Si en la primera semana de este especial de verano vimos que en trenes y metros podíamos ser atacados principalmente por salvajes, pero también por criaturas ancestrales o alienígenas, abrocharos los cinturones bien fuerte porque lo que nos espera con los aviones es arena de otro costal.
Siempre hemos oído que el avión es el medio de transporte más seguro y que las víctimas por accidentes de tráfico son mucho más elevadas que las producidas por accidentes aéreos. Pues bien, en el cine ocurre exactamente lo contrario, dado la infinidad de películas, no sólo de terror, que transcurren dentro de una aeronave. Se me ocurre la saga de desastres de los 70 que se inició con Airport (1970), las comedias de Aterriza como puedas, la película que inició la saga de la franquicia Final Destination e infinidad de películas de acción como Top Gun (1986), Passenger 57 (1992) o Con Air (1997).
Un avión es una localización en la que una serie de personas desconocidas, están encerradas durante unas cuantas horas, sin posibilidad de escapatoria y en manos de los pilotos. Por lo que cualquier alteración en este microcosmos, ya sea de índole fantástica o humana, provoca una gran alteración e incluso la histeria, entre los pasajeros. Yo no soy una persona que tenga miedo a volar, pero reconozco que ante una turbulencia o un vuelo un poco agitado, se me disparan todas las alarmas y me pongo un poco nerviosa, así que no quiero imaginarme cuál hubiese sido mi reacción, si volase en alguno de los aviones que vamos a ver a continuación.
SOLE SURVIVOR (1984)
Para la primera propuesta, en esta tanda de películas aéreas, he elegido nada más y menos, que una que empieza justo cuando el avión ya se ha estrellado. Lo cierto es que esta escena inicial es de las que más me gustan de la película porque contando con un presupuesto muy escaso, lo resolvieron de forma brillante. El accidente se muestra mediante un traveling por los restos que han quedado del avión, las víctimas, miembros varios, etc, hasta llegar a nuestra protagonista que está sentada en su asiento, sin ningún rasguño, pero en aparente estado de shock.
Sole Survivor nos presenta a Denise Watson, una productora de televisión que ha sido la única superviviente de un fatídico accidente de avión. Tras recuperarse del leve shock que tiene y flirtear con su médico, nuestra pizpireta protagonista retoma su vida como si tal cosa. El problema es que los muertos se empiezan a amontonar a su alrededor y se le aparecen personas fallecidas. Su atractivo médico le dice que sufre el "síndrome del único superviviente", un trastorno por estrés postraumático que sufren las personas que han sobrevivido a una catástrofe, desarrollando un fuerte sentimiento de culpa que, en mucho casos, acaba provocando el suicidio. Preparando las películas para este especial, me topé con varias cintas que abordaban este tema del único superviviente y me pareció interesante el enfoque de: Lo peor no es sufrir un accidente de avión, sino sobrevivir a él.
Todos recordaréis lo que pasaba en Final Destination (2000), la película en la que un joven salvaba a sus compañeros de morir en un accidente de avión y luego la muerte se encargaba de perseguirlos hasta ponerlo todo en su lugar. Pues antes de ella, existió Sole Survivor que partiendo de la misma premisa, tiene un enfoque totalmente diferente. Aquí no es la protagonista quién percibe la muerte y se adelanta a ella, si no que este poder recae en una antigua actriz con poderes psíquicos que predijo el accidente de avión y la supervivencia de Denise, pero no modifica ningún suceso porque nadie la cree. Salvo en una escena en la que la muerte intenta acabar con nuestra protagonista con un camión sin frenos, no le veo más similitudes con la saga de años 2000. Sin embargo, le veo más puntos en común con la magnífica Carnival of Souls (1962) que tuve la suerte de ver la semana pasada en mi Summer of Blood, el reto de 31 días de terror que tengo en marcha este mes de Julio, pero no os puedo revelar las razones, prue merecéis disfrutar de estas dos películas.
La cinta supuso el debut en la dirección de Thom Eberhardt que el mismo año rodaría la mucho más conocida Night of the Comet (1984). Eberhardt firma también el guión de esta historia tan inquietante, con elementos fantásticos que se va cociendo a fuego lento, pero que nos adentra en una atmósfera misteriosa y mal rollera.
