¿Qué os pensábais? ¿Qué esto ya se había terminado? Pues no, llega la traca final y viene todavía más cargadita de películas y, además, en este segundo tramo se concentran las mejores y más bizarras películas que pudimos disfrutar en la Muestra Syfy. ¡¡¡¡¡EMPEZAMOS!!!!!!
THE CURED
Seguimos con la vuelta al mundo a través del cine y esta vez le toca el turno a la película irlandesa de la Muestra que nos proponía una drama zombi, pero ligeramente diferente a lo que estamos acostumbrados.
La cura contra el virus zombi ha sido descubierta y lejos de convertirse en un motivo de alegría, trae consigo más problemas. Los curados, que pueden recordar los crímenes que cometieron bajo el influjo de virus, no serán aceptados por la sociedad, ni por sus familias que nunca les perdonará lo que hicieron. Esto provoca revueltas y actos vandálicos, en contra y a favor de los retornados, hasta que la situación se hace tan insostenible que el ejército debe intervenir para frenar una nueva guerra zombi.
La verdad es que yo no soy muy amante de los dramas zombis porque me suelen resultar bastante aburridos. Lo que suelo buscar en este tipo de películas es diversión, muertes por doquier y unos buenos maquillajes de no-muertos. Sin embargo, debo reconocer que The Cured me gustó más de lo que imaginaba, principalmente por la carga socio-política del mundo postapocalíptico que nos plantea, en el que las conspiraciones y revueltas de los retornados, podrían verse como alegorías de los ataques del IRA. Ese ambiente de tensión y descontento que se respira tanto en el bando de los no-infectados, como en el de los retornados, bien podría estar representando un problema político, más que el peligro zombi. Me gustó mucho la idea que plantea de que siendo capaces de encontrar una cura para los infectados, la sociedad sería incapaz de perdonarles todos sus crímenes y los trataría como delincuentes. En cierta manera, refleja el ambiente de odio que vivimos hoy en día, en el que no hay lugar para el perdón o el arrepentimiento.
Ellen Page, protagoniza la película, dando vida a una periodista que quiere destapar la verdad sobre la crisis, al mismo tiempo que acoje a su cuñado retornado en su casa, en la que vive con su hijo pequeño, tras haberse quedado viuda. Page siempre es un valor seguro en cualquier película y aquí está correcta y muy divertida cuando la vemos, hacha en mano, dispuesta a acabar con los zombis cuerpo a cuerpo. Al otro protagonista, Sam Keeley, no tenía el gusto de conocerle, aunque tiene una notable carrera a sus espaldas y también está perfecto en su rol de zombi retornado que no sabe a qué mundo pertenece.
En cuanto a la trama, ésta se desarrolla de una forma pausada, pero cuenta con momentos de tensión y suspense que te mantienen enganchado a la pantalla. La historia cuenta con flashbacks en los que los retornados recuerdan su vida como zombis, en los que podemos contemplar su extraño comportamiento. Aunque su aspecto exterior era el del clásico zombi/infectado con los ojos inyectados en sangre y poco más, se relacionan más con ese instinto de camaradería propio de los hombres lobo que se olfatean y se buscan. No se, la verdad es que resultaba bastante extraño.
En definitiva, creo que la ópera prima de David Freyre bien merece un visionado por plantearnos una historia muy sencilla, pero que al mismo tiempo nos muestra un aspecto novedoso en el trillado género zombi. Tantas guerra y enfrentamientos contra los zombis en decenas de películas y cuando por fin encontramos la cura contra el virus, no estamos preparados para disfrutarlo. Pues algo muy parecido a lo que nos plantea Black Mirror (2011- ) con la tecnología. Hay que ver cómo hilo, ¿verdad? jajajaa.
SALUYT-7
Es curioso que mi película favorita de la Muestra no fuese ni terror, ni fantástico, ¿verdad? Pues así fue. La cinta que nos mostraba el problema al que la industria espacial rusa tuvo que enfrentarse en los años 80, fue la que me mantuvo totalmente absorta, sintiendo la tensión de esta apasionante historia en cada momento.
En plena Guerra Fría, el centro de mando ruso pierde el contacto con la estación espacial Salyut-7 y, por miedo a que ésta sea intervenida por los americanos o se precipite sobre la Tierra, deciden enviar a sus dos mejores astronautas a una misión casi imposible. La estación, no tripulada, estaba fuera de control y la nave de los cosmonautas debía acoplarse a ella para repararla, en lo que se conoce como el mayor desafío técnico de la historia de la exploración espacial.
