Si hace algunas semanas
os traía una película polémica como The Witch (2015) que tiene al público divido entre quienes la aman y a quienes
les parece un tostón, hoy os traigo otra que también provocó la misma
controversia en su momento. Esta división de opiniones es algo habitual en el
cine de terror ya que está claro que no a todo el mundo le dan miedo las mismas
cosas y que, a veces, las campañas publicitarias, en su intento por captar
espectadores, son muy engañosas y provocan que nos enfrentemos a las películas
con expectativas erróneas.
Supongo que ya os lo conté
en mi critica de la magnífica The Descent (2005), pero tengo pavor a las cuevas, grutas y todo ese tipo de
lugares de los que no tengo muy claro cómo voy a salir. Es algo que me aterra y
me atrae a partes iguales porque a mí, que soy muy aventurera, me encantaría
inspeccionar el interior de la tierra pero, de momento, me conformo con verlo
con total seguridad desde mi sillón, jejeje.
Una arqueóloga cree
haber descubierto la localización de la piedra filosofal de Nicolás Flamel oculta en las catacumbas
de Paris. Entusiasmada con el descubrimiento, contrata a un grupo de expertos
que, junto con un periodista que está grabando un documental sobre ella, se
adentrarán en el interior de esa intrincada red de túneles que se encuentran
bajo las calles de Paris y que les guiará hasta el mismísimo infierno.
As above so Below está escrita y dirigida por los hermanos Dowdle. Sin embargo, la idea de
ambientar una película de terror en las catacumbas de Paris fue del director
ejecutivo de Legendary Pictures, Thomas Tull, que contactó con ellos y
les encargó la historia. Los hermanos son conocidos por The Poughkeepsie Tapes (2007), Quarentine (2008), remake instantáneo de la española REC (2007) y Devil (2010), más conocida como la película del ascensor maldito, jejeje. En su último trabajo, No Escape (2015), los hermanos han aparcado el género de terror y se han decantado por un thriller de acción con varias caras conocidas como la de Owen Wilson o Pierce Brosnan.
La cinta que tenemos
entre manos es un mockumentary en el que se mezcla el terror y la aventura, es
decir, una combinación entre The Blair Witch Project (1999) y las películas de Indiana Jones. Como ya dije en un tweet que publiqué tras el
visionado de As above so Below, creo
que ésta era la película que le hubiese gustado hacer a Aja y compañía, en vez del truño de La Pyramid (2014) porque menuda castaña les salió. La angustia y
el agobio que me provocaba ver a los protagonistas adentrándose más y más en esos
túneles por los que ya no podían volver, fue considerable. Sé que esta película
no es ninguna maravilla pero me encantó la forma en la que consiguió
sugestionarme.
El punto de partida de
la película es la búsqueda de esa reliquia oculta que tan ansiosamente quiere
conseguir Scarlett, la intrépida y
carismática arqueóloga interpretada por Perdita
Weeks. A medida que el equipo se van introduciendo en esa intrincada red de
túneles y pasadizos subterráneos, todos sus miedos, errores y aquello de lo que
se arrepienten, empezará a manifestarse tan vívidamente que les hará confundir
la realidad con las alucinaciones conduciéndoles a un estado de locura y
paranoia absoluto.
Algo que me llamó la atención de la producción fue averiguar que no se utilizaron apenas decorados,
sino que se grabó en las auténticas catacumbas de Paris. Si de algo puede estar
orgullosa esta película de bajo presupuesto es de haber sido la primera en
obtener el permiso de gobierno francés para grabar en las zonas cerradas al
público. Contar con este beneficio también les acarreó más de un inconveniente,
ya que grabar en túneles subterráneas a varios metros de profundidad, no son
las condiciones más idóneas para un rodaje. En los túneles no había
electricidad por lo que tenían que utilizar las luces frontales de los cascos
de los actores para iluminar las escenas, no había cobertura, no funcionaban
los walkie-talkies, estaban rodeados por cientos de esqueletos de hace cientos
de años,… Vamos, que no les hacía falta mucho más para reproducir una atmósfera
tenebrosa y mal rollera porque lo tenían todo, jejeje. Si queréis saber más
sobre la grabación en las catacumbas os dejo un video oficial de la película.
Debido a estas
condiciones de grabación está más que justificado que utilizaran el formato de
mockumentary. Además, el hecho de documentar una expedición por zonas no
permitidas al público, tiene su razón de ser, así como el seguir grabando a
pesar de estar huyendo y aterrados, ya que necesitan la luz del foco de la
cámara para saber por dónde van.
Una de las cosas de las que
sí peca esta película es que termina haciéndose un poco repetitiva y larga, a
pesar de que tiene 1 hora y media de duración. Las alucinaciones y apariciones
se hacían demasiado recurrentes. Tampoco es que tenga muchas escenas de terror,
más bien lo que transmite es el miedo y la claustrofobia que supone el ir
descendiendo por túneles por los que ya no se puede volver porque se han colapsado,
inundado o desaparecido. Como bien reza la frase que aparece en el cartel de la
película: “La única salida está hacia abajo”.
En definitiva, a mi As above so Below me funcionó ya que,
como os he comentado, consiguió angustiarme y que me revolviese intranquila en
el sillón y esto no me pasaba desde Last Shift (2014). Seguramente sea uno de mis placeres culpables, pero quien
esté libre de pecado…. Por cierto, a quién le guste seguir pecando, hay otra
película llamada Catacoms (2007) que
como su propio nombre indica tiene lugar en las catacumbas de Paris, aunque
verdaderamente se grabó en unos estudios en Bulgaria. Esta cinta cuenta cómo
tras una fiesta celebrada en este emplazamiento, una de las chicas se separa del
grupo y suceden cosas… ¿Alguien se atreve con ella?