CONSEJO VACACIONAL: Si sobrevivís a un accidente aéreo, sentiros muy afortunados y seguid disfrutando de la vida con más ganas si cabe, porque eso es lo que ha querido el destino y la muerte no os va a perseguir, eso sólo pasa en las películas.
VALORACIÓN: Sole Survivor es una película muy desconocida, pero muy interesante que nos muestra un acercamiento fantásticos del síndrome del único superviviente y que a los responsables de Final Destination seguro les sirvió como inspiración.
TWILIGHT ZONE
The Odyssey of Flight 33 (Temporada 2, ep. 18) (1961)
Me parece fascinante cómo en las películas o series, como en este caso, de los años 50 y 60, tiraban mucho de sugestión y de diálogos de lo más ingeniosos para transmitir la sensación de angustia o terror, ya que no disponían de los medios, maquillajes o Fxs que se utilizarán posteriormente, con tal propósito. Una de mis películas de terror favoritas de todos los tiempos es Invasion of the Body Snatchers (1956), en la que con un mínimo de decorado y atrezzo, consiguen hacernos creer que la preciosa ciudad de Santa Mira está siendo invadida por los extraterrestres. Pues bien, en cierta manera, The Odyssey of Flight 33, consigue hacernos creer que este vuelo fatídico entre Londres y Nueva York, ha traspasado la barrera del sonido sin saber cómo y al hacerlo, han viajado también en el tiempo.
La mayor parte de la acción tiene lugar en la cabina del avión que como podéis comprobar en la foto, en aquella época iba bastante atiborrada de personal: 2 pilotos, un encargado de la radio y dos comandantes que se dedicaban a mediciones varias. A través de las angustiosas y tensas conversaciones que mantienen estos 5 personajes, que no dan crédito a las mediciones de velocidad del avión y su imposibilidad de comunicar con ninguna torre de control, nos sugestionan con la idea de que han viajado en el tiempo. Si que hay escenas en las que nos muestran lo que ven ellos a través de las ventanas, para confirmar que efectivamente, han viajado a la Prehistoria. Si al problema de los viajes en el tiempo, le sumamos que el avión se está quedando sin combustible, la cosa se complica y mucho.
No puedo contaros mucho más de un episodio de 25 minutos, pero sólo os adelanto que funciona estupendamente. Una de las joyas que nos dejó Rod Serling, aunque uno de sus capítulos más conocidos es el que viene a continuación.
CONSEJO VACACIONAL: Pues en este caso, pocas precauciones podéis tomar, sólo esperar que vuestro vuelo no traspase la barrera del sonido y os lleve a la dimensión desconocida.
VALORACIÓN: Una delicia de capítulo, con una historia muy sencilla, pero tan bien ejecutada y sugestionada que me ha fascinado totalmente. Así que no me queda más que recomendarlo muy fuerte.
Nightmare at 20,000 Feet (Temporada 5, ep. 3) (1963)
En esta selección de peligros en los aviones, no podía faltar uno de los capítulos más famosos y venerados de Twilight Zone. Tanto es así que cuenta con diferentes versiones o remakes entre las que destaca: un segmento de los 4 que aborda Twilight Zone: The Movie (1983) o la versión actualizada que ha hecho Jordan Peele sobre la mítica serie y cuyo segundo episodio fue Nightmare at 30,000 Feet (2019).
Pues bien, nuestro protagonista, recién recuperado de una crisis nerviosa por su miedo a volar, decide que ya ha llegado el momento de enfrentarse a su fobia. Cuando el vuelo en el que viaja junto a su esposa, atraviesa una tormenta, entra en pánico y cree ver a una extraña criatura sobre una de las alas que tiene la intención de averiar uno de los motores.
El capítulo, dirigido por Richard Donner, con guión de Richard Mathison y la maravillosa actuación de William Shatner es una absoluta delicia. En tan solo media hora son capaces de crear una atmósfera pesadillesca, en la que Shatner parece estar al borde del colapso, dónde él es el único que puede ver a la criatura. La angustia y el pavor de este personaje traspasa la pantalla y el espectador se pasa los 25 minutos del episodio en permanente tensión. En caso de que este pobre hombre estuviera diciendo la verdad y todo no fuese producto de su mente enferma, ¿quién iba a creer a psicótico recién recuperado?
