Seguimos con las películas dedicadas al Women in Horror Month y esta vez os traigo un slasher ochentero que si bien no es de los más destacables, sí que tiene un cierto regusto feminista que le otorga cierta originalidad al producto.
Rita Mae Brown, una importante activista feminista durante los 60 y 70, escribió a primeros de los 80, el guion para un slasher titulado Don't Open The Door que pretendía ser una parodia contra los estereotipos machistas que definían el género. El guión estuvo un tiempo durmiendo el sueño de los justos, hasta que la editora, Amy Holden Jones, que pretendía dar el salto a la dirección, lo rescató y grabó un prólogo de 9 minutos con el que consiguió captar la atención de Roger Corman y obtener la financiación para la película. Tras pasar por el filtro de los productores, la película perdió su tono de comedia y pasó a llamarse, The Slumber Party Massacre, aunque sigue conservando cierto tono cómico, muchas veces involuntario.
La trama de la película es bastante simple, un grupo de chicas del último año de instituto hacen una fiesta de pijamas, con tan mala suerte que ese mismo día, un peligro psicópata se escapa del manicomio y decide hacerles una vista con tu taladro gigantesco. Lo que en un primer momento nos podría parecer más de lo mismo, introduce unas cuantos aspectos novedosos. En primer lugar, las protagonistas absolutas son este grupo de chicas, jugadoras de un equipo de baloncesto (nada de animadoras) y la figura de poder es su entrenadora, otra mujer. Los personajes masculinos en The Slumber Party Massacre son mero atrezzo y carne de cañón para el asesino. Las chicas se van a defender por si mismas, tomarán decisiones más razonables que a las que estamos acostumbrados en este tipo de películas y no tendremos una, sino dos Final Girls que lucharán hasta su último aliento por sobrevivir.
Otro de los aspectos novedosos de la película, teniendo en cuenta que surgió al rebufo de Halloween (1978) o Friday the 13th (1980) es su peculiar asesino. Éste actúa, en todo momento, con la cara descubierta, no lleva ningún atuendo especial, simplemente chaqueta y pantalón vaquero y no existe ningún tipo de misterio acerca de su origen o su motivación. Además, la mayor parte de tiempo está en silencio hasta que en el último tercio, empieza a decir tonterías sobre estar enamorado de las chicas. Todo esto deja bastante claro que el foco de atención no recae en la figura del asesino, sino en el grupo de amigas. Si os dais cuenta sus personajes, las relaciones de amistad o, incluso las de hermanas, entre dos personajes que no están invitados a la fiesta, pero que al ser vecinas, tendrán un papel determinante en la trama, están muy bien construidos y resultan creíbles. Sin embargo, el psicópata es un ser carente de carisma que está ahí como una cosa tonta con su taladro gigante, con forma fálica, que por si no nos ha quedado claro, en una de las escenas y que sirvió como imagen para el póster, aparece con el taladro entre las piernas para acabar con su próxima víctima.
Las chicas son guerreras |
El gran número de desnudos que tenemos en la película podría verse como una crítica contra el abuso que se hace de ellos en los slashers. Tenemos a las chicas duchándose después del entrenamiento, secándose con toallas minúsculas que más bien parecen de lavabo, para dejar bien a la vista su anatomía. También nos deleitan con un primer plano de un trasero durante más tiempo del necesario y una de las chicas de la fiesta de pijamas lleva un conjunto lencero con un escote vertiginoso que ninguna llevaríamos para pasar la noche con las amigas, pero sí que formaría parte de las fantasías masculinas.
Debido al éxito que tuvo esta cinta, sobretodo en el mercado doméstico, tiene dos secuelas. Una, sólo 5 años después y que según tengo entendido es más una comedia de terror, con un asesino con una guitarra cuyo mástil tiene forma de taladro gigante y una tercera en 1990. Todas ellas tiene en común el haber sido escritas y dirigidas por mujeres y espero traéroslas pronto porque la verdad es que la original me ha dejado buen sabor de boca y tengo curiosidad por ver como ha continuado la saga.
Es cierto que The Slumber Party Massacre peca de tener un inicio bastante lento dónde nos presentan a las protagonistas, sus partidos de baloncestos, las reticencias que tienen para invitar a la fiesta a la chica nueva y los preparativos para la noche de chicas. Sin embargo, a pesar de tener un asesino totalmente anticlimático y sobreactuado, considero que es un slasher que merece bastante la pena, principalmente por este cambio de roles entre sus personajes. Yo siempre disfruto cuando veo a personajes femeninos fuertes que no necesitan un hombre para escapar de una situación difícil o hacer frente a los problemas por muy terroríficos que sean. Así que, todos aquellos que fliparon con Scream (1996) que se mofaba y le daba una vuelta de tuerca a los estereotipos y canónes de los slashers, tenéis que darle una oportunidad a The Slumber Party Massacre porque en este sentido, fue pionera.