jueves, 31 de mayo de 2018

ALL CHEERLEADERS DIE (2013)


Me encanta Lucky McKee. Todo lo que he visto de este director, me ha gustado, por no decir que soy fan absoluta. Desde que le descubrí con la sórdida May (2002), un retrato de la soledad y del daño que puede hacer la falta de amigos en una mente perturbada, me empecé a fijar en él. Angela Bettis en su papel de May se ha convertido en uno de mis personajes femeninos preferidos del cine de terror. Después con The Woods (2006), en un internado del principios del s.XX en el que empiezan a ocurrir sucesos paranormales y la protagonista tiene como padre a nada más y nada menos que al gran Bruce Campbell, me siguió conquistado. Y, ya el remate final llegó con The Woman (2011), un relato desgarrador sobre como un hombre supuestamente asentado en la civilización actual puede ser más inhumano que la propia salvaje que ha capturado con el fin de civilizarla. Sin duda, esta cinta no es apta para estómagos sensibles.

Yo había llegado hasta aquí y todavía me resistía a ver su ópera prima, bueno más bien el remake que le hizo en 2013, porque la original que grabó tras acabar la universidad es prácticamente imposible de conseguir. Había leído muchas críticas que aseguraban que no merecía la pena y eso me había desanimado todo este tiempo porque no quería romper ese hechizo que existía entre McKee y yo, jejeje. Pues bien, creo que ya vais conociendo un poco mi manera errática de escoger películas y ahí andaba yo buceando por el catálogo de cine de Movistar, del que dicen que es uno de los mejores en nuestro país y yo quería comprobar qué tal estaba su sección de terror. En este campo ya sabía que Filmin no tiene rival, pero merecía la pena echar un vistazo y así fue como saltó a mis ojos, All Cheerleaders die. La espera había terminado.  

El equipo de animadoras del instituto Blackfoot está de luto tras la trágica muerte de su capitana en "acto de servicio". El deber apremia y cubren la vacante con Maddy, que tiene un oscuro plan para vengarse del capitán del equipo de fútbol. Sin embargo, los acontecimientos la llevarán por unos derroteros muy diferentes que la acabarán convirtiendo a ella y al resto de animadoras en unos seres sedientos de sangre que emprenderán una lucha encarnizada contra los chicos del equipo de fútbol.  

Aunque os he confesado mi devoción por McKee, es justo decir que tanto la película original, realizada 12 años antes, como la que hoy nos ocupa, fueron co-escritas y co-dirigidas por McKee y Chris Sivertson. No obstante, la carrera de Sivertson no ha corrido la misma suerte, sobretodo con ese descalabro con Lidsay Lohan en I know who killed me (2007), del que entiendo que es difícil recuperarse, jejeje.


Centrándonos ya en All Cheerleaders Die, hay que diferenciar una primera parte en la que nos presentan a todos los personajes y que está organizada a modo de la tradicional comedia de instituto protagonizada por animadoras y quarterbacks. Aquí vemos a las ambiciosas y engreídas animadoras contoneando sus cuerpos perfectos siempre enfundadas en su mini uniformes de "trabajo". Por otro lado, los insoportables jugadores de fútbol dividen su tiempo entre el culto al cuerpo en el gimnasio y el aprovechamiento de cualquier joven ingenua que ose caer en sus redes. Entre todo esta fauna, se encuentra nuestra protagonista, Maddy, que hasta ese momento había sido un espíritu libre, pero ahora quiere introducirse en este selecto grupo, en busca de venganza. Aunque os he  dicho que esta primera parte es una clásica comedia adolescente, lo cierto es que os he engañado un poco, porque en sus diálogos ya se nota el humor negro característico de esta película, sobre todo en su segunda mitad y algunas situaciones más transgresoras que se alejan un poco de lo cánones tradicionales.

Tras un hecho repentino que cambia dramáticamente el curso de lo acontecimientos, nuestras arrogantes animadoras se transforman en un seres sedientos de sangre y venganza y se vuelven mucho más divertidas. Es aquí, cuando entra en acción una antigua amiga de Maddy, que parece sacada directamente de The Craft (1996) y que ayudará con un poco de magia a la reinas de los popones en su lucha encarnizada contra los jugadores de fútbol. A pesar de su tono divertido y desenfadado, All Cheerleaders die, no se detiene a la hora de tratar la violencia de género entre adolescentes y las consecuencias que esto puede acarrear.

Aunque he recalcado mucho lo de la comedia y el humor negro que impera en la película, la sangre, vísceras y mutilaciones también están muy presentes, sobre todo en el tramo final de la cinta. Aquí seremos testigos de una autentica batalla campal entre animadoras y futbolistas para disfrute de todos los fans de las comedias desenfadadas que sólo buscan la diversión del espectador. 

La película está protagonizada casi totalmente por adolescentes atractivos que lucen su cuerpo sin ningún tapujo, pero todos los personajes tienen dobleces y ninguno es totalmente bueno o malo, en el caso de la animadoras porque los hombres en esta cinta son bastante odiosos todos ellos. A mi, particularmente, me encantó la nueva jefa de las animadores, una desternillante Brooke Butler en su faceta de sexy asesina sin tapujos. 

Contra todo pronóstico, me lo pasé pipa con All Cheerleaders die y me pareció una comedia de terror muy refrescante, divertida y con un toque diferente. Mucho más compleja de lo que parece a simple vista, está sátira del mundo adolescente en los institutos americanos y la siniestra consecuencias que los comportamientos violentos pueden acarrear, hacen de esta pequeña, pero digna película de serie B, un producto 100% recomendable. Puede que me haya dejado influenciar por el entusiasmo de los chicos de Sin Audiencia que os comentaba en la crítica de Stephanie (2017), pero sin duda, creo que All Cheerleaders die es una gran película, con sus fallos, pero grande en resumidas cuentas.