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lunes, 20 de abril de 2020

MI TERROR OCHENTERO DURANTE LA CUARENTENA (PARTE 1)


Si en algo estoy aprovechando esta cuarentena es para devorar cine y más cine. Durante las primeras semanas estaba absorbida por el cine de vampiros con el que, de momento, estoy siguiendo un orden riguroso para observar y analizar la evolución de este mito. Sin embargo, justo al comienzo de mis vacaciones de Semana Santa, mi gran amigo Luis, que es una de las personas que conozco que más sabe de cine, me recomendó el documental de In Search of Darkness (2019) y abrió la caja de Pandora. El documental aúna dos de las cosas que más me gustan en la vida que son los listados de películas y el terror ochentero. Pero también el visionado de este documental fue un poco traumático para mi porque me di cuenta de todos los grandes clásicos que no había visto todavía y me decidí a ponerle solución de una manera casi compulsiva. 

A continuación, voy hacer un repaso rápido de los 10 primeros clásicos de Terror ochentero que he visto porque esto va para largo. Aunque la mayor parte de las cintas que nombro era la primera vez que las veía, sí que hay algunas como es el caso de Poltergeist o The Howling que las vi en su momento, pero no me acordaba de prácticamente nada y las he querido recuperar para volver a disfrutarlas y vamos que sí lo he hecho. Seguro que muchos de vosotros os sorprenderéis de que una horror lover como yo, no hubiese visto todas estas películas, pero el tiempo es finito y nunca es tarde si la peli es buena. Así que no me enrollo más y vamos con este repaso de grandes cintas del terror ochentero.




POLTERGEIST (1982) 



No recordaba lo mucho que me gustaba Poltergeist y ha sido una autentica gozada volver a reencontrarme con ella. Esa cinta sobre la que siempre ha habido cierta polémica sobre su autoría, si fue verdaderamente Tobe Hooper o Steven Spielberg quién la dirigió, pero en el documental lo tienen bastante claro y apuntan que el director fue Hooper, pero con la ayuda y asesoramiento de Spielberg que ejercía como guionista y productor.  

Pues bien esa historia de una familia acosada por fuerzas paranormales que quieren llevarse a su hija, la icónica Carol Anne, funciona como un tiro de principio a fin y se configura como una película de terror apta para casi todos los públicos. La cinta podría dividirse en tres partes: una primera en la que nos presentan a esta familia tan feliz y americana con su banderitas y todo, después los sucesos paranormales se empiezan a manifestar pero de manera divertida con sillas que se mueven o tenedores que se doblan, pero en el tercer acto, el tono se vuelve más serio y empieza el terror con el secuestro de la niña. No os penséis que aquí no hay gore porque lo hay. La escena en la que uno de los ayudantes de la médium sufre una alucinación en el baño y se despelleja la cara es sublime. 

Y, hablando de la médium, me encanta el personaje que encarna Zelda Rubinstein con su vocecita tan dulce y esos aires de ama y señora de las fuerzas ocultas. Lo cierto es que el casting de la película me parece excepcional y todos, hasta los niños, le dan un gran veracidad e intensidad a sus personajes.

Me resultó muy curioso darme cuenta que en mi imaginario particular sobre esta cinta siempre había existido la idea de que a Carol Anne la absorbía la televisión y no es así. De la tele sólo salen unas manos fantasmagóricas que intentan atraparla, pero no lo consiguen porque realmente la niña desaparece dentro del armario de su habitación, secuestrada por un ente de otra dimensión. Lo que sí es cierto, es que la niña se comunica con sus padres a través de la televisión. 

En definitiva, Poltergeist es una película sublime con fantasmas, entes demoníacos, payasos mortíferos, cementerios malditos, terrores infantiles, médiums molonas y unos efectos especiales estupendos que no han envejecido nada mal. Pero si hay algo que Poltergeist nos dejo para la posteridad fue esa frase que nos sigue erizando la piel: "Ya están aquí..."



MOTEL HELL (1980)



Hacía tiempo que no veía una película con una historia tan bizarra y loca como las que nos plantean en Motel Hell. Es una cinta que no hay que tomarse demasiado en serio porque lo absurdo e inverosímil de su argumento sólo pretende ser una especia de parodia de clásicos como La matanza de Texas (1974)

La película nos vuelve a demostrar lo seguro que es viajar por el sur de los EEUU, dónde nos encontramos a un par de hermanos, Vincent e Ida que regentan una granja que según nos anuncian, hace las mejores carnes ahumadas del condado. Además de esta tarea, Vincent también se dedica a "cazar" a los turistas que pasan por la zona porque los va a necesitar para algo bastante loco. Sin embargo, en uno de estos "trabajitos"se topa con la bella y angelical Terry, se la lleva a vivir con ellos y como ella, al principio parece estar en shock, pero después no sabemos por qué, se queda tan feliz en la granja. Ese espíritu libre de los 80 nunca dejará de sorprenderme. Sólo me falta por nombraros al cuarto personaje de esta película que no es otro que el hermano de esta pareja que resulta ser el sheriff del pueblo. No queda del todo claro si está al tanto de todas las fechorías de sus parientes, pero lo que sí hace es encapricharse de la bella Terry, desencadenado el final de la extraña armonía que imperaba en la granja.

Los hermanos son dulces, sonrientes y parecen las personas más adorables del mundo, pero son unos tipos excéntricos y locos que comenten delitos de lo más macabros con una sonrisa en la cara y sin que nada les perturbe. 

En cierta manera, esta película me recordó a Tourist Trap (1979) por lo del tema de los turistas que son asesinados en extrañas circunstancias, pero sin duda Motell Hell es mucho más extraña y perturbadora. No os podéis perder esta película porque tenéis que descubrir los peculiares métodos de plantación de estos hermanos y la épica batalla final con motosierra en mano y cabeza de cerdo. Ésta fue la película que inició ese cuasi subgénero en el cine de terror caracterizado por asesinos con cabeza de cerdo, el Pig-Headed Horror, tan prolífico en los últimos años con títulos como: The Butcher (2007)Madison County (2012)Berkshire County (2014), Tormented (2014) Albino Farm (2015).



FULL MOON HIGH (1981)



Éste es uno de los títulos que me ha descubierto el documental, ya que nunca había oído hablar de esta película de Larry Cohen, al que seguro que recordaréis por cintas más conocidas como It's Alive (1974) o The Stuff (1985). Como podéis ver por la imagen estamos ante una película de hombres lobo, un subgénero que en este año, 1981, nos regaló tres de las películas más míticas sobre este monstruo clásico: An American Werewolf in London, The Howling (de la que os hablaré dentro de un rato) y Wolfen. Aunque las dos primeras, sí que incluían ciertos aspectos cómicos, no dejaban de ser dramas terroríficos. Estas cintas se caracterizaban por las transformaciones en pantalla de los grandes artesanos del maquillaje y de los efectos especiales de la época como: Rick Baker o Rob Bottin. El caso de Wolfen es totalmente diferente porque no tiene unos efectos especiales muy potentes, ni abunda la sangre, si no que nos plantea una trama policial que esconde un mensaje social muy interesante.

