jueves, 24 de noviembre de 2016

MARATÓN 12 HORAS DE MOLINS DE REI (PARTE I)


El síndrome Post-Molins debería estar catalogado por la Seguridad Social como una causa muy grave de depresión cinéfila porque ha sido realmente duro volver a la realidad. La única palabra que podría definir a la maratón que vivimos el sábado pasado sería: BRUTAL. Sólo pensar que hay que esperar 365 días para otra edición, me dan ganas de echarme a llorar. El ambientazo era espectacular y es que consiguieron completar el aforo del Teatro de la Peni que vibró, como nunca, con nuestros aplausos, risas y gritos.


Voy a empezar por el principio para ir poniéndoos en situación. Mi inseparable amiga Mª Carmen, otra horror lover, y yo, llegábamos a Molins a eso de las 17.30 del sábado. Era el momento de hacerse con víveres y dosis extra de cafeína para aguantar toda la noche en vela. Dimos una vuelta por el pueblo y no fuimos capaces de encontrar una tienda de chucherías. Al final, nuestros pasos no acabaron llevando de nuevo a la estación de trenes y, ¿os podéis creer que había una estupenda tienda de esas que puedes encontrar de todo, justo en frente de la estación? Para matarnos pero, la próxima vez, no nos pasa, jajaja. Ya con nuestra bolsa llena de gollerías, nos fuimos al Teatro de la Peni a recoger nuestras entradas y saludar a los amigos de la organización que, después de varios años, ya son como de la familia. A las 19.00 fuimos a esperar a la cola de acceso, amenizada con musicote y la explanada del teatro estaba a reventar de gente con sus neveritas y cargamentos de patatas. Este año no he visto a nadie con una almohada como el primer año y, aunque os parezca raro, es una grandísima idea para pasar toda la noche en un cine. Yo, para la próxima edición, pienso llevarme un Hand Warmer que es un invento maravilloso del que me han hablado hace poco, o unos guantes bien gorditos porque hace un frio en esa cola, que se te quedan los dedos entumecidos. A las 19.30 se abrieron las puertas y, como este año me tocaba sentarme en el anfiteatro con la prensa, no hubo problemas por coger un buen sitio. Y, después de que Miquel Pastor diese paso a la maratón, ¡¡¡COMENZAMOS!!!:

I’M NOT A SERIAL KILLER (2016)


John es un adolescente un tanto extraño que ayuda a su madre en la funeraria en la que ésta trabaja. Siente una gran fascinación por los asesinos en serie y, su familia y él mismo creen que es un psicópata en potencia que necesita tratamiento para frenar sus más oscuros instintos. En Clayton, el pueblo en el que todos ellos viven, empiezan a sucederse una serie de extraños asesinatos y John intentará dar con el culpable.

Esta película fue la gran triunfadora del Festival de cine de Terror de Molins de Rei, consiguiendo los tres premios principales: Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actor para nuestro protagonista, Max Records.

I’m not a serial killer es el último trabajo del director Billy O’Brien, que también participó en la elaboración del guion junto a Christopher Hyde y el escritor, Dan Wells, en cuya novela homónima se basa la cinta.

En cuanto al reparto, destaca un Christopher Lloyd visiblemente envejecido y es que no hay que olvidar que el actor ya tiene tiene 78 años. Su aparición en pantalla siempre nos arranca una sonrisa ya que apela a nuestra nostalgia ochentera, tan de moda últimamente, aunque en este papel se aleja bastante de su registro habitual, en el que está igualmente estupendo. Max Records parece moverse cómodamente en un papel hecho a su medida, en el que resulta muy interesante ver esa dualidad entre la fascinación y el miedo que le producen los asesinatos. Los momentos cómicos que encontramos a lo largo de la película, están marcados por el humor negro y tremendamente siniestro que destila John en sus conversaciones con su madre, su psiquiatra o con uno de los abusones del instituto y conforman uno de los aciertos más importantes del guion. Estuve un buen rato intentando recordar dónde había visto a la actriz que interpretaba a la madre de John, Laura Fraser, porque me sonaba muchísimo y es un poco preocupante porque sólo hace dos meses que terminé Breaking Bad (2008-2013), jejeje.

