Llegamos a la jornada más intensa de todo la Muestra, en la que vi todas las películas proyectadas, salvo la sesión golfa que era la impresionante, One Cut of the Dead, justa ganadora de mi TOP 10 del 2018. No os penséis que no tenía ganas de volver a disfrutarla porque de echo pronto tendré el bluray entre mis manos, pero no quería trasnochar mucho para poder asistir a la sesión matinal del domingo, Dilili en Paris. Un gran error que ya os contaré en la próxima entrega de esta crónica, así que vamos a centrarnos en todas las películas que vi el sábado que fueron unas cuantas.
COMPULSIÓN
El sábado abrimos con la que para mi fue la peor película de toda la Muestra y me sabe mal decir esto porque fue la única producción española que vi, ya que no pude asistir al pase de El año de la Plaga.
El argumento es bastante sencillo: Una mujer tímida sospecha que su marido le está siendo infiel y cuando le sigue y confirma su sospecha, la verdad que descubre es mucho mas turbia y escalofriante que lo que esperaba encontrar.
Compulsión pretende ser un estudio de la maldad humana y de la "compulsión" por matar, pero se queda a medio camino de convertirse en un thriller efectivo por la falta de diálogos y por las decisiones tan estúpidas que toman algunos de sus personajes. Las conversaciones que tiene lugar en la cinta pueden resumirse a un par de post-its y esto resulta un problema no por desconocer la motivación que tiene el asesino para matar, que asumimos que es un psicópata y punto, si no porque uno de los personajes se queda pasmado en varios ocasiones cuando tiene un asesino al acecho y otra víctima que necesita ser salvada.
Si la inactividad de este personaje no fuera suficiente problema para engancharnos a la película, el exceso de zooms y los cortes de planos, terminan haciendo tedioso el visionado de una cinta de poco más de 1 hora.
Los únicos momentos interesantes de Compulsión se encuentran en los últimos minutos, con un asesinato que arrancó el aplauso del público de la Muestra, por la originalidad del arma del crimen. También el giro final que tiene la trama, aunque mil veces visto en películas de posesiones o niños mortíferos, le da algo de alegría a un trama de lo más plana y anodina.
PROSPECT
Después de salir con los ánimos por los suelos tras Compulsión, le tocaba el turno a este western espacial con Pedro Pascal a la cabeza, ¿qué podía salir mal? Pues lo cierto es que no fue todo lo redonda que cabía esperar.
La premisa The Prospect no sitúa en una luna remota y altamente tóxica para la vida humana, dónde una adolescente y su padre pretenden hacerse ricos mediante la extracción de unas extrañas gemas. El problema surge cuando se encuentran con un grupo de criminales que también ansían esta riqueza, lo que unido a la codicia de su padre, provoca que la adolescente tenga que hallar por sí misma la manera de coger el ultimo transporte que la saque de Luna Verde.
La ópera prima de los guionistas y directores, Zeek Earl y Chris Caldweel, basada en su propio corto, sorprende por la calidad de producción en la representación de las naves o los trajes de astronautas improvisados de los protagonistas, a pesar de contar con un presupuesto reducido. La fotografía es absolutamente espectacular y los bosques por los que se mueven durante la mayor parte de la trama son algo casi mágico.
The Prospect no deja de ser un coming of age de la joven protagonista que sale del ala de su padre y tendrá que aprender a confiar en alguien que la ha herido, así como a sobrevivir en un mundo hostil dónde los peligros acechan en cada esquina. El problema radica en que las idas y venidas de nuestros protagonistas por este mundo que a pesar de ser toxico para los humanos, la flora crece en todo su esplendor, terminan haciéndose un tanto monótonas y por consiguiente, aburridas.
Aunque The Prospect es película más que decente, no me atrevería a recomendárosla, mas allá de que querías explorar el maravilloso mundo creado para la representación de Luna verde, que con perdón de Pedro Pascal, es sin dudarlo, lo mejor de la cinta.
DRAGGED ACROSS CONCRETE
Le toca el turno a la película a la que llegué con más expectativas y éstas se vieron atrapadas durante horas en un coche con Mel Gibson y Vince Vaughn.
Dragged Across Concrete es el nuevo trabajo del guionista y director S. Craigh Zahler, un nombre que todo mandanguer y festivalero debería conocer por el impacto que causaron sus anteriores trabajos en estos circuitos: Bone Tomahawk (2015) y Brawl in the Cell Block 99 (2017). Yo soy de las que disfrutó a lo grande con estas películas caracterizadas por la violencia extrema y una construcción de atmósferas y personajes muy potentes. Sobre las películas de Zahler es habitual escuchar que son excesivamente largas, con un ritmo lento y que lo único que merece la pena es la acción de los últimos 20 minutos. A mi esto nunca me había molestado porque me parece que la duración y el ritmo de sus películas estaban justificados para construir unas situaciones y unos personajes mucho más definidos de lo que suele ser habitual y sus finales apoteósicos hacían que todo el viaje hubiese merecido la pena. Sin embargo, Dragged across Concrete se me hizo eterna hacia su último terció y la conclusión no alcanzó el clímax necesario para levantar una cinta con un tono pausado durante sus 160 minutos.