Por su parte, Cohen nos trae una comedia en la que un adolescente, estrella del equipo de fútbol de su instituto, viaja en los años 50 a Transilvania, dónde es mordido por un hombre lobo. El joven se convierte en un ser inmortal, anclado para siempre en la adolescencia y con sus consecuentes transformaciones en épocas de luna llena. Las décadas pasan y en 1980 el chico decide volver al instituto haciéndose pasar por su hijo para poder jugar la final del campeonato de fútbol, con lo que cree que romperá su maldición.

Full Moon High es toda una colección de chistes y gags que durante la primera parte me parecieron super graciosos y reconozco que no podía parar de reír, sobretodo con los protagonizados por el padre del protagonista, un agente de la CIA paranoico. Sin embargo, pasado un tiempo, este tono cómico tan simplón, se me empezó a hacer un tanto pesado y es que además, el protagonista interpretado por Adam Arkin me parecía muy insoportable. Teniendo en cuenta que estaba interpretando a un adolescente con 25 años y se le veía muy mayor para este papel, no he visto en mi vida a un hombre lobo tan bobalicón e insulso que éste.

La película intenta reflejar, a su manera, el fuerte cambio que sufrió la sociedad americana en política y conducta sexual durante esos 3o años, en los que el protagonista ha permanecido imperturbable. Algo que no deja de ser curioso porque no es que el joven haya pasado todo este tiempo invernando, si no vagando por el mundo lamentándose de su maldición, pero se ve que la vida no le ha calado. Es gracioso ver el choque de ideas y comportamientos que surgen con sus antiguos compañeros de instituto que sí han evolucionado, pero ya os he dicho que es siempre de una manera muy simplona y tonta.

Me parece bastante curioso que hayan recomendado Full Moon High en el documental porque salvo por momentos puntuales, eso sí de reírse carcajadas, es una cinta de licántropos bastante prescindible. Pero si os quedáis con ganas de una película de hombres peludos en el instituto, siempre podéis recuperar otra cinta de los ochenta, Teen Wolf (1985), que sin ser una maravilla es mucho más entretenida que la cinta de Cohen



FRIDAY THE 13TH: THE FINAL CHAPTER (1984)



Nunca es mal día para retomar una saga mítica y a un asesino icónico en el cine de terror como Jason Voorhess. Sólo había visto las tres primeras y aunque nada es comparable en cuanto a calidad con la cinta original, la verdad es que siempre he disfrutado con Viernes 13. Estamos ante la cuarta parte de esta franquicia, en la que no pudieron estar más desacertados con el título porque de capitulo final nada, todavía nos quedarían 8 películas más, de las 12 con las que cuenta ya esta prolífica saga y de las que la mayor parte se hicieron durante la década de los 80. 

Han pasado unos pocos días desde la matanza en el campamento de Crystal Lake y el cadáver de Jason ha sido transportado a la morgue. Por fuerzas inexplicables de la naturaleza, el asesino resucita y ¿qué hace? Pues ponerse manos a la obra y proseguir con su matanza de adolescentes tradicional, en las cercanías del campamento. Esta vez los damnificados serán una madre y sus dos hijos y el grupo de adolescentes que han alquilado la casa de en frente para un fin de semana de alcohol, fiesta y sexo. 

Me gusta la conexión de esta cuarta parte con las películas anteriores y cómo se introduce a un personaje que quiere matar a Jason, en venganza por el asesinato de su hermana en el campamento. Pero el personaje más curioso de todos es sin duda, el joven Tomy Jarvis, interpretado por la estrella de los 80, Corey Feldman y que posteriormente se convertirá en una figura recurrente en la saga. Jarvis es un niño fascinado por el cine de terror que se dedica a crear máscaras de monstruos y que, a medida que avanza la película, va tomando un cariz más inquietante y siniestro.

En esta cuarta entrega de Viernes 13 nos vamos a encontrar un slasher de manual con muchas víctimas adolescentes para el machete de Jason, unas muertes bastante espectaculares, obra de los efectos especiales del gran Tom Savini y a Jason Voorhees en plena forma. Una cinta que no pretende ser nada más que puro entretenimiento, pero que tiene varios aspectos positivos y no la considero una secuela más del montón. Además, no os podéis perder el mítico baile de Jimmy, uno de los adolescentes que tendrá que enfrentarse a Jason porque lo podemos practicar perfectamente estos días en casa.







PSYCHO II (1983)




Siempre da un poco de vértigo acercarse a las secuelas de películas tan míticas como Psicosis (1960) o El Exorcista (1973), pero no me he podido llevar más grata sorpresa que con este regreso de Norman Bates, 23 años después. Aunque evidentemente no hay nada comparable a la obra maestra de Hitchcock, esta secuela me parece una continuación de la historia bastante respetuosa e interesante que lamentablemente no suele ser muy recordada.

En esta ocasión, tras haber pasado 22 años en un psiquiátrico, Norman es liberado e intenta empezar una nueva y tranquila vida en el mítico Bates Motel. Sin embargo, los muertos se irán acumulando a su alrededor y el espíritu de su madre volverá a atormentarlo. No os quiero revelar mucho más del argumento porque merece la pena irlo descubriendo a media que avanza la película.

La calidad de esta secuela no es nada sorprendente, si sabemos quienes fueron sus artífices. Por un lado, el guion fue elaborado por Tom Holland, el famoso guionista y director de películas tan importante para el género como: Fright Night (1985) o Child's Play (1988) y la menos conocida, pero muy recomendable, The Thinner (1996) que he podido ver recientemente. Al volante de la dirección estaba Richard Franklin. El director australiano era un enamorado del cine de Hitchcock e incluso había asistido a varios de sus rodajes. Tras el éxito y cierta aura de culto conseguida con su ópera prima, Patrick (1978), Franklin se consagró con Roadgames (1981) y de ahí saltó a la dirección de la secuela de la película mas icónica de su admirado director.

Psycho II se aleja totalmente de la moda de slashers sangrientos que tanto imperaban en los 80 y nos proporciona un análisis de la psique de un asesino tan fascinante y perturbado como Norman Bates. La actuación de Anthony Perkins es soberbia y refleja a la perfección la dualidad de un hombre maduro que quiere dejar atrás una pesadilla y que está ilusionado con la incipiente relación con su compañera de trabajo, pero al mismo tiempo guarda un demonio en su interior que puede resurgir en cualquier momento. En esta película, Norman es la víctima que lucha una y otra vez por no caer en ese pozo de locura, aunque todo a su alrededor parece conducirle hacia ese camino.

En definitiva, una secuela de terror psicológico muy interesante que rinde tributo a la original pero además, le da una vuelta de tuerca al personaje de Norman Bates que la hace muy muy disfrutable. Sin duda, Psycho II ha sido una de las películas que más me ha gustado descubrir en mi reciente vuelta al cine de terror de los 80.



GHOST STORY (1981)



Tampoco había oído hablar nunca de esta Ghost Story y sí de la de 2017 con Rooney Mara y Casey Affleck, para la que nunca he conseguido reunir las fuerzas suficientes para verla. Fue de nuevo, gracias al documental que descubrí esta cinta y fue muy curioso averiguar que había sido la última película protagonizada por el mítico actor de musicales, Fred Astaire. 

