No había oído hablar de esta película hasta que la
descubrí en uno de los blogs que suelo leer habitualmente (que no recuerdo cuál
es), y que la señalaba como una de esas cintas que no hay que perderse. Lo
único que sabía acerca de ella es que la acción se desarrollaba en un entorno
nevado. Si os soy sincera pensaba que iba de un monstruo ancestral o algo así, que
llevaba mucho tiempo oculto y que de repente resurgía con sed de sangre. Como
dentro de un momento comprobaréis, no tenía ni la más remota idea de qué
trataba esta película, jejeje.
Un grupo de amigos deciden pasar el fin de semana
haciendo snowboard en Jotunheimen,
Noruega. Cuando uno de ellos se fractura la pierna, se ven obligados a
refugiarse en un viejo hotel abandonado, ya que se encuentran bastante
apartados de la civilización, sus móviles no tienen cobertura y está empezando
a anochecer. Pronto descubrirán que el hotel llevaba cerrado varios años y que
no están tan solos como creían en ese
inmenso y aislado lugar.
El co-guionista y director de la cinta es el noruego
Roar Uthaug, que debutó en el mundo
del largometraje con esta película. Tras ella, ha dirigido otros trabajos como La montaña mágica (2009), Escape (2012) o la todavía sin estrenar
The wave (2015), de la que os dejo su impactante tráiler. Uthaug ha abordado géneros de lo más variopintos, como
el fantástico-juvenil, aventuras medievales o el cine de catástrofes, pero no
ha vuelto a hacer una película de terror ya que, si os dais cuenta, la saga ha
continuado, 3 películas en total, y ninguna de ellas ha sido dirigida por el
mismo director. Espero que Uthaug nos traiga en el futuro una nueva propuesta de
cine de género, ya que con el trabajo que lleva ya a sus espaldas, estoy segura
de que puede llegar a sorprendernos.
El trabajo de los actores es correcto, y mucho mejor
de lo que nos encontramos en alguna película americana de este tipo. La
protagonista, Ingrid Bolsø Berdal era
la única actriz medianamente conocida en su país, ya que para el resto esta
película supuso su debut en la gran pantalla.
Desde mi punto de vista Cold Prey (2006) no está mal, es un slasher que se desarrolla en un paraje exótico como es el Parque Nacional de Jotumheimen en
Noruega, pero tampoco creo que sea ninguna maravilla ya que no aporta nada
nuevo al género. Una vez que empiezan a investigar el pasado del hotel y las
causas de su cierre, no es difícil averiguar quién es el asesino. Sin embargo,
me pareció interesante la indumentaria
que llevaba el homicida, totalmente tapado de pies a cabeza, y el arma que
utilizaba: un pico.
No termino de entender del todo el notable éxito internacional
que cosechó esta cinta tras su estreno. Dentro de su país, Noruega, sí porque
las películas de terror no deben abundar
mucho, pero en un plano internacional no creo que destaque demasiado. No sé si
esta película sería la causante, pero tras ella el cine de género escandinavo
vivió una época de auge: Déjame entrar
(2008), Dead Snow (2009), Rare Exports (2010) o Trollhunters (2010).
Lo que más llama la atención en esta película son lo
bellísimamente grabados que están los paisajes nevados. En cierta manera, me
recordó lo que Greg McLean hace con el paisaje australiano en sus películas.
También es sorprendente el inmenso hotel, en medio
de la nada, rodeado de nieve, que sin duda nos trae reminiscencias de El resplandor (1980). El edificio es
realmente un hotel para esquiadores que está abierto todo año, menos los 3 meses en los que el invierno es más
crudo y las carreteras están impracticables. El equipo de Cold Prey alquiló el edificio durante este periodo, pintaron las
paredes de negro para darle un aspecto abandonado al lugar, con la condición de
que le devolviesen su color habitual antes de la temporada de esquí. Pues bien, acabaron tan
sólo un día antes de que el hotel abriese sus puertas, así que podéis imaginar cómo estaban las paredes...
Quitando el espectacular paisaje, la película es
bastante normalita. Un grupo de jóvenes se va de excursión a un sitio apartado
del resto del mundo, esta vez no es una cabaña en medio del campo, pero para el
caso es lo mismo. El asesino, una mole inmensa de hombre, tarda bastante en
aparecer y, aunque su indumentaria y presencia me impactaron, no tardé en
sentirme defraudada: los asesinatos no tenían nada de especial. También
se queda corta en explicaciones: no sabemos por qué el asesino decide matar a
todo aquel que ose asomarse por el hotel, qué pasa con la historia que los
protagonistas descubren acerca del cierre del hotel… Le hubiese faltado una
pequeña dosis de la mala baba francesa, un ritmo más trepidante y unas muertes
más salvajes, para haberse convertido en un gran slasher, pero parece que los noruegos no quisieron arriesgarse
demasiado.
La atmósfera es bastante opresiva y angustiosa.
Encerrados en ese inmenso hotel, perseguidos por un desconocido que quiere
acabar con sus vidas y teniendo que cargar con un amigo con una pierna rota,
las cosas no parecen muy fáciles. Cuando logran salir al exterior, la situación
no mejora mucho al ver todo rodeado de nieve hasta donde alcanza la vista.
En resumen, Cold
Prey es un slasher normal y
corriente que sí por algo destaca es por sus escenas de montaña y sus paisajes
nevados. Según tengo entendido la segunda parte está bastante mejor, así que
tendréis que ver ésta para no perder el hilo de la historia, jejeje. No os
dejéis engañar por el subtítulo que le pusieron en España: Fanáticos del snow, porque las escenas sobre este deporte duran,
como mucho, dos minutos y básicamente se utilizó como excusa para que uno de
los personajes se rompiese la pierna y así tener que buscar refugio. Por la
misma regla de tres también lo podrían haber subtitulado: Aficionados al whisky, ya que uno de los personajes toma esta bebida
durante el encierro en el hotel. Algún día investigaré qué criterios se usan en
España a la hora de traducir los títulos de las películas o ponerles algún
subtitulo, porque la verdad es que la cosa tiene miga, ¿no creéis?