Arrancamos el especial de
este mes sobre Halloween con esta película que, aunque en ningún
momento menciona que tenga lugar en
dicha fecha, sí que encontramos una ambientación bastante halloweeniana, en la
que hasta el mismísimo monstruo se llama Pumpkinhead (Cabeza de
calabaza). Todavía no he sido capaz de averiguar el por qué de este nombre ya
que la cabeza de la criatura no guarda ningún parecido con esta fruta, la
verdad.
Un niño muere víctima de
la imprudencia de unos motoristas. Su padre, desolado por la perdida, decide
vengarse e invocar a un demonio llamado Pumpkinhead para que acabe con
los culpables de la muerte de su hijo. El
argumento es bastante sencillo, ¿verdad? A veces no hacen falta más artificios
para construir una buena historia. Pumpkinhead (1988) está
basada en el poema homónimo de Ed Justin del que la película tomó su título. Os dejo
el enlace a dicho poema que, por cierto, es el único que se conoce de este
autor, para que comprobéis lo siniestro y perturbador que es.
La cinta fue dirigida por
el experto en efectos especiales Stan Winston, conocido por ser el creador
de criaturas tan míticas para el universo cinematográfico como: Terminator
(1984), Aliens (1986) o Predator (1987). Está
película supuso su debut como director en su escueta carrera como tal.
La película irradia esa
magia de las películas de los años 80 que te atrapa desde el primer momento. El
actor principal, Lance Henriksen, os sonará enseguida porque es Bishop,
el androide de Aliens, jejeje. La verdad es que yo no podía
apartar esa imagen de mi cabeza y
pensaba que, en cualquier momento, cuando le hiriesen, iban a salirle cables y
esa sangre blancuzca que siempre me recordó a un jarabe para la tos de mi
infancia, jejejeje. Independientemente de esto, la actuación de Henriksen
es muy buena y logra transmitirte el dolor y la rabia por la pérdida de su hijo
de manera extraordinaria. Lo hace tan sumamente bien que, sin siquiera
decidirlo te pones de su parte, a pesar de que la venganza que ha decidido
emprender es desmedida e injusta.
El diseño de producción es
increíble. Ese lugar perdido en la nada entre las montañas, esos pueblerinos
que te dan la sensación de que en cualquier momento eso se va a convertir en
otra matanza de Texas, la oscuridad, las
calabazas y, por supuesto, la bruja Haggis y su cabaña. El ambiente que
se respira en este lugar es tenebroso y lúgubre, y la caracterización de la bruja es genial. Da
muy, pero que muy, mal rollo.
El plato fuerte de esta
producción no es otro que el monstruo Pumpkinhead, o el Cabezón, como
se refieren a él constantemente en la película. Según tengo entendido, Winston
estaba tan ocupado con las tareas de dirección que no pudo supervisar los
trabajos de creación del monstruo. La criatura está muy bien realizada, de
hecho no parece que nos encontremos ante una película de bajo presupuesto, pero,
si os digo la verdad, a mí me decepcionó un poco. ¿Por qué? Porque el monstruo
me recuerda demasiado a Alien y la única diferencia que veo es que éste
es blanquecino y con una postura más erguida y un aspecto más humano que los
engendros de Cameron. Winston calculó a la perfección las
ocasiones en las que nos mostraba a la criatura ya que varios de sus ataques se
producen en las alturas, fuera de la pantalla, y nosotros sólo vemos los
cuerpos devastados de las víctimas. Esto genera en el espectador una enorme ansiedad
por ver al monstruo, aunque en ningún momento existe la sensación de que
aparezca poco en pantalla.
Uno de los pocos aspectos
negativos que puedo encontrar a esta película es que los papeles de los adolescentes
que sufren la terrible venganza de Pumpkinhead no están nada
desarrollados y no te identificas para nada con ellos. Pero un punto a su favor, y que los
diferencia de los jóvenes de otras películas de terror ochenteras, es que aquí
no están obsesionados con el sexo, ni las chicas van vestidas con ropa tres
tallas más pequeñas que la que necesitarían. A mí, como mujer, me hacen
bastante gracia estos estereotipos, así que un punto a favor del Sr. Winston,
jejeje.
Con el paso del tiempo Pumpkinhead se ha convertido en una cinta de culto y cuenta con una auténtica
franquicia a sus espaldas. Hasta la fecha cuenta con una secuela que se estrenó
directamente en DVD y dos películas más para la televisión, además de una serie
de comics. Sin duda, los monstruos de Winston
tienen tirón, ¿eh?
Os
recomiendo, sin duda, esta película como
primera elección para vuestra noche de Halloween. Es una cinta del 88, así que
no esperéis que os asuste, pero su fuerza radica en su sugerente ambientación,
en una criatura perfectamente creada y en la potente actuación de Lance
Henriksen. Ah y, como dato curioso, deciros que en esta película debutó la
actriz Mayim Bialik, conocida por
su papel en Blossom (1990-1995) y por su participación en Big Bang
Theory (2007-) . A ver si vosotros conseguís dar con ella, que a mí me
costó.