El diseño de la criatura es un tanto grotesco, pero entrañable. En la historia, se refieren a él como un gremlin y es que a estas criaturas mitológicas originarias de los países de habla inglesa, se les atribuía el sabotaje de todo tipo de maquinaria, incluidos los aviones. De hecho, durante la II Guerra Mundial, los pilotos ingleses les culpaban de los accidentes aéreos que no habían sido producidos por un ataque enemigo.
Una historia muy sencilla, que podría estar perfectamente de actualidad en el mundo en el que vivimos. El miedo a no ser aceptado o creído por los demás y la
voluntad de tomarte la justicia por tu mano, cuando te sientes solo ante el peligro.
CONSEJO VACACIONAL: Intentar no sentarse cerca de una persona con aerofobia. Puede que sus paranoias se contagien al resto del pasaje y hacernos pasar el peor vuelo de nuestras vidas
VALORACIÓN: Una delicia de episodio, en el que se unieron estas tres mentes brillantes, en su momento de mayor inspiración, para crear una de las historias de terror y ciencia ficción más efectivas y viscerales de todos los tiempos.
THE HORROR AT 37,000 FEET (1974)
Años después, seguimos volando con Willian Shatner, pero esta vez en una película de bajo presupuesto, hecha directamente para la TV que bebe bastante del éxito del capítulo de Twilight Zone que os comentaba antes, de The Exorcist (1973) estrenada el año anterior y de las películas de catástrofes de Aeropuertos que tanto tirón tuvieron en la época. Metieron todos estos elementos en una coctelera, ficharon viejas glorias del cine y la tv como al propio Shatner, Chuck Connors o Roy Thinnes y ya estaban listos para crear una historia de terror sobrenatural a 37,0000 pies de altura.
En la película tenemos un avión de carga, especialmente fletado para que un arquitecto y su esposa trasladan una antigua reliquia celta de Londres a los Ángeles. Para que el vuelo resultase rentable, la compañia ha vendido varios billetes, conformando un pasaje de los más heterogéneo: un exsacerdote (Shatner) y su mujer/compañera (una versión hacendado de Mia Farrow en RoseMary's Baby (1968)), una fanática religiosa, una modelo asiática, un millonario sin escrúpulos, un cowboy perfectamente equipado y una niña pequeña que viaja sola. Poco después del despegue, los pasajeros y tripulación tendrán que hacer frente al espíritu que contenía la reliquia y que con el traslado ha sido liberado y clama venganza por su profanación.
La primera parte de la película se centra en la presentación de todos estos personajes tan peculiares, así como las relaciones y tensiones que van surgiendo entre ellos. Los sucesos extraños empiezan a manifestarse en pleno vuelo con la caída de la temperatura, la congelación de las ventanillas y el fallo de los sistemas de vuelo que provocan que el avión se quede estático a 37,000 pies. Poco después, la esposa del arquitecto es poseída por el espíritu celta y ya se desata la locura. Nuestros pobres pasajeros emplearán mil técnicas, a cada cuál más absurda, para deshacerse del este mal, pasando por hacer fuego en pleno vuelo, pintarrajear una muñeca y vestirla con la ropa de la poseída para deshacer el maleficio.
CONSEJO VACACIONAL: No viajar en vuelos que transporten cualquier tipo de reliquia, altar o sarcófago antiguo por muy barato que sea el billete. Ya vimos lo que pasaba en Pánico en el Transiberiano (1972) y, aunque aquí de una manera mucho más pobretona, la cosa tampoco termina demasiado bien.
VALORACIÓN: Se le nota a la legua que es un telefilm con un presupuesto muy ajustado, donde la excusa del avión estático es perfecta para ahorrarse la reproducción del vuelo y tener en su lugar, un avión montado en un plató, con salas de reuniones y un espacio que ya nos gustaría en la vida real. Una película entrañable por sus sinsentidos y lo pasado de vueltas que está el personaje de Shatner, pero por lo demás, totalmente prescindible.
SNAKES ON A PLANE (2006)
En un primer momento, Snakes on a Plane no había sido elegida para este especial, pero como de lo que estamos hablando es del peligro de viajar en avión, las aeronaves de las películas que comento, tenían que ser comerciales para que ese peligro se sintiera como real. Así que tras ver el inicio de Scarecrows (1988), en la que unos atracadores secuestraban a un piloto y a su hija para que les llevasen a México y tras un incidente, se ven obligados a aterrizar en una zona plagada de espantapájaros mortíferos, pensé que no era muy plausible que alguna vez nos encontrásemos es esta situación, a no ser que quién esté leyendo esto sea piloto de vuelo. Podéis argumentarse que el que haya serpientes en una avión, puede ser igual de imposible, pero creedme, en un vuelo comercial, puede pasar cualquier cosa.
