley, está creando unos soldados letales que parecen sacados de las pesadillas post-apocalípticas de George Miller.
Frankenstein's Army es la ópera prima y, hasta ahora, único largometraje de su director Richard Raaphorst, principal artífice de la idea de la película que ya perseguía desde niño cuando se quedó impactado con la figura del monstruo de Frankenstein. Cuando tuvo la oportunidad de realizar una película, quiso aunar los dos aspectos que mas le interesaban: Frankenstein y la Segunda Guerra Mundial. Muchos de los monstruos nazis de la película ya aparecieron en un largometraje del director, titulado The Worst Case Scenario y que os dejo para que disfrutéis porque sirve como apetitivo para lo que os deparará este found footage.
Sí, queridos horror lovers, estamos ante una película en formato de metraje encontrado en plena Segunda Guerra Mundial, ¿no es esto ya suficiente reclamo como para picar vuestra curiosidad? Además, ya os adelanto que los movimientos de cámara y la forma en la que está grabada la cinta, dan la sensación que estamos ante un videojuego de terror en primera persona, en el que en cada recoveco y pasillo se te echa encima un nuevo monstruo, a cada cual más letal y espeluznante. Todo esto unido, a la subida del volumen y del ruido de los metales de estas criaturas, dan la sensación de estar sumergidos en plena partida de House of the Dead, pero con monstruos nazis o como los llama cariñosamente su creador, zombots.
La ambientación en la Segunda Guerra Mundial, está muy bien conseguida en el primer tercio de la película, con una especie de vídeo propagandístico soviético y nuestros soldados acudiendo a la llamada de ayuda en un territorio un tanto hostil. Sin embargo, la mayor parte del presupuesto se empleó en el diseño de los monstruos y por lo tanto, el resto de la la trama transcurre en este laboratorio que funciona como un parque de atracciones terrorífico. El diseño de los monstruos nazis es absolutamente espectacular y sólo por ello ya merecería la pena ver esta película. No os voy a adelantar nada de estas criaturas, porque merecen ser descubiertas y disfrutadas de primera mano, pero os dejo con una frase que lanza el personaje del nieto de Frankenstein que dice así: "Mi padre me dijo que los hombres serían más eficientes si tuviesen martillos y destornilladores, en vez de dedos". Os aseguro que con esto, no os hacéis una idea de la creatividad del equipo de arte encargado de estas criaturas, que tomaron como base los diseños del propio Raaphorst. Mi favorito es el prototipo mosquito que aparece en el poster de la película, no tiene desperdicio y da bastante
Como os podéis imaginar, Frankenstein's Army, no escatima en gore, desmembramientos, amputaciones y las mayores barbaridades en cuanto a modificación corporal. Las cirugías que realizaba Katherine Isabelle en American Mary (2012) son cosas de niños comparadas con esto. Aunque se ha usado algo de CGI, la mayor parte de los efectos especiales son prácticos para disfrute de los espectadores que como yo, se maravillan con todo lo que aparece en pantalla.
Aunque hay algunos momentos en Frankenstein's Army, en los que el ritmo decae y el formato found footage puede hacerse un poco pesado, considero que es una película que merece ser vista. Últimamente he visto varias películas que comparten en su argumento la supuesta existencia de los experimentos que el ejercito nazi realizó para conseguir unos super soldados y, aunque no dejo de maravillarme con la variedad de interpretaciones que le han dado, no he visto nada tan imaginativo como en Frankenstein's Army. Podéis pensar que estamos ante otra película de zombis nazis o de nuevas criaturas al estilo de Frankenstein, pero os aseguró que no estaréis preparados para lo que os espera aquí y, mucho cuidado con los sensibles, que pueden ver como nuevos monstruos moran sus pesadillas.
lunes, 23 de abril de 2018
A QUIET PLACE (2018)
El pasado fin de semana aterrizó en las carteleras españolas uno de los títulos mas esperados por todos los horror lovers, entre los que me incluyo. Después de la infinidad de buenas críticas que nos llegaban de los países en los que ya se había estrenado (hemos sido de los últimos), ya muchos se aventuraron a elegirla como uno de los mejores estrenos de terror y ciencia ficción del 2018 y eso que sólo estamos en el 4º mes del año.
La película nos sitúa en un futuro cercano, 2020 y en un entorno apocalíptico en el que unos extraños seres han acabado con la mayor parte de la población mundial. Nuestros protagonistas son una familia que vive aislada en un entono rural, donde viven con todas las precauciones necesarias para no hacer ningún ruido, ya que estos monstruos, aunque ciegos, tienen un oído finísimo que detecta cualquier ruido no ambiental. Han aprendido a sobrevivir con la amenaza constantemente rondando sobre sus cabezas, pero uno nunca puede preverlo todo, ni controlar a tres niños pequeños con ganas de divertirse.
