sábado, 29 de febrero de 2020

FEBRERO MORTÍFERO



QUÉ VER




MEJORES PELÍCULAS/SERIES DEL MES: (Podéis consultar todo lo que he visto en mi cuenta de Letterbox)

  • Underwater (2020): Ya os hablé largo y tendido sobre ella, en la crítica que tenéis en el blog. En resumen, me pareció una más que entretenida cinta de acción/terror y syfy que respira la esencia de la serie B de los 80 y 90 y que nos otorga un tramo final digno de aplauso muy fuerte.
  • Trilogy of Terror (1975): Una joyita no muy conocida de los telefilms británicos, en formato antológico con 3 historias de Richard Matheson, todas ellas protagonizas por una excepcional Karen Black.  
  • The Invisible Man (2020): Increíble la actualización que Leigh Whannel ha hecho de un monstruo clásico, convirtiéndolo en un drama de terror con la violencia doméstica como tema principal. La tensión, sobretodo de su primer tercio, te mantiene con la respiración contenida y el corazón en un puño. Muy, muy recomendable.


TRAILERS QUE ME HAN VOLADO LA CABEZA:

  • The Hunt (24/04)

  • The Superdeep (Festivales otoño)

  • Run (8/05)


VÍDEOS  DE YOUTUBE INDISPENSABLES:


  • Spooky Astronauts: Top Horror movies of the Last Decade 2010-2019. Como ya iréis descubriendo, soy bastante adicta a este canal y a su creadora Emma, de la que me siento un alma gemela. Las dos amamos el cine de Terror por encima de todo y somos pelirrojas= Hermanas separadas al nacer, jajaja. En este vídeo, Emma no sólo nos cuenta cuáles son sus películas de terror favoritas año a año, si no que también nos menciona esas joyas ocultas tan valiosas y que tanto apreciamos. También tiene un vídeo similar de la década anterior.


  • Bicho 14: Las 7 mejores películas de Terror Espacial - TOP: He descubierto este canal hace muy poco, gracias a los chicos de RottenMind. Me encanta el terror espacial y los que me seguís desde hace tiempo, sabéis que Event Horizon (1997) es una película que me flipa mucho. Aunque he visto la mayor parte de cintas de este TOP, me ha sorprendido la inclusión de dos found footage de terror espacial que no conocía y sólo por eso merecía estar incluido entre los mejores videos de mi mes mortífero, jejeje.


QUÉ LEER



ARTÍCULOS IMPRESCINDIBLES:


  • FUERA DE SERIES: Así eran las versiones de Locke & Key que nunca llegaron a emitirse. Álvaro Onieva nos habla de las tres versiones que fueron descartadas antes de que la serie aterrizara en Netflix. Un artículo muy interesante que nos da muestras de lo complicado que ha sido llevar esta novela gráfica a la pequeña pantalla y el por qué de alguna de las decisiones tomadas por la gran N, para su adaptación. 


QUÉ ESCUCHAR



PODCASTS ADICTIVOS

  • MISIÓN DE AUDACES: Del Crimen al cine - Ed Gein: Interesante acercamiento a la figura de Ed Gein, uno de los asesinos cuya truculenta vida ha inspirado a más de un personaje mítico del cine de terror. Además, también incluye el análisis de las películas que narran su historia y todo en un tono muy divertido, a la par que interesante. 
  • LA COLA DEL ESCORPIÓN: Edición Aliado. Adictivos, como siempre, los programas que D&D le dedicaron durante el mes de Febrero al Women in Horror Month. Nos descubren varias películas bastante desconocidas que incluso ellos salvan de la quema.
  • AGUAS TURBIAS: Aguas Turbias 101 - Paranormal Activity Saga Parte 1 y 102 Parte 2: Un repaso espectacular a toda la saga de uno de los Found Footage que revolucionó el género, al mostramos lo inquietante que puede ser grabarse mientras se duerme. Yo me quedé en la segunda película y sin ganas de continuar, pero tras haberme escuchado los dos podcasts enteritos y hasta el final, jejeje, quizá le de una oportunidad a Paranormal Activity: The Mark Ones (2014).
  • SINAUDIENCIA: Programa 883: Girl on the third floor, Child's play 2019 y The Antenna: Sin Audiencia es otro de esos podcasts a los que soy asidua y no me pierdo ni uno sólo de sus programas porque es un placer escuchar a Javi y Jordi. En esta ocasión, hablan sobre tres películas muy interesantes, sobre todo The Antenna, una producción turca bastante interesante. 

martes, 18 de febrero de 2020

WOMEN IN HORROR MONTH: THE ICE CREAM TRUCK (2017)


El "trabajo"de bloguera de cine de terror a veces conlleva unos sacrificios, para los que no se si estoy debidamente preparada. Mi buceo por esas listas de películas de Terror dirigidas por mujeres y mi afán por traeros ejemplos más desconocidos que no suelen aparecer en esos especiales, me han llevado a ver una película que se sitúa en el universo suburbano de clase media de Mujeres Desesperadas y que casi por accidente, se topa con un slasher.