Estamos acostumbrados a que las superproducciones espaciales que exigen una gran calidad técnica y de efectos especiales, tengan un claro acento estadounidense y para prueba de ello: Gravity (2013), Interstellar (2014), The Martian (2015), The Arrival (2016), Life (2017) y eso sólo en los últimos 5 años. Pues bien, Salyut-7 no tiene nada que envidiarles técnicamente y además, recrea una historia real de una manera muy emocionante y tensa. Cierto es que su director, Klim Shipenko, se tomó ciertas licencias a la hora de contar la historia del Salyut-7, pero según sus propias declaraciones, todos los problemas e incidentes a los que se enfrentan en la película, ocurrieron el alguna misión espacial rusa.
Si lo que más sorprende en Salyut-7 es su potencia visual, no hay que desmerecer en nada una historia trepidante que nos mantuvo a todos con el corazón en un puño. A diferencia de lo que nos ocurre con las películas basadas en episodios espaciales americanos, de los cuáles tenemos más información, en este caso no sabíamos nada sobre el devenir de los protagonistas y, por lo tanto, la construcción de la trama a modo de thriller le sienta estupendamente.
La crisis de la estación espacial se vive desde varias perceptivas, por un lado, los astronautas que tienen que hacer verdaderas proezas para hacerse con la nave, la tensión y la limitación de maniobra al que tuvo que enfrentarse el centro de mando por cuestiones políticas y las familias de los intrépidos pilotos, esas mujeres que se quedan sufriendo en casa, sin saber si volverán a ver a sus maridos de nuevo.
En definitiva, si tenéis la oportunidad de ver Salyut-7, no os lo penséis dos veces e ir a verla porque os aseguro casi dos horas de tensión extrema, ritmo trepidante, unas fotografías del espacio impresionantes y una historia para quitar el hipo. No me gustó apenas, ¿eh? jajaja.
HOW TO TALK TO GIRLS AT PARTIES
Si de verdad se va a liar este follón para hablar con las chicas en las fiestas, mejor quédate en casa, contrata Netflix o en mi caso, Filmin y olvídate de tu vida social. Fuera bromas ya, la expectación por la nueva película de John Cameron Mitchell, basada en un relato corto del famoso Neil Gaiman, se vio recompensada con esta comedia de amor psicódelico, al ritmo de música punk. Por algún sitio he leído que la definen como un Romeo y Julieta pero con punk y aliens y no puedo estar más de acuerdo.
Nos situamos en Londres en 1977, en el que un trío de amigos, amantes del punk, quieren colarse en una fiesta, pero ninguno sabe la dirección correcta. Al final, atraídos por la música, dan con sus huesos en una mansión en la que una multitud de personas ataviadas con ropa psicodélica, bailan y se contorsionan al ritmo de una música que jamás habían escuchado. Deciden explorar la fiesta por separado y Enn decide entablar conversación con una chica vestida de amarillo chillón que parece haber discutido con su tutor. Los jóvenes deciden pasar un par de días juntos en los que Enn le enseñará en que consiste el punk y averiguará que su amada procede de una galaxia muy muy lejana.
Es complicado comentar una película tan extraña, pero al mismo tiempo coherente y entretenidísima. Todo en ella encaja a la perfección: el tono de comedia absurda, alguna que otra escena delirante, el divertido y bizarro tratamiento del sexo, ver a Nicole Kidman como la dueña de una sala Punk, la ambientación sententera en Londres, la ternura y la inocencia del primer amor, el misticismo de esta cultura indígena y algún que otro numero musical delirante.
How to talk to girls at parties es una película que no admite ningún tipo de clasificación y yo, aunque conozco de sobra la obra de Gaiman, pero no he leído nada, esta película ha servido para darme ese empujoncito que necesitaba y os prometo que de este año no pasa, que me ponga con Sandman o American Gods, que quiero leerlo antes de ver la serie.
Una auténtica delicia visual y argumental que prometo que no dejará indiferente a nadie y que a pesar de su bizarrismo y locura, guarda una historia de amor conmovedora y tierna que te llega al corazón. Todos los mandaguers salieron extasiados con esta película, así que si no eres uno de ellos, ¿no serás tu el extraterrestre?
I AM NOT A WITCH
Una de las películas mas controvertidas de las Muestra, principalmente porque nos planteaba en clave de humor, un tema tan sorprendente como cierto, el de los campamentos de brujas en África, a una hora que todos teníamos más sueño que otra cosa.
