jueves, 18 de mayo de 2017

FEAST (2005)


Tenía muchas ganas de ver Feast (2005) desde que haya por el 2014 leí lo bien que hablaban de ella en el blog de Almas Oscuras, uno de mis favoritos. Confío mucho en el criterio de este blog porque hasta ahora no me ha decepcionado con ninguna de sus recomendaciones y ésta no iba a ser la primera ocasión.

Un grupo de personas se ven atrapadas en un bar en medio del desierto de Nevada, cuando son asaltadas por una horda de extrañas criaturas que quieren devorarlos a todos.

La creación de esta película es un tanto curiosa ya que fue consecuencia del premio que ganaron sus guionistas, Marcus Dunstan y Patrick Melton y su director, John Gulager, en un concurso producido por Ben Affleck y Matt Damon. Este programa, llamado Greenlight, brindaba la oportunidad a guionista y directores noveles de llevar a cabo su primer largometraje y, en la tercera de sus cuatro temporadas, Dunstan, Melton y Gulager consiguieron sorprender a todos con esta Monster movie de serie B.

Feast no tiene un argumento original, pero consigue presentar una situación mil veces vista en el cine de terror, de una manera atractiva, divertida y con un ritmo trepidante que no deja un minuto para el descanso. Uno de los principales puntos fuertes con los que cuenta esta cinta es el grupo de personas tan heterogéneo que ha quedado atrapado en el bar. Tenemos desde el héroe inesperado, hasta el típico paleto/machito, pasando por la rubia delicada, el chico en silla de ruedas, una octogenaria paradigma de la calma y un largo etcétera de personajes que se convertirán en carnaza para estos sanguinarios monstruos. Además, ya os aviso que en este enfrentamiento nadie está a salvo y puede pasar cualquier cosa… Un acierto increíble porque el hecho de que todo sea imprevisible, contribuye a que podamos disfrutar de la experiencia con más intensidad.

La película comienza con la presentación de los personajes en formato de videojuego. Mi primera reacción fue pensar qué estaba frente a una cinta con esos toques experimentales que tanto me sacan de la historia, pero para nada, las descripciones de los protagonistas y sus motes son buenísimos y te van encaminando hacia su devenir durante la trama. Las conversaciones y las situaciones en las que se ven envueltos, entre estas cuatro paredes, destilan un humor negro, negrísimo que encaja a la perfección con la acción y los litros de sangre que inundan la pantalla. De hecho, es gracioso ver cómo cada vez que sale un chorro de sangre a borbotones, siempre lleva la dirección de la misma persona, que acaba tan empapada, que me recordó cuando Sarah sale totalmente llena de sangre en The Descent (2005), jajaja.

La historia comienza al instante, sin explicación de ningún tipo, centrándose en la acción y en las reacciones entre los personajes que, como suele ser habitual en los encierros involuntarios, suelen ser bastante tirantes. Desconocemos la procedencia o las intenciones de estos monstruos con aspecto de hormigas humanoides, con una boca llena de dientes enormes y afilados. Lo único que sabemos es que quieren entrar en el bar para despedazar, matar y comerse a todos los clientes. Es muy revelador que el título de la cinta signifique banquete y que la frase que aparece en el póster promocional diga: “Están hambrientos y tú eres su cena”. El bar no es más que un buffet libre para esos seres que no sabemos si son extraterrestres que han sufrido un accidente y que han dado con sus huesos en este bar de mala muerte para desgracia de sus clientes. Me gustaría que se quedara así, aunque conociendo el ansia que tienen los guionistas norteamericanos por explicarlo todo, dudo que no nos acaben revelando algún dato más en las otras dos partes que, a día de hoy, existen de Feast. Cómo veis, no tengo remedio y mi afán por seguir iniciando nuevas sagas no tiene fin. Al final, voy a acabar el año con todas a medias y sin haber acabado ninguna, ¡qué paciencia!

En definitiva, Feast es una película gamberra, gore y divertida, que no se toma en serio a sí misma y que estoy segura de que le gustará a todos aquellos que disfrutaron con Assault on Prescint 13 (1976) o From Dusk Till Dawn (1996). No estamos frente a ninguna obra maestra, pero consigue que los amantes de terror y del gore vivamos 90 minutes de auténtica diversión. Es una película perfecta para uno de esos días en los que estamos muy cansados y no nos apetece usar mucho el cerebro, pero sorprendentemente acabaremos viniendonos arriba con semejante festival de gore.