En The Ice Cream Truck tenemos a una joven madre, Mary que se ha mudado a su nueva casa, una semana antes que su marido y sus hijos, en busca de algo de tranquilidad e inspiración para la escritura de su nuevo libro. Su llegada a este barrio de la periferia de Seattle, despierta el interés de sus vecinas que acuden raudas y veloces a la puerta de Mary para cotillear un poco e invitarla a una fiesta. Allí nuestra protagonista conocerá a la fauna que habita su vecindario y hace algo más que migas con el hijo adolescente de la organizadora del evento. Mientras tanto, tenemos a un vendedor de helados que ha decidido asesinar a todos los jóvenes de conducta reprobable que encuentra a su paso.  

Para Megan Freels Johnston, responsable tanto del guión, como de la dirección de The Ice Cream Truck, éste es su segundo trabajo tras las cámaras, después de su debut con Rebound (2014)Johnston es la nieta del famoso escritor norteamericano de novela negra, Elmore Leonard cuyas novelas han sido adaptadas en innumerables ocasiones al cine y la televisión: Jackie Brown (1997), Out of Sight (1998) o la serie Justified (2010-2015). Según apunta la directora, cuando le preguntan sobre la inspiración para escribir este guión, comenta que en su barrio había muchos camiones de helados, símbolo de juventud y felicidad y que le parecían especialmente asquerosos los que fabricaban helados en la propia furgoneta por lo que pensó que ahí había una historia. Así es, queridos horror lovers, ¿todavía seguís esperando que os llegue esa maravillosa idea para una novela o el guión de una película? Pues mirad que fácil y sencillo fue para Johnston, aunque siendo honestos, su guión hubiese necesitado definir mejor su camino. 

La verdad es que tengo mis dudas a la hora de considerar a The Ice Cream Truck como una película de terror o no. Mas bien parece el drama de una mujer de mediana edad que ve como su juventud se le ha escurrido entre los dedos. El hecho de volver al barrio en el que se crió y estar durante una semana sin su carga familiar, reaviva sus deseos de juventud y revoluciona sus hormonas, hasta el punto de ligar con un adolescente. Mientras Mary intenta frenar sus deseos y el joven hace todo lo posible porque ésta caiga en la tentación, tenemos a un vendedor de helados, paseándose por el barrio en su furgoneta de aire retro y musiquilla infernal, que se dedica a asesinar adolescentes sin que hasta la fecha, sepamos el motivo. 

No hay mayor problema en que desconozcamos las motivaciones del asesino de un slasher y sobretodo como aquí, si lo que quieren es mostrar un asesino prototípico: engaña a los jóvenes para subir a su camión y matarlos, si esta técnica falla, los persigue hasta las entrañas de su casa antes de que tengan sexo y luego se lava la manos porque era un plano muy necesario para la historia. El asesino que va caracterizado como un heladero de los años 30/40 que dice ser "un hombre chapado a la antigua" no produce ningún temor, ni interés. La verdad es que da mucho más miedo el transportista de la mudanza del principio que tienen unas actitudes totalmente extrañas e intimidatorias que este pobre diablo. De hecho, he leído que Johnston tenía la idea de hacer una secuela de esta cinta que justo tendría como protagonista a este transportista, interpretado por Jeff Daniels Phillips al que conoceréis por The Lord of Salem (2012), 31 (2016), 3 from Hell (2016) o Satanic Panic (2019).

Lo que que sí demanda un slasher es un número considerable de asesinatos y muertes más o menos originales. Pues bien, The Ice Cream Truck tampoco nos lo ofrece porque no recuerdo bien si son 5 o 6 asesinatos y esto contando por lo alto y la mayor parte de ellos, no se ven claramente. El más original y gracioso podría haber sido en el que el asesino usa una cuchara de helados para machacar el cráneo de una adolescente, pero el plano que tenemos es el del él mismo asestando los golpes, mientras la sangre le salpica.

