A diferencia de sus
vecinos japoneses que se decantaron por un terror más centrado en los
fantasmas, espíritus y tradiciones ancestrales, en Corea del Sur el miedo lo
provocan las personas, una sociedad cada vez más decadente que busca en la
violencia una vía de escape ante la crueldad y la maldad humana. Para mí son
películas que tengo que ver en pequeñas dosis porque su poder de devastación es
tal, que me dejan hecha polvo durante días.
La ordenada y solitaria
vida de Hae-Won en Seúl se tambalea
tras ser testigo de un asesinato y causar un incidente en el banco en el que
trabaja. Decide relajarse unos días en la isla en la que de niña había visitado
a sus abuelos y allí Bok-Nam, una
amiga de aquel entonces, la recibe con los brazos abiertos. Con el paso de los
días Hae-Won se dará cuenta que su
amiga es tratada como una esclava por los demás habitantes de la isla. Bok-Nam ha tratado de escapar de este
calvario en varias ocasiones pero está vez pedirá ayuda a Hae-Won para que ella y su hija puedan
comenzar una nueva vida en Seúl. Sin embargo, ante la negativa de su amiga a
involucrase, Bok-Nam tendrá que tomar
una drástica decisión que acarreará consecuencias fatales para todos los
implicados.
Ópera prima del director
Cheol-soo Jang que ya había trabajado como asistente de dirección para Ki-Duk Kim en varias de sus películas. Bedevilled fue seleccionada para La Semana Internacional de la Crítica en
el festival de Cannes de 2010, aunque no consiguió llevarse el galardón.
Lo que más me
impactó de esta película fue contemplar el alcance de la crueldad humana. Cómo
en esta isla, habitada por 9 personas, se ha formado una sociedad matriarcal absolutamente
desconectada del mundo, totalmente salvaje y en la que no sólo se permite, si
no que se incita al abuso de la única mujer joven que existe, Bok-Nam. A su marido le está permitido
humillarla y golpearla constantemente y a su cuñado abusar de ella cuando ambos
se encuentran a solas. La matriarca del pueblo y sus secuaces se divierten
menospreciando a Bok-Nam y tratándola
como una esclava que no tiene prácticamente derecho ni a descansar. A su
manera,
Hae–Won, a la que la vida en
la ciudad ha trasformado en un tempano de hielo, también es bastante cruel al
no querer involucrarse en nada que la pueda salpicar, ya sea en el caso de
asesinato del que ha sido testigo en Seúl o para ofrecerle su ayuda a Bok-Nam.
La historia
consiguió engancharme de principio a fin y me mantuvo sin apenas pestañear
durante sus casi dos horas de metraje. De hecho, en una entrevista en la que a Cheol-soo Jang se le preguntó por lo
que había aprendido al lado de su maestro, el director Ki-Duk Kim, éste dijo que
“lo único que la había dicho era que utilizase cualquier medio para mantener
los ojos de la audiencia fijos en la pantalla”. Se ve que aprendió muy bien la lección,
jejeje. Os dejo aquí la entrevista completa por si os interesa.
El trabajo de los actores es sublime, son todos tan creíbles y convincentes que no te los imaginas de otra manera. Destaca, sin duda, la interpretación de Yeong-hie Seo que da vida a Bok-Nam, por la que obtuvo el galardón a la mejor actriz en los premios del Cine coreano. Seo es capaz de mostrarnos con la misma naturalidad, la bondad, el sufrimiento y la furia desmedida que la convertirán en un personaje inolvidable.
Sinceramente, esto
de quedarme absorta es algo que me pasa habitualmente con los thrillers
coreanos, me atrapan de tal manera que parezco un niño hipnotizado viendo una
película de dibujos animados, jejeje. Así que nada, si el Bloody Prince quiere deshacerse de mí durante unas horas, ya sabe
lo que tiene que hacer...
Los dos primeros tercios de la historia son más un drama en el que se va fraguando, la injusticia, el abuso y la traición que desencadenaran la locura de Bok-Nam y su posterior venganza. Su represalia será todo lo sangrienta y violenta que cabe esperar de una película coreana. En este sentido, no decepciona a nadie, aunque el gore se hará esperar.
Es curioso el
cambio de enfoque que encontramos en Bedevilled.
En un primer momento, la protagonista absoluta es Hae-Won y la vemos en su trabajo en el banco de Seúl y prestando
declaración en la comisaría por el asalto que sufrió. En ambas situaciones se
muestra como una persona fría, desagradable y que evita implicarse en algo que
pueda perjudicarla en lo más mínimo, actitud determinante en el
desenlace de la película. Cuando Hae-Won llega a la isla pasa a un
segundo plano y se convierte en un testigo pasivo de los abusos que sufre Bok-Nam que se convierte en la
protagonista de la película.
El trabajo de los actores es sublime, son todos tan creíbles y convincentes que no te los imaginas de otra manera. Destaca, sin duda, la interpretación de Yeong-hie Seo que da vida a Bok-Nam, por la que obtuvo el galardón a la mejor actriz en los premios del Cine coreano. Seo es capaz de mostrarnos con la misma naturalidad, la bondad, el sufrimiento y la furia desmedida que la convertirán en un personaje inolvidable.
Es interesante el contraste,
no sólo cultural, sino físico, que existe entre las dos protagonistas. Por un
lado, Hae-Won, la perfecta urbanita,
lleva un corte de pelo perfecto, la tez clara y no se quita los tacones ni para
andar por la montaña. En contraposición, Bok-Nam
aparece con una melena descuidada y una piel muy morena como consecuencia de
sus largas jornadas de trabajo en el campo.
Y ¿qué decir del
desenlace? Pues que Bedevilled tiene
uno de esos giros finales que te dejan con la boca abierta, que te hacen perder
la confianza en el ser humano. El mayor mal de nuestra sociedad, cada vez más
aislada por las tecnologías, es la inactividad, ese mirar hacia otro lado ante
el sufrimiento ajeno. Todos sabemos que es preferible gritar ¡Fuego! a ¡Socorro!
ante una agresión para que la gente se implique, muy triste.
En definitiva, Bedevilled es una de esas joyas que no
han tenido tanto renombre como Oldboy
(2003), The Chaser (2008) o I saw the Devil (2010), pero, sin duda, no la hacen sombra. No
es una película apta para todo el mundo porque es bastante perturbadora y no
precisamente por la violencia explícita que se muestra, que también, sino por la
tortura psicológica a la que se somete a un ser humano. Así que os aconsejo que os enfrentéis a ella con buen ánimo si no queréis ser invadidos por la importancia y la rabia.