A Quiet Place es el tercer largometraje como director para el actor y realizador John Krasinski. Sus anteriores trabajos que nada tenían que ver con el terror o la ciencia ficción, si no con la comedia o el drama, fueron Brief Encounters with Hideous Men (2009), The Hollar (2016) y tres capítulos de la serie The Office (2005-2013), en la que también formaba parte del elenco. En esta ocasión, Krasinski coescribe, dirige y protagoniza junto a su esposa, Emily Blunt, una película de terror sencilla, pero efectiva, en la que el silencio es parte esencial de la trama.
"Si no te oyen, no te pueden atrapar". Ésta es la frase que acompaña al título en el póster español de la película, ya que en el original en inglés, el mensaje es justo el contrario: "Si pueden oírte, pueden cazarte". En cualquier caso, tenemos a una familia que ha aprendido a vivir en el silencio: se comunican por lenguaje de signos, la hija mayor, Regan, es sorda (al igual que su intérprete, Millicent Simmonds, que también lo es en la vida real), lo que le da mayor credibilidad a que todos conozcan este lenguaje. Por otro lado, siempre caminan descalzos y las rutas que transitan están cubiertos de ceniza para amortiguar el sonido de sus pisadas y Evelyn, en avanzado estado de gestación, tiene preparado un sistema para mitigar el llanto de su futuro bebé. Por su parte, la amenaza a la que se enfrenta esta familia, tiene un origen desconocido y éste es, sin duda, uno de los mayores aciertos de A Quiet Place. La película nos situa directamente en este contexto y, salvo uno pocos recortes de periódico, no tenemos ni idea de dónde han salido estos depredadores de oído fino.
Como es de suponer, la tensión en esta película es prácticamente insostenible y una de sus bazas fuertes al estar perfectamente equilibrada durante todo el metraje. Aunque todo, absolutamente todo, en A Quiet Place nos provoca este desasosiego casi insoportable, había dos aspectos que particularmente me helaban la sangre. Por un lado, como ya os he comentado antes, Regan es sorda y esto provoca que sea incapaz de oir los ruidos que se producen a su alredor, aunque sea un monstruo soplandole la nuca. Pero no penséis que Regan es un personaje débil, porque es de los más valientes y decididos. Otro de los focos de tension es Evilyn que en avanzado estado de gestacion, ¿cómo pensáis que va a poder dar a a luz sin emitir un sólo ruido o impedir que su bebe recién nacido llore? La interpretación de Emily Blunt es absolutamente soberbia, transmitiendo su desesperación y miedo, sin apenas recurrir al dialógo, sólo a través de sus expresiones corporales y su mirada. Las actuaciones de estas dos mujeres, las únicas de la película, son excelentes y si Blunt no termina nominada al Oscar, sólo será por lo injustamente que es tratado habitualmente el género fantástico en los premios de la Academia Norteamericana.
Y, qué decir del silencio, en una película en cuya primera parte no existe el diálogo y después se juega con el sonido para crear no sólo momentos de tensión, si no de complicidad entre los personajes. Una familia en la que todos sus miembros están perfectamente contruídos y en los que vemos su progresión y el cambio de sus relaciones durante la película. Basicamente, estamos ante un drama familiar, en el que todos sufren a su manera y lo único que quieren es sobrevivir y protegerse los unos a los otros. Una de las frase que dice Evelyn es fundamental para entender esta idea: "¿Quiénes somos nosotros si no podemos protegerlos?".
La fotografía de la película es preciosa, al localizarse en un entorno boscoso, con cataratas y lagos increíbles que nos hacen darnos cuenta de lo maravillosa que es la vida y lo mucho que merece la pena luchar por sobrevir. Este entorno bucólico y apacible está en clara contraposición con las criaturas que les acechan. El diseño de los monstruos es increíble y esto no es una película de bajo presupuesto en la que la bestia aparece escasamente hacia el final de la cinta, si no que aquí los vais a ver claramente y os seguro que no os defraudarán.
Es posible que A Quiet Place no vaya a revolucionar el género, como en su momento hicieron It Follows (2014), The Witch (2015) o Get Out (2017) en la que se usaba el terror como metáfora para expresar y denunciar temas muchos más serios. Sin embargo, no hay que quitarle mérito a una película con un argumento extrictamente de terror y ciencia ficción, que cuenta la cosas de otra manera, aterrándonos con el silencio o mejor dicho, cuando este se rompe y te deja con el corazón en un puño y ahogando ese grito en tu garganta. Hacía tiempo que no veía a una sala de cine tan petrificada mirando una pantalla y sin un solo ruido, ya que un simple murmullo o el mascar de unas palomitas, no sólo molestaba a los demás, sino que te molestaba a ti mismo. No dudéis en ir a ver A Quiet Place porque tras haberla disfrutado a lo grande, yo también soy de las que piensa que tendrá un puesto de honor en mi lista con lo mejor del año.
lunes, 12 de febrero de 2018
HUMANOIDS FROM THE DEEP (1980)
Tenía muchas ganas de ver esta película pero nunca encontraba el momento, así que cuando me decidí a hacer un especial de películas dirigidas por mujeres, sabía que ésta sería una de las primeras seleccionadas.
