martes, 11 de octubre de 2016

DEAD BIRDS (2004)


Si vosotros, grandes aficionados al cine de terror, estáis leyendo un blog sobre el  tema y, de repente, os encontráis con un artículo sobre Las 10 películas más aterradoras en la Historia, ¿no os tiráis de cabeza para ver si hay alguna joya que se le haya escapado a vuestro radar cinéfilo? Pues eso es lo que me pasó a mí con la fantástica lista del blog El horror que nada más verla, me puse a indagar rapidamente entre sus elegidas. La verdad es que había visto la mayoría y las que no, me sonaban y estaban en mi lista de pendientes (interminable, por cierto) pero había una, de la que nunca había oído hablar y es la que hoy os traigo: Dead Birds.

Durante la Guerra de Secesión, un grupo de bandidos que acaban de atracar un banco, se ve sorprendido por una fuerte tormenta y deciden refugiarse en la casa abandonada de una plantación, que uno de ellos conoció por boca de un moribundo. Al caer la noche, extraños sucesos paranormales tendrán lugar en la casa, mientras sus inquilinos se dejan llevar por la avaricia y la desconfianza.

Dead Birds fue la ópera prima para su director Alex Turner que, tras ésta, sólo tiene otra película en su haber, Red Sands (2009), esa en la que unos soldados americanos son atormentados por una maldición en Afganistán. Según nos chiva la IMDB, Turner está ahora inmerso en el rodaje de una nueva película, The Voyager que, según parece, será una comedia. Pero lo que más me ha sorprendido, porque lo desconocía totalmente, es que el guionista de los dos trabajos estrenados de Turner es, nada más y nada menos que, Simon Barret.  A esto se dedicaba nuestro querido Barret antes de conocer a su inseparable Adam Wingard. Pues parece que este famoso dúo se dedica últimamente a hacer remakes porque si en breve tenemos el estreno de su último trabajo Blair Witch (2016), remake del famosos found footage del 1999, ya están preparando el más que innecesario remake de I saw the devil (2010). Así que si las críticas que no están llegando de Blair Witch no son muy buenas, excuso deciros el batacazo que se van a dar al querer emular a una obra maestra como ésta.

Volvamos a la película que nos ocupa que me estoy calentando, jejeje. En cuanto a los actores, destaca Henry Thomas en el papel del cabecilla de este grupo de forajidos, aunque para mí siempre será el tierno niño de E.T. (1982) haciendo de chico malo. Completando el elenco tenemos a secundarios como Michael Shannon, Mark Boone Junior y Muse Watson. Ninguno de los personajes nos resultará simpático, ya que son todos unos seres despreciables y avariciosos por los que no vamos a sentir ninguna pena, ni empatía.

Después de cometer el atraco en el banco, de manera bastante sanguinaria por cierto, y adentrarse en la hacienda abandonada, la atmósfera de la película cambia por completo y se transforma es una especie de pesadilla, ya que no adentramos de lleno en la dinámica de las películas de casas encantadas: niños que corretean por la casa, extraños sueños que perturban a los inesperados huespedes, desconfianza entre ellos, etc. La iluminación de la casa es bastante oscura y parece que tiene más habitaciones que un palacio porque hay ocasiones en las que cada miembro del grupo está en una habitación diferente sufriendo estas terribles visiones y nadie oye sus gritos (ya no se hacen tabiques como los de antes, jejeje).

Aunque lo que más destaca en Dead Birds es su ambientación en la Guerra de Secesión, ya que no existen muchas películas de genero ambientadas en esta época, no es relevante para la historia que nos quieren contar, simplemente es un marco bonito y exótico. Además, algo en lo que nosotros no recabamos al no ser angloparlantes, pero sí que ha sido bastante criticado, es que el lenguaje que utilizan estos proscritos no se corresponde totalmente con el que utilizarían unos soldados confederados del s. XIX, lo que hace perder credibilidad a la ambientación. Otros de los aspectos que me fallaron en la trama fue la aparición del libro de los muertos que, bajo mi punto de vista, sirve exclusivamente como excusa para ponernos un flashback de la auténtica procedencia de los fantasmas que moran la casa. Lo que no me funciona de este recurso es que ¿se encuentran por casualidad un libro, con extraños dibujos, escrito en una lengua antigua y a los 5 segundos uno de ellos ya sabe que es un manual con instrucciones para resucitar a los muertos? Muy justito, me pareció a mí.

De las cosas que más destacaría de esta cinta es esa especie de aura onírica que se respira en la casa y el diseño de los fantasmas que, la verdad es que dan bastante mal rollo y de los que podemos encontrar un reportaje de su diseño y elaboración en la versión para DVD.

El ritmo de la película es lento pero en el tercer acto todo explota hasta desembocar en un final un tanto precipitado y bastante enigmático. A mí me funcionó este desenlace porque me pareció bastante original pero puede que no sea del agrado de todo el mundo.


Sin ser una maravilla, Dead Birds me ha gustado con esa atmósfera propia de película de casas encantadas pero esta vez mezclada con magia negra de los esclavos de las plantaciones. Una película entretenida que le gustará especialmente a los amantes de este subgénero, ya que supone un giro en la ambientación habitual de casas victorianas o localizaciones actuales como las que hemos podido ver en propuestas más que decentes como: Detrás de las pareces (2011), Housebound (2014) o The House of pine Street (2015).