Después de unos días intentándome recuperar de la paliza que me supuso las 12 horas de cine de Terror de Molins, os traigo mi crónica de ese día tan especial.
El sábado pasado, a medio día, puse rumbo a
Barcelona junto a mi gran amiga Mari Carmen, con la que comparto mi gran pasión por
el cine de terror. Llegamos a Molins con el tiempo justo de recoger las
acreditaciones y tomarnos una coca cola reconstituyente, para ponernos a hacer
la fila de acceso a la sala. La espera no se hizo nada larga, había buena música y el ambientazo de público que se iba formando a las
puertas del Teatro de la Peni era increíble.
Empezamos el maratón:
HOWL (2014)
Tras atropellar a un ciervo, un tren nocturno con destino a Londres queda detenido en medio
de un bosque. Los pasajeros pronto empezaran a ponerse nerviosos, sobre todo al
enterarse de que el conductor ha desaparecido. Sin embargo, este será el menor
de sus problemas, ya que se encuentran en una zona habitada por hombres-lobo y
tendrán que luchar por su supervivencia.
Segunda película del director Paul Hyett tras The seasoning House (2012), que ha desarrollado la mayor parte de su carrera como técnico en efectos especiales
en multitud de películas como: The
descent (2005), Eden Lake (2008) o Doomsday (2008). Así que no es de
extrañar, dada su amistad con Neil
Marshall, que contase en esta película con los cameos de Shauna Macdonald (The Descent) y Sean Pertwee
(Dog Soldiers).
Howl
es
una película correcta y entretenida, a pesar de que no supone ninguna
innovación para el género de los peluditos. Era más que evidente quién iba a
morir en cada escena y qué iba a pasar en cada momento, pero aun así se disfruta bastante. Una de las cosas más importantes en las películas de
hombres-lobo es el diseño de la bestia y siempre que veo una cinta de este tipo
tengo miedo de que cuando por fin aparece el licántropo éste sea una chapuza
porque, para mí, tira por tierra toda la producción. Afortunadamente, ese no es
el caso de Howl, ya que el diseño de
las bestias, a medio camino entre licántropos y humanos, me pareció que era
bastante bueno. Pero qué menos viniendo de un experto en efectos especiales,
¿no os parece?
Como en todas las películas en las
que los personajes son fruto del azar, tenemos un abanico bastante heterogéneo
de personajes: el friki, el gordito, la adolescente, la yuppie, la pareja de
ancianos,… que por si no tuviesen bastante con los hombres-lobo que intentan
despedazarles, también tendrán que enfrentarse a alguno de los pasajeros que
pretende imponer su voluntad.
La resolución final puede que sea
lo que más se sale de los cánones habituales, aunque yo hubiese elegido otra
diferente, para dar a la historia un mayor dosis de justicia poética, con eso
os digo todo, jejeje.
En resumen, Howl es una película de hombres-lobo correcta y entretenida, que no
os decepcionará si le dais una oportunidad, pero tened presente que no es ninguna joya del cine licántropo.
THE HALLOW (2015)
Una joven pareja se muda con su
hijo recién nacido a una remota cabaña en el corazón de Irlanda para que el
marido, que trabaja para una empresa de explotación forestal, investigue un
hongo que está afectando a los árboles del bosque que rodea la casa. Los
habitantes del pueblo le piden, cada vez más insistentemente, que abandone el
bosque ya que, según cuenta una antigua leyenda del folklore irlandés, todo
aquel que traspase el territorio de los seres del bosque, será perseguido. El
protagonista desoirá estas advertencias y el mal que aguarda en la profundidad del bosque
tratará de acabar con lo que más quiere: su familia.
Sinceramente, The Hallow me pareció un batiburrillo
de muchas cosas que no terminan de funcionar. En un primer momento parecía que
iba a ser una cinta estilo Perros de
paja (1971), con unos vecinos de lo más siniestro que no paran de
acosarles para que abandonen el bosque. Sin embargo, después se convierte en
una película de monstruos, con un poco de Body Horror y una pizca de posesiones.
Vamos, que yo había veces que no entendía muy bien lo que me querían contar.
Su guionista y director, Corin Hardy, del que se rumorea que su
nuevo trabajo va a ser una nueva entrega de El Cuervo, ha dirigido varios cortos y videos musicales que
destacan por la belleza y oscuridad de sus imágenes, algo que ha plasmado a la
perfección en The Hallow.
Las criaturas están muy bien hechas,
la verdad es que en este festival no me han decepcionado nada ninguno de los monstruos
que han aparecido en las películas y eso no es algo fácil de conseguir porque
suelo ser bastante exigente con estas cosas. Como os estaba contando, la
creación de las criaturas fue una mezcla entre animatrónica y CGI, ya que Hardy consideraba que unas criaturas
creadas completamente por CGI no asustarían nada. Y yo me alegro de que piense
así y de que cada vez seamos más los enamorados de los efectos especiales
tradicionales.
