jueves, 11 de febrero de 2021

WIHM: MESSIAH OF EVIL (1973)

 


Seguimos en el Woman in Horror Month con una película que llevaba tiempo queriendo ver porque aunque no es de las cintas más conocidas, sí que suele aparecer en casi todas las listas de las mejores películas de terror dirigidas por mujeres. Messiah of Evil es una película enigmática, con una atmósfera totalmente onírica en la que muchas veces no sabremos si estamos viendo la realidad o las pesadillas de alguno de los personajes, deja más interrogantes que respuestas, pero a pesar de ello resulta fascinante. Os confieso que he tenido que verla dos veces para tratar de entenderla y ahora tengo tantas cosas en la cabeza de las que os quiero hablar que a ver si soy capaz de ordenar mis ideas y no convertir esto en una locura, jajaja.

En esta ocasión, la autoría de la película está compartida. Gloria Katz y su marido, Willard Huyck escriben, dirigen y producen esta película, aunque el trabajo de Glorian Katz no aparece acreditado. Messiah of Evil era la única película que habían hecho cuando George Lucas, compañero de universidad de Huyck, les contrató para el guión de American Graffity (1973). A partir de aquí, su carrera despegó, principalmente en el mundo del guión y la producción con películas como Indiana Jones and the temple of the Doom (1984) o Howard the duck (1986). Como veis en el título, la película fue estrenada en 1973 pero 10 años después se reestrenó bajo el nombre de The Dead People porque la MPA (Movie Picture Association of America) les prohibió usar la palabra Mesías porque según ellos, provocaba confusión.

Volviendo a Messiah of Evil fue un película de bajo presupuesto que arrastró varios problemas en la producción y pos producción, lo que acabó convirtiéndola en una película inacabada y con algunos problemas de cohesión: subtramas que se abandonan o personajes flojos. Sin embargo, lejos de desmerecerla, esto "fallos" de cohesión contribuyen a darle al conjunto una patina de surrealismo y extrañeza que la convierten en una película muy interesante. No me extraña en absoluto que haya ascendido a las esferas del culto porque es una obra de lo más enigmática.

Basada ligeramente en el relato de H.P. Lovecraft, The Shadow over Innsmouth (1931), Messiah of Evil comienza con el degollamiento de un hombre a manos de una chica. Tras esto, conocemos a Arletty, una joven que se dirige a Point Dune, en la costa de California porque lleva tiempo sin saber nada de su padre, un artista que se había retirado allí para pintar. Una vez en el pueblo, empiezan a sucederse situaciones extrañas tanto con los lugareños, como con el entorno: un inquietante episodio en la gasolinera, la extraña casa de su padre con pinturas de figuras humanas en blanco y negro que cubren la paredes, el encuentro con un peculiar trío de viajeros, Thom, Laura y Toni, que pasan el tiempo escuchando leyendas de la zona y que acabarán instándose con ella en la casa de su padre. Gracias a la historia que les cuenta un lugareño descubren la leyenda del forastero oscuro. Un personaje que 100 años antes había bajado de la montañas cuando la luna se volvió roja, proclamando una nueva religión con tendencias caníbales que vino acompañada de cosas terribles. El forastero anunció que volvería un siglo después, cuando la luna volviese a teñirse de rojo.

Estos 100 años están a punto de cumplirse y los lugareños parecen estar poseídos por una especie de mal que los obliga a quedarse catatónicos mirando a la luna, esperando expectantes con hogueras en la playa o persiguiendo y "matando" a estos forasteros que han llegado a su pueblo. Es muy curiosa la caracterización de estos infectados porque a parte de sangrar por los ojos, un peculiar gusto por la carne cruda, una expresión hierática e ir bien vestidos, pasarían perfectamente por personas normales. Su representación recuerda mucho a Night of the Living Dead  (1968) de George A. Romero. Otra de las cosas que me llamaron poderosamente la atención es que casi todos los infectados van vestidos de traje, como si acabaran de salir de una boda, en contraposición con Arletty y el trío protagonista que representan una imagen más bohemia, hippy y libertina. Desconozco si esto es un indicativo de una lucha de clases, pero casualmente las figuras pintadas por el padre de Arletty en la casa se corresponden con la estética de estos infectados. 



Aunque todo en Messiah of Evil es fascinante, me gustaría destacar sus 3 escenas más icónicas porque tiene bastante miga. En primer lugar, cuando Laura decide marcharse de la ciudad porque no le gusta el comportamiento de Thom con la recién llegada Arletty y es recogida por una camioneta conducida por el personaje mas enigmático de toda la película. Éste está interpretado por el actor afroamericano albino, Bennie Robison, cuya inexpresividad y mirada desviada, le otorga una aire espeluznante que se incentiva cuando descubrimos su gusto por la ingesta de ratas vivas. Para más inri, lleva a un grupo de personas sentadas en la parte de atrás de la camioneta, totalmente estáticas y con la cabeza inclinada hacia arriba, entiendo que expectantes a que la luna se tiña de rojo. Un hecho que me pareció de lo más inquietante, pero que los personajes que lo presenciaron, no parecían darle mucha importancia.

Pasamos de esta escena casi automáticamente a otra que me interesa y que tiene lugar en el supermercado al que huye Laura, tras escaparse la camioneta. El lugar parece desierto, hasta que la joven gira uno de los pasillos y se encuentra con un gran grupo de autóctonos comiendo carne cruda directamente del contenedor de refrigeración  y cuando detectan su presencia, empiezan a perseguirla. La localización en un entorno comercial nos recuerda al que años después usaría George A. Romero en Dawn of the Dead (1978) y que aquí desconozco si pretende ser una crítica contra el consumismo excesivo porque en Messiah of Evil todo es un enigma, jajaja.

La última escena de las que os quería hablar y que como cinéfila, me fascina es la que tiene lugar en una sala de cine a la que acude la otra joven viajera, Toni para vencer el tedio que le supone su estancia en el pueblo. La chica entra en una sala prácticamente vacía y a media que avanza el Western que se está proyectando, la sala se va llenando a sus espaldas de lugareños hieráticos que sangran por los ojos. El ruido de la película y la situación tan surrealista que se da y al mismo tiempo tan terrorífica, la convierten en una escena que permanecerá para siempre grabada en mi memoria.

También es muy relevante en Messiah of Evil, el uso de la voz en off tanto de la propia protagonista, como del padre desaparecido, a través de los diarios que la joven encuentra en la casa: Estos narradores con ese tono de voz tan escalofriante, no sólo nos ayudan a seguir la trama, si no a otorgarle al conjunto un tono de extrañeza porque es como si Arletty nos contase la historia una vez pasada, pero relata hechos en los que ella no intervino y no estaba presente.

Otro dato curioso es que la mayor parte de las muertes que se dan en la película son más sugeridas que explicitas por lo que queda en manos del espectador la interpretación que se les de. Bueno, la verdad es que todos los interrogantes que nos sugiere Messiah of Evil: ¿de dónde viene esta especie de infección maldita? ¿cómo se contagia? ¿porque estos infectados salvan a algunas personas y a otras no? ¿porque se pinta el padre de Arletty la cara de azul? queda en nuestra mano, los espectadores, darle una interpretación.

Como habéis podido comprobar Messiah of Evil ha sido una película que a pesar de sus imperfecciones, me ha fascinado y que os recomiendo encarecidamente. Dejaros atrapar por la maldición de Cape Dune, estad prevenidos para cuando aparezca la luna de sangre porque abrirá las puertas del Infierno. "Y, entretanto dejemos que nuestro tiempo discurra, suavemente, en la prisión de nuestras mentes.