I’m not a serial killer es un thriller fantástico en el que nuestro joven protagonista verá proyectados sus instintos homicidas en el asesino que está aterrorizando el pueblo. Desde el primer momento, la intención de John es detener al culpable, pero tendrá miedo de que todos sus esfuerzos por reprimir estos impulsos no valgan de nada porque tendrá que pensar como un asesino para poder enfrentarse a él.

No puedo desvelaros mucho más sobre la historia, aunque descubriremos quién es el asesino a la media hora de metraje. Bajo mi punto de vista, la historia se podría haber explotado algo más, en especial la compleja personalidad de John. Lo que yo percibí fue que sus “peculiaridades” eran más una forma de destacar en un entorno anodino y borreguil que una psicopatía, en sí misma. La verdad es que esta película ha despertado mi interés por la, de momento, hexalogía de Dan Wells, porque creo que a la película le falta información que posiblemente se explotará en siguientes secuelas. Con esto no quiero desalentar a nadie de ver la cinta porque es interesante ver cómo el amor es el motor que frena los instintos homicidas de nuestro protagonista, pero también es lo que incita a matar al asesino. También merece mucho la pena descubrir la peculiar identidad de este homicida sobrenatural que se sale un poco de los cánones habituales o las incisivas conversaciones de John. Una cinta diferente que me resultó muy entretenida y disfrutable.



TRAIN TO BUSAN (2016)

Muy fan de este personaje

Aunque a Seok Woo no le apetece mucho ver a su exmujer, tiene que llevar a Soo-an a Busan con su madre. Ambos cogen un tren cargado de pasajeros en Seúl, mientras en la ciudad se desata una auténtica epidemia zombi que empieza a extenderse por todo el territorio. Lo que nuestros protagonistas no saben es que uno de los infectados ha conseguido subirse al tren y desatará el pánico entre los pasajeros que tendrán que luchar para seguir con vida.  

Train to Busan es la primera película de acción real para Sang-ho Yeon que es un reconocido director surcoreano de películas de animación. De hecho, esta cinta se complementa con la película de animación Seoul Station (2016) en la que la acción se centra en la epidemia zombi en la ciudad de Seúl.

Tengo que reconocer que he disfrutado esta película como hacía mucho que no hacía. Tiene todos los ingredientes que el subgénero zombi necesita para triunfar: una buena caracterización de los no-muertos, una gran definición de los personajes, unos ataques espectaculares y un ritmo trepidante. ¿Quién dijo que el género zombi estaba muerto? Después de saturar el género con películas de baja calidad, en las que lo mismo daba que tu novia se convirtiese en zombi, a que lo hiciese un tiburón o un castor, por fin tenemos una película que se toma en serio a sí misma y que nos muestra a los zombis como más nos gusta, terroríficos y peligrosos.

La calidad técnica de la película es soberbia: Los planos aéreos de la estación, los ataques en masa de zombis al más puro estilo Guerra Mundial Z (2013), el ciervo zombi del prólogo de la cinta, las trasformaciones de los infectados delante de nuestros ojos,..  Todo es absolutamente espectacular.

Los zombis de Train to Busan son de los rapiditos, como llamo yo a los zombis de la variedad infectados, posteriores a 28 días después (2002). Algún día me curraré un especial Historia del cine zombi que seguro que os encantará. Pues bien, estos son los zombis que se contorsionan en posturas imposibles, que corren a la velocidad de un atleta olímpico y que trepan o lo que haga falta para comerse a su presa. Además, en esta película se introducen algunas variantes que ayudan al desarrollo de la acción y que resultan bastante interesantes.

No penséis que esta película destaca sólo por su calidad técnica porque la historia no se limita a la típica en la que los humanos tienen que luchar por no sucumbir ante los infectados. Por un lado, veremos cómo la relación tan distante que tiene este padre con su hija, se irá estrechando a medida que los peligros acechen a su pequeña, pero, sin duda, lo mejor de todo es la dura crítica social que se hace contra la clases dirigente de Corea, en favor de los estamentos más humildes. Es muy triste comprobar cómo, ante un ataque zombi en un espacio tan reducido, sin posibilidad de escapatoria ninguna, todos tendrían que ayudarse unos a otros y no mostrar, como ya vemos en The Walking Dead (2010 -  ), que el mayor peligro en esta situación es otro ser humano, igual que tú.