Shula, una niña de 8 años solitaria y callada, es acusada de brujería por un pequeño incidente en su aldea y llevada ante las autoridades que la declaran culpable y la envían a un campamento de brujas. Una vez allí, la dan a elegir entre llevar una cinta blanca a la cintura y vivir como bruja o cortar dicha cinta y escapar, lo que la acabaría convirtiendo en una cabra. Shula decide quedarse en el campamento dónde, a pesar de ser la única niña, se siente a gusto y acogida, hasta que un funcionario local decide explotar el "don" de Shula y hacer dinero a su costa.
La ópera prima de su guionista y directora Rungano Nyoni, nacida en Zambia y criada en Gales, supone una dura crítica contra la discriminación de las mujeres y lo más desfavorecidos, la corrupción política y la hipocresía de una sociedad que se ha quedado anclada en la Edad Media. Sin embargo, con distopías como la que se plantea en Handmaid's Tale (2017- ), la historia que nos cuenta Nyoni no se nos antoja tan ajena. El problema es que estos campamentos de brujas existen realmente en Ghana, donde al menos hay 6 que acogen alrededor de 1000 mujeres. Esto sí que me provoca verdadero terror.
Volviendo a I am not a Witch, Nyoni decide contarnos este drama en clave de humor, con situaciones rocambolescas y diálogos absurdos, pero a medida que avanza la trama este tono cómico se va perdiendo, transformándose en un drama desolador y triste. El problema que le vi a esta película en que en ocasiones el ritmo decaía, debido principalmente a un guión un tanto caótico, que terminaba haciéndote perder el interés en la trama. También hay que tener en cuenta que eran las 16.00 de la tarde del domingo y a lo mejor, no era el mejor momento para proyectar una película tan cruda y densa.
En definitiva, I am not a Witch es una película curiosa, diferente y descorazonadora que bien merece una oportunidad para contemplar las tradiciones y costumbres de un país anclado en el pasado y la interpretación de la joven actriz que da vida a Shula, Maggie Mulubwa. Sin pronunciar apenas palabra, con la simple expresión de sus ojos, ésta joven promesa se come literalmente la pantalla.
THE ENDLESS
Al fin llegaba una de las películas que más ganas tenía de ver después de los estupendos comentarios que había cosechado por los Festivales en los que se había proyectado. Una nueva película de Justin Benson y Aaron Moorhead que no sólo escriben y dirigen, sino que también protagonizan este nuevo enfoque sobre las sectas americanas.
Un par de hermanos vuelven a la secta de las que escaparon 10 años antes, a causa de la extraña cinta que les envía una antigua compañera. Una vez allí, empiezan a presenciar comportamientos y situaciones extrañas que les llevan pensar que posiblemente las locas ideas que defiende el culto, no sean tan disparatadas.
Según me contó mi amigo y experto cinéfilo Óscar de Todo desde mi sofá, con el que disfruté la mayor parte de la Muestra, tanto The Endless, como la ópera prima de Benson y Moorhead, Resolution (2012) forman parte del mismo universo y hay personajes que intervienen en ambas películas. La verdad es que yo vi Resolution hace un par de años y como que me quería sonar algo, pero hasta que él no me confirmó esta conexión, no caí en la cuenta. Según Óscar, hay que ver las dos películas seguidas o en un corto período de tiempo, para entender este universo de bucles temporales y de personajes enigmáticos. Así que habrá que tomar nota.
La historia se sitúa en una especia de comuna en medio de la nada, donde las estancias se distribuyen en una especie de cabañitas en las que toda la comunidad se autoabastece con pequeños trabajos. La cosa es que no están totalmente solos en este remoto paraje, si no que tienen "vecinos" que son casi más extraños que los propios miembros del culto.
The Endless es otra de esas película inclasificables, en la que tenemos algunas notas de humor, drama en alguno de los personajes y la sensación de que algo terrible invade el ambiente y está a punto de estallar. La vuelta de estos dos hermanos a la secta parece un poco arriesgada, no tanto porque puedan caer bajo su influjo de nuevo, sino porque tras haber aparecido en múltiples entrevistas de televisión tras su huida, a lo mejor éstos no les reciben con los brazos abiertos. Pero lo que en un principio, puede parecer un conflicto terrenal, pronto irá tomando un cariz más extraño que nos alejará totalmente de la idea que teníamos hasta ese momento.