No se tarda mucho en perder el intereses de esta subtrama porque está totalmente desconectada del tema principal: la crisis de madurez de la protagonista. Las víctimas son totalmente aleatorias y sólo aparecen en pantalla unos minutos antes de morir por lo que empatía cero. Podrían haber sido extraterrestres, zombis o los tiburones voladores de Sharknado (2013) los que hubiesen estado rondando el barrio que el resultado hubiese sido el mismo. Es como si la directora hubiese estado grabando este drama sobre la crisis de mediana edad y de pronto, se hubiese topado con un slasher y ella tenía la cámara ahí plantada. Todo bastante extraño. 



Otro de los grandes problemas que le veo yo la película es la elección de casting. Si el tema principal de la trama es la relación de una madre de familia de treinta y tantos con un chico de poco más de 18 años, haz que lo parezcan. En el papel de Mary tenemos a la impresionante Deanna Russo que aunque en esa época rondaba la edad que requiere su papel, es una mujer muy atractiva, que aparenta ser más joven. El verdadero escoyo a sortear es la elección de John Redlinger para interpretar a un adolescente de apenas 18 años. No he sido capaz de averiguar la edad de este actor, pero su físico y actitud en la película, representan a alguien mucho más mayor y cercano a la edad de la protagonista. Esto contribuye a que el impacto que debería haber causado en el espectador una relación que rozaba la "corrupción de menores", desaparezca totalmente. 


A pesar de todo esto, hasta el final, no consideré a The Ice Cream Truck una mala película, si no más bien un producto que no esperaba, totalmente alejado de la idea de slasher que me habían vendido. Hasta ese momento, me resultaba una cinta entretenida, con una muy buen ambientación para recrear un vecindario tontamente inquietante y por que no, muy similar al de Halloween (1978). Estas reminiscencias a la película de Carpenter también estaban motivadas por la música. Además el personaje de Mary, me pareció bastante interesante porque se aleja bastante de los estereotipos y nos muestra a una joven madre moderna y más cercana a la realidad.

Sin embargo, ya me empieza a parecer un poco molesto que, al igual que me pasó en Chained (2012), el final de The Ice Cream Truck vuelva a tirar por la borda lo poco que podía haber conseguido. Como ya habréis adivinado no es que la película me estuviese entusiasmando, pero sí que estaba algo intrigada por el salseo de esta atípica pareja porque las hazañas del asesino heladero, a estas alturas, me importaban ya bastante poco. El problema llega cuando el final que te plantean, cuestiona todo lo que has visto hasta ese momento, incluso introduciendo un elemento que carece totalmente de sentido y terminas bastante cabreado con la cinta. Los torcimientos de culo a lo Shyamalan requieren de un arte y un quebramiento de cabeza y no esta salida fácil y super manida que ya huele a rancio y enfada muchísimo. 



jueves, 13 de febrero de 2020

WOMEN IN HORROR MONTH: CHAINED (2012)


A pesar de que en mi caótico 2019 no le dediqué un especial a esta noble causa, retomo la tradición de dedicar el mes de Febrero al papel de la mujer en el cine de Terror. En anteriores ocasiones, os traje tanto películas dirigidas por mujeres, como películas protagonizas por las féminas más malvadas, desequilibradas o vengativas del género. Este año, no voy a ganar en originalidad, porque os voy a volver a traer cintas dirigidas por mujeres, pero me he zambullido en el fango para traeros producciones más desconocidas, que no suelen aparecer en este tipo de listas.

Sin más dilación, ¡¡¡comenzamos el Bloody Women Power!!! 


CHAINED (2012)




Inicio este especial de películas de terror dirigidas por mujeres con una de las cintas más duras e incomodas que he visto en años. Si bien es cierto que los secuestros es una temática bastante recurrente en el cine, cuando el rapto no obedece a algún tipo de chantaje o no se produce un asesinato, si no que el secuestrador se apropia de la víctima "de por vida" es infinitamente más aterrador.

