miércoles, 26 de septiembre de 2018

POD (2015)


Llevaba mucho tiempo queriendo ver esta película, ya que aparecía en prácticamente todas las listas de cintas infravaloradas que tanto me gustan y a los que soy un tanto adicta. Lo cierto es que la espera ha merecido la pena y, a pesar de ser una película de bajo presupuesto, con una premisa sencilla y puede que excesivamente alargada y previsible, consiguió mantenerme enganchada a la pantalla durante sus poco más de 75 minutos.

Como os he comentado, el argumento de POD es bastante sencillo, hasta dónde se puede confesar sin caer en spoilers: Después de recibir un inquietante mensaje de su hermano, un veterano de guerra con problemas psicológicos que vive aislado en una cabaña junto al lago, Ed y Lyla deciden ir a buscarlo. Una vez allí, ven como éste esta sufriendo lo que ellos piensan es un nuevo brote psicótico, ya que afirma tener encerrado a un Pod en su sótano y estar siendo víctima de una conspiración. 

La película ha sido escrita y dirigida por Michael Keating, un joven director al que la mayor parte conoceréis por sus más recientes trabajos: Darling (2015), Carnage Park (2016) o Psycopaths (2017). Keating que comenzó como becario nada más y nada menos que en la Blumhouse, es un gran fan del cine de terror y actualmente presenta un programa de entrevistas en Shudder, el canal de streaming dedicado al terror y que todo horror lover desearía tener en su país. En dicho programa, The Core, Keating invita a directores y actores como: Adam Green, Danielle Harris, Simon Barret o las hermanas Soska para hablar acerca del terror y de cómo se realizan los efectos prácticos que vemos en las películas. No se a vosotros, pero yo necesito ver este programa ya mismo. 

Según apunta Keating en una entrevista concedida a Bloody Disgusting, se inspiró en la conocida serie de los años 60, The Twilight Zone (1959-1964) para escribir el guion de esta película porque quería representar el terror como una entidad que se contagia de unos a otros. La paranoia que empieza a hacer mella en todos ellos, se contagia como una especie virus o quizá haya algo más...

La trama de POD es bastante simple y su éxito reside casi totalmente en la credibilidad que le demos a sus tres personajes principales. En los primeros minutos de la cinta, vemos como Martin, el ex militar, está persiguiendo algo por un bosque nevado mientras, por otro lado, presenciamos la difícil relación de sus hermanos, discutiendo sobre si es conveniente ir a buscar a Martin o no. Una vez llegan a la cabaña, situada en un paraje nevado y desolado, nos adentramos en una atmósfera claustofóbica e inquietante, al ver el bunker en el que ha sido transformada la cabaña. Un lugar sucio, con puertas y ventanas tapiadas que responden a la paranoia de Martin que cree ser la víctima de una teoría de la conspiración perpetrada por el gobierno. La tensión va en aumento, a medida que éste empieza a perder contacto con la realidad, Lyla parece darle credibilidad a la paranoica postura de su hermano y el pobre Ed se siente desbordado al encontrase sin apoyos. Pero y ¿si todo lo que está contando Martin no es producto de su mente enferma y es real? Éste es el principal juego de este thriller psicológico, arrastrarnos hasta el extremo de no saber qué va a ocurrir a continuación e incrementar nuestra tensión a cada minuto. 


Aunque la película es de bajo presupuesto y eso se nota en la escasez de personajes y  localizaciones, han sabido muy bien como exprimir sus recursos a la perfección para deleitarnos con este tenso thriller que se guarda algún que otro giro argumental bajo la manga y que me dejó con la boca abierta. Debido a esta escasez de medios, en la segunda mitad de la cinta abundan los planos oscuros y los movimientos de cámara frenéticos, pero  encajan perfectamente con el tono de la película. Además, cuando se tiene que ver algo, se ve de manera bastante explicita. 

Tampoco quiero que penséis que POD es una de esas joyas ocultas de las que muchas veces os hablo porque algunos fallos. En primer lugar, la trama al ser tan simple, hubiese funcionado mejor como el capítulo de una serie y aunque tiene un metraje de tan sólo 75 minutos, hay varias partes, como la presentación de los hermanos, que se notan excesivamente alargadas. Por otro lado, las interpretaciones de los tres personajes principales, de los secundarios no tengo ninguna queja, me parecieron bastante exageradas. Lauren Ashley Carter interpreta a esa hermana que se echa un chorrete de whisky en el café del desayuno y que piensas que va a ser un personaje interesante, pero se acaba convirtiendo en la típica chillona que no aporta mucho. Por su parte, Brian Morvant que da vida al exmilitar con problemas psicológicos abusa bastante de los ticks nerviosos y de sus gesticulaciones de loco. Y, por último tenemos a Dean Cates, en el papel del hermano escéptico y analítico, que fue la actuación que más me convenció, a pesar de que las decisiones  que toma su personaje son un tanto estúpidas: si tu hermano inestable te ha reiterado que no entres en la cabaña, no es muy aconsejable que te saltes a la torera sus indicaciones y vayas con tu hermana porque luego, pasan cosas...

POD me ha convencido y también soy de las que piensan que, a pesar de sus fallos, es una película muy digna e injustamente infravalorada que merece ser rescatada. Además, después de todo lo que he averiguado acerca de la carrera de Michael Keating, ha despertado mi interés por ver el resto de su filmografía, ya que os confieso que ésta ha sido mi primera incursión en su obra. POD me parece una película muy interesante para ser su segundo trabajo y demuestra una vez más, que muchas veces sólo se necesita una buena idea y ganas de llevarla a cabo, para conseguir una producción más que decente. ¿Qué es un tanto engañosa? ¿Qué es previsible? No os digo que no, pero a veces el camino es lo más interesante y el final de esta película no es ni mucho menos decepcionante. 

El cartel promocional de la cinta no puede ser más desafortunado. Por un lado, la imagen no representa a nada que aparezca en la película porque no hay ningún huevo Alien eclosionando a lo loco y por otro, comparar a esta pequeña producción con X-Files es bastante pretencioso y genera unas expectativas que pueden conducir a una decepción de caballo. Es mucho mejor acercarse a POD sin ningún tipo de pretensión, ni idea preconcebida, pero lo que tenéis que evitar a toda costa, es el trailer porque os arruinaría el quiz de la trama de un plumazo.