Segunda entrega de nuestro monográfico del mes de
Marzo sobre la XII Muestra Syfy. Cub (2014)
fue otra de las propuestas que me llamaron la atención por su ambientación en
un campamento y porque los protagonistas eran esencialmente niños. Esto es algo
que rompe un poco la tendencia que existe en el cine de terror que se desarrolla
en estos lugares: los personajes principales son adolescentes descerebrados,
con las hormonas revolucionadas y altas dosis de alcohol (Viernes 13 (1980), Campamento sangriento (1983)).
Un grupo de scouts de unos 12 años se van de
campamento junto con tres monitores. Allí, uno de ellos les cuenta la leyenda
de Kai, un niño mitad humano, mitad
lobo, que habita esos bosques y al que se le atribuye la desaparición de una
pareja el verano anterior. Sam, uno
de los scouts, muy impresionado con la
historia, decidirá explorar la zona para encontrar al niño salvaje.
Sinceramente, sobre esta película tengo opiniones
encontradas. Por una parte creo que tiene elementos que la hacen muy
interesante, como las trampas que hay ocultas por el bosque, a cada cual más
imaginativa y brutal, o la caracterización de Kai, con una máscara de lo más chula. Pero por otro lado, la
primera mitad de la cinta me pareció bastante lenta, y creo que hay muchos
aspectos de la historia que se prestaban a un mayor desarrollo, como el
personaje de Sam o el conflicto surgido con los franco-parlantes.
Primera película del director belga Jonas Govaerts, fue grabada en flamenco
y francés, por lo que su difusión internacional se limita casi exclusivamente a
su presencia en festivales. Para su realización contó con la ayuda del crowdfunding, una forma de financiación
colectiva que se realiza mediante donaciones por internet de la gente
interesada en el proyecto.
Como sabéis,
me gusta leer las entrevistas que hacen
a los directores sobre sus películas porque se descubren un montón de datos
curiosos e interesantes. Pues bien, en una entrevista concedida por Govaerts, con motivo de la première de
su película en el Festival Internacional de cine de Toronto, comentó que la
historia se le había ocurrido cuando era un joven scout: todos los niños se
quedaban fascinados por las historias que contaban los monitores en los
campamentos y él se preguntaba qué pasaría si esas historias se convirtieran en
realidad. Y digo yo: nada de retirarse al campo o a una isla paradisíaca a
buscar la inspiración, no. Id de campamento pero, como seguramente ya seamos un
poco mayores para eso , aún estamos a tiempo de enviar allí a nuestros hijos
para que se conviertan en futuros directores de cine de terror, jejejeje.
Se nota que la película es europea en la medida que
hay ciertas imágenes que no se
mostrarían de manera tan explícita en el cine americano, como es la violencia
hacia niños o la crueldad extrema hacia animales. Pero desgraciadamente esto
sucede en la realidad, así que por qué no reflejarlo, ¿no?
A medida que avanza, la película se va haciendo más
y más oscura. Encontraremos varias escenas gore, en su mayoría fruto de las
muertes producidas por las trampas que inundan el bosque, que parecen sacadas
de la versión más siniestra de Los
Goonies (1985). Tendremos avisperos, ballestas, árboles que se caen,…
Gran actuación de Maurice Luijten, el niño que da vida a Sam. Interpreta a la perfección a un chico retraído, con problemas
e incomprendido por los adultos. Además, no sé si os habréis dado cuenta, pero
es igualito a River Phoenix en Cuenta Conmigo (1986), película de
aventuras sobre la amistad, que no os deberíais de perder.
Cub posee algunas escenas y giros
en el argumento sorprendentes, pero que no consiguen impulsar una película
condenada al olvido. Con esto no quiero decir que sea mala, de hecho creo que
para ser la primera película de su director está bastante bien. Así que tendremos
que seguir de cerca a Jonas Govaerts y
comprobar si en futuros trabajos desarrolla más el guión. Yo entiendo que en el
cine de terror no se tiene que explicar absolutamente todo, pero aquí quedan
demasiadas cosas en el aire, y al final de la película me quedé con una cara de
“no entiendo nada” increíble, jajaja.