lunes, 12 de febrero de 2018

HUMANOIDS FROM THE DEEP (1980)


Tenía muchas ganas de ver esta película pero nunca encontraba el momento, así que cuando me decidí a hacer un especial de películas dirigidas por mujeres, sabía que ésta sería una de las primeras seleccionadas. 

Roger Corman vuelve a pasearse por el blog después de haberlo hecho la semana pasada, en The Slumber Party Massacre (1982), pero es que por algo es uno de los productores más prolíficos, sino el que más, de la historia cinematográfica americana. Corman que nunca pierde una oportunidad, cuando se le presenta, vio el éxito que había cosechado Spielberg con Jaws (1975) y quiso sacar tajada de ello. En primer lugar, produjo Piranha (1978) con la que alcanzó cierto éxito en la salas de cine, pero no contento con ello, se embarcó en el proyecto de Humanoids from the Deep que aunaba los tres pilares fundamentales de su cine: muertes espectaculares, desnudos y acción. 

El argumento de la película es un tanto curioso. En un pueblo pesquero, en el que se han realizado experimentos con los salmones para que éstos aumenten su tamaño y prolifere su reproducción, se empiezan a producir extrañas mutaciones en otras especies marinas. El resultado es una especie de anfibios humanoides que surgen del mar con ganas de aparearse con bellas mujeres y matar a los hombres. En el otro bando, un pueblo que tendrá que dejar atrás sus rencillas, si quiere deshacerse de esta plaga mortal.

Aunque nos puede resultar un tanto sorprendente que una película de este tipo fuera rodada por una mujer, lo cierto es que una vez que Barbara Peeters finalizó su trabajo en la dirección, el controvertido productor pensó que no había suficientes escenas sangrientas, ni desnudos porque a él lo que le iba era el exploit y ante la negativa de Peeters de rodarlas, Corman la despidió y contrato a Jimmy T. Murakami para que hiciera el trabajo. Quizás ésta fuera la causa por la que Corman nunca volvió a trabajar con una mujer y que Peeters, a partir de este momento, sólo se dedicará a dirigir capítulos de series de televisión. Lo más irónico de todo es que la mayor parte de estas escenas añadidas fueron eliminadas en la versión final de la película y por eso Peters aparece como la única directora acreditada. 

Es interesante como en plena fiebre por el slasher surgió una película como Humanoids from the Deep que rescataba, en cierta manera, las monsters movies de los 70 y las actualizaba con elementos propios del cine de explotación e introducía un tema tan novedoso por aquel entonces, como el de la modificación genética. Por un lado tenemos la trama de los anfibios violadores, en la que un grupo de científicos y expertos, liderados por la Dra. Susan Drake, van a intentar descubrir que es lo que está produciendo las extrañas muertes en el pueblo, pero por otro lado, tenemos una subtrama igual de interesante y mucho más seria, que nos habla de las diferencias que existen entre un grupo de pescadores y Johnny Eagle, que si no recuerdo mal, se negaba al plan de instaurar una planta conservera en el pueblo.

En cuanto a las actuaciones, los actores veteranos como Doug McClure o Vic Morrow están más que correctos, pero no podemos decir lo mismo de los actores jóvenes que dejan bastante que desear. Teniendo en cuenta que alguna de las actrices sólo estaba allí para lucir palmito y sucumbir ante los deseos de estos lujuriosos anfibios mutantes, tampoco le podemos pedir peras al olmo.



El principal atractivo de esta película son las muertes y aunque no hay muchas, se disfrutan igualmente por el altísimo nivel del maquillaje y del diseño de los mutantes obra del maestro Rob Bottin. Cómo, ¿que no sabéis quién es Bottin? Pues el artista encargado del maquillaje de películas tan emblemáticas como Robocop (1987), Total Recall (1990) o Seven (1995), pero si os digo que fue el responsable del diseño de los monstruos de una de las obras magnas del cine de terror, como es The Thing (1982), ¿cómo os quedáis?  Con el culo torcido imagino y es que Corman, a pesar de estar inmerso en una película de bajo presupuesto como ésta, tenía ojo clínico para elegir a sus colaboradores, porque no sólo contó con Bottin, sino que el encargado de la banda sonora fue el mismísimo James Horner. ¡Alucinante!

No todo en Humanoids from the Deep podía ser bueno, y es que hay alguna escena que podrían habérsela ahorrado porque es evidente que está metida con calzador para que la actriz de turno enseñase cacha. Sí, me estoy refiriendo a esa escena tan ridícula de la tienda de campaña. No se que es peor, si el ventrílocuo que intenta seducir a su novia con su muñeco parlachín o la chica que se desnuda en un santiamén porque rápidamente va a ser atacada por nuestros anfibios lujuriosos. Totalmente penoso porque no conocíamos a estos personajes de antes y la verdad es que nos da bastante igual su trágico destino. 

Pero sin duda, la confrontación decisiva llega durante la fiesta del salmón que tiene lugar en el embarcadero y que reúne a toda la gente de pueblo. La fiesta se convierte en una batalla campal de explosiones, gente corriendo, mutantes saliendo de debajo del suelo, un amplio abanico de muertes y todos nuestros queridos protagonistas intentando acabar con ellos. Sin duda, un gran broche final para esta excesiva producción.

En definitiva, a pesar de contar con más desnudos de los necesarias y cientos de pechos gratuitos, que como comprenderéis, a mi no es que me hagan mucha ilusión, Humanoids from the deep es una cinta de serie B bastante entretenida, con algunos elementos novedosos, como el tema de las mutaciones genéticas y con unos efectos de maquillaje absolutamente soberbios. Puede que el diseño de los anfibios violadores no sea el mejor, ya que nos recuerda mucho a monstruos de tiempos pasados como el de Creature of the Black Lagoon (1954), pero el trabajo de Rob Bottin con las heridas y amputaciones es sencillamente espectacular y bien merece que le echéis un vistazo. Así que ya sabéis, si os gustan los desnudos femeninos, unos monstruos de los más cachondos y muertes muy bien ejecutadas, ésta es vuestra película.