La cinta, basada en la novela homónima de Peter Straub, nos pone en la piel de cuatro longevos aristócratas británicos que forman la Sociedad Chowder que se dedica, principalmente, a contarse historias de terror los unos a los otros. Pero cuando el hijo de uno de ellos muere en extrañas circunstancias, los fantasmas de su pasado salen a luz y todo comienza a desmoronarse. Por otro lado, el hermano gemelo del fallecido, acuciado por un episodio perturbador en su vida, decide unirse al clan para hallar la manera de frenar la maldición que está afectando no sólo a sus integrantes, si no a sus allegados más queridos. 

Ghost Story es una película con un planteamiento clásico que se va desarrollando a fuego lento, pero en ningún momento el ritmo decae y la fascinación por el aura casi onírica que desprende esta historia de fantasmas, me mantuvo embriagada. La trama tiene varias capas ya que cuenta con flasbacks que nos aportan partes esenciales de la historia, episodios de otros personajes que tienen una relación directa con la trama principal que no olvidemos que tiene a los miembros del club, intentando averiguar que está pasando. 

Lo cierto es que una historia de terror gótico es un tema bastante atípico en una época como la de los 80, en la que imperaban el slasher y las muertes sangrientas. Parece un vestigio de nostalgia de su director John Irving por los films de terror de los años 50 y 60, pero adaptado a su tiempo porque en escenas tórridas, no anda escaso. 

Antes os he dicho que fue la última película de Fred Astaire, pero es que el elenco de actores de esta película, no tiene desperdicio. El resto de miembros de la Sociedad Chowder está formado por: Melvyn Douglas, Douglas Fairbanks Jr. y John Houseman, grandes actores del panorama hollywoodiense desde los años 30. Pero el personaje que más me impresionó, fue el interpretado por Alice Kridge en uno de sus primeros trabajos para la gran pantalla. A ésta actriz que no ha parado de trabajar desde entonces y que podremos ver en Gretel & Hansel (2020), cuando pueda estrenarse, tiene siempre un magnetismo y un lado siniestro que me encandiló desde que la descubrí en Sleepwalker (1992), una película que vi bastante joven y me sigue fascinando.

En resumidas cuentas, os invito a que os adentréis en está seductora historia de fantasmas y venganza, antes de que las niñas de pelo largo moreno vinieran a asustarnos desde Asia. Espero que la disfrutéis tanto como yo, pero al fin y al cabo, yo soy una enamorada del terror gótico y con este tipo de producto se me conquista rápido.



CUJO (1983)



Es bastante increíble que no hubiese visto todavía Cujo, pero nunca es tarde para disfrutar de una película tanto, como lo hice con ésta. Como ya sabéis, la cinta es la enésima adaptación de una novela de Stephen King, que no he tenido el gusto de leer, pero cómo he averiguado que tiene notables diferencias con respecto a la cinta, eso me incita bastante a descubrirla.

Por todos es sabido que ésta es la película de un perro mortífero, un dulce y bonachón San Bernardo que tras ser mordido por unos murciélagos, contrae una especia de rabia asesina contra los humanos. Lo que no sabía era el contexto en el que se produce esta situación y me ha gustado bastante. Tenemos a una familia aparentemente feliz, con ciertos problemas de comunicación, pero descubrimos que la mujer le había sido infiel a su marido y éste decide irse de viaje de negocios para pensar sobre su futuro. Esa es la razón por la cuál la madre y el niño pequeño están solos en un coche tartana que les deja tirados y acosados por un perro más temible que un pit bull mal criado. 

Me gustó mucho todo este comienzo de la película dónde nos presentan a los personajes y los problemas que tienen entre ellos, para después pasar a la acción más desenfrenada dentro del coche. A pesar de su sencillez, dos personajes encerrados en un coche atacados por un perro rabioso, se transmite perfectamente el terror, la angustia y lo asfixiante que es estar encerrados en ese vehículo a pleno sol. Tanto Dee Wallace, como el niño, Danny Pintauro están excepcionales en sus actuaciones, aunque sinceramente pienso que esa criatura gritaba de puro terror y no estaba actuando, porque de ser así es el mejor niño actor que he visto en mi vida. También adoré el personaje de Dee Wallace, precisamente por no ser el típico con el que empatizaríamos, una madre infiel. Pero realmente es una mujer fuerte que está asumiendo su error y se culpa por ello y al mismo tiempo tiene que convertirse en toda una heroína para salvar a su hijo.

Y no me olvido del San Bernardo, esa raza de perro, de aspecto bonachón, asociada al salvamento de humanos con su barrilito de licor al cuello, que aquí se transforma en un temible monstruo. Impresiona bastante verle cubierto de sangre y babeando constantemente, pero cuando se abalanza sobre la madre, es tan grande que parece todo un oso. Esto se debe a que en estas escenas se utilizaba a un especialista disfrazado de perro y es por es eso que las proporciones del animal varían. 

Me suelen gustar bastante las adaptaciones de las novelas de Stephen King ochenteras precisamente porque tienen una trama muy sencilla y, a partir de ahí, se lía parda y estalla el terror. Si todavía queda alguien por ahí que no haya visto Cujo, se la recomiendo muy fuerte.


POLTERGEIST II: THE OTHER SIDE (1986)



Después de lo que había disfrutado de la cinta original, no tardé mucho en ver esta segunda parte que ya dejaba de estar dirigida por Tobe Hooper y sería Brian Gibson quién tomará las riendas de la dirección. Aunque no es tan efectiva, ni una joya del terror como la primera, sí que es interesante esta expansión del universo Poltergeist. Tuvo la suerte de contar con todo el elenco que había dado vida a la familia Freeling, a excepción de la actriz que interpretaba a la hija mayor, ya que había sido asesinada meses después del estreno de la película original. Me llamó la atención que en la cinta no se menciona en ningún momento el paradero de la chica, que podrían haber aludido que estaba estudiando fuera o con una tía, pero simplemente hacen como que no existe. 

En esta secuela, tenemos a la familia Freeling un año después de los extraños acontecimientos que culminaron con la evaporación de su casa. Ahora están viviendo con la abuela de los niños, gracias a la cuál conocemos el origen de los poderes de Carol Anne, justo cuando las presencias malignas deciden volver a visitarlos en un nuevo intento de llevarse a la niña.

La película nos aporta dos nuevos personajes muy interesantes. Por un lado, en el bando de los buenos, tenemos a Taylor, una especie de chaman enviado por Tangina para que proteja a la familia. En el bando de los malos tenemos al Reverendo Kane, una presencia de lo más inquietante que quiere por todos los medios llevarse a Carol Anne y cuya estética con traje negro, camisa blanca y presencia cadavérica, me recordaba mucho al Hombre Alto de Phantasma (1979). Tengo que reconocer que este personaje me ha puesto siempre los pelos de punta con esa sonrisa escalofriante y esa vocecita simpática que realmente esconde un ser malvado. Estos dos personajes introducen la historia del origen de los espíritus que acosan a la familia y la verdad es que es bastante interesante. 

Poltergesist II vuelve a contar con buenos efectos especiales y varias escenas impactantes como las relacionadas con el bicho del tequila, el ataque de los brackets o la motosierra voladora. Sin embargo, no me gustó tanto toda esa escena final del viaje al otro lado, todo lleno de luz, color y personas que flotan. 

Como apunte, tengo que decir que Carol Anne sigue sin ser absorbida por la televisión, si no que aquí se comunica con los espíritus a través de un teléfono de juguete y es capturada por otros medios, así que sigo sin saber de dónde me viene a mi esta imagen.