No os puedo revelar mucho mas de The Endless, sin caer en spoilers que os estropearían la experiencia. Sin duda os recomiendo una película que os volará la cabeza y a la que una vez terminada, intentaréis encontrar una explicación lógica, que fue lo que nos pasó a todos los mandanguers y la cola para la siguiente película era todo un hervidero de interpretaciones, conclusiones e ideas.
THELMA
Y vamos con la que para mí se convirtió en la joya de la corona de esta Muestra, un coming of age noruego, con ciertos toques fantásticos. A pesar de su ritmo pausado, la cinta de Joachim Trier me atrapó y es que a mi estas historias de represión en la que la trama toma derroteros fantásticos o terroríficos, me apasionan.
La Thelma del título es una estudiante solitaria y tímida que procede de una familia religiosa muy estricta y que se acaba de trasladar a Oslo donde va a empezar la universidad. Un día, mientras estaba estudiando en la biblioteca, conoce a la bella Anja y, de repente, sufre una especie de ataque epiléptico. Tras el incidente, las dos chicas inician una relación muy especial y Thelma acude al medico para averiguar lo que le está sucediendo, a espaldas de sus padres.
Debido a la estrictas enseñanzas religiosas que Thelma ha vivido en su hogar, intenta reprimir su orientación homosexual y su deseo hacia Anja, pero su subconsciente, que en Thelma se manifiesta con mucha fuerza, se revela contra esta represión. La historia esta construida como un thriller en el que hay que descubrir que le pasa a Thelma y para ello contaremos con una serie de flashbacks completamente inquietantes que nos irán revelando ciertos aspectos de su pasado que están interfiriendo con su nueva vida. La culpa o el pecado son conceptos que en esta película adquieren una nueva dimensión, al provocar reacciones paranormales. Y, para ejemplo, el simbolismo de la serpiente que aparece en una de las escenas y que claramente marca el pecado que a ojos del cristianismo está cometiendo Thelma.
Esta cinta tiene muchas conexiones con la reciente Raw (2017). En ambas tenemos a adolescentes que salen de hogares muy estrictos y hasta un tanto enfermizos para ir a estudiar a la universidad. Esto representa una liberación para estas jóvenes que empiezan a conocer su verdadero yo, pero claro, de formas un tanto terroríficas e inquietantes.
La actriz protagonista, Eili Harboe, representa a la perfección la confusión de su personaje que se mueve entre dos mundos, el del deseo carnal y el de la doctrina cristiana. Un aspecto curioso de Thelma es que, aunque empatizamos con ella a medida que vamos descubriendo más aspectos de su vida, lo cierto es que no es un personaje bueno, ni malo. La mayor parte del tiempo, podemos pensar que actúa con la mayor bondad del mundo, pero en otras, al igual que cualquier otro ser humano, es egoísta y vengativa, el problema es que en su caso, eso tiene consecuencias que se escapan a su control.
Sólo me queda decir que Thelma es una gran película, de la que no os tiene que echar para atrás su ritmo pausado porque es así como se tiene que contar esta historia, esto no en Hollywood y sus ritmos trepidantes y explosiones por doquier. Un thriller sorprendente, tierno y feminista que os dejará con el culo torcido en su tramo final, ya os aviso.
Y, hasta aquí, dio de sí la Muestra Syfy 2018, sin duda el año más intenso y que más películas he visto. Sólo me queda desear que el año que viene Syfy vuelva a traernos una selección de películas tan buena porque como habéis podido observar, la media ha sido bastante positiva. Ha sido un placer disfrutar de este Festival con mi gran amiga Mari Carmen y con mis mandanguers favoritos: Oscar, Dani, La Henryteca y Javier Molina. Además, me encantó volver a encontrarme con 2/3 del blog Fin de los mundos porque no hay bloguera más simpática que Bárbara y con mi querida Mensajera de Mojave. Chicas, el próximo Festival foto para que se note que las horror lovers estamos juntas y revueltas.
Después de un fin de semana frenético en la Muestra Syfy, en la que he podido ver 12 películas en tan sólo tres días, estoy aquí para traeros mi valoración de todas ellas. Bueno de todas no, porque el domingo pude asistir a la proyección de Parque Jurásico (1993) por su 25 aniversario y creo que no es necesaria una crítica de la que para mí es una película fuera de serie que marcó mi infancia.