Roger Corman vuelve a pasearse por el blog después de haberlo hecho la semana pasada, en The Slumber Party Massacre (1982), pero es que por algo es uno de los productores más prolíficos, sino el que más, de la historia cinematográfica americana. Corman que nunca pierde una oportunidad, cuando se le presenta, vio el éxito que había cosechado Spielberg con Jaws (1975) y quiso sacar tajada de ello. En primer lugar, produjo Piranha (1978) con la que alcanzó cierto éxito en la salas de cine, pero no contento con ello, se embarcó en el proyecto de Humanoids from the Deep que aunaba los tres pilares fundamentales de su cine: muertes espectaculares, desnudos y acción.
El argumento de la película es un tanto curioso. En un pueblo pesquero, en el que se han realizado experimentos con los salmones para que éstos aumenten su tamaño y prolifere su reproducción, se empiezan a producir extrañas mutaciones en otras especies marinas. El resultado es una especie de anfibios humanoides que surgen del mar con ganas de aparearse con bellas mujeres y matar a los hombres. En el otro bando, un pueblo que tendrá que dejar atrás sus rencillas, si quiere deshacerse de esta plaga mortal.
Aunque nos puede resultar un tanto sorprendente que una película de este tipo fuera rodada por una mujer, lo cierto es que una vez que Barbara Peeters finalizó su trabajo en la dirección, el controvertido productor pensó que no había suficientes escenas sangrientas, ni desnudos porque a él lo que le iba era el exploit y ante la negativa de Peeters de rodarlas, Corman la despidió y contrato a Jimmy T. Murakami para que hiciera el trabajo. Quizás ésta fuera la causa por la que Corman nunca volvió a trabajar con una mujer y que Peeters, a partir de este momento, sólo se dedicará a dirigir capítulos de series de televisión. Lo más irónico de todo es que la mayor parte de estas escenas añadidas fueron eliminadas en la versión final de la película y por eso Peters aparece como la única directora acreditada.
Es interesante como en plena fiebre por el slasher surgió una película como Humanoids from the Deep que rescataba, en cierta manera, las monsters movies de los 70 y las actualizaba con elementos propios del cine de explotación e introducía un tema tan novedoso por aquel entonces, como el de la modificación genética. Por un lado tenemos la trama de los anfibios violadores, en la que un grupo de científicos y expertos, liderados por la Dra. Susan Drake, van a intentar descubrir que es lo que está produciendo las extrañas muertes en el pueblo, pero por otro lado, tenemos una subtrama igual de interesante y mucho más seria, que nos habla de las diferencias que existen entre un grupo de pescadores y Johnny Eagle, que si no recuerdo mal, se negaba al plan de instaurar una planta conservera en el pueblo.
En cuanto a las actuaciones, los actores veteranos como Doug McClure o Vic Morrow están más que correctos, pero no podemos decir lo mismo de los actores jóvenes que dejan bastante que desear. Teniendo en cuenta que alguna de las actrices sólo estaba allí para lucir palmito y sucumbir ante los deseos de estos lujuriosos anfibios mutantes, tampoco le podemos pedir peras al olmo.
El principal atractivo de esta película son las muertes y aunque no hay muchas, se disfrutan igualmente por el altísimo nivel del maquillaje y del diseño de los mutantes obra del maestro Rob Bottin. Cómo, ¿que no sabéis quién es Bottin? Pues el artista encargado del maquillaje de películas tan emblemáticas como Robocop (1987), Total Recall (1990) o Seven (1995), pero si os digo que fue el responsable del diseño de los monstruos de una de las obras magnas del cine de terror, como es The Thing (1982), ¿cómo os quedáis? Con el culo torcido imagino y es que Corman, a pesar de estar inmerso en una película de bajo presupuesto como ésta, tenía ojo clínico para elegir a sus colaboradores, porque no sólo contó con Bottin, sino que el encargado de la banda sonora fue el mismísimo James Horner. ¡Alucinante!
No todo en Humanoids from the Deep podía ser bueno, y es que hay alguna escena que podrían habérsela ahorrado porque es evidente que está metida con calzador para que la actriz de turno enseñase cacha. Sí, me estoy refiriendo a esa escena tan ridícula de la tienda de campaña. No se que es peor, si el ventrílocuo que intenta seducir a su novia con su muñeco parlachín o la chica que se desnuda en un santiamén porque rápidamente va a ser atacada por nuestros anfibios lujuriosos. Totalmente penoso porque no conocíamos a estos personajes de antes y la verdad es que nos da bastante igual su trágico destino.
Pero sin duda, la confrontación decisiva llega durante la fiesta del salmón que tiene lugar en el embarcadero y que reúne a toda la gente de pueblo. La fiesta se convierte en una batalla campal de explosiones, gente corriendo, mutantes saliendo de debajo del suelo, un amplio abanico de muertes y todos nuestros queridos protagonistas intentando acabar con ellos. Sin duda, un gran broche final para esta excesiva producción.