Por concluir, Poltergeist II me parece una secuela bastante digna que expande la historia contada en la primera parte y nos introduce a un personaje aterrador, el Reverendo Kane, pero que se ha convertido, por derechos propios, en todo un icono de la saga. Veremos a ver que me depara la tercera parte que aunque he oído que es la peor y tiene mala puntuación, no puedo dejar esta mítica trilogía sin revisionar. 



THE HOWLING (1981)



La verdad es que pensaba que había visto The Howling, pero tras "volverla a ver" tengo mis serias dudas porque sólo me acordaba de la transformación más mítica de la cinta. Esto me ha permitido disfrutar de una de las mejores películas de hombres lobo que existen y la que posee el guión más original. Que sea tan buena no es de extrañar porque fue dirigida por el gran Joe Dante, responsable de títulos tan importantes para el cine de género como: Piranha (1978) Gremlins (1984). 

La película nos pone en la piel de una presentadora de televisión que ha sido atacada por un asesino y como terapia para la amnesia provocada por el incidente, su psiquiatra le aconseja pasar unos días en una especia de resort en las montañas. El problema es que el lugar de tranquilo tiene poco y los residentes guardan un oscuro secreto.

Es muy interesante toda esa primera parte del asesino y como utilizan a la reportera, una omnipresente en el cine de terror de esta época, Dee Wallace, como cebo para cazarlo. Tiene esa atmósfera de terror crudo y sucio de los 70. Después pasamos a este complejo en las montañas dónde la gente es bastante peculiar y extrañamente amigable y dónde las noches son especialmente espeluznantes. Por un lado, nuestra protagonista pensará que su marido le está siendo infiel a causa de sus extrañas salidas en medio de la noche y por otro, unos reporteros, compañeros de la presentadora, seguirán el rastro del asesino y llegarán también a este resort. Así que tenemos tanto una trama de terror fantástica con hombres lobo y una investigación periodística con unos resultados inesperados. Gracias a estos reporteros tenemos una de las escenas más cómicas e interesantes de la película y es en la que visitan una librería especializada en ocultismo y monstruos varios, dirigida por el siempre estupendo Dick Miller

Como buena película de hombres lobo, toda la atención se centra en la transformación en cámara del hombre lobo y debo decir que ésta, siendo totalmente diferente a la de Un hombre lobo americano en Londres (1981), me encantó. Rick Baker iba a ser el encargado de los efectos especiales, pero al haber aceptado trabajar en la cinta de Landis, le encomendó la tarea a un discípulo suyo, Rob Bottin, otro de los grandes artesanos de la época.

Es interesante que en The Howling, la licantropía no se ve como una maldición, sino como un modo de vida del que sus integrantes están orgullosos. Además, no hay que perder de vista la crítica contra los medios de comunicación que hay durante toda la trama. Al principio, se muestra la vileza de la cadena de la presentadora que la utiliza para conseguir altos niveles de audiencia y al final, vemos la insensibilidad y alienación de estos espectadores que ya son incapaces de conmoverse ante nada. 

Así que The Howling es una película de hombres lobo mucho más interesante de lo que puede parecer a primera vista y me resultó un gustazo volver a descubrirla.


CHOPPING MALL (1986)



Aunque os he hablado de las películas en el orden en el que las he visto, curiosamente se ha quedado en el último lugar, la que me pareció más aburrida porque su trama no ha envejecido nada bien y a día de hoy, se ve bastante absurda. Seguramente en su época también fuese un tanto ridícula, pero para el público de ahora que ya ha visto de lo que es capaz un Terminator, estos robots de tres al cuarto, no infunden ningún miedo.

Como ya sabéis, estábamos en plena época de furor por los slashers y al co-guionista y director de esta cinta, Jim Wynorsky, se le ocurrió que en vez del asesino enmascarado, iba a introducir a unos robot asesinos. Éstos, más parecidos al robot de Cortocircuito (1986) que a los de James Camaron, utilizan lásers, pistolas taser y unos ganchos a modo de tenaza con los que van eliminando a todos los adolescentes subiditos de hormonas que se encuentran por el centro comercial. Nuestros protagonistas, adolescentes de veintitantos años, ya sabéis, han decidido quedarse dentro del centro comercial Park Plaza, en el que trabajan, una vez que éste ha cerrado sus puertas para montarse su propia fiesta. El destino ha querido que un rayo caiga en la computadora que controla a los tres robots recientemente adquiridos para la seguridad y el cortocircuito los ha convertido en máquinas asesinas que perciben a todos como una amenaza a la que hay que eliminar. 

Aunque ya os he dicho que es imposible ver a estos robots como un peligro, lo cierto es que la película no se toma en serio a sí misma y lo mismo debemos de hacer nosotros. No obstante, Chopping Mall tiene algunos rasgos interesantes como el hecho de que entre protagonistas, haya un matrimonio joven bien avenido que no suele ser muy habitual. También está muy bien planteado el hecho de que los adolescentes estén encerrados en el centro comercial, sin posibilidad de escapatoria y de lo que tienen que encargarse es de intentar sobrevivir toda la noche, hasta que el lugar habrá sus puertas de nuevo, al día siguiente. No recuerdo las muertes cómo muy espectaculares, a excepción de una porque ver una cabeza explotando es siempre muy interesante, jejeje.

Me hizo especial gracia toda la ambientación del centro comercial, ya que en EEUU debía ser habitual encontrase por sus pasillos un desfile de reina de la belleza o que en la tienda de deportes se vendieran armas, pero no sólo las dedicadas a la caza, ya que uno de nuestro protagonistas sale armado de una de ellas con una metralleta. Además es curioso que cuándo los chicos adquieren las armas, se convierten en una especie de Rambos de la vida, cómo si en vez de trabajar en tiendas de ropa, se hubiesen dedicado a esto toda la vida.

Entre los protagonistas cabe destacar la presencia de Barbara Crampton, aunque aquí no tiene un papel protagonista, ya que esté recae sobre la simpatiquísima, Kelli Maroney, a la que recordareis por la estupenda, The night of the comet (1984).

Me gustaría destacar que el título de esta película que intenta hacer un juego de palabras entre Shopping Mall (centro comercial) y Chop (picar) es totalmente engañoso porque nuestros robots no pican, ni acuchillan, su arma letal es un laser con un sonido a lo Stars Wars. Ahora sí, el póster me parece una autentica maravilla y una de las principales razones que me atraían para ver esta cinta. Desde luego, en el guión no se esmeraron demasiado, pero el Marketing se lleva todos mis dieces.

En definitiva, que si un día os apetece ver una película que os divierta un rato con sus absurdeces, podéis darle una oportunidad a Chopping Mall. Recuerdo que era bastante disparatado ver escenas de persecución cómo las que vemos en los slashers, con su música tensa y la víctima huyendo despavorida, pero aquí perseguidos por robots, no especialmente rápidos de movimientos, jejeje. 




