lunes, 8 de febrero de 2021

WIHM: GHOST IN THE MACHINE (1993)





Volvemos un año más a celebrar por todo lo alto el WIHM, una iniciativa internacional que durante todo el mes de Febrero pretende dar más visibilidad al papel de las mujeres en el Cine de Terror, ya sea dentro, fuera de la pantalla o con alguna de las variedades artísticas que contribuyen a hacer grande este género. La importancia de las mujeres en la historia del cine de terror es un hecho indudable y cada vez tenemos a más directoras frente a productos de un corte terror/fantástico. Sin embargo, la paridad entre hombres y mujeres está todavía lejos de alcanzarse y por ello hay que insistir en la visibilización de esta otra mirada y sensibilidad que tanto necesita un género en perpetua reinvención. 

En el 2020 vimos como una nueva ola de películas de terror dirigidas por mujeres exploraban ansiedades, ambiciones y terrores eminentemente femeninos. Relic, Amulet, She Dies tomorrow, 12 hours shift, Nocturne, The other Lamb o Sea Fever son sólo algunas de ellas. Muchos de estos títulos fueron los mas importantes del año por derechos propios, al tratar con tanta sensibilidad aspectos que nos preocupan tanto: la enfermedad de nuestras madres y el miedo a envejecer, los problemas para lidiar con la ansiedad en una sociedad en la que especialmente las mujeres, están sometidas a una gran presión por ser perfectas en todos los aspectos de su vida o esa competitividad impuesta socialmente entre nosotras,.... En la mayor parte de estas películas se explora la vulnerabilidad del personaje femenino, no su debilidad. No son víctimas que corren perseguidas por monstruos o asesinos, ni superheroínas que se enfrentan a sus mayores temores con total valentía, son mujeres corrientes que a pesar de ser vulnerables, se enfrentar como mejor pueden a sus miedos.

Dicho esto, mi pequeña aportación al Women in Horror Month siempre suele ser traeros películas de género dirigidas por mujeres que no suelen ser muy conocidas, ni aparecer en las listas habituales. Todos conocemos Near Dark (1987), Jennifer's body (2009), American Mary (2012), The Babadook (2014), The Invitation (2015), Raw (2016), pero aunque no lo creáis, existen muchas más. Así que si mas dilación arranca el WIHM 2021.


GHOST IN THE MACHINE (1993)



Los que me seguís por twitter sabéis que últimamente, en mi búsqueda de joyas desconocidas del Cine de Terror, estoy descubriendo maravillas y documentos gráficos que permanecerán para siempre en mi retina (os lo voy dejando todos en mi lista de letterbox). Así fue como di con Ghost in the Machine, una cinta de la que nunca había oído hablar y de la que no supe que había sido dirigida por una mujer, hasta que no investigué un poco sobre ella. Fue la casualidad y lo bien que me lo pasé, lo que la convirtió en la primera candidata de mi WIHM de este año. 

Rachel Talalay es una directora consagrada en el mundo de la televisión dónde ha dirigido infinidad de episodios en series tan importantes como: Doctor Who (2014-2017), Sherlock (2017), Chilling Adventures of Sabrina (2018), American Gods (2019) y un largo etc. Sin embargo, sus inicios están ligados al cine y a su amistad con Robert Shaye, director de New Line Cinema que le brindó su primera oportunidad tras las cámaras, dirigiendo Freddy's Dead: The Final Nightmate (1992), en la que también colaboró en el guión. Tan sólo un año después, dirigiría el slasher sobrenatural que hoy tenemos entre manos, cuyo guión pertenece a William Davies y William Osborne

Aunque Ghost in the Machine bebe claramente de películas como Shocker (1989) de Wes Craven o The Lawnmower Man (1992), lo cierto es que su argumento no tiene desperdicio. Una madre viuda, interpretada por Karen Allen, pierde su agenda de teléfono en una tienda de informática y un hecho tan banal, acaba provocando todo un calvario bastante surrealista. El "Asesino de la agenda telefónica", un homicida y genio de la tecnología, cuyo modus operandi consiste en robar agendas y matar a todos los contactos, se ha hecho con la suya y la ha elegido como su próxima víctima. De camino a la casa de la protagonista, el asesino sufre un accidente de coche sin sentido, es llevado al hospital más cercano y allí, mientras le someten a un escaner, una tormenta eléctrica provoca un cortocircuito que acaba con su cuerpo terrenal, pero transfiere su alma a la corriente eléctrica. Ahora puede matar a través de enchufes o microondas como si de accidentes a lo Destino Final se trataran.

La trama de la película es bastante absurda vista con los ojos de hoy en día, pero lo cierto es que despierta nuestra nostalgia por esa época, en los inicios de Internet, en la que el cine nos mostraba que aquellos ordenadores arcaicos eran capaces de prácticamente cualquier cosa y si no, acordaros de la que liaba Matthew Broderick en War Games (1983). Aquí estamos ante  una serie B con un asesino cibernético totalmente plano, del que desconocemos totalmente sus motivaciones para matar y que tras su muerte terrenal y convertirse en una entidad incorpórea con poderes casi divinos para controlar cualquier aparato electrónico, las líneas telefónicas e internet, sigue con su fiebre homicida de acabar con personas totalmente aleatorias.

El guión tiene cosas que carecen totalmente de sentido. El accidente que lleva el asesino al hospital es la cosa más absurda del mundo, en plena noche y bajo la lluvia, le entra tal frenesí homicida por llegar a casa de su próxima víctima que se pone adelantar y a conducir como un kamikaze, ¿por qué? En fin, como ésta, hay otras acciones y la representación de la realidad virtual que chirrían bastante, pero si nos dejamos llevar sin hacernos demasiadas preguntas, Ghost in the machine puede ser una película muy entretenida con una ambientación tenebrosa, una música inquietante y alguna muerte más que espectacular.



Si por algo destaca Ghost in the machine es por sus  muertes, precursoras en cierto manera, de las de Final Destination (2000). Mi favorita es la que se produce en la cocina con un microondas que acaba friéndolo todo. Me pareció una de las mejores muertes que yo he visto en un slasher noventero y me sorprendió ver esta calidad es una cinta tan pequeñita. Si bien es cierto que las siguientes, no tienen el mismo nivel de espectacularidad y medios, es también bastante disfrutable ver como la concatenación de cortocircuitos y mal funcionamiento de las máquinas que aquí provoca el asesino, van eliminando a los contactos de la agenda de nuestra protagonista. En contraposición, el CGI que reproduce el mundo cibernético y la realidad virtual es bastante arcaico y recuerdan en todo momento a la estética de The Lawnmower Man (1992).

A pesar de sus problemas de guión, Ghost in the machine me parece un slasher sobrenatural con cierto encanto añejo por la ingenuidad de su argumento y su estética de otra época. Aunque se preocupa en presentarnos una atmósfera siniestra, lo cierto es que salvo la escena que os comentaba antes, el resto de la película carece de gore y de tensión. Sin embargo, a pesar de todos sus fallos, su falta de terror y de sentido de la trama en muchas ocasiones, fue una película que disfruté y en la que tuve que rebobinar la escena del microondas asador porque ya os he dicho que me pareció grandiosa y sólo por eso creo que ya merece la pena su visionado.