En definitiva, a pesar de contar con más desnudos de los necesarias y cientos de pechos gratuitos, que como comprenderéis, a mi no es que me hagan mucha ilusión, Humanoids from the deep es una cinta de serie B bastante entretenida, con algunos elementos novedosos, como el tema de las mutaciones genéticas y con unos efectos de maquillaje absolutamente soberbios. Puede que el diseño de los anfibios violadores no sea el mejor, ya que nos recuerda mucho a monstruos de tiempos pasados como el de Creature of the Black Lagoon (1954), pero el trabajo de Rob Bottin con las heridas y amputaciones es sencillamente espectacular y bien merece que le echéis un vistazo. Así que ya sabéis, si os gustan los desnudos femeninos, unos monstruos de los más cachondos y muertes muy bien ejecutadas, ésta es vuestra película.
viernes, 29 de diciembre de 2017
LAS MEJORES PELICULAS DE TERROR DEL 2017
Ha llegado ese momento crucial para todo cinéfilo, seriéfilo o lector, en el que tiene que poner en el asador todo lo que ha visto o leído durante todo el año y elaborar esas ansiadas listas con lo mejor y lo peor de los últimos 365 días.
Según apuntaba el New York Times en su especial de hace tan sólo unas semanas que os dejo aquí, el 2017 ha sido el año del cine de terror y lo celebraba con una serie de cortos de lo más inquietantes, protagonizados por los actores del año. Estoy totalmente de acuerdo con esta afirmación, a pesar de que me ha costado bastante elaborar esta lista y he considerado que sólo 9 películas merecían estar en mi selección anual. No creo que este 2017 hayamos tenido cientos de buenas películas de género, pero sí que se ha producido un viraje de las grandes producciones, directores y actores hacia el cine de terror. Películas como Get Out, A cure for Wellness, IT o Happy Death Day han elevado la calidad de un cine que hasta ahora había estado relegado a un segundo plano y que empieza a dar sus primeros pasos hacia la importancia que tenía en los años 70 y 80. Es posible que este cambio hacia el terror cinematográfico, refleje un periodo político y social marcado por atentados, terroristas y un creciente auge del nazismo y las posturas más radicales y discriminatorias. Tanto en así, que el primer spin off de la saga de X-Men, The New Mutants (2018), se alejará de su tradicional tono de aventuras y acción, para abrazar el terror más perturbador.
Así que esperemos que en el 2018, el cine de terror siga creciendo y las grandes productores se rindan a sus encantos. Por el momento, la cosa no pinta nada mal con la segunda parte de IT, A quiet place o Annihilation, todas ellas con grandes actores y presupuestos más que decentes. Pero vamos a dejar de hablar del futuro y centrémonos en lo mejor que hemos tenido este año en el cine de terror. ¡¡¡¡¡ EMPEZAMOS!!!!
9. IT STAINS THE SANDS RED
Este año los zombis también tiene su puesto en la lista, aunque no en una posición tan elevada como el año pasado con Train to Busan (2016). En esta ocasión, estamos ante un producto más minimalista que las hordas de zombis surcoreanas, pero no por ello deja de ser una propuesta igualmente refrescante y entretenida, en un subgénero que lejos de estar agotado, está demostrando ser una fuente inagotables de ideas.
Como suele ser habitual, una apocalipsis zombi estalla en los EEUU y los supervivientes pretender huir hacia zonas seguras. Este es el caso de Molly, una stripper de Las Vegas que en su huida a México, sufre un percance con su coche y se queda tirada en medio del desierto con un zombi que la persigue incansablemente. Aunque el no-muerto es del tipo lento y Molly, a un paso normal, puede sacarle cierta ventaja, lo cierto es que éste no necesita descansar, ni comer, ni le afectan las duras temperaturas del desierto, lo que le acaba convirtiendo en un cazador infalible.
Colin Minihan y Stuart Ortiz responsables de esta película y a los que recordaremos por Grave Encounters (2011) y Extreterrestial (2014), nos proporcionan en esta ocasión, un gran equilibrio entre el terror y un humor negro de lo mas efectivo. El drama que se nos va perfilando mediante flasbacks que salpican toda la película y que finalmente estalla en el último acto, es posiblemente lo menos interesante de toda la trama, pero constituye un final perfecto para nuestra inesperada heroína.
El aspecto más curioso de esta cinta es que durante la mayor parte del metraje sólo tenemos a dos protagonistas: una moribunda muerta de sed por el desierto y un zombi que no pronuncia una sola palabra. En ningún momento caemos en el aburrimiento de seguir a Molly por este calvario que termina transformándola en una persona totalmente nueva porque no nos engañemos, ninguno de los personajes que aparecen en la trama son buenas personas, si acaso, el único sería nuestro amigo el zombi que no ha tenido elección.
Aunque no es perfecta, It stains de sands red se posiciona como una de las mejores películas de zombis de este 2017. Además, tendréis que verla para averiguar por qué se mancha la arena de rojo, algo que posiblemente no os esperéis, pero que si lo pensáis fríamente es una forma muy innovadora e igualmente efectiva de dar esquinazo a un zombi, ¿no os parece? Jejeje.