En su tercera película, Zahler nos presenta una especie de buddy movie, sórdida y de crudeza despiadada, en la que un par de policías, interpretados por Vaughn y Gibson, son suspendidos tras la filtración de un vídeo que ha captado la violencia de una de sus intervenciones. Ambos descenderán a los bajos fondos en busca de compensación a una vida dedicada a la policía que en unos segundos, se ha colado por el retrete.
No disfruté completamente Dragged across Concrete principalmente por esas eternas conversaciones de los dos protagonistas metidos en un coche o la prescindible aparición de un personaje que nos presentan extensamente a la mitad de la cinta, sólo para que empaticemos con él y que después, cuando lo eliminan de un plumazo, nos duela más. Ésta una opinión particular como todas las que encontraréis en el blog porque a la mayor parte de la gente le ha gustado mucho y posiblemente el problema haya estado en el contexto en el que la disfruté, no tanto por estar en la sala mandanga, más crítica e inquieta con este tipo de películas lentas, sino dentro de un festival en el que ya llevaba a mis espaldas varias cintas que no me habían encantado y mi alma festivalera reclamaba mas acción y desenfreno.
No obstante, tampoco es que me parezca mala, ni muchísimos menos. Me gustaron todos los personajes porque aquí no hay nadie especialmente bueno o moralmente perfecto como parece promover el universo cinematográfico que nos llega de norteamericana dónde todo tiene una pátina de corrección política o de redención. Siempre es refrescante encontrarse con personajes inmorales o traumatizados que reflejen un poco mejor la sociedad en la que vivimos.
En definitiva, Dragged across Concrete se me atragantó y espero que en sus próximas películas, Zahler sea capaz de recortar sus guiones porque la siguiente puede ser más larga que Lo que el viento se llevó (1939).
ASSASSINATION NATION
Y, después de las altas dosis de testosterona y el ritmo soporífero que tuvimos con Dragged across Concrete, cambiamos totalmente de rumbo y nos adentramos en la película feminista de la Muestra con un ritmo frenético, violencia extrema, litros de sangre y altas dosis de humor negro y sarcasmo. Nada más y nada menos que lo que necesitaba la mandanga para despertar de un prolongando letargo.
Un hacker informático está filtrando la información personal de varios vecinos del pueblo de Salem. Aunque al principio, esta intrusión en la intimidad se centraba en personalidades de la comunidad, cuando se hacen públicas las fotos eróticas de una adolescente, el foco se centra en ella y sus tres amigas, desencadenando una espiral de violencia que no tiene nada que envidiar a las que presenciamos en La Purga (2013)
Sam Levinson, hijo de Barry Levinson (Good Morning, Viertnam (1987), Rain Man(1988)) debuta en la dirección con un thriller con un claro mensaje feminista y reivindicativo, en el que la caza de brujas que tuvo lugar en Salem a finales del s.XVII, se equipara a la persecución que sufren algunas personas, cuando su vida se ve expuesta en redes sociales y el resto del mundo se siente legitimado para juzgarlas. Todo esto aquí se sale de madre y tenemos una "caza de brujas" salvaje con todo un pueblo armado hasta los dientes y cometiendo actos bandálicos en pos de una doble moral que hoy en día vemos continuamente.
Aunque a primera vista, Assassination Nation pueda parecer una intrascendente película adolescente, lo ciento es que en sus inteligentísimos diálogos abordan temas como la misoginia, el racismo, el feminismo, la homofobia, las armas, la privacidad en las redes y el borregismo masificado que arrastra a las masas a hacer lo que cuatro descerebrados promueven.
Una película que pretende ser rompedora con una puesta en escena muy potente y actual, con la inclusión de mensajes de móvil en la pantalla porque, en definitiva, esta"brujería" no se extiende mediante hechizos y males de ojo, si no a través de la redes sociales. Nuestras cuatro protagonistas adolescentes muy expertas ellas en el manejo de armas de fuego, se alzan como unas vengadoras y justicieras contra el machismo exacerbado, la doble moral y la hipocresía.
Assassination Nation es una película que puede incomodar a más de uno por su mensaje rompedor y su representación de la masculinidad, pero nunca hay que perder de vista que esto es una película y todo se exagera, aunque lamentablemente cada día nos acerquemos más a este fanatismo que muestra la película. Una cinta salvaje muy recomendable.