Y qué mejor forma que disfrutar de la Muestra que en la sala Mandaguer (para mi la sala sileciosa no es una opción), que es ese lugar donde se crean los mantras e iconos emblemáticos del Festival. Cómo si no vamos a saber qué hacer cuando aparece una luna en pantalla, qué responder al grito de canino o por qué gritamos A Todd Acosta o Charles Wallace, últimas incorporaciones, al ya de por sí amplio reperterio del buen mandanguer. Este año, tengo que dar la enhorabuena a los publicistas de la Muestra porque las frases que proyectaban durante los descansos fueron muy muy buenas y hasta verbalizaron mi lema de toda la vida:
Pero ya no me lio y más y vamos con lo que verdaderamente nos importa que son las películas, donde tuvimos un poco de todo, pero la valoración general es bastante positiva.
AS BOAS MANEIRAS
La película que se proyecta los Viernes a las 16.00, suele ser una que invita a la siesta más que otra cosa y para prueba tenemos Villmark 2 (2015) y Worry Dolls (2016) de pasadas ediciones, de las que os acosejo que alejéis mucho. En el caso de la propuesta brasileña del Festival no fue así y, aunque es excesivamente larga, mereció bastante la pena. Antes de nada, tengo que adelantaros, que esta Muestra ha supuesto todo un viaje alrededor del mundo a traves del cine, así que detengamonos en la primera parada.
Clara, una enfermera de las afueras de Sao Paulo, es contratada por una misteriosa y acaudalada mujer para que cuide de su hijo no nato. Entre las dos mujeres surge un fuerte vínculo que una noche cambiará la vida de una de ellas para siempre.
La película cuya frecuencia, como dirían los mandaguers de pro, es el amor, se divide en dos partes, la primera nos muestra el amor entre dos adultos y la segunda entre una madre y su niño. Pero como ya nos enseña el poster, la película va de hombres lobo, pero desde una perpectiva muy humana y tierna. Si los dramas zombis en los que tu hija, Maggie (2005) o tu novia, Burying the Ex (2014), Life after Beth (2014), se infectan y sus seres queridos tienen que lidiar con el problema son más que habituales, aquí tenemos la misma premisa pero desde el punto de vista de la licantropía.
Pero As Boas Maneiras, no es simplemente una película de hombres lobo, sino que aprovecha esta temática para mostrarnos el tranfondo social de la sociedad brasileña. Las dos protagonistas no pueden ser más opuestas. Por un lado, Clara, vive en una habitación alquilada a un paso de las favelas y busca desesperadamente un trabajo para pagar el alquiler. En contraposición, tenemos a la adinerada y solitaria, Ana, que necesita a alguien que la ayude con su futuro hijo, aunque lo que verdaderamente ansía es compañia, ya que su familia la dio de lado, cuando se quedó embarazada. A pesar de sus diferencias, las dos mujeres entablan una fuerte relación que sobrepasa cualquier barrera. Pero todavía nos quedará por delante una hora, en la que disfrutar de un bebe lobito, echo por CGI, pero que es puro amor y de un niño y una madre que tienen que lidiar con las tentaciones de la luna y la carne.
En definitiva, As Boas Maneiras, sin ser una maravilla, me resultó una película muy interesante, con una fotografia y una banda sonora muy cuidada y una demostración más de que el amor puede con todo. No os quedéis sin conocer a Joel y a su amigo Mauricio, os prometo que sus 2 horas y 15 minutos de metraje merecerán la pena.
A DAY
Pasamos a la película surcoreana de la Muestra y por lo tanto, mis expectativas eran altas, ya que este cine nunca suele defraudarme. En esta ocasión volvíamos a enfrentarnos por segunda vez en poco tiempo, a una nueva versión del día de la Marmota, una premisa que a este paso se va a convertir en todo un subgénero. En esta ocasión, abandonamos el tono de terror adolescente desenfadado que tan bien funcionó en Happy Death Day (2017) y nos adentramos en los thrillers dramáticos, que tanto gustan a los surcoreanos.
Ya os aviso que ni os acerquéis a la sinopsis de IMDB porque es un spoiler en toda regla. La historia nos situa en el camino de vuelta a casa de Jun-young, un reconocido cirujano que ha estado mucho tiempo en el extranjero en tareas de ayuda humanitaria. Ilusionado con la idea de volver a estrechar lazos con su hija, a la que hace mucho tiempo que no ve, se encuentra con un accidente de coche en el que ésta está involucrada. A partir de este momento, volverá a revivir una y otra vez el mismo día, es una especie de bucle siniestro, hasta que sea capaz de salvar a la niña o de hallar un sentido a todo esto.