En Train to Busan como suele ser habitual en el cine surcoreano, confluyen una mezcla de géneros: drama, sobre todo en la parte final, acción, humor… También me gustaría destacar a los personajes, porque todos están muy bien definidos y hay más de uno que se llevó una gran ovación de toda la sala de cine.

En resumen, Train to Busan es una película que se disfruta de principio a fin, que nos demuestra que el género zombi no está muerto para nada y que, desde ya os adelanto, que estará en mi lista de TOP 10 del año. 




THE AUTOPSY OF JANE DOE (2016)


Padre e hijo regentan la funeraria de un pequeño pueblo y una noche reciben el encargo del sheriff de practicarle la autopsia a un cadáver que ha sido encontrado en el escenario de un asesinato múltiple. El cuerpo no presenta ninguna herida, ni marca que hagan vislumbrar las causas de su muerte y, nuestros protagonistas tendrán que emplearse a fondo para conseguir respuestas, que no esperan descubrir.

Como ya os comentaba en el avance del festival, el director de esta película es André Øvredal, conocido por, el que dicen es uno de los mejores found footage de todos los tiempos, Troll Hunter (2010). La verdad es que no albergaba muchas esperanzas en esta película pero, después de la grata sorpresa que ha sido para mí The Autopsy of Jane Doe, se ha despertado mi curiosidad. 

Podría parecer que, a una película que prácticamente se desarrolla entre las cuatro paredes de una morgue, le costaría mantener la tensión y el interés del espectador durante todo el metraje. Éste no es el caso de The Autopsy of Jane Doe, principalmente gracias al excepcional trabajo de sus dos actores principales, Brian Cox y Emile Hirsch. Sus actuaciones son tan convincentes que todo lo que pasa en pantalla, a pesar de que a veces escapa a toda lógica, resulta creíble.

El guion de Ian B. Goldberg y Richard Nanin, no es para nada retorcido o algo que no hayamos visto ya en multitud de ocasiones. Sin embargo, lo que destaca en The Autopsy of Jane Doe es que han sabido crear un thriller en el que tanto las expectativas creadas, como la tensión que va in crescendo a lo largo de toda la cinta, se ven satisfechas en su resolución final. A medida que nos acercábamos a la conclusión de la historia, tenía miedo de que se estuviesen metiendo en un jardín del que luego no pudiesen salir, pero para nada, consiguieron elaborar un final perfecto, para una gran película. Seguramente, más de uno, averiguó por donde iban los tiros antes de que no lo mostrasen claramente. Yo no lo vi venir y creo que, en gran medida es porque estoy acostumbrada a que en este tipo de películas como la gran Last Shift (2014), en las que los muertos o espíritus vuelven para perturbar o vengarse de los vivos, la explicación suele tener un carácter más demoniaco o satánico.  

No sólo la historia es efectiva, si no que Øvredal consigue entrener y provocarnos miedo a partes iguales. A parte del quebradero de cabeza que les supone a los dos protagonistas hallar las causas de la muerte de la desconocida, Jane Doe, también podemos vislumbrar como son las relaciones entre padre e hijo. Una forma perfecta de implicarnos con los personajes, de conocer sus inquietudes o motivaciones y que supone una vía de escapa a la atmósfera tan claustrofóbica en la que se desarrolla la acción.


Si Train To Busan fue la película que más disfruté de todo el festival, ésta fue la sorpresa más gratificante de todas.Me dieron ganas de aplaudir cuando acabó y es que, cuando una película pequeña cuenta con una buena historia, no hacen falta grandes alardes tecnológicos, ni grandes dosis de sangre, para hacer disfrutar a la audiencia de una experiencia satisfactoria. Así que ya sabéis, el 13 de Enero todos al cine a ver The Autopsy of Jane Doe porque tenemos la suerte de que vaya a estrenarse en nuestras salas.



Hasta aquí, la primera parte de la edición 2016 de las 12 horas de Molins. Una selección de películas totalmente espectacular, que nos dejó a todos con una sonrisa de oreja a oreja y una cara de absoluta satisfacción. ¿Quién dijo que el 2016 no iba ser un año relevante para el cine de terror? Ya se empiezan a configurar esas listas con lo más TOP del año y os aseguro que candidatos no nos van a faltar. En breve, la segunda parte de la crónica de la Maratón del Festival de cine de terror de Molins de Rei.