POLDER
(2015)
El martes, más que disfrutar con esta producción alemano-suiza,
la padecí. Al igual que hay cintas que se convierten automáticamente en obras
de culto, Polder se ha convertido
casi, con total seguridad, en la propuesta más infumable de todo este festival
porque dudo que pueda superarse. Creo que VIY
(2014) que se proyectó en la segunda edición de Nocturna podría estar a la
misma altura de aturdimiento metal, jejeje.
La empresa NEUROO-X ha sacado al mercado un juego que diluye
las fronteras entre realidad y ficción. El juego reproduce los anhelos y los
miedos de los jugadores en una especia de realidad alternativa. Nuestra
protagonista, Ryuko queriendo
averiguar el secreto que oculta la compañía, se adentrará cada vez más en este
mundo paralelo del que no sabe si podrá escapar.
Ésta es la segunda colaboración de los directores Julian M. Grünthal y Samuel Schwarz tras su opera prima, Mary
& Johnny (2011), que no tengo ni el más mínimo interés en ver, jajaja. Su
idea inicial era sacar dos proyectos diferentes en torno al universo de Polder: un juego de conspiración,
supongo que al estilo de los Escape Rooms y similares tan de moda últimamente
y, a parte, la película. ¡Menudo tostón!
Sé que se han dado casos de
personas a las que le has gustado Polder,
yo, sinceramente, no lo entiendo pero estoy abierta a que intentéis
explicármelo, jejeje. No tengo ningún problema con la premisa desde la que partía la película,
de hecho me parece atractiva, pero creo que se han perdido por derroteros que
no resultaban fáciles de seguir para el espectador y que provocaban que nuestro
interés en seguir la trama fuese decayendo.
Pretendo borrar de mi mente
rápidamente el visionado de esta película, pero con lo que sí me quedo es con
la imagen del final de ese señor asiático mirando a pantalla como si de un meme
se tratase, buenísimo, jajaja.
PATIENT
(2015)
Con la cinta del miércoles, la calidad de las proyecciones empezó a aumentar,
aunque muy poco a poco. Le tocó el turno a una película de espíritus
que atormentan a una víctima bastante atípica y que se desarrolla en una sola localización.
Rachel ha sido una de las supervivientes de un suicido colectivo
pero no ha escapado intacta, ya que se ha quedado parapléjica y se encuentra
postrada en la cama de un hospital. Un drama que no será nada para lo que va a tener
que soportar: el acoso de unos espíritus que matarán a todo aquel que escuche
su voz a no ser que Rachel les entregue el alma de su sobrino.
Opera prima de Jason
Sheedy que también participó en la elaboración del guion junto al actor
principal masculino, Brett Brooks. La
idea para esta historia partió de la propia experiencia del director que
durante su niñez estuvo mucho tiempo enclaustrado en la habitación de un
hospital debido a sus problemas de asma.
Patient es una propuesta
atractiva debido al gran trabajo de su protagonista, Anney Reese, que no puede hablar, ni casi moverse. Gracias a las
expresiones de su cara y a la fuerza de su mirada es capaz de transmitir el
tormento que está padeciendo. También es un acierto la elección de la habitación
del hospital como única localización ya que se nos vuelve un entorno agobiante
y claustrofóbico de que estamos deseando salir.
¿Qué es lo que no me terminó de funcionar? Pues el desarrollo
de la película que se hace un poco repetitivo. Rachel es maldecida por una
mensajera de la muerte que la matará si en una semana no le ha entregado el alma de su sobrino, en la típica estructura lunes, martes,… Sin duda a Patient le hubiese beneficiado una maldición algo más rápida, de 4
o 5 días, jajaja. Otra de las cosas que me chirrío un poco fue la elección de
la mensajera de la muerte, Charon, uno
de los nombres que suele recibir Caronte,
el barquero que transportaba las almas de los difuntos en la mitología griega.
Pues bien, la buena de Charon,
interpretada por Kate Thompson, es
una mujer de unos 60 años, con un peinado de peluquería, unos pendientes de
estos grandes de mujer mayor y hasta arriba de maquillaje para oscurecerle las
facciones. No termino de entender la personificación de Caronte en semejante persona, ¿obedecerá a algún trauma infantil de
los guionistas? Quien sabe…
En resumen, una propuesta bastante
correcta que no nos descubre nada nuevo sobre el género pero que, a pesar de
ser un poco repetitiva, entretiene. Si os gusta la temática de espíritus y
maldiciones podéis darle una oportunidad, si no, no creo que os convenza.