El punto original que introduce A Day a la premisa del día de la Marmota es que el looping de tiempo que se repite en la vida del protagonista, va a interceder con el de otro personaje al que le está pasando lo mismo y que será determinante para descubrir la verdad. Construido como un thriller de misterio en el que trataremos de averiguar por qué se esta produciendo esta repetición de tiempo, lo cierto es que la explicacion, aunque encaja, está un poco traída por los pelos. Me entenderéis mejor cuando veáis la película, pero lo que quiero decir es que nos dan a entender que todo estaba planeado en una especie de plan perfecto y, la verdad, es que es imposible.
Ésta en una de las causas principales por las que A Day no me funcionó del todo y también por ese último tercio que se transforma en un dramón lacrimógeno, algo que le gusta mucho a los surcoreanos, pero que aquí resulta excesivo. Sin embargo, A Day tiene la calidad de producción de este tipo de cine, una fotografía muy cuidada y un trabajo actoral perfecto. En definitiva, es una película muy entretenida para pasar el rato, con un ritmo frenético y una vuelta de tuerca más a este cuasi subgénero marmotil. Así por lo bajini, os confieso que eché de menos escuchar el tono pegadizo de Happy Death Day, jejeje.
DOWNRANGE
La película en la que conocimos a uno de los iconos de la Muestra, el gran Todd Acosta, al que tenéis en la imagen y cuyo nombre no paramos de corear una y otra vez durante todo el Festival. Lo cierto es que a pesar de que la película estaba co-escrita y dirigida por Riûhei Kitamura, al que yo conocí en la impresionante The Midnight Meat Train (2008) y posteriormente en No one Lives (2012), no tenía muchas esperanzas en su nuevo trabajo, pricipalmete porque la premisa no me daba para una película de 90 minutos.
En resumidas cuentas, tenemos a un grupo de chicos que comparten coche para hacer un viaje, cuando una de sus ruedas revienta y se quedan tirados en medio de la nada. Intentan cambiar la rueda, pero pronto se darán cuenta que todo esto no ha sido un simple accidente y que un siniestro francotirador les ha elegido como víctimas de su caza macabra.
El problema que yo le veo a Downrange es que tenemos a un grupo de jovenes, a cada cuál más estupido, a excepción de una de las protagonistas experta en armas, que intentan escapar de esta terrible situación de las maneras mas absurdas que os podáis imaginar. Pero sin duda, el que se lleva la palma, es nuestro querido Todd Acosta, que cada vez que una de sus tontas ideas fracasaba o sus compañeras la desestimaban, él se golpeaba la cabeza contra el coche, por lo que si no moría por un disparo, lo haría por una conmoción cerebral.
Lo que sí podemos resaltar es el excelente trabajo de Kitamura con la cámara, en unos planos aéreos y de 360 grados que le dan espectacularidad a alguna de las escenas. Destacaría una en la que la cámara sale de dentro del agujero que una bala ha hecho en una de las víctimas, hacia afuera. Algunas de las muertes son estupendas porque las heridas que hacen las balas del francotirador dejan sesos esparcidos por la calzada o ojos fuera de sus órbitas y como comprederéis, esto hacía estallar de júbilo a todos los mandaguers. La pena es que no todas las muertas son tan espectaculares como para ocultar un guion pobre y unos personajes anodinos.
Downrange es una de esas películas en las que cuando no hay una muerte espectacular o un climax ante un nuevo plan de escape de las víctimas, el ritmo decae extrepitosamente y caemos en el tedio más absoluto. Creo que la única manera de disfrutar de esta película es en un festival tan descarado como la Muestra Syfy porque de otra manera no se si conseguiréis terminarla. La verdad es que es una pena porque toda la problemática recae en el guion y no en el trabajo de Kitamura que una vez más, vuelve a deleitarnos con su maestría detrás de las cámaras.
BRAWL IN THE CELL BLOCK 99
Tras su paso por el Festival de Sitges y las buenas críticas que recibió allí, tenía muchas ganas de ver esta nueva faceta de Vince Vaughn en plan mamporrero y ¡madre mia!, me dejó con el culo torcido.
Bradley ha perdido su trabajo y como último recurso empieza a trabajar como mensajero para un traficante de droga. La cosa sale mal y termina con sus huesos en la cárcel, pero este será el menor de su problemas ya que alguien quiere recuperar el dinero perdido y le encargará un trabajito muy especial que debe acometer entre rejas, si quiere salvar a su familia.