Y, tras esta pequeña aclaración sobre la inclusión de esta película, vamos a hablar de ella porque no me ha parecido tan horrible como imaginaba. El título que han elegido deja poco a la imaginación, pero a grandes rasgos tenemos a un joven, al que el FBI traslada a los Ángeles para testificar en contra de un jefe de la Mafia. Éste intentará deshacerse de él, introduciendo decenas de serpientes venenosas en el avión comercial en el que viaja. Un poco retorcido el amigo, ¿no os parece?
Su director, el tristemente desaparecido David R. Ellis, tiene una carrera bastante interesante en la industria cinematográfica, en la que tuvo una amplia trayectoria como especialista en películas de acción y ciencia ficción.
La película no intenta engañar a nadie, es puro entretenimiento veraniego para una tarde tonta de esas que últimamente abundan bastante y que me recordó, a la posterior Piranha 3D (2010) de mi querido Alexandre Aja y de las que os hablé en el especial de verano de hace un par de años. Ambas películas comparten el diseño por CGI de las criaturas que más que realista, lo que pretende ser es espectacular y el humor socarrón de los ataques que tienen especial querencia por las partes íntimas, ojos y boca de sus víctimas. Y, aunque Snakes on a Plane tiene escenas de ataque en el avión bastante impactantes, ninguna tan memorable como la del lago de la película de Aja.
Como ya os he comentado, las mordeduras de las serpientes son bastante simpáticas y gore al mismo tiempo y, en su aparición inicial en la cabina del avión dónde desatan la locura y el terror de los pasajeros, más que reptiles, me parecía estar viendo el ataque de unos velociraptores. No porque los ofidios tengan unas dimensiones descomunales, aunque hay algún ejemplar de gran envergadura, sino porque atacan según aquella gran enseñanza que nos dejó Jurassic Park (1993) de que los velociraptores atacaban de forma sistemática y cuando veías a uno de frente, realmente eras atacado por otros dos que estaban en los francos que ni siquiera habías visto. Así que tenemos a unas serpientes con unas ansias enfervorizadas de matar y que aparecen por cualquier recoveco y que atacan sin piedad.
Pero, aunque penséis que lo más absurdo pueden ser que el avión esté plagado de serpientes, lo cierto es que lo más inverosímil es el grupo de pasajeros tan heterogéneo que va a bordo. Tenemos desde una estrella de la música, con un ego de aquí a China, con sus dos guardaespaldas, a una pija con su perrito, una pareja de recién casados con pánico a volar, una madre soltera con su bebé, interpretada por nuestra Elsa Pataky, en su primer papel en Hollywood, un hombre sin escrúpulos, una azafata veterana, en su último vuelo antes de jubilarse, por no hablar del agente del FBI, Samuel L. Jackson que custodia al testigo que bajo ningún concepto puede morir. Os podéis imaginar la amalgama de situaciones que se crean con estos personajes tan peculiares y decenas de serpientes asesinas que han sido estimuladas para convertirlas es mucho más mortíferas.
Pero, ¿qué otro problema puede acarrear tener serpientes venenosas en un avión? Pues que pueden morder circuitos, cables esenciales para el funcionamiento del aparato o atacar a los pilotos. Así que la última parte se convierte en un especie de Aterriza como Puedas, con alguna escena tan absurda, como la de la despresurización de la cabina.
CONSEJO VACACIONAL: Comprobad siempre que no viajáis en el mismo avión que un testigo esencial para un caso de asesinato o con un preso al que trasladan porque, en cualquier caso, la cosa se puede poner muy fea.
VALORACIÓN: Snakes on a Plane es una película mala, pero que te anima una siesta veraniega, si no os molesta demasiado un CGI muy justito y una publicidad, nada subliminal, de Sony y sus consolas.
Otras recomendaciones aéreas: FINAL DESTINATION (2000), FLIGHT OF THE LIVING DEAD (2007), THE NIGHT FLIER (1997).