jueves, 12 de abril de 2018

END OF THE LINE (2007)


Seguro que os preguntaréis como llegué hasta esta película canadiense tan poco conocida. Lo cierto es que me he aficionado al canal de YouTube de Emma, más conocida como Spooky Astronaut, una verdadera apasionada de cine de terror australiana con la que comparto muchos gustos y, además, practico mi inglés, que nunca viene mal. Pues bien, al poco de empezar con su canal de terror, le dedicó unos cuantos vídeos a recomendar las que para ella eran las mejores películas de género de cada país, pero siempre evitando lo más  mainstream, para aportarnos cosas más desconocidas. Y, como a mí no hay cosa que me atraiga más que descubrir joyas ocultas y explorar el cine de género por el mundo, pues me voy a lanzar a ver todas estas películas, cual horror lover posesa. Digamos que ahora mismo el cine asiático y las recomendaciones de Emma son mis dos nuevas obsesiones y es que así soy yo, muy de venazos porque basta que esté pesando en hacer un especial de terror australiano, para que lo único que me apetezca ver en ese momento sea terror francés. En fin, que a mi las planificaciones e imposiciones no me sientan demasiado bien, pero lucharé contra mi misma si es necesario, para traeros algún especial jugoso este año.

Después de todo el rollo que os he contado, habréis deducido que descubrí esta película en el vídeo que Emma dedicaba al terror canadiense. La película nos presenta a Karen, una joven enfermera del ala de psiquiatría, que tras coger el último metro, éste se detiene repentinamente en un túnel. Aquí dará comienzo su pesadilla, cuando los miembros de un extraño culto que también viajaban en el metro, decidan que ese es el día del Juicio Final y la única manera de salvar las almas de los vivos es matarlos a sangre fría. Pero puede que éste no sea el único problema al que tendrán que enfrentarse Karen y un puñado de supervivientes que aunarán fuerzas para intentar escapar con vida de esta noche fatídica. 

El responsable de la cinta en su conjunto es Maurice Deveraux porque hace las veces de guionista, director, editor y productor. Éste ha sido su última trabajo tras una corta carrera formada por tan sólo 4 películas y que se ha caracterizado por unos presupuestos reducidos y un cine de serie B. Pero digamos que End of the Line es su apuesta más ambiciosa, con un mayor presupuesto y una puesta en escena mucho más atractiva. No se a qué se deberá su desaparición del mundo del cine, pero lo que sí os puede asegurar es que hemos perdido a un cineasta que prometía bastante.

A pesar de ser una película pequeña que mezcla el terror con la ciencia ficción, lo cierto es que tiene algunos aspectos destacables que la convierten en un producto muy interesante. En primer lugar, uno de los principales aspectos que transmite la película es la claustrofobia que padecen los personajes atrapados en el túnel del metro, mientras son perseguidos por fanáticos que quieren matarlos en nombre de Dios. La oscuridad, los pasadizos y los espacios reducidos serán la seña de identidad en The End of the Line.




Por otro lado, tenemos un subtexto de crítica contra los fanatismos religiosos, en pos de los cuáles siguen cometiéndose actos atroces que poco se diferencian de los que ocurren en esta película. Y si no recordad lo que hicieron los miembros de la secta Verdad Suprema en el metro de Tokyo en 1995. Pues bien, en la película cuando el busca de estos fanáticos se pone a pitar, avisándoles de que el Armagedón ha llegado, éstos sacan sus cuchillos en forma de cruz y se dedican a matar a todo lo que pillan a su paso. Entre los seguidores del culto hay mujeres, ancianos, embarazadas y hasta niños y es que esto es lo bueno del cine independiente, que no tiene limitaciones. Así que si aquí tiene que morir gente que en otra película más comercial hubiese sido impensable, pues muere porque nadie escapa a la furia de Dios, jejeje.

Pero lo que me resultó más interesante de la película fue el gran número de incógnitas que surgen principalmente en el último tramo de la cinta y que dejan al expectador su resolución. La película no te muestra si realmente el Juicio Final ha llegado, si los fanáticos están en lo cierto o si por el contrario, están todos locos y los supervivientes son víctimas de alucinaciones, al encontrarse en una situación de extrema tensión o porque han ingerido o tocado alguna sustancia que altere sus sentidos. En la última escena de la película vemos como Karen contempla con verdadero pavor algo que se encuentra fuera de la pantalla y que nunca llegamos a descubrir. La ambigüedad de su final totalmente abierto, según palabras del propio Deveroux, queda a la interpretacion del propio espectador que dependiendo de cuáles sean sus creencias religiosas, se decantará por un final u otro.

Para los que nos va la marcha y necesitamos emociones fuertes, os diré que hay asesinatos y sangre por doquier, pero también escenas con una gran carga emocional que te dejan el corazón machacado y sino contadme, tras verla, como se os quedó el cuerpo con la escena de uno de los empleados del metro y su mujer. 

No me queda más que recomendaros una película inteligente, entretenida y original en la que el fanatismo religioso, la ciencia ficción y la paranoia se dan la mano. No os quiero hacer creer que estamos ante la quinta esencia del cine de terror porque no es así. Es una cinta pequeña de serie B, pero bastante curiosa y que puede requerir de varios visionados para conseguir rellenar todos esos acertijos que su guionista/director ha considerado que somos lo suficientemente inteligentes como para resolver.