Estamos ante el nuevo trabajo de S. Craig Zahner, que tan sólo hace una par de años nos sorprendió, también en la Muestra Syfy, con Bone Tomahawk (2015), ese western macabro de con el que se daba a conocer en la meca del cine. Zahner se caracteriza por un estilo bastante directo en el que no escatima en violencia o gore y en el que la acción se va deshilbanando poco a poco, hasta llegar a un último tercio brutal, en que los huesos crujirán por doquier. Digamos que esta película requiere cierta paciencia y no es adecuada para ver cansado, tras una maratón de peliculas porque su ritmo inicial lento puede aburrir a más de uno.
Sorprende el papel de Vince Vaughn, al que estamos acostumbrados a ver en comedias románticas y desenfadadas, a excepción de su interpetación de Norman Bates en el remake de Psycho (1998) o en Domestic Disturbance (2001). Ya en la segunda temporada de True Detective (2015) osbservamos un cambio en su carrera, pero sin duda, el gran salto ha llegado con Brawl in the Cell... donde interpreta a un hombre rudo, de pocas palabras, que apenas se inmuta a la hora de partirle el brazo o la cabeza a sus contricantes. Es como una mezcla entre Charles Bronson y Terminator pero en plan tranquilo e inmutable. Hay una escena al principio de la película en la que se muestra la violencia que puede tener Bradley ante una nimiedad, por lo que deducimos que cuando su personaje sea puesto contra las cuerdas, estallará como una auténtica máquina de matar. No es ningun psicópata pero contra la calaña a la que tiene que enfrentarse, su única forma de comunicación es la violencia. Completando el elenco tenemos a la esquelética Jennifer Carpenter, Udo Kier y a un Don Johnson en plena forma.
Brawn in the Cell... merece mucho la pena. No es una de esas películas en la que sabes perfectamnete lo que estás a punto de presenciar en pantalla porque es más brutal y demoledera que todo lo que te imaginas. Aunque me gustó bastante, también es cierto que no la disfruté en toda su magnitud debido a que era la tercera película del viernes y por lo tanto, la falta de concentración y el sueño empezaban a hacer mella en mi. Pero considero que es una película muy recomendable y diferente que confirma que Zahner siempre tiene que estar en nuestro radar porque nunca defrauda.
HAVE A NICE DAY
Y, como por arte de magia, llegamos a la que para mi fue la peor película de toda la muestra y que tenía pensado saltarme por la recomedacion de mi amigo @Danilovich3, que la sufrió en Sitges, pero por culpa de la lluvia que el sábado invadió Madrid, pensé que la mejor opción sería reguardarme en el cine. ¡Qué equivocada estaba!
Ya os adelanto que el título es una tomadura de pelo en toda regla porque creo que la mayor parte de público se fue con la sensación de haber perdido 77 minutos de su vida.
Según la sinopsis que podemos leer en diferentes medios, porque ya os digo que después de haber visto Have a Nice Day, todavía no tengo muy claro de qué iba, Xiao Zhang le roba una importante suma de dinero a su jefe para salvar la cirugía plástica de su prometida, pero al poco tiempor todo el mundo se entera y vas tras Zhang y el dinero. Pues si los expertos lo dicen, así será porque yo sólo recuerdo retazos de esta trama, ya que la historia está contada de una forma bastante incoherente. La trama está dividida en capítulos que no entendí muy bien que pretendían separar porque ya os digo que todo era bastante confuso, pero lo que sí recuerdo fue un número musical que no tenía ningun sentido y que provocó que a todos se nos desencajase la mandíbula.
Tampoco soy gran fan de esta tendencia de la animación para adultos feista que ya pudimos ver con algo más de acierto en Seoul Station (2016). Tenemos dibujos con líneas simples y sencillas, colores apagados y con muy poca animación. Es decir, que los personajes estaban bastante estáticos y apenas había movimiento, a excepción de las pantallas luminosas de los móviles y los coches que cruzaban la pantalla constatemente.
En todo este galimatías de delicuentes, mafiosos y crímenes, su director Jian Liu prentende, en cierta manera, imitar el estilo de Tarantino con esos diálogos filosóficos que se marca el jefe mafioso de Zhang, en lo que supone una crítica contra el capitalismo que ha asolado la cultura china.
El definitiva, una pelicula aburrida, inconexa y con una trama que aunque sencilla, se lia con con un gran número de personajes que no sabes a qué han venido, ni por qué. Yo os aconsejaría que os alejaraís todo lo posible de ella, pero si algún valiente quiere arriesgarse, no seré yo la que se lo impida, jejeje.