Hasta aquí este primer especial de cine ochentero, del que os prometo que habrá muchos más porque sigo dándole duro al tema y el siguiente, ya está en camino. Espero que lo disfrutéis tanto como yo viendo las películas y escribiendo luego sobre ellas. Pero sobretodo, me hará especial ilusión si os he descubierto algún título que no conocíais, aunque en esta primera tanda de películas va a ser complicado porque son todas bastante conocidas. Mucho ánimo con el confinamiento y a ver mucho cine.



lunes, 18 de junio de 2018

TRUÑOS VARIOS: BAD DREAMS (1988) / THE EXORCIST 2: THE HERETIC (1977)


BAD DREAMS (1988)


Hace unas semanas hice una maratón de cine en casa porque había descubierto una lista de películas de terror infravaloradas y como no hay cosa que más me guste en esta vida que descubrir joyas ocultas, pues ahí que me lancé yo cuesta abajo y sin frenos a devorarla. Los que me sigáis por la rrss ya lo sabréis, pero la maratón fue un rotundo fracaso, salvo por un par de títulos y lo que verdaderamente descubrí fueron truños o cintas insustanciales que no durarán mucho tiempo en mi memoria. Aquí os traigo una de ellas porque no quiero alargar mucho mi calvario, ni tampoco el vuestro, que aquí no venimos a penar, jejeje.

Bad Dreams nos presenta a la única superviviente del suicidio masivo de una secta de los setenta, que despierta del coma, trece años después. Cynthia está internada en el ala psiquiátrica de un hospital y asiste a terapia con un grupo de pacientes que sufren tendencias suicidas. Los problemas se agravan cuando el líder de la secta, se le aparece y la exige que se una a él en la otra vida, pero cuando Cinthia le rechaza, Harris, empiece a manifestarse en los sueños de sus compañeros, provocando que estos se suiciden de mil maneras diferentes.

El director, Andrew Fleming, que al mismo tiempo participó en el guióndebutó en el cine con este largometraje y años después nos compensaría con una de las joyas del cine noventero, The Craft (1996). Hasta la fecha, no he sido una gran seguidora de Freddy Krueger y sus Pesadilla, pero según he leído, Bad Dreams aprovechó el éxito de esta saga, hasta el punto de hacer una versión muy similar a su tercera entrega: A Nightmare on Elm Street 3: Dream Warriors (1987). Ambas películas comparten la misma final girl, la guapísima Jennifer Rubin, se desarrollan en un psiquiátrico y tienen a un ser malvado con la piel quemada que se les aparece en sueños y pretende manipularles y hacerles daño durante su vigilia. 

Pues si de original tiene poco nuestra Bad Dreams, ya os digo que en todo lo demás tampoco es que destaque. El elenco de pacientes que acompañan a Cinthia son bastante anodinos y olvidables, los suicidios provocados tampoco son nada sorprendentes: mucha gente saltando por las ventanas y clavándose cuchillos y utensilios punzantes. Los mejores efectos visuales son cuando Harris aparece transformado en algo parecido a un zombi de Fulci, pero poco más se puede rascar en este sentido.

En cuanto al resto del reparto, lo más destacable es la aparición de Bruce Abbot como médico de este grupo de terapia, que hacia el final sufre un brote psicótico bastante exagerado y termina dando más mal rollo que los propios internos. Por su parte, el siempre inquietante Richard Lynch, puede que no sea lo suficientemente seductor para ser el líder del una secta en el que sus seguidores le sigan hasta la muerte, pero el mal rollo que produce él y los episodios oníricos junto a la secta de Unity Filds, son sin duda lo mejor de la cinta.

En definitiva, Bad Dreams es una película totalmente prescindible, nacida al rebufo de Freddy Krueger y con la intención de arrastrar a sus fans a las salas de cine. El resultado no fue el esperado, ya que toda la trama es un tanto tediosa y la resolución final es atropellada y con poco fundamento. Como os he comentado antes, la única parte rescatable que le veo a esta película, es toda la historia de la secta y ese Richard Lynch pesadillesco. Por lo demás,  una trama desaprovechada, un final desastroso y unos personajes que su única aportación es ser carne de cañón suicida.


THE EXORCIST II: THE HERETIC (1977)



No se dónde habría leído yo que esta secuela merecía la pena, pero nada más lejos de la realidad. Para mi The Exorcist (1973) es la mejor película de terror de todos los tiempos y estaba más que ilusionada de volver a ver una nueva transformación de Reagan torciendo la cabeza y vomitando, me llevé uno de los mayores fiascos de la historia con lo que para mí es toda una herejía de la original. La única cura posible tras este visionado, es volver a ver la original en bucle hasta que se me olvide este tostón new age e intentar recobrar las fuerzas necesarias para enfrentarme a la tercera parte que vuelve a estar dirigida por William Peter Blatty y eso me da alguna esperanza, aunque pequeña. Dicho esto, vamos a adentrarnos un poco más en materia para que comprendáis el horror que experimenté y no perdáis el tiempo innecesariamente, que para eso ya estoy yo, jajaja. 

Han pasado cuatro años desde la posesión de Reagan y ésta está notablemente recuperada gracias al cuidado de su ahora tutora, la Dra. Gene Tuskin. Reagan no se acuerda de nada de lo acontecido en Washington y la psiquiatra utiliza un revolucionario método de hipnosis compartida, por el cuál es capaz de ver y experimentar los recuerdos de su paciente. Al mismo tiempo, el padre Lamont, recibe el encargo de investigar la muerta del padre Merrin y cuando visita a Reagan y descubre la posibilidad de conocer la identidad del demonio que la poseyó, no duda en someterse él mismo a la hipnosis para así descubrir la entidad del ser que mato al padre Merrin

Hasta aquí, la premisa de la película es interesante y con una Linda Blair más crecidita, le daba una mayor credibilidad a la historia. El problema llega cuando todo esto se recubre con un aura new age de música de ascensor e imágenes oníricas que nada tienen que ver con la imagen terrorífica que tenemos de la original. ¿Puede haber algo más anticlimático que ver a un icono del cine terror bailando claqué en lo que se supone que es otra cinta de género? Si lo que queréis es volver a ver a Linda Blair maquillada de poseída y echando espumarajos por la boca, es  mejor que lo intentéis con Repossessed (1990), la parodia del Exorcista porque aquí lo único que tenemos son unas lentillas de colores, una doble maquillada y superposiciones de la película original. En su lugar, tenemos un aparato al que se conectan nuestros protagonistas para llegar a una hipnosis conjunta en la que ver los pensamientos del otro, mientras unas luces muy brillantes y parpadeantes, les queman la retina, jajaja. Esta trama psicológica de baratillo resulta un tanto ridícula, a pesar de que sus intenciones eran la de mostrar que la ciencia y la fe unidas, pueden vencer al demonio.

Por su parte, al padre Lamont, interpretado por un Richard Burton muy tenso, al borde de la apoplejía (según cuentan las malas lenguas, estuvo la mayor parte del rodaje borracho), ha recibido el encargo de esclarecer la muerte del Padre Merrin, 4 años después de los sucesos, en lo que más bien parece una estratagema para mantenerle ocupado. Tras visitar a Reagan y ver los efectos de este aparato de hipnosis "tan fiable", se conecta como sin tal cosa, para salvar la vida de la Dra. Tuskin. ¿No había por ahí alguien más experimentado para hacer esto? No sé, la ayudante, por ejemplo. Pero para seguir sorprendiéndonos con sus habilidades de sacerdote intrépido, el Padre Lamont prevee que hay un incendio en la clínica y cuando lo encuentra, en sus intentos por sofocarlo, lo acaba extendiendo por todo el sótano. ¿En serio le han encargado a este hombre la investigación de un asesinato? Pero si el solito va a provocar la muerte de todo el reparto. 