La responsable de co-escribir el guión y de dirigir la película es Jennifer Lynch, hija de David Lynch. Un hecho que a priori, puede verse como una gran ventaja, le acarreó bastantes problemas en sus inicios, al ser acusada de haber recibido un trato de favor por parte de su padre, a la hora de dirigir su primer largometraje, Boxing Helena (1993). Aunque la película fue nominada en el Festival de Sundance, la crítica se cebó con ella, provocando su desplome en taquilla. A pesar de que su ópera prima había trascendido todas estas vicisitudes y alcanzado el status del culto, el varapalo a su trabajo y autoestima la mantuvo alejada de la Industria durante más de una década, tiempo que dedicó a superar su adicción al alcohol, las drogas y las secuelas de un accidente que casi le costó la vida. No fue hasta el año 2008, que estrenó su siguiente largometraje, Surveillance, un thriller policíaco de lo más inquietante protagonizado por Bill Pullman y Julia Ormond. La película ganó el premio a la mejor película en el Festival de Sitges, lo que no sería especialmente relevante, si no fuera porque ese mismo año competía con la obra maestra del vampirismo, Let the right one in (2008). Tras esto, su siguiente película, Hiss (2009), tampoco estuvo exenta de polémica, ya que según apunta Lynch en una entrevista concedida a la St. Louise Magazine, el producto final nada tenía que ver con su versión de la película, ya que ella no había intervenido en las labores de montaje y edición. Por fin llegamos a su cuarto trabajo tras las cámaras, Chained, película con la que inauguramos el Woman in Horror Month y que se estrenó en el Fantasia Festival de Montreal en 2012, tras el cuál, sólo tuvo distribución doméstica.

La película relata la historia de Bob, un asesino en serie que utiliza su trabajo como taxista para secuestrar mujeres que luego tortura y asesina en su casa. Pero cuando rapta a una de sus víctimas y a su hijo de 9 años, decide quedarse con él y utilizarlo como su esclavo personal. El niño, al que renombra Rabbit, crece bajo una férrea disciplina que le obliga entre otras cosas, a limpiar los estragos de los asesinatos que su "progenitor" comete casi a diario. Cuando Rabbit se convierte en un adulto, Bob decide convertirlo en su protegido e instruirle en el arte de matar a mujeres y trasmitirle ese odio profundo hacia ellas. Pero, ¿habrán hecho mella estos 10 años de cautiverio en Rabbit o por el contrario, todavía queda algo de voluntad propia en él? 

Chained no es la típica película sobre un asesino que podríamos ver cualquier domingo por la tarde en televisión más interesada en el sadismo y los asesinatos que en la propia psicología del asesino. Lynch aborda los lazos afectivos que se establecen entre el niño y su captor y las causas que han llevado a este último a convertirse en un monstruo. La historia está contada a través de los ojos de la víctima, un niño inocente que ha sido aislado del mundo y de todo contacto con el exterior, salvo por este progenitor malsano y los pocos minutos que comparte con las víctimas de éste. La mayor parte de los asesinatos ocurren fuera de pantalla porque Rabbit no suele estar presente en el acto en sí, si no que escucha los gritos de las víctimas y luego se encarga de limpiar toda la sangre y enterrar los cuerpos. No penséis que esto lo hace menos aterrador porque sólo imaginar lo que esta pasando, te pone la piel de gallina.





Prácticamente toda la acción en Chained tiene lugar en esta casa en medio de la nada, sucia, desvencijada y con cámaras de tortura y de enterramiento. En este entorno tan sórdido y malsano es en el que Rabbit vive su niñez y desarrolla su adolescencia, provocando que los lazos afectivos entre el asesino y el niño cada vez sean más fuertes. Si en un primer momento, Rabbit se resigna a obedecer a Bob en todas sus estrictas y macabras reglas como mero recurso de supervivencia, pasados los 10 años de cautiverio, se da una especie de síndrome de Estocolmo a la inversa. El asesino empieza a ver al chico como su protegido y desarrolla un especie de rol paternal enfermizo, animándole en sus estudios de anatomía porque quiere que el chico sea un experto asesino a su imagen y semejanza. 

Y, así es como transcurre la mayor parte de la película, con esta relación enfermiza, con Bob trayendo incontables víctimas anónimas a la casa, el único intento de fuga del chico es rápidamente anulado y provoca su encadenamiento. Resulta poco creíble que no aparezca ni un solo policía en la película, ni nadie que se percate de lo que esta pasando, dado el gran numero de álbumes que Bob le obliga a hacer a Rabbit con las noticias de sus asesinatos. Estamos ante lo que parece ser uno de lo asesinos más prolíficos del cine de terror, pero nadie sospecha nada y esto contribuye al que el mundo que hay tras de las puertas de esa espeluznante casa, no se sienta como real.

El desarrollo de Chained es lento y un tanto repetitivo, pero reproduce bastante bien la sensación de incomodidad y desasosiego que trasciende más allá de su visionado. Es de esas películas como The Mist (2007) o Eden Lake (2008), que sin ser tan buena, te deja mal cuerpo y te hacer perder toda esperanza en la humanidad. 