A mi parecer, The Hallow está muy bien hecha, los
efectos especiales son más que correctos y eso que estamos hablando de una
película de bajo presupuesto. Las actuaciones son muy convincentes, la
atmósfera, la luz, todo encaja perfectamente. ¿Qué falla entonces? La historia.
Creo que intentaron que la película abarcase demasiadas cosas y el resultado es
un poco difuso. Si os la perdéis, no será ningún crimen.
TURBO
KID (2015)
En un futuro post-apocalíptico, The Kid, un joven que se ha criado solo
y cuya pasión es coleccionar comics y objetos ochenteros que intercambia por artículos
para su supervivencia, se encuentra con una chica de lo más peculiar llamada Apple . Ambos, junto a algún amigo que encuentran
por el camino, tendrán que luchar contra el malvado dominio que Zeus y sus secuaces ejercen sobre todo
el territorio.
Tenía muchas ganas de ver esta
película canadiense, pero al mismo tiempo temía que me fuese a decepcionar dado
el gran hype que se había generado a su alrededor. Sin embargo, no fue así
y, sin duda, fue la mejor película de la maratón, una auténtica joya del cine
independiente.
Esta producción, escrita y
dirigida por el trio formado por: François
Simard, Anouk Whissel y Yoann-Karl Whissel, que se hacen llamar
los RKSS (Road Kill Super Stars), se
basa en un corto de estos mismos directores que no pasó el corte para formar
parte de la antología ABC of Death
(2012) y que se llamaba T is for
Turbo. Sin embargo, el productor de la antología, Ant Timpson, decidió apostar por ellos y les ayudó a hacer posible
este largometraje. Uno nunca sabe dónde puede estar su suerte, ¿verdad?
Esta película es un tributo muy
especial a la cultura de los 80, que parece que últimamente lo inunda todo. Y
es que, si no recuerdo mal, en una entrevista que leí de Simon Barret y Adam Wingard
a colación de The Guest (2014),
explicaban muy bien el por qué de esta tendencia. Más o menos venían a decir
que la gente que creció en la época de los 70 y 80 son ahora guionistas y
directores medianamente asentados en la industria cinematográfica y se pueden
permitir el lujo de hacer las películas que quieran y ¿dónde buscan la inspiración?
En todo aquello que les hacía soñar y les apasionaba cuando eran pequeños. Yo
soy una niña de los 80 y soy una enamorada del cine de esta época, así que
igual tienen razón...
En Turbo Kid también encontramos una gran mezcla de géneros: comedia,
gore, acción, ciencia ficción, romance,…, pero aquí están todos muy bien
empastados y el resultado es algo mágico. Los personajes son todos magníficos: The Kid, vestido como un power ranger, con sus hombreras y rodilleras,
el rudo cowboy con un estilo entre el Bruce Willis de El último Boy Scout (1991) e Indiana
Jones (1984), el malvado Zeus,
interpretado por Michael Ironside,
que siempre me recuerda a V (1984-1985).
(Nota mental: tengo que volver a ver a Diana
comiendo ratones y Donovan salvando
el mundo). El malvado secuaz de Zeus,
Skeletron, no pronuncia una sola
palabra en toda la película, pero con su original careta metálica y la rueda
dentada que lanza cortándolo todo a su paso, se ha convertido en un villano
inolvidable. Y que me decís de Apple, ¿quién no se ha enamorado de esta
chica tan vivaz, de sonrisa permanente y que vive todo con el mayor
de los entusiasmos? Yo me declaro devota absoluta de la interpretación que hace
Laurence Leboeuf que, sin duda, es lo
mejor de la producción.
La película de marcada estética a
lo Mad Max (1979) pero donde todo el
mundo se mueve en BMX es sumamente divertida, pero los amantes del gore no
penséis que Turbo Kid no es para
vosotros, porque sangre hay a litros (según he leído utilizaron más de 300
litros). Hay muertes de los más originales y espectaculares que fueron hechas
mediante el uso de efectos especiales tradicionales y sólo se usó el CGI para
aquellas cosas que era imposible hacer de otra forma.
Os recomiendo
encarecidamente Turbo Kid, ya que es
una pequeña joya echa para el disfrute de los nostálgicos de los 80 y para
aquellos que gozan con el cine más gamberro y original. ¿Y no me digáis que una
película que empieza con la frase: “Esto es el futuro, estamos en el año 1997”
no hace que al menos os pique la curiosidad? ¡¡¡Tenéis que verla!!!