Pero si pensáis que todo esto era ya suficiente para echar por tierra vuestra ilusiones con The exorcist II, todavía os queda lo mejor: el viaje a África del Padre Lamont, para descubrir el origen de Pazuzu, el demonio que poseyó a Reagan y causó la muerte del Padre MerrinEstas escenas medio oníricas se van superponiendo con las ensoñaciones y visiones de la exposeída de una forma bastante caótica, lo que termina haciendo tediosa una historia que no se sabe muy bien qué pretende y a quién se le ocurrió sacar esto adelante.

El director de esta desafortunada película es John Boorman, responsable de la gran Deliverance (1972), que ya empezó con mal pie, al aceptar hacer la secuela de una película que no le había gustado, pero también es cierto que la producción de la película fue un enorme caos, lleno de trabas y férreas directrices. El estreno The Exorcist II fue un rotundo fracaso, con personas riéndose en la sala y otras muy enfadas persiguiendo a los responsables tras es preestreno. Tampoco creo que la cinta sea para rasgarse las vestiduras, simplemente que no tiene nada que ver con la original y es caótica, farragosa y tremendamente aburrida. Parece que nadie le explicó a los responsables las normas que debe tener una secuela en el cine de género: más sangre, mas muertes y más terror. Sigo pensando que es un auténtico sacrilegio hacer cualquier secuela The Exorcist, pero si alguien tuviera que hacerla, yo crearía un tandem con Robert Eggers y Alexandre Aja, ¿qué os parece?


jueves, 3 de mayo de 2018

CHILD'S PLAY (1988)


Cómo pasa el tiempo, ¿verdad? Pero hoy vuelve a ser mi cumpleaños y como ya viene siendo tradición desde que abrí el blog, os traigo una película relacionada con esta celebración. La elección de hoy, no podía ser más especial para mí porque Child's Play marcó mi infancia, ya que fue la primera película de terror que vi, nada menos que en el cine y seguramente fue la causante de mi pasión por este género. Pero dejad que os cuente mi particular historia con este muñeco asesino porque es bastante divertida.


Rondaba el año 1989 y yo era una tierna infante que iba frecuentemente al cine de su pueblo con sus amigos, uno de estos antiguos teatros con una única sala enorme, en la que no tenían muy en cuenta las fechas de estrenos oficiales. El ritual era sencillo: nuestros padres nos dejaban en la puerta y nos recogían a la salida. La casualidad hizo que aquel fin de semana cercano a las Navidades del 89, (la cinta se estrenó el 25 de Abril de ese mismo año en Madrid) estuviese diluviando y el padre que nos llevaba no pudo dejarnos en la puerta, sino que lo hizo en la esquina más próxima, dado el caos de coches y personas generado por la lluvia. No penséis que nuestros padres eran tan modernos como para llevarnos a ver una película de terror cuando ninguno de los niños superábamos los 10 años, sino que supuestamente, íbamos a ver el pestiño de The Adventures of Baron Münchausen (1988) y, por alguna extraña razón que desconozco, la cambiaron. Así que ahí estábamos nosotros, en la puerta del cine, viendo el cartel de una muñeco asesino cuchillo en mano y sin posibilidad de llamar porque os recuerdo que en esta época no había móviles. Así que tomamos la única decisión posible, pasar a ver la película. La verdad es que no recuerdo haber pasado miedo viéndola, sino que el problema llego más tarde, con las consecuencias que acarreó este visionado para una mente infantil. Poco tiempo después de haber visto la película, los Reyes Magos me trajeron un Baby Feber, el muñeco de moda de la época y clon de Chucky. Las pesadillas surgieron al instante y me despertaba en plena noche gritando que el muñeco iba a matarme (mi madre no supo a qué se debía todo esto, porque el visionado de la película se mantuvo en secreto) y no me consolaba que se lo llevaran a otra habitación, porque claro, Chucky andaba. Así que en este desconcierto, mis padres tuvieron que devolver el muñeco por una muñeca rubia a la que le crecía el pelo y fin de las pesadillas y de la historia, jejejeje. 

Espero no haberos aburrido demasiado con mi anécdota de Child's Play y ahora sí, vamos con la película. En los primeros minutos de metraje, vemos como el asesino Charle Lee Ray es abatido en una juguetearía, pero antes de morir realiza un conjuro de vudú y le transfiere su alma a un muñeco. El joven Andy Barclay, un niño de 6 años, recibe este muñeco como regalo por su cumpleaños, pero cuando la amiga de su madre muere, nadie le cree cuando dice que el juguete está vivo. Mientras Andy es considerado el culpable de las fechorías del muñeco, éste va dejando a su paso todo un rastro de sangre mientras intenta dar con la solución para volver a un cuerpo de carne y hueso.

Después del éxito de su primera película, Fright Night (1985), Tom Holland volvía a sacudir la industria, con esta nueva obra de culto para los amantes del cine de terror. Tras ella orientó su carrera hacia el mundo de la televisión, casi siempre dentro del ámbito del terror y sus siguientes largometrajes, The Temp (1993) y  The Thinner (1996), ya no gozaron del mismo éxito que sus antecesoras. El creador del icónico asesino de medio metro fue Don Mancini, quién por su parte, ha consagrado la mayor parte de su carrera a Chucky, trabajando en todos los guiones de la franquicia y dirigiendo las tres últimas películas. 

Child's Play es un thriller o un slasher cargado de tensión, en el que en todo momento se juega con la idea de que Andy o el Muñeco sean los asesinos, principalmente gracias a los planos subjetivos del asesino a media altura. Nosotros, como espectadores, sabemos la verdad, pero es cierto que hasta que los adultos no ven al bueno de Chucky en acción, es bastante ambigua la autoría de los crímenes. En este sentido, nuestras ansias por ver al deslenguado muñeco pasearse por la pantalla, con su cara de mala leche y cuchillo en mano, también se hacen esperar, ya que no es hasta la mitad de la película, cuando vemos al Chucky mal encarado que conocemos. Como os he dicho antes, la tensión está muy bien medida, con los golpes de música y los planos subjetivos y esta espera no se hace para nada larga.



El tono de comedia que impera en el resto de películas de la saga, aquí no existe a penas y se eligió un tono más serio y siniestro, a pesar de tener a un muñeco de plástico como asesino. Lo que ya se deja ver y sería clara seña de identidad de la imagen de Chucky que tenemos hoy en día, sería su mala leche y su lenguaje soez y lleno de insultos. 

El vudú vuelve a aparecer en el cine de género, tras su importante papel en los inicios del cine zombi con White Zombie (1932) o I walked with a zombie (1943), como medio para trasmitir el alma de un ser humano, a un objeto animado o inanimado, en este caso, el alma de un estrangulador se transfiere a un muñeco. El nombre del asesino, Charles Lee Ray, fue creado por la unión de los nombres de tres famosos asesinos: Charles Manson, Lee Harvey Oswald y James Earl Ray. Uno de los puntos fuertes de la película es el carisma y la voz de Brad Durif, verdadera alma de Chucky, que ha seguido dándole vida en todas y cada una de las películas de la saga. Los efectos especiales siguen pareciéndome bastante buenos y el muñeco animado sin necesidad de recurrir a CGI me parece que esta muy bien conseguido y que ha superado bien la barrera del tiempo.

