Es considerada por muchos como una de las mejores
películas de terror de todos los tiempos y yo no puedo estar más de acuerdo.
¿No os pasa a vosotros que hay días en los que, bien porque estáis cansados o
porque lo último que habéis visto es un auténtico truño, lo único que os apetece es un peliculón y no
os importa revisionar algo porque sabéis que es una apuesta segura? Eso es lo
que me pasa a mí con The Descent (2005).
Suelo volver a ella de vez en cuando para disfrutar durante sus poco más de 90
minutos de una historia redonda, tensa, claustrofóbica y terrorífica.
Su director, de origen inglés, consiguió que su
primera película Dog Soldiers (2002),
pasase a considerarse de culto tras su estreno. ¿Sabéis de quién os estoy
hablando, verdad? Del gran Neil Marshall,
por supuesto. Después de aportar estas dos joyas al cine de terror, Marshall se alejó del genero con: Doomsday: el día del Juicio Final (2008)
y Centurión (2010), películas de
acción y aventuras donde la sangre también corre de lo lindo. Últimamente se ha
dedicado a dirigir varios capítulos de algunas de las series más conocidas del
panorama actual como: Juego de tronos
(2011-actualidad), Hannibal
(2013-2015), Constantine (2015-2015)
o Black sails (2014-actualidad). Y
para todos aquellos que, como a mí, os encante la fiesta de Halloween, Marshall ha dirigido una de las diez
historias que componen la película que se estrenará con esta temática la
próxima noche de brujas, Tales of Halloween (2015).
Al cumplirse un año de un trágico accidente, un
grupo de amigas muy aventureras se reúne de nuevo para practicar espeleología
en los montes Apalaches. Tras hallarse a varios metros bajo tierra y haberse
deslizado por estrechos pasadizos, se produce un derrumbamiento quedando cerrado
el camino de entrada. Comenzará aquí una lucha desesperada por encontrar otra
vía de salida en ese laberinto de galerías que forman la cueva y por salvar sus
propias vidas, ya que no están realmente solas en las profundidades de la tierra…
Para mí, lo mejor de The Descent son los personajes perfectamente construidos, todos
ellos mujeres, a excepción de la breve aparición del marido de una de ellas. Aunque
al principio todas parecen unas amigas muy unidas, el miedo y la desesperación
al verse atrapadas en la cueva harán que la relaciones enfermizas que las unen salgan a la luz. Me
gustó que todas son mujeres fuertes, valientes y luchadoras, y no seres
indefensos que sólo saben correr y chillar como se las suele retratar en las
películas de terror.
¿Y qué me decís de su impactante comienzo? A mí me
recordó, salvando las distancias claro, a Scream
(1996). Una escena brutal a los 5 minutos
de película que me dejó helada porque no me la esperaba en absoluto. A
partir de ese momento supe que iba a disfrutar de lo lindo con The Descent.
Hago un inciso, para comentaros una cosa que ya
empieza a aburrirme muchísimo en este tipo de películas: la foto de grupo que
se hacen al principio y que se queda congelada unos segundos. Es como si con
ella nos dijeran: Miradlos bien porque cuando todo acabe no va a quedar ni el
tato, ¿no os parece? La idea está bien, no digo que no, pero es que ya se está
convirtiendo en excesivamente repetitiva.
Volvamos al tema que nos ocupa. La sensación de
claustrofobia es tremenda en la película. Yo la verdad es que nunca he
practicado espeleología ni nada parecido, pero cada vez que veo películas en la
que un grupo de personas se quedan atrapadas en cuevas, minas, o sitios de ese
tipo, me agobio y salgo del cine con una necesidad brutal de respirar aire
puro. En The Descent creo que todos
experimentareis esa sensación. Me pareció horrible el pasadizo tan estrecho por
el que se deslizan para adentrarse en la cueva y en el que una de ellas queda
atrapada. No puedo concebir una situación más angustiosa que intentar hallar
una salida, que no sabes siquiera si
existe, entre un entramado de túneles con la única iluminación de unas
linternas hasta que las baterías se agoten. ¡Dios!, me falta el aire sólo de
imaginarlo.
La cueva en la que se desarrolla la acción no es
real, como si ocurría en la española La
Cueva (2014). Aquí se construyeron 6 escenarios diferentes que se iban
transformando para recrear todo ese laberinto de cavernas.
En la segunda parte de la cinta es cuando el
instinto de supervivencia de las chicas alcanza su máximo exponente, al tener
que enfrentarse a los extraños seres que moran en las profundidades, los rondadores. Marshall quiso que las personas que los
interpretasen fueran actores y no especialistas, ya que quería dotar a cada uno
de personalidad propia. El aspecto de los rondadores está inspirado en Nosferatu (1922) y para conseguirlo,
los actores tenían que someterse a sesiones de maquillaje de 4 horas.
Marshall comenta que hizo The Descent porque tras Dog
Soldier, a la que él considera más una comedia negra, quería realizar una
auténtica película de terror que inspirarse miedo a la gente. Además, el título
que eligió para la cinta posee varias lecturas: por un lado es el descenso de
las amigas al interior de la tierra, pero también se refiere a la degradación
psicológica que sufren todos los personajes, pero principalmente la
protagonista, hacia la locura y el salvajismo.
El final de la película es un poco polémico, de
hecho existen dos versiones: una para el mercado americano y otra para el
inglés. La que yo he visto, creo que es la versión inglesa, y a mí me encanta
ese giro final que consiguió engañarme y dejarme con la boca abierta.
Impresionante el plano donde se ve a la protagonista ascendiendo por una
montaña de huesos, una imagen, para mi, inolvidable.
No me creo que todavía quede alguien que no haya
visto esta película, pero por si acaso, no es que os recomiende The Descent, es que es de visión
obligada si os consideráis verdaderos amantes del cine de género. Tiene
absolutamente de todo: un ritmo trepidante, varios giros argumentales,
traición, venganza, seres mortíferos, tensión, acción y sangre, litros y litros
de sangre. Así que, ¿a qué esperáis para adentraros en las profundidades de la
tierra?