jueves, 25 de enero de 2018

LADDA LAND (2011)


Ya os aviso que estoy siendo víctima de una fiebre por el cine de terror asiático producida por mi relectura del libro Horror Movie a Day, en el que el mes de enero está dedicado a ello. Yo, al igual que a su autor, Brian W. Collins, atravesé una etapa de cierto rechazo o pereza por el cine de terror asiático, tras haber visto bastante joven ese aluvión de películas con mujeres pálidas con largas cabelleras morenas sobre la cara, niños mortecinos de ojos negros y haberme parecido muy lentas y aburridas. Afortunadamente, un día me acerqué a los thrillers coreanos y quedé totalmente impresionada por esas historias tan duras y crudas que no imposibilitaban una belleza estética cautivadora y esto fue lo que me abrió las puertas al cine de terror thailandés (uno de mis preferidos), indonesio, honghkonés, japonés, ...

Pues bien, hoy os traigo un drama familiar thailandés con tintes paranormales del tipo fantasmagórico, pero con un toque diferente. La película, basada ligeramente en una historia real, arranca con Thee, un hombre de unos 40 años que gracias a un nuevo trabajo ha hecho realidad el sueño de comprar una gran casa para su familia. Todos se trasladan desde Bangkok a este lujuso complejo residencial y aunque, la única que muestra cierto recelo con el cambio es la hija adolescente, todos cambiarán de opinión, tras presenciar los trágicos asesinatos que tienen lugar en la urbanización y que disparan los rumores de fantasmas y visiones de gente muerta.

Segundo trabajo como director de Sophon Sakdaphisit tras Coming Soon (2008) que todavía tengo pendiente y que ya se ha paseado unas cuantas veces por este blog con The Swimmers (2014) y con su participación en los guiones de las maravillosas Shutter (2004) y Alone (2007). Aunque, los elementos terroríficos aquí no son tan abundates, lo cierto es que consigue crear una atmósfera tan inquientante que te mantiene en vilo durante toda la película.

No penséis que esta cinta es una de las tantas que nos llegan a tropel desde el mundo asiático. Ladda Land fue todo un éxito en Thailandia, dónde alcanzó en numero 1 de taquilla en la primera semana de estreno y obtuvo 6 galadones en la Thailand National Film Asssociation Awards. Algunos, entre ellos el Hollywood Reporter, otorgaron este éxito a la leyenda urbana local en la que se basaba la película y es que Ladda Land es un complejo de apartamentos real en Chiang Mai, en el que una criada fue asesinada y cuyo fantasma ha sido visto sentado en el porche de la casa.

Una de las novedades del argumento de Ladda Land es que la casa embrujada con fantasmas no es la de los protagonistas, sino las de los vecinos. Sin embargo, esto les va a afectar igualmente, ya que de alguna manera se sienten atraídos por la casa y esto terminará desmoronando una familia de la que poco a poco iremos descubriendo que no era tan perfecta como aparentaban en un principio. El drama doméstico va in crecendo a medida que avanza la película: el sueño de tener una casa se recrudece cuando Thee es despedido del trabajo, intentaban construir un hogar para recompensar a su hija mayor por todo el tiempo que de pequeña estuvo al cuidado de su abuela, pero su relación es más distante que nunca, la relación entre el propio matrimonio es cada vez más dificil, .... A medida que todo se va desmoronando, las presencia de los fantasmas se intensifica, envolviendo a toda la familia en una espiral de terror y locura de la que posiblemente no escapen todos con vida. 



Lo cierto es que ninguno de los personajes es totalmente simpático para el espectador. Thee es un hombre vapuleado en su trabajo que paga muchas veces sus frustación con su familia, la hija adolescente está manipulada por la abuela para que odie a su padre, un personaje, el de la abuela, que aunque sólo aparece en pantalla durante el visionado de un video de la boda de los protagonistas, es tan odioso y determinante para las relaciones de ese núcleo familiar, que me ponía enferma. Los menos molestos son el niño pequeño y la madre, aunque tampoco es que te encariñes con ellos.

Por todos es sabido que el cine asiático tiene especial predilección por la mezcla de géneros. Yo lo he podido observar en el surcoreano y tailandés y en Ladda Land no iban a ser menos. El drama doméstico impera en la mayor parte del metraje pero a éste se le suma esa parte terrorífica que aportan los fantasmas mutilados y sanguinolientos y ¿que me decís de esos 5 minutos finales de melodrama barato? ¿Eran realmente necesarios? Yo creo que está totalmente fuera de tono y que deja al expectador un poco perpejo con este momento de lágrima facil que parece sacado de una película barata de Antena 3 por la tarde. No enturbia para nada el resultado de la película pero queda como un añadido melodramático innecesario.

Ladda Land es de estos dramas en los que los problemas domésticos se acrecentan con la presencia de elementos paranormales, como estamos hartos de ver en el cine zombi o como en la reciente Hostile (2017), dónde teníamos un dramón post-apocalíptico con extrañas bestias nocturnas. En este caso, tenemos fantasmas y no de los vengativos, como suele ser habitual en este género, si no de esos que sólo pretenden asustar al protagonista y de paso a la audiencia. Es posible que esta cinta no sea del agrado de todo el mundo porque su fuerte carga dramática puede alejar a aquellos que busquen emociones más fuertes. Lo que más me gustó fue la atmósfera siniestra y espeluznante de un barrio maldito, que poco a poco se va quedando abandonado por los extraños sucesos que asolan al vecindario. No es la quinta esencia del cine de terror thailandés, pero se deja ver y termina siendo interesante averiguar el destino de los protagonistas.