En este último visionado de Child's Play y ya teniendo en mente traeros esta crítica, me he dado cuanta de un par de referencias cinéfilas bastante curiosas. En primer lugar, hay una escena que claramente nos rememora a ese momento en el que Jack Torrance golpeaba una puerta con un hacha, en pleno ataque de locura en The Shinning (1980). Y, también el final de la película, con un muñeco echo polvo que se arrastra, en un último esfuerzo, para acabar con la vida de Andy, recuerda, sin ninguna duda, al final de Terminator (1984), en el que un T-800 destrozado intentaba matar una vez más a Sarah Connor. Os dejo enlazadas las escenas a las que hago referencia para que disfrutéis todavía más de un nuevo visionado de Child's Play.

A pesar de que esta cinta sigue encantándome y me sigue transmitiendo el mismo mal rollo de mi infancia, sí que veo unos cuantos aspectos en el guión que no me cuadran del todo. En primer lugar, nos presentan a la madre de Andy, como una mujer trabajadora de clase media que no tiene el suficiente dinero como para comprar el muñeco en una tienda, sino de manera ilegal a un vendedor ambulante. Pues bien, en el final de la película, que se desarrolla casi totalmente en la casa familiar, podemos ver gracias a la persecución del muñeco, todas las estancias de la casa, y nos damos cuenta que para no tener dinero, la madre de Andy vive en un casoplón que es prácticamente dos veces el mio, jejeje. Por otro lado, me pareció muy cruel, esa especie de institución para niños problemáticos en la que encierran al pobre Andy, es literalmente una cárcel con sus celdas y ventanas con barrotes y se me partía el corazón ver a ese niño tan pequeño ahí encerrado. Esto sería impensable hoy en día, pero en el cine ochentero no eran precisamente políticamente correctos y la extrema sensibilidad no era uno de sus fuerte, jajaja.

En definitiva, ha sido un placer celebrar mi cumpleaños junto al de Andy, al que le trajo consecuencias nefastas durante tres décadas y las que le quedan. La franquicia se siente muy cómoda en su nicho de terror sangriento+humor deslenguado y no tiene pinta de ir a acabarse pronto. Ya os iré reseñando todas las películas poco a poco, para no pillarme un empacho, porque lo cierto es que sólo he visto la primeras y no he llegado a conocer a la cónyuge y descendencia de Chucky, así que promete ser muy divertido. Por el momento, disfrutad de la entrega más seria de toda la saga dónde la tensión, la música y las apariciones del muñeco, que protagonizó más de una de mis pesadillas, están muy bien medidas y siguen haciendo de la película de Holland, un producto muy disfrutable y entretenido. Por delante nos queda otro año plagado de cine de terror, de descubriros joyas ocultas y de traeros algún especial que tengo en mente y que todavía sigue resistiéndose, ¿nerviosos? Yo sí.


miércoles, 14 de febrero de 2018

MY BLOODY VALENTINE (1981)


¡¡¡Feliz San Valentin horror lovers!!! Que nosotros también lo celebramos aunque sea de una manera más sangrienta, jejeje. Este Women in Horror Month está sufriendo muchas interrupciones, pero es que menudo mesecito llevamos con estrenos inesperados y celebraciones varias. No obstante, estoy echando horas extras en el blog para que estos incisos no repercutan en el número de películas que tenía pensado dedicar a esta causa y ya os aviso que durante todo el año os iré trayendo películas de terror dirigidas por mujeres porque quiero darles la importancia que se merecen y rescatarlas del olvido.

Ya se que os he traído la película más típica para celebrar un san Valentín sangriento, pero es que me había dado cuenta que no la había reseñado y considero que es un slasher ochentero infravalorado que bien merece un análisis a fondo. Hasta Tarantino la eligió como uno de sus slasher favoritos, aunque esto no es decir mucho porque este hombre tiene una lista interminable de pelicular favoritas, jejeje. 

Según cuenta la leyenda, en 1961 hubo un accidente en una mina canadiense durante la noche de San Valentin y varios mineros murieron. Sólo uno sobrevivió, Harry Warden y tras recuperarse en una institución mental, volvió al pueblo por el aniversario de la tragedia y mató a los responsables. Veinte años después, el alcalde de la localidad decide volver a celebrar un baile en la noche de los enamorados, desoyendo la advertencias de Warden y los cadáveres empiezan a apilarse.

La película surgió en plena fiebre ochentera por los slashers y continuó con la moda de situar la trama en una fecha señalada como ya lo habían hecho antes Black Chritmas (1974), Halloween (1979) o Friday the 13th (1980). Según su director George Mihalka, el proceso de grabación fue bastante acelerado precisamente porque la película debía estrenarse alrededor del 14 de Febrero y en Julio del año anterior, todavía no tenían el guion preparado. El título de la cinta se mantuvo en secreto para evitar que alguien les robara la idea, ya que por aquella época que tu slasher tuviera exclusividad sobre una fecha o fiesta popular debía ser oro puro, así que durante todo el periodo de rodaje y post-producción, el equipo y los actores conocieron a la película como The Secret.

Pero el principal problema al que se enfrentó My Bloody Valentine fue la MPAA (Asociación Cinematográfica de los Estados Unidos) que según se rumorea, le recortó 9 minutos de metraje. La versión extendida vio la luz en 2009, dónde se incluyen parte de esos minutos censurados y es bastante evidente porque en las escenas de asesinatos vemos como cambia la luz y la calidad de la imagen es peor. Con esto se pierde el efecto sorpresa, pero se le perdona porque muchos de las muertes son increíblemente imaginativas e impactantes como la de la lavandería y la ducha. Sin embargo, creo que esta película funcionaría igualmente bien sin las escenas más sangrientas y gore porque a diferencia de otros slashers de la época, la trama es suficientemente sólida como para sustentarse por si misma.



My Bloody Valentine arranca con una escena de película erótica barata en la que una mujer y un minero que no se quita su máscara de gas, van a practicar sexo en la mina, pero cuando el minero ve el corazón que su amante tiene tatuado en el pecho, su cerebro hace chispazo y la atraviesa con el pico. La relación que guarda esta escena con el resto de la trama, no queda muy clara porque rápidamente nos situamos en el pueblo imaginario de Valentine Bluffs dónde todo el mundo parece estar volcado con los preparativos del baile de los enamorados, 20 después de la tragedia. El hijo del alcalde, T.J. ha vuelto al pueblo, después de haber fracasado en sus planes y claro, su novia de toda la vida, Sarah, ahora está con Axel. Además, como el único empleo disponible que hay en este pueblo para chicos jóvenes parece ser la mina, estos dos gallitos coincidirán en el trabajo, generando una ambiento de tensión y mal rollo a su paso, mientras que la bella y cándida Sarah se encontrará entre dos mares y no sabrá que hacer con su vida. Pues bien, aunque esta trío amoroso es muy interesante, sus peripecias se van a ver interrumpidas por el supuesto regreso de Harry Warden con sus cajas de bombones sangrientas y sus asesinatos de lo más creativos. 

Otro de los aspectos que destacan en este slasher es su ambientación en un mina lúgubre y claustrofóbica, pero es que realmente se grabó en una mina real abandonada. Esto contribuyó a hacer todavía más difíciles las condiciones de grabación, ya que las escenas que tenían lugar en la mina (un tercer acto excesivamente alargado), requerían que todo el equipo utilizase un ascensor que sólo podía transportar 25 personas por trayecto, lo que suponía una hora en tener a todo el mundo preparado para grabar en el fondo de la mina. 

