Todo un año esperando y
por fin el lunes arrancó Nocturna,
un festival al que tengo un cariño especial ya que he podido asistir a todas
sus ediciones y, junto a él, mi interés por el cine de terror ha ido creciendo hasta
convertirse en lo que es hoy: Mi pasión. Me entristeció mucho oír a mis amigos
mandanguers que sí habían podido asistir a la rueda de presa del Festival que, Luis Rosales, responsable de Nocturna, había
indicado que este año Madrid había estado a punto de quedarse sin festival por
falta de presupuesto. Así que lo único que está es nuestras manos para que esto
no ocurra jamás es darle bombo en la redes sociales y que los patrocinadores se
enteren que nos gusta el cine fantástico y de terror y que si queremos, movemos
masas. Parece que últimamente tengo el modo reivindicativo a tope, debe ser
influencia de mi amigo @MacTrapo, jejeje.
Y ahora ya me centro y
os hablo de la película que inauguró el Nocturna 2016, Hollow Point, un thriller con influencias de western dirigido por Gonzalo López-Gallego y con el que venía de triunfar en el FANT de Bilbao. El director madrileño,
conocido principalmente por El rey de la
montaña (2007), Apollo 18 (2011)
y Open Grave (2013), presentó
ilusionado su película ante todos los asistentes y nos comentó lo complicado
que le resultaba estrenar sus películas en España (una vergüenza).
Un nuevo sheriff llega a
Los reyes Country, un pequeño pueblo situado
en la frontera de EEUU con Mexico para sustituir al antiguo responsable. Tras
destapar un negocio de contrabando de munición, los protagonistas serán
conducidos a una vorágine de violencia que hará temblar su integridad y sus valores.
La película cuenta con
un reparto estelar encabezado por Patrick Wilson y Ian McShane. En un
primer momento, Timothy Olyphant,
famoso por la serie Justified
(2010-2015), había sido elegido para el papel protagonista pero por
problemas de agenda tuvo que abandonar el proyecto y éste recayó en manos de Wilson, al que últimamente vemos más que
cómodo enfundado en botas y sombrero vaquero, jejeje. Wilson, al que podremos ver también en la clausura con la esperada The Conjuring 2 (2016), interpreta al
nuevo sheriff que ha vuelto al pueblo del que había intentado huir y se ve
sumergido en un caso de contrabando que le supera. Un trabajo
bastante solvente que, no obstante, se ve eclipsado por la magnífica interpretación de Ian McShane, el ex-sheriff alcohólico
con un humor bastante negro, que tendrá que echarle una mano a su sustituto para
acabar con el mal que está asolando el lugar.
Acompañándoles tenemos
al malo de la película, John Leguizamo,
que con su sola presencia nos impone cada vez que aparece en pantalla, a un James Belushi visiblemente desmejorado en un papel bastante odioso
y a Lynn Collins que da vida al
personaje menos elaborado y más desaprovechado de la película.
Siento deciros que la
elección de Hollow Point para la
inauguración no ha terminado de convencerme. En primer lugar, no es una
película de ciencia ficción, ni de terror pero, además, no cuenta con la fuerza
y el impacto que requeriría la cinta del estreno. Con esto no quiero decir que
sea mala, ni mucho menos, pero sí que me faltó algo más de acción y de gore,
por supuesto, jajaja.
Este polvoriento thriller
nos muestra un entorno desolado y aislado en el que los habitantes de este
pequeño pueblo están atrapados en este lugar asolado por la falta de
oportunidades y la violencia. La línea entre lo que está bien y lo que está mal
se desdibuja constantemente y ninguno podrá evitar ser consumido por la codicia
y la venganza.
The Hollow Point es una historia de personajes, en la que las conversaciones
están cargadas de ironía y dobles sentidos. Sin duda, el guion, obra de Nils Lyew, está muy bien trabajado pero
el ritmo de la película no es constante. Hay escenas trepidantes en las que
parece que la violencia va a estallar estrepitosamente, pero no, todo está más
contenido de lo que a mí, como espectadora, me hubiese gustado.
La calidad de su director,
cada vez más integrado en el mercado cinematográfico norteamericano, se ve
patente en unos preciosos planos aéreos del desierto y en la elección de unos ángulos
de cámara bastante atípicos para una película con una temática tan clásica como
la que nos ocupa.
Le deseo todo lo mejor a
Lopez-Gallego con esta película porque yo soy la primera que se siente muy
orgullosa cuando uno de nuestros directores o actores triunfa en la meca del
cine norteamericano pero, sinceramente, no creo que The Hollow Point vaya a
impresionar al público. La historia está muy bien desarrollada y las
actuaciones son buenísimas pero adolece de un ritmo pausado y de escenas en las
que apenas pasa nada. Yo creo que lo que le falta es un toque canalla y salvaje
que nos deje clavados a la butaca.
Como os digo siempre, ésta
es sólo mi opinión, totalmente subjetiva, ya que a mis compañeros mandanguers sí
que les gustó. El problema es que yo con las películas polvorientas y los westerns
no congenio muy bien y entonces ¿por qué me encantó Los odiosos ocho (2015)? Porque en primer lugar no es polvorienta,
sino que abunda la nieve y tiene grandes dosis de sangre y gore. ¡¡Viva el
Gore!!