Y vamos con otra película de hombres lobo y es que,
como sabéis, son mis monstruos favoritos. La verdad es que tendré que
reconciliarme un poco con los vampiros, ya que quiero que el blog sea lo más variado posible pero es que: ¡cuánto
daño ha hecho Crespúsculo (2008) a los
chupasangres!, ¿verdad?
Vi esta película hace un par de semanas con motivo
del #díaoficialdelospeluditos que, un poco por casualidad, organizamos en twitter @BarrySpawn88, @CiskoNokia y yo. Elegí
Late Phases (2014) porque había oído
hablar bien de ella y me interesó mucho su argumento.
Ambrose, un veterano de guerra, ciego, se traslada a vivir
junto a su perro a Crescent Bay, una idílica residencia de ancianos. La primera noche
que pasa en su nueva casa sufre el ataque de lo que se supone es un animal, y en
el que su vecina resulta asesinada. La policía le cuenta que, aunque no lo
crea, ese tipo de ataques suelen ser bastante habituales en lugares tan
cercanos al bosque donde habitan animales salvajes. A Ambrose no le convence la versión oficial, por lo que decide
averiguar por su cuenta qué es lo que está pasando en la residencia.
Su director es el español afincado en Argentina, Adrian Garcia Bogliano. Yo, la verdad,
no le conocía, pero, por lo visto, es uno de los directores de cine de terror
independiente más prometedores del momento. Destaca su participación en uno de
uno de los segmentos de ABCs of Death
(2012) y la película Here comes de
Devil (2012). El guión corre a cargo de Eric
Stolze que, con Late Phases, quiso
devolverles a los adultos el protagonismo perdido en el cine de terror tras el
boom de los slashers en los años 80.
Es interesante el enfoque que se da a los hombres lobo en esta película. Aquí
no tenemos jóvenes que se transforman en licántropos, ni mujeres bellísimas que
son atacadas por ellos. La acción se centra en una residencia de ancianos con
personajes de avanzada edad. El único personaje algo más joven es el hijo de Ambrose y, encima, es un personaje
bastante odioso. La idea me pareció novedosa ya que todo el mundo,
independientemente de su edad o de su condición física, puede ser atacado por
un hombre lobo, ¿no os parece? No entiendo por qué en las películas normalmente
se les representa en su juventud porque,
que yo sepa, no son inmortales como los vampiros, ¿no? Bueno, ahora que lo
pienso, en Lobo (1994), Jack Nicholson era un licántropo
madurito, aunque nada que ver con estos ancianos.
El personaje principal, Ambrose, un veterano de la guerra de Vietnam, reservado, duro,
malhumorado y ciego, interpretado por Nick
Damici, es sin duda el punto fuerte de esta película. Me recordó, salvando
las distancias claro, al personaje de Clint Eastwood en Gran Torino (2008). Cuando me di cuenta de que Ambrose iba a ser el protagonista, me enganché totalmente a la historia
porque me moría de ganas de verle en acción, y la verdad es que no me defraudó
ni lo más mínimo. Sí que es cierto que el maquillaje que utilizaron para
envejecer a Damici no era muy bueno y
tuve que parar un minuto la cinta para comprobar cuál era la edad real del
actor, ya que estaba totalmente
convencida de que no era tan mayor como
aparentaba ser. También es interesante la aparición de Tom Noonan como el cura de esta residencia. El rostro de Noonan nos resulta bastante familiar porque
ha protagonizado multitud de películas entre las que destacaría sus papeles en:
Una pandilla alucinante (1987), Robocop 2 (1990), y El último gran héroe (1993), entre
tantas otras.
Una cosa que me llamó mucho la atención fue la
residencia de ancianos que aparece en la película. No tengo ni idea de si en
Estados Unidos todas serán así, aunque supongo que será como todo, que las
habrá de todas las maneras, pero Crescent
Bay parece más bien un resort para la tercera edad.
Late Phases comete la osadía de entremezclar varios géneros y
en ocasiones no sale muy airosa del experimento. Por un lado tenemos el drama,
representado por la difícil relación que
mantiene Ambrose con su hijo, que aparece
como trasfondo de la película. El terror, presente en los ataques de los
hombres lobo, donde la sangre corre a raudales. El humor, bastante negro,
implícito en las conversaciones que mantiene Ambrose con los miembros de la comunidad y sobre todo con el cura.
Pero, para mí, lo que no termina de encajar del todo son algunos personajes y
escenas que me resultan bastante absurdas y te sacan en ocasiones de la
película. Por ejemplo, la pareja de policías que tienen una actitud bastante
pasiva hacia lo que está pasando en la residencia, como si fuesen, no sé, unos
robos de poca importancia. Hubo ocasiones en que me preguntaba si ellos estaban
viviendo lo mismo que yo, porque no terminé de entender su inactividad.
En toda película de hombres lobo que se precie el
punto álgido está marcado por la transformación del hombre en bestia. En Late Phases la transformación parece
una copia de la que pudimos ver en Aullidos
(1981), obra de Rob Botin,
ayudante del reputado técnico de efectos especiales Rick Baker. Vemos como la
piel burbujea y se resquebraja durante la mutación, pero cuando vemos por fin a
la bestia es un poco de chiste. No sabría cómo explicároslo, pero el tono de la
película es oscuro, deprimente, con ciertos toques de humor negro por parte de
nuestro protagonista, así que me esperaba una bestia más grande, más salvaje,
en definitiva, que provocara terror. A ver, tampoco quiero confundiros, las
criaturas que aparecen en la película son bestias sanguinarias, pero
físicamente se parecen a los Gremlins pero
con mucho pelo. La verdad es que me decepcionaron un poco.
En resumen, Late
Phases es una película muy interesante de hombres lobo, enfocada desde una
perspectiva a la que nos estamos acostumbrados. Es bastante entretenida y con
un protagonista de lo más sorprendente. Tiene algunos fallos y unos hombres
lobo que no imponen mucho, pero la verdad es que la película me gustó. Le
gustará a los amantes de los licántropos a los que les
apetezca ver una propuesta refrescante,
distinta.