8. KILLING GROUND
Ya os comenté a mediados de año que mi lista con el TOP de 2017, iba a tener un cierto regusto australiano y así ha sido. El cine de género australiano, es como esa bestia dormida que no ha gozado de ningún movimiento de gran repercusión como lo hizo el cine de terror Francés, allá por la década del 2000, ni tampoco suele gozar de una distribución internacional. A pesar de todo esto, todos los años suelen deleitarnos con un puñado de películas superiores a la media y que se caracterizaran por una crudeza y violencia extrema, así como por una total ausencia de tabúes.
Una vez hechas las oportunas presentaciones, Killing Ground se configura como uno de los mejores survivals de año del tipo: asesinos campestres. La película nos presenta a una joven pareja que se va de acampada a un paraje idílico para celebrar el fin de año. Allí encuentran otra tienda de campaña, que parece estar deshabitada, a pesar de que ha sido instalada recientemente. A medida que van pasando las horas y los propietarios no aparecen, empezarán a descubrir una serie de indicios que les conducirán a una terrible pesadilla, pero esta vez, ellos serán los protagonistas.
Lo interesante de Killing Ground es que está construida en dos planos temporales: uno en el pasado, en el que vemos el terrible destino de la familia propietaria de la tienda y otro en el presente, en el que esta joven pareja se ha metido en la boca del lobo sin saberlo. La violencia y la crudeza de la historia es tan desgarradora que te hace perder la fe en la raza humana, si es que en algún momento puede considerarse seres humanos a este par de ex convictos a los que le da igual cazar a un ciervo que a una familia.
El ritmo de la película va in crescendo, desde una lenta presentación de personajes que ayuda a que el espectador empatice con ellos, hasta la frenética persecución por el bosque intentando sobrevivir. Será aquí dónde obtengamos algunas de las escenas más perturbadoras de toda la película como la de lata de cerveza o el bebé, así como la evidencia de que algunas personas no han nacido para ser héroes.
Killing Ground es uno de esos survivals en los que, aunque tienes muy claro lo que va a pasar en todo momento porque sigue el patrón: asesinos-bosque-caza humana, lo interesante es la creciente tensión que se va produciendo en el espectador y la crudeza de una violencia que en todo momento recuerda a la que vivimos en uno de los grandes survivals rurales de todos lo tiempos, Eden Lake (2008).
7. RAW
No me podía olvidar de una de la grandes películas que nos llegó a primeros de año y de la que se dijo, como en su momento de Martyrs (2008), que en sus exhibiciónes en festivales, la gente se desmayaba o salía vomitando de la sala, debido a la crudeza de las imágenes. Seguramente todas estas informaciones serían consecuencia de una brillante campaña de marketing porque la cinta no es tan impactante, pero sí que resulta muy atractivo este despertar de la pubertad desde una vertiente canibalesca.
Esta co-producción franco-belga nos presenta a una estudiante vegetariana que al llegar a la universidad y sufrir una novatada de tintes carnívoros, desarrollará una extraña predilección por la carne, a medida que sus instintos primarios empiezan a aflorar.
Raw nos habla de la dura adaptación de Justine, una joven criada bajo una estricta educación y unas férreas normas vegetarianas, al mundo de desenfreno y violencia de la universidad, lo que provocará su perdida de la inocencia y el despertar de su rebeldía. Aunque en su momento se la comparó con Ginger Snaps (2000), creo que ambas tienen notables diferencias, a pesar de que las dos relacionan la adolescencia con un elemento propio del cine de terror. En la película canadiense, lo que se vinculaba a la licantropía, eran los cambios físicos y psicológicos característicos de la juventud, mientras que en Raw es el despertar del apetito sexual, lo que está intrínsecamente relacionado con el apetito carnívoro desmedido de la protagonista.
Tanto la interpretación de Garance Marillier como Justine y de su hermana mayor, Alexia, a la que da vida Ella Rumpf, son impresionantes. La relación de amor-odio entre ambas traspasa la pantalla y, a pesar de que Alexia ya está en la universidad y debería ayudar a su hermana en estos primeros momentos, focaliza todas las envidias que tiene hacia ella y le hace este camino mucho más complicado.
A medida que avanza la película, iremos adentrándonos en una vorágine de descontrol, sangre y surrealismo en la que no sabremos diferenciar muy bien si lo que estamos presenciando forma parte de la imaginación de la joven o verdaderamente está ocurriendo tal atrocidad. Las escenas de canibalismo son muy efectivas, sin caer nunca en nada desagradable que provoque el vómito, aunque como siempre digo, todo eso depende del nivel de sugestión del espectador.
Raw no es una película de canivales al uso, al estilo de Cannibal Holocaust (1980) en la que lo que prima es el gore y lo macabro, sino que aquí la importancia reside en el componente psicológico y en el tono enfermizo de la historia. Una propuesta diferente y provocativa que bien merece un par de visionados para descifrar las múltiples lecturas que esconde esta trama. Y recordando el programa de Resonator (1986) y Society (1989) de mis amigos de Aguas Turbias, Raw sería otra perfecta candidata de la nueva carne sin Cronenberg porque ingredientes no le faltan.