A parte de esta atmósfera malsana, lo mejor de la película son las interpretaciones de sus dos personajes principales. Por su parte, D'Onofrio, imponente con su presencia física, representa a un asesino implacable, brutal, atormentado por los abusos de padre cuando era niño y emocionalmente inestable. Su forma de hablar y de moverse, así como las ideas que le intenta inculcar al chico, denotan cierto tipo de deficiencia que le hacen impredecible. Por su lado, la interpretación de Eamon Farren que representa a Rabbit en su época adulta, es totalmente conmovedora. Su interpretación del chico frágil y sometido durante años, en el que todavía existen pequeños chispazos de rebeldía, a pesar de que vive continuamente aterrorizado y ese punto de desconexión con la realidad que te hace dudar si Bob no le habrá transformado finalmente, me resultó totalmente convincente. 

El mayor problema de Chained llega con el giro de guión que se produce en tu tramo final y del cuál no nos habían dado ninguna pista durante toda la película. El final que parece sacado de un telefilm barato es totalmente abrupto, carente de sentido y eso hace que no funcione. No era necesario estropear el brillante viaje que habíamos hecho siendo lo ojos de la víctima de una asesino letal y atormentado, sólo para sorprendernos y dejarnos con la boca abierta con algo sacado totalmente de la manga y carente de sentido. Es una pena que un final tan desafortunado estropee la sensación general del buen trabajo realizado hasta ese momento, pero así es y me da mucha pena reconocerlo. A pesar de todo, Chained es una película que os recomiendo si queréis pasar un "mal" rato y, ¿quién sabe? a lo mejor a vosotros sí os funciona su torcimiento de culo final.



lunes, 10 de febrero de 2020

UNDERWATER (2020)


La semana pasada fui al estreno de Underwater y aunque en un principio, no tenía pensado traerla al blog porque este mes iba a estar totalmente dedicado al Woman in Horror Month, no quería perder la oportunidad de hablar de una película que contra todo pronóstico, había disfrutado a lo grande. Recabé bastante información sobre ella cuando estuve preparando la crítica para Scanners, el podcast en el que participo habitualmente y las ganas de escribir sobre la cinta dieron alas a mis dedos que escriben estas palabras frenéticamente

Filmada en 2017, Underwater fue la última cinta bajo el sello de la 20th Century Fox, antes de ser comprada por Disney y de ahí, el retraso en su estreno. Para William Eubank, un treintañero con amplia experiencia como director de fotografía, tanto en cortos como largometrajes, ésta es su tercera película como director y la primera respaldado por unos grandes estudios. Los anteriores trabajos de Eubank en la dirección, siempre han estado relacionados con la ciencia ficción. En su ópera prima, Love (2011), que no sólo dirige, sino que también firma el guión, tenemos un drama espacial en el que un joven astronauta pasa años solo, orbitando alrededor de la Tierra tras perder toda comunicación con ésta. Una ralladura introspectiva sobre la soledad bastante soporífera para mi gusto. En su segundo trabajo, The Signal (2014), dónde coescribe el guion junto a su hermano Carlyle y David Frigerio, tenemos un thriller de ciencia ficción en el que tres estudiantes del MIT son arrastrados hasta una casa solitaria persiguiendo a un hacker y tras perder el conocimiento, despiertan en una instalaciones científicas sin saber por qué. Una película con una premisa muy interesante, pero que a medida que avanza, la historia se va desinflando principalmente porque muchos de los enigmas que nos plantea, no tienen explicación.

Eubank no tiene nada que ver con el guion de Underwater que escribe Brian Duffield, el mismo que el de Babysitter (2017), esa comedia de terror dónde descubrimos a Samara Weaving. Y, ¿de qué va esta película? Pues como su propio título indica, nos vamos bajo el agua, exactamente a 7 millas de profundidad en la fosa de las Marianas, dónde se sitúan unas instalaciones científicas. La paz del complejo se ve afectada por un terremoto que colapsa la mayor parte de la estructura y un pequeño grupo de supervivientes tiene que hallar la manera de salir de allí y llegar a la superficie. Algo que a priori, puede parecer muy sencillo, pero que choca contra las dificultades de estar en el fondo del océano: las instalaciones se vienen abajo por las continuas explosiones que ha provocado el terremoto, la presión, la oscuridad, la falta de oxigeno y han perdido toda comunicación con el exterior. Pero como pasaba en dos de mis películas de terror favoritas, The Descent (2005) y The Ruins (2008), el verse atrapados en lugares en los que la escapatoria es muy complicada, va a ser el menor de sus problemas. En el caso de Underwater, no sabemos si bien el terremoto o bien la perforaciones de los científicos, han liberado algo que nunca debía haber sido despertado.