Me parece muy triste que se recuerde a esta película como el slasher del minero perturbado que asesina a gente en la noche de San Valentin, porque a mi parecer, es mucho más que eso. La historia es suficientemente interesante como para que nos cautive sin escenas sangrientas, pero es que los asesinatos de esta película están muy bien conseguidos y son bastante originales. Además, el nivel de suspense también está bien equilibrado porque en escenas como la de la lavandería, dónde la ropa de los mineros se empieza descolgar sobre la chica, produce bastante tensión. También, hacia el final de la película, cuando el asesino se se acerca a nuestros protagonistas y va rompiendo las luces de uno de los túneles, genera gran desasosiego sin derramar una gota de sangre. Es por eso que creo que esta película funciona bastante bien a diferentes niveles y oye, aquí todas las víctimas no son adolescentes que eso queráis o no, es bastante novedoso para la época. 

Pues bien, sólo me queda deciros que paséis una buena noche de San Valentin y que si es con el visionado de este clásico pues todavía mejor. Creo que merece la pena recuperar esta pequeña joyita de cine de terror que a mi parecer, ha sido injustamente infravalorada.




lunes, 12 de febrero de 2018

HUMANOIDS FROM THE DEEP (1980)


Tenía muchas ganas de ver esta película pero nunca encontraba el momento, así que cuando me decidí a hacer un especial de películas dirigidas por mujeres, sabía que ésta sería una de las primeras seleccionadas. 

Roger Corman vuelve a pasearse por el blog después de haberlo hecho la semana pasada, en The Slumber Party Massacre (1982), pero es que por algo es uno de los productores más prolíficos, sino el que más, de la historia cinematográfica americana. Corman que nunca pierde una oportunidad, cuando se le presenta, vio el éxito que había cosechado Spielberg con Jaws (1975) y quiso sacar tajada de ello. En primer lugar, produjo Piranha (1978) con la que alcanzó cierto éxito en la salas de cine, pero no contento con ello, se embarcó en el proyecto de Humanoids from the Deep que aunaba los tres pilares fundamentales de su cine: muertes espectaculares, desnudos y acción. 

El argumento de la película es un tanto curioso. En un pueblo pesquero, en el que se han realizado experimentos con los salmones para que éstos aumenten su tamaño y prolifere su reproducción, se empiezan a producir extrañas mutaciones en otras especies marinas. El resultado es una especie de anfibios humanoides que surgen del mar con ganas de aparearse con bellas mujeres y matar a los hombres. En el otro bando, un pueblo que tendrá que dejar atrás sus rencillas, si quiere deshacerse de esta plaga mortal.

Aunque nos puede resultar un tanto sorprendente que una película de este tipo fuera rodada por una mujer, lo cierto es que una vez que Barbara Peeters finalizó su trabajo en la dirección, el controvertido productor pensó que no había suficientes escenas sangrientas, ni desnudos porque a él lo que le iba era el exploit y ante la negativa de Peeters de rodarlas, Corman la despidió y contrato a Jimmy T. Murakami para que hiciera el trabajo. Quizás ésta fuera la causa por la que Corman nunca volvió a trabajar con una mujer y que Peeters, a partir de este momento, sólo se dedicará a dirigir capítulos de series de televisión. Lo más irónico de todo es que la mayor parte de estas escenas añadidas fueron eliminadas en la versión final de la película y por eso Peters aparece como la única directora acreditada. 

Es interesante como en plena fiebre por el slasher surgió una película como Humanoids from the Deep que rescataba, en cierta manera, las monsters movies de los 70 y las actualizaba con elementos propios del cine de explotación e introducía un tema tan novedoso por aquel entonces, como el de la modificación genética. Por un lado tenemos la trama de los anfibios violadores, en la que un grupo de científicos y expertos, liderados por la Dra. Susan Drake, van a intentar descubrir que es lo que está produciendo las extrañas muertes en el pueblo, pero por otro lado, tenemos una subtrama igual de interesante y mucho más seria, que nos habla de las diferencias que existen entre un grupo de pescadores y Johnny Eagle, que si no recuerdo mal, se negaba al plan de instaurar una planta conservera en el pueblo.

En cuanto a las actuaciones, los actores veteranos como Doug McClure o Vic Morrow están más que correctos, pero no podemos decir lo mismo de los actores jóvenes que dejan bastante que desear. Teniendo en cuenta que alguna de las actrices sólo estaba allí para lucir palmito y sucumbir ante los deseos de estos lujuriosos anfibios mutantes, tampoco le podemos pedir peras al olmo.



El principal atractivo de esta película son las muertes y aunque no hay muchas, se disfrutan igualmente por el altísimo nivel del maquillaje y del diseño de los mutantes obra del maestro Rob Bottin. Cómo, ¿que no sabéis quién es Bottin? Pues el artista encargado del maquillaje de películas tan emblemáticas como Robocop (1987), Total Recall (1990) o Seven (1995), pero si os digo que fue el responsable del diseño de los monstruos de una de las obras magnas del cine de terror, como es The Thing (1982), ¿cómo os quedáis?  Con el culo torcido imagino y es que Corman, a pesar de estar inmerso en una película de bajo presupuesto como ésta, tenía ojo clínico para elegir a sus colaboradores, porque no sólo contó con Bottin, sino que el encargado de la banda sonora fue el mismísimo James Horner. ¡Alucinante!

No todo en Humanoids from the Deep podía ser bueno, y es que hay alguna escena que podrían habérsela ahorrado porque es evidente que está metida con calzador para que la actriz de turno enseñase cacha. Sí, me estoy refiriendo a esa escena tan ridícula de la tienda de campaña. No se que es peor, si el ventrílocuo que intenta seducir a su novia con su muñeco parlachín o la chica que se desnuda en un santiamén porque rápidamente va a ser atacada por nuestros anfibios lujuriosos. Totalmente penoso porque no conocíamos a estos personajes de antes y la verdad es que nos da bastante igual su trágico destino. 

Pero sin duda, la confrontación decisiva llega durante la fiesta del salmón que tiene lugar en el embarcadero y que reúne a toda la gente de pueblo. La fiesta se convierte en una batalla campal de explosiones, gente corriendo, mutantes saliendo de debajo del suelo, un amplio abanico de muertes y todos nuestros queridos protagonistas intentando acabar con ellos. Sin duda, un gran broche final para esta excesiva producción.

En definitiva, a pesar de contar con más desnudos de los necesarias y cientos de pechos gratuitos, que como comprenderéis, a mi no es que me hagan mucha ilusión, Humanoids from the deep es una cinta de serie B bastante entretenida, con algunos elementos novedosos, como el tema de las mutaciones genéticas y con unos efectos de maquillaje absolutamente soberbios. Puede que el diseño de los anfibios violadores no sea el mejor, ya que nos recuerda mucho a monstruos de tiempos pasados como el de Creature of the Black Lagoon (1954), pero el trabajo de Rob Bottin con las heridas y amputaciones es sencillamente espectacular y bien merece que le echéis un vistazo. Así que ya sabéis, si os gustan los desnudos femeninos, unos monstruos de los más cachondos y muertes muy bien ejecutadas, ésta es vuestra película.