Sin duda, hoy en día, con el bombardeo de teasers, trailers y demás estratagemas publicitarias al que somos sometidos continuamente, es muy difícil enfrentarse a una película sin apenas saber nada de su argumento. He dicho difícil, pero no imposible porque lo único que sabía de Errementari antes de verla el pasado fin de semana es que estaba basada en una leyenda popular vasca, aunque desconocía totalmente su argumento. Esto me permitió disfrutar a lo grande de la que sin duda se ha convertido en una de las joyas ocultas del este 2018, que sin hacer mucho ruido y con un estreno muy limitado, me ha conquistado con su buen hacer y su demostración de amor por el cine.
A grandes rasgos, Errementari cuenta la historia de un herrero del siglo XIX que vende su alma al diablo a cambio de un acuerdo. El problema es que por azares del destino, un comisario del gobierno cree que éste esconde un tesoro en su herrería y azuza al pequeño pueblo alavense para recuperarlo, mientras que un niña, Usue, también terminará allí, desbaratando no sólo los planes de Patxi el Herrero, si no de todos lo implicados.
Avalada en la producción por Álex de la Iglesia y Carolina Bang, Errementari es la película con la Paul Urkijo debuta en el largometraje. El cineasta alavés que tiene tras de sí una dilatada trayectoria en el mundo del largometraje y que ha sido premiado en numerosas ocasiones, decidió dar el salto a la gran pantalla con la adaptación de su cuento favorito de la infancia, Patxi Errementeria y que podéis leer íntegramente aquí. Pero lo más sorprendente de esta película es que se ha rodado en una variante antigua del euskera para lo que se ha recurrido a expertos lingüistas.
Para recrear esta atmósfera de cuento gótico y fantástico, Errementari cuenta con un diseño de producción espectacular, en la que los monstruos, demonios y el infierno mismo, te transporta a esos entornos mágicos de las grandes producciones hollywoodienses de los 80, en las que los sueños y las pesadillas eran tangibles como en: Legend (1985), Laberynth (1986) o Willow (1988). Llamarme exagerada si queréis, pero para tratarse de una película pequeña, estamos ante una verdadera proeza en este sentido. No os engaño, cuando os digo que mientras estaba viendo Errementari sólo pensaba en el bombo y reconocimiento que se le estaba dando a The Shape of Water (2018) y lo injusto que era que una película echa con tanto mimo, con una historia original y una producción que nada tenía que envidiar a la película de del Toro, hubiese sido estrenada en apenas un puñado de cines (ahora podéis matarme si queréis, jajaja)
En cuanto a la triada protagonista no podría haber estado mejor elegida. Encabezando el reparto, tenemos a Kandido Uranga que con su profunda voz y su carisma hace creíble el papel de este herrero tan malvado que hasta los mismos demonios temen. En el papel de la joven y deslenguada Usue tenemos a la debutante Uma Braclagia, que consigue trasmitirnos el almas de una niña valiente y que no se detiene ante las injusticias. El más conocido de todos es Eneko Sagardoy, premiado como mejor actor revelación en la pasada edición de los premios Goya por Handia (2017) y que aquí esta irreconocible tras capas y capas de maquillaje, pero que demuestra toda su maestría mediante el gran abanico de movimientos y expresiones de su personaje.
La ambientación de la película en un pueblo rural alavense, en pleno siglo XIX, 10 años después de las guerras carlistas, se enmarca perfectamente en esa atmósfera lúgubre , oscura y siniestra de esta fábula, a la que no le falta sus buenas dosis de humor, que nos transporta a los cuentos de nuestra infancia. Y, como buena fábula, no le falta su moraleja que, aunque muy evidente, es algo que todavía sigue muy vigente en la sociedad y nunca viene mal que nos lo recuerden otra vez.
En definitiva, Errementari es una de las grandes películas del terror español de este 2018, aunque en Sitges ya pudo disfrutarse el año pasado. Una cinta que se ha rodado tal y como Urkijo tenía en su cabeza y que supone una autentica gozada en el campo del diseño de producción y ambientación. Salí del cine con ganas de ver todos los cortometrajes de este director y os prometo que seguiré muy de cerca su carrera porque promete darnos más de una grata sorpresa. Os invito a adentraros en el folclore vasco, en un cuento de terror gótico con toques rurales y fantásticos. Una autentica joya de 96 minutos que os llevará a las mismas puertas del Infierno.