Una relación muy loca que me vino a la cabeza tras ver la película, es que la premisa del desastre es practicante calcada a The Meg (2018). En ese blockbuster, el Megalodón era liberado también en la Fosa de las Marianas tras unas pruebas nucleares en la zona. Así que hay que tener mucho cuidado porque parece que esa fosa es un portal de todos los monstruos y criaturas de nuestras pesadillas.

Volviendo a la película, ésta bebe claramente de películas como Alien (1979) o Abyss (1989), pero no intenta ocultarlo y nos ofrece una película de terror subacuático muy solvente y con claras reminiscencias a la serie B de los años 80 y 90. El ritmo en Underwater es frenético y no deja un minuto para el respiro en esa ardua tarea de encontrar la forma de escapar de ese "ataúd" de acero. Y sí, uno de los puntos fuertes de esta película es la claustrofobia que sentimos en todo momento, tanto en lo estrechos pasillos y angostos recovecos por los que deben introducirse en busca de una salida, como en la inmensidad y oscuridad del océano. 




Una de las flaquezas de Underwater son sus personajes que pecan cómo en la mayor parte de las películas de acción, en no estar muy desarrollados. Tenemos todo un abanico de personajes prototípicos: la chica fuerte, la miedosa e insoportable, el alivio cómico, el capitán decidido y con un punto de locura, el chico valiente y encantador y el tío listo. Se dejan entrever relaciones entre los personajes o historias secundarias que no se desarrollan lo suficiente y quedan un poco cojas. Kristen Stewart está estupenda en su versión de Ripley y, aunque en un primer momento, no estaba muy convencida con la elección de esta actriz a la que le tengo un poco de manía desde Twilight (2008), tengo que reconocer que se ha dejado la piel en este papel. Una mujer fuerte, luchadora e impasible ante la desolación de la situación que tiene que afrontar. A su lado, el carismático Vincent Cassel que con su imponente presencia, ya sabemos que es el capitán y el encargado de salvar a su tripulación. Pero hubo un personaje que me resultó totalmente insoportable y eso que su función era la de alivio cómico, pero sus chistes y chascarrillos no me hacían ninguna gracia. Os estoy hablando del personaje que interpreta T. J Miller, un cómico estadounidense muy conocido en la época en la que se rodó la película, pero actualmente apartado de la industria por sus continuos escándalos.

Pero sin duda, lo mejor de Underwater es su tramo final, dónde descubrimos el terrible mal que ha sido liberado y nos quedamos mitad maravillados, mitad desolados, al saber cuál es la verdadera amenaza a la que se enfrentan los protagonistas. No temáis con que no se vayan a ver muy bien las criaturas porque a pesar de que hay varias escenas en el fondo marino sumidos en la más sobrecogedora oscuridad, va a haber oportunidad de ver al monstruo o monstruos en su totalidad. Sin embargo, como os he dicho, tendréis que esperar hasta sus últimos minutos porque es toda una sorpresa que nadie espera y con la que deseareis levantaros de la butaca y aplaudir muy fuerte. Los efectos especiales de esta parte me parecieron absolutamente increíbles y el diseño de las criaturas os dejará con la boca abierta al reconocer a un viejo conocido del imaginario de nuestras pesadillas literarias

En la película encontramos varias escenas a cámara lenta que embellecen el resultado, pero es un recurso que le gusta demasiado a Eubank y debería de intentar no abusar tanto de él. Aunque la angustia y la claustrofobia del entorno se transmite a la perfección tanto en las instalaciones científicas, como en el océano, también tenemos varios jump scares que aunque predecibles, nunca decepcionan.

En definitiva, Underwater es una película de Terror muy entretenida y disfrutable, que desde el primer minuto no nos deja un minuto de descanso y la angustia que nos va generando la terrible situación de los protagonistas, se ve más que recompensada en su tramo final. Con esto no quiero decir que sea un peliculón porque no lo es, pero nos da lo que le pedimos siempre al cine que nos entretenga y nos haga disfrutar a lo grande. Además de animaros a verla, os recomendaría que en la medida de lo posible, lo hicierais en una sala de cine porque esos efectos especiales y esas criaturas bien merecen verse en pantalla grande.