6. HOUNDS OF LOVE
La segunda producción australiana que se cuela en lista, comparte con la anterior la crudeza de una historia perturbadora y unos psicópatas totalmente despiadados que podrían ser perfectamente reales. Sin embargo, esta vez no viviremos el terror al aire libre mediante una caza humana por el bosque, sino que éste tendrá lugar entre las cuatro paredes en las que una pareja de desequilibrados, ha dejado encerrada a su secuestrada.
Ambientada en los años ochenta, este thiller psicológico nos lleva hasta un suburbio de Perth, en el que se han producido unos cuantas desapariciones de adolescentes. Vicki Malone es la última secuestrada por esta pareja de depredadores, que tendrá que hacer uso de toda su astucia para intentar hallar un resquicio que consiga destruir la relación de sus captores.
Aunque estamos ante una cinta de secuestros, violaciones y asesinatos que bien podría pertenecer a un episodio de Criminal Minds (2005 - ), la primera película de Ben Young, no ahonda en lo macabro o en el gore de estos actos, sino que posiciona su interés hacia el aspecto psicológico de todos los personajes: la enfermiza y psicótica relación de esta pareja que secuestra y mata a jóvenes y la terrorífica situación de Vicky que no sabe si alguno de sus intentos por escapar, va a provocar su asesinato. Una situación realmente tensa que asquea y perturba al espectador que, a pesar de estar presenciando una ficción, tiene un regusto a real que la hace casi insoportable.
Hounds of love funciona en gran medida a las excelentes actuaciones de sus tres protagonistas y lo bien construidos que están sus personajes. Stephen Curry y Emma Booth consiguen hacer bastante creíble a esta pareja de perturbados, para los que el secuestro y el asesinato es una especie de terapia conyugal. En el papel de esta joven víctima que tiene que ser más inteligente que sus propios captores, tenemos a Ashleigh Cummings, en un personaje que, a pesar de tirarse la mayor parte del tiempo atada a una cama, como la protagonista de la siguiente película, consigue crear un personaje lo suficientemente rico e interesante como para que nos mantenga en vilo con cada una de sus decisiones.
El éxito de esta película no sólo reside en una producción excelente, una gran fotografía y ese granulo característico de las películas setenteras que tan bien nos transporta a otra época, sino que su verdadera fuerza está en el terror tan real que nos plantea. Un thriller perturbador que va adentrándose poco a poco en nuestra mente y que nos lleva a investigar los terribles sucesos que inspiraron esta historia porque sí, esto es ficción, pero como siempre, la realidad lo supera todo.
5. THE GERALD'S GAME
Una de las mayores sorpresas del año, nos llegó con la menos mediática de las adaptaciones de las novelas de Stephen King, el autor que en este 2017 ha estado más de moda que nunca. Aunque yo todavía no me he leído la novela, me resultó totalmente sorprendente como una historia tan sencilla y que se desarrolla en un espacio tan reducido, con tan pocos personajes, logra mantenerte en vilo durante hora y media de metraje.
Siempre digo que Mike Flanangan nunca decepciona, pero con Gerald's Game estamos ante su mejor trabajo hasta la fecha. La película nos cuenta como una matrimonio intenta darle nuevos bríos a su monótona vida sexual, escapándose a una remota cabaña en medio de la nada, dónde el marido pretende un juego de sometimiento con su mujer. Sin embargo, la cosa se tuerce cuando el hombre sufre un infarto, dejando a su mujer esposada a la cama, en uno de los cautiverios mas peculiares de la historia.
El desdoblamiento de la psique de la protagonista nos muestra lo terrible y absurda de su situación que puede conducirla hasta la muerte, así como las alucinaciones propias de la falta de alimento y agua. Al mismo tiempo, todo esto se va intercalando con flasbacks de un terrible suceso ocurrido en su infancia y que la han convertido en la mujer sometida que es hoy en día. Su lucha contra estos recuerdos, la harán conocerse mejor como persona y luchar contra los fantasmas que intentan retenerla en la cama.
Sin duda, Gerald's Game es una de las propuestas más interesantes de este año, así como la excelente interpretación de Carla Gugino que nos muestra la evolución de su personaje, desde su total anulación como persona, hasta la lucha por su supervivencia y la superación de un trauma infantil que te pondrá los pelos de punta.
4. GET OUT
Pocas veces ocurre, pero la expectación que creó en la primera parte del año, la ópera prima del cómico Jordan Peele, estuvo a la altura de las circunstancias. Una crítica social, con claros tintes de terror, sobre las tensiones raciales todavía tan persistentes en los EEUU.
Todo empieza cuando Chris, un joven fotógrafo afroamericano, visita a la familia de su novia blanca en su adinerada casa de campo. Chris está agobiado porque su novia no ha considerado conveniente comentarle a sus padres que es negro, pero una vez allí, todos parecen muy complacientes y excesivamente atentos con él. A medida que van pasando las horas, nuestro protagonista se irá dando cuenta de pequeños detalles y personas que parecen no comportarse con normalidad y quizás, para cuando se de cuenta de lo que verdaderamente está pasando en esa bonita casa de campo, sea demasiado tarde para él.
Para mi esta película es una mezcla entre Guess who's coming to dinner (1967) y Rosemary's Baby (1968). En el caso de la primera, por la pareja interracial que se enfrenta a las suspicacias de la familia de la chica y en el caso de la cinta de Polansky, por esa sensación malrrollera del protagonista de que algo perverso esté ocurriendo delante de sus narices y el resto no parece darse cuenta.
Uno de los puntos fuerte de Get Out es que consigue hacer inquietante y perturbadora una situación tan normal como la de una visita a los suegros, aunque haya personas para las que esto puede ser toda una pesadilla, jejeje. Las apariencias engañan, pero nunca lo habían hecho de tal forma y si pensamos que el problema racial ya ha sido erradicado es que somos unos ingenuos. El verdadero peligro no está en los que muestran sus ideas racistas en público, si no en esa multitud que ha reprimido esos sentimientos en lo más profundo de su corazón y un día pueden revelarse y estallar del modo más perverso. Y, como dije tras ver la que para mi ha sido la mejor serie del año, Housemaid's Tale (2017), por muy difícil que nos parezca, si nuestra sociedad pretende seguir el camino de odio y discriminación de los últimos tiempos, los hechos que se relatan en estas dos producciones están más cerca de lo que imaginamos, por muy crudo que nos parezca.
Get Out es uno de esos thriller psicológicos en los que el espectador asume el papel del protagonista y, como él, permanece inquieto durante la primera mitad de la película, sin saber lo que está pasando exactamente y sin imaginar hacia dónde le conducirá esta pesadilla. Una cinta perfectamente apta para aquellas personas que no sean amantes del terror, pero no tanto para aquellos que no puedan pasar 103 minutos de angustia, nerviosismo y tensión.
3. IT
Aquí tenemos la gran superproducción que todos temíamos, esa nueva versión de la obra de culto de Stephen King y que para sorpresa de muchos se convirtió en un producto incluso superior a la famosa miniserie de los 90.
La historia del grupo de niños que se enfrentan a una fuerza malévola en forma de payaso en el infecto pueblo de Derry, ha sufrido varios cambios en la adaptación del argentino, Andrés Muschietti, que le han sentado bastante bien. En esta ocasión, las dos historias paralelas que suceden en el libro, la de la juventud del grupo de niños y la de su madurez, se han separado y en esta primera parte de la película, sólo se ha desarrollado el primer enfrentamiento de los chavales con el payaso. Además, entiendo que debido al auge de la estética ochentera en el cine y la televisión de los últimos años, se decidió cambiar a esta época la trama de los niños que originalmente se desarrollaba en los años cincuenta.
La versión de Muschietti es mucho más aterradora y esa impactante escena inicial de Georgie y su barquito de papel, ya nos señala el terror sobrenatural que va a imperar en la película: siniestros caserones, zombis leprosos, cuadros que cobran vida y como no, un perturbador payaso, esta vez interpretado por Bill Skarsgard que más que inquietar, produce autentico pavor. Pero tampoco hay que olvidar el terror y las oscuridad que se ha apoderado de la ciudad de Derry y que en esta película se plasma muy bien en la actitud de esos adultos que miran hacia otro lado, cuando son testigos de una agresión.
Independientemente de los efectos especiales que en esta película consiguen reproducir autenticas maravillas pesadillescas, la verdadera magia de IT reside en su casting y en la gran química que existe entre todos los niños. Ya se hacen cábalas para averiguar quién dará vida a estos chavales en su versión adulta y si podrán estar a la altura de unas interpretaciones que han dejado el listón muy alto.
2. THE VOID
Por el momento, mis conocimientos sobre la obra de H. P. Lovecraft y el terror cósmico son bastante limitados, aunque con mi reciente descubrimiento del podcast de Noviembre Nocturno, esto va a cambiar radicalmente en el 2018. Con esto quiero decir que, aunque esta película parece basarse en algunos aspectos de esa mitología, es igualmente disfrutable por todos aquellos que no la conocemos.
En The Void, un policía lleva a un hospital falto de personal, a un herido que se ha encontrado en medio de la carreta. Hasta aquí todo bastante sencillo, ¿verdad? Pues en este semi-abandonado hospital, nuestros protagonistas tendrán que hacer frente a unos cuantos problemas: Un inquietante grupo de personas que parecen pertenecer a alguna secta y que les impiden salir del edificio, el agresivo y extraño comportamiento de alguno de los pacientes, una peculiar pareja de supervivientes que consiguen entrar en el hospital, armados hasta los dientes y.... monstruos de otra dimensión.
Esa tensión y desasosiego que produce el enfrentarse a una película con tantos frentes abiertos que no sabes por cuál se va a decantar el guionista y que te tiene en vilo todo el rato, es exactamente lo que me produjo de The Void. Una experiencia increíble para cualquier horror lover, que podrá experimentar como aquí se aúnan varios aspectos de las películas de Carpenter: las suspicacias y desconfianza de los personajes de The Thing (1982), así como sus monstruos amorfos y el aislamiento en un lugar medio abandonado que se acaba convirtiendo en el epicentro del mal y la violencia como el de Assault on Precinct 13 (1976). Aunque las referencias principales de la película se encuentran en la obra de Carpenter, lo cierto es que hay otras tantas: Fulci, Cronenberg, Stuart Gordon que configuran un enorme pastiche de influencias ochenteras que funcionan a la perfección.
A pesar de ser una película financiada a través de crowfunding y contar con unos medios limitados, posee uno de los efectos especiales y de maquillaje artesanales más impactantes de lo últimos años. Una gozada poder disfrutar de un producto que parece estar sacado directamente del los años 80 y no una producción actual que intenta imitarlos. No me extraña que tras su fulgurante carrera por los festivales de medio mundo el año pasado, terminase ganándose el corazón de los espectadores y este 2017 consiguiese la distribución, aunque limitada, para ser proyectada en las salas de cine.
1. VERONICA
¿Quien me iba a decir a mi cuando comenzó el año que la película de terror que más me iba a entusiasmar fuera española? Ese cine de género patrio que en contadas ocasiones nos deleita con grandes producciones del fantástico o del terror y no por falta de ideas o buenos guiones, sino por la desconfianza de las productoras españolas que todavía no parecen haberse dado cuenta que el futuro del mercado cinematográfico está en el terror.
Verónica es una película de terror sobrenatural, con posesiones y presencias demoníacas que no intenta copiar las características de otros productos similares que han tenido gran éxito los últimos años, como la saga The Conjuring. En esta ocasión, Paco Plaza, creador de la saga REC junto a Jaume Balageró, toma como referencia el único caso oficialmente registrado por la policía de actividad paranormal y que tuvo lugar en Vallecas en el año 1992.
La película nos pone en la piel de Verónica, una joven de 15 años que está al cuidado de sus tres hermanos pequeños y que el día de un eclipse lunar, accede a jugar a la ouija con sus amigas porque siente que se esta separando de ellas por su fuerte carga de obligaciones. Como no podía ser de otra manera, las chicas acaban invocando a un ser maligno que pondrá en peligro a toda su familia y es que, de lo que no te despides, se queda contigo...
La película refleja a la perfección lo dura que es la vida de Verónica, una joven que está totalmente desbordada por su función como madre, ya que la suya, una rescatada Ana Torrent, está la mayor parte del tiempo ausente por su trabajo. Los miedos propios de la infancia, las locuras que hacemos por seguir perteneciendo al grupo de amigos y la ouija que tan de moda estaba por aquella época, convierten a Verónica en un producto castizo, pero con una personalidad arrolladora, de la que no tardarán en surgir copias.
La ambientación de la película en un barrio obrero de los 90 esta cuidada hasta el más mínimo detalle y la escena inicial en la que suena Maldito Duende de los Héroes del Silencio consiguió ponerme la piel de gallina. Los efectos especiales, aunque pocos, están utilizados con tal delicadeza y precisión que se integran perfectamente en una película que va de menos a más en intensidad y tensión.
Me resulta increíble hasta mí, el haber elegido como gran película de año una cinta de claros tintes paranormales porque como sabéis no es algo en lo que yo crea y, por lo tanto, me cuesta mucho más entrar en este tipo de temáticas. Pero en el caso de Verónica, me metí tanto en una historia que parece tan creíble, no se si porque los episodios sobrenaturales se van produciendo de manera paulatina, casi sin darte cuenta o porque los personajes que experimentan esta pesadilla y todo lo que se mueve a su alrededor, están ambientados en una época en la que yo viví mi juventud y por eso me es mucho más familiar y reconocible, que unos demónologos luchando contra portegeist.
Así que en resumidas cuentas, si Veronica consiguió acojonarme y mantenerme pegadita a la butaca, estoy segura que será muy disfrutable para todos vosotros y que mejor oportunidad que ahora, que la tenemos en Netflix para poder disfrutarla en bucle.
Menciones especiales: 1902, THE BABYSITTER, HAPPY DEATH DAY, MOM AND DAD, THE CURE FOR WELLNESS, SPLIT, THE BELKO EXPERIMENT, TRAGEDY GIRLS, REVENGE.
Truños: TONIGHT SHE COMES, OPEN WATER 3: CAGE DIVE, WISH UPON, WORRY DOLLS, LAKE BODOM, IT COMES AT NIGHT, LEATHERFACE, LES AFFAMÉS.
Y, hasta aquí ha llegado el resumen de este año y sólo me queda desear que el 2018 nos traiga un año lleno de buenas películas de terror y nuevos iniciativas y proyectos que consiguen difundir este gran género a todo el mundo, porque si no exploramos nuestros miedos, ¿cómo vamos a ser capaces de superarlos?
¡¡¡¡